Ronald
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HOla Hideouters, buscando un poco por la red encontré ésto:
JOAQUÍN LUQUI
Periodista musical. Conoció a Jackson en 1977. Después, en España, le acompañó a comprar cerámica.
La primera vez que hablé con él fue en 1977, cuando Sony nos llevó a ver unas actuaciones. Yo no soy bailón, pero le vi bailar y pensé que sólo Nureyev daba esas vueltas sobre sí mismo varias veces como él. ¡Y era un crío!
Cuando me lo presentaron, le llamó la atención mi apellido, lo pronunciaba 'lucky' (afortunado, en inglés). Le recordaba al primer sitio en el que actuó, un local llamado Mr. Lucky. A partir de ahí, siempre que me vio me llamó Mr. Lucky.
Un año después vino a España con los Jackson 5. Sus hermanos pidieron que les llevaran a sitios donde pudieran ligar con guapas chicas negras. Él me pidió ir al Prado, y como estaba cerrado, quiso ver cerámica de Lladró. Así que ahí nos ves en la Gran Vía buscando una tienda. En esa época nadie le conocía. Compró varias figuras. Lo que descubrí cuando le conocí es que, realmente, era diferente.
Luego le vi en el 82-83, se hizo una gran fiesta en Estados Unidos a propósito de 'Thriller'. Me llamó la atención que en su mansión tenía una sala llena de juegos para los niños y, al lado, otra para niños con minusvalías. Ya entonces era Peter Pan. Eso fue antes de que empezara con el vitiligo, una enfermedad que tienen muchos negros, que consiste en que van perdiendo el color, en zonas de su cuerpo o en todo. Es cierto que se operó. Hablando un día de su infancia, me decía que su padre (y manager) le pegaba para que actuase cuando él quería jugar. Cuando cumplió 18, dijo que no lo quería como manager y quiso quitar cualquier rastro de él en su rostro, así que empezó por la nariz. La última vez que le vi, en un hotel de Londres, aluciné cuando le vi la cara. Me preocupó. Pero le entiendo, porque nunca tuvo una infancia normal. Es muy raro, como un E.T., pero tiene un corazón de oro. Y sus rarezas tienen una explicación humana. (...)
JOAQUÍN LUQUI
Periodista musical. Conoció a Jackson en 1977. Después, en España, le acompañó a comprar cerámica.
La primera vez que hablé con él fue en 1977, cuando Sony nos llevó a ver unas actuaciones. Yo no soy bailón, pero le vi bailar y pensé que sólo Nureyev daba esas vueltas sobre sí mismo varias veces como él. ¡Y era un crío!
Cuando me lo presentaron, le llamó la atención mi apellido, lo pronunciaba 'lucky' (afortunado, en inglés). Le recordaba al primer sitio en el que actuó, un local llamado Mr. Lucky. A partir de ahí, siempre que me vio me llamó Mr. Lucky.
Un año después vino a España con los Jackson 5. Sus hermanos pidieron que les llevaran a sitios donde pudieran ligar con guapas chicas negras. Él me pidió ir al Prado, y como estaba cerrado, quiso ver cerámica de Lladró. Así que ahí nos ves en la Gran Vía buscando una tienda. En esa época nadie le conocía. Compró varias figuras. Lo que descubrí cuando le conocí es que, realmente, era diferente.
Luego le vi en el 82-83, se hizo una gran fiesta en Estados Unidos a propósito de 'Thriller'. Me llamó la atención que en su mansión tenía una sala llena de juegos para los niños y, al lado, otra para niños con minusvalías. Ya entonces era Peter Pan. Eso fue antes de que empezara con el vitiligo, una enfermedad que tienen muchos negros, que consiste en que van perdiendo el color, en zonas de su cuerpo o en todo. Es cierto que se operó. Hablando un día de su infancia, me decía que su padre (y manager) le pegaba para que actuase cuando él quería jugar. Cuando cumplió 18, dijo que no lo quería como manager y quiso quitar cualquier rastro de él en su rostro, así que empezó por la nariz. La última vez que le vi, en un hotel de Londres, aluciné cuando le vi la cara. Me preocupó. Pero le entiendo, porque nunca tuvo una infancia normal. Es muy raro, como un E.T., pero tiene un corazón de oro. Y sus rarezas tienen una explicación humana. (...)