Hola a tod@s!
Alguna vez ya habíamos hablado de algún pasaje del texto de nuestra ceremonia y, mediante MPs, algunos HideOuters nos lo habíais pedido íntegro. Aquí está.
La ceremonia la ofició un gran amigo mío, antiguo profesor de Literatura Española en mi época de instituto que se quedó cuando se lo pedí.
Bueno, pues a disfrutarlo, que el mensaje de fondo, en mi opinión, no tiene desperdicio!
Un saludín (especialmente a todos los enamorados del foro)!!! 50%Masculino de Smoothers
No es casualidad que Juan Ma y Montse hayan elegido este castillo y estas ropas para casarse. Me da la impresión de que eso es un signo de que no les gusta el mundo donde viven, y han querido meterse, han querido vivir su vida en otro mundo que ya no existe o que quizás no ha existido nunca. Un mundo en donde probablemente las palabras tenían otro valor, la palabra Amor tenía un valor, la palabra complicidad tenía otro valor y todo era diferente.
En aquellos tiempos, en ese mundo que seguramente no existe pero en el que nos gustaría vivir probablemente a muchos; por ejemplo, eso que llaman Amor podía superar a la muerte.
Los antiguos griegos pensaban que cuando las almas morían cruzaban el río “Ereteo”, el río del olvido, donde había un barquero que te cruzaba hasta la otra parte de la muerte, con la única condición de no llevar equipaje. Es decir, de no poderte llevar nada de lo que tienes en este mundo.
Sin embargo, en el siglo XVII, un escritor del cual sabemos muy poco acerca de su Amor, que era Quevedo, escribió un poema absolutamente magnífico, en el cual dice que él, su Amor, superará a la muerte. Y lo dice de esta manera... me gustaría recitárselo porque es una maravilla de poema. Dice:
¿Puede eso ser posible? Probablemente sí: la muerte es menos muerte con el Amor. Pero también quiero advertir que el Amor es una palabra peligrosa. Jardiel, otro escritor, decía:
Así es que yo prefiero no hablar de Amor. El Amor es una palabra sólo. Prefiero hablar de esas otras que decía antes, que estoy seguro que tanto Juan Ma como Montse practican mejor; que son el cariño -que es otra cosa más duradera que el Amor-, la fuerza interior, el aguante –poder aguantar los defectos del otro... Yo tengo un amigo que dice que tiene a sus amigos y los quiere porque no le gustan, porque tienen defectos. Soportar los defectos, tener complicidad, ser amigos, compartir amigos.
No conozco apenas a Montse, solamente he hablado un día con ella. Pero fue bastante suficiente. Pude percibir... fueron nada, un par de horas, pero hubo muchas cosas que me gustaron. La primera es que pese a no habernos conocido nunca, se movía delante de nosotros, de mí, en mi casa, con una afabilidad, con una suavidad, como si hubiéramos sido amigos de toda la vida. Lo que indica por su parte la capacidad de empatía, de encontrarse con los demás y saber en seguida de qué pie cojean o de qué van, dicho de otra manera un poco más vulgar. También percibí una cosa que a primera vista no se ve... Y es que tiene por dentro acero, es una mujer muy dura, estoy segura, que puede serlo, y que cuando quiere algo lo consigue.
A Juan Ma lo conozco hace más tiempo pero también demasiado poco tiempo para lo que me hubiera gustado. Fue alumno mío y debo decir, y es la verdad, uno de mis alumnos favoritos; de los que siempre he hablado y hablo todavía cuando me acuerdo de mis tiempos de instituto. Qué puedo decir de él salvo que, si hay un adjetivo que el cuadra es... entrañable; es inteligente, es amable, es divertido, es muy amigo de sus amigos. Y ellos han decidido unirse.
En una ceremonia de la boda, en una ceremonia católica, por ejemplo, el cura no es el contrayente, o es decir, el cura no es el oficiante. Solamente es el que hace de testigo de la unión: los propios contrayentes son ellos.
En esta ceremonia, que es una ceremonia laica, yo tampoco puedo casarles; pero ellos ya han decidido hacerlo. Es decir, ellos se han elegido el uno al otro y han elegido este sitio, a esta hora y a todos ustedes para que sean testigos de su unión. Así es que, a pesar de que ha sido un parlamento quizá un poco largo y quizá un poco serio, me gustaría acabar con el rito de los anillos...
Ustedes tienen una vela en la mano, ese es otro rito: la vela significa la memoria, no perder la memoria, no perdamos nunca la memoria de lo que hemos sido y de lo que somos. Y ahora procederemos al rito del anillo, que es el signo de la unión.
Poneos mutuamente los anillos. Vosaltres decidiu conviure i ser feliços, que és la obligació principal que us imposo.
Jesús Alonso Ruíz dixit
Alguna vez ya habíamos hablado de algún pasaje del texto de nuestra ceremonia y, mediante MPs, algunos HideOuters nos lo habíais pedido íntegro. Aquí está.
La ceremonia la ofició un gran amigo mío, antiguo profesor de Literatura Española en mi época de instituto que se quedó cuando se lo pedí.
Bueno, pues a disfrutarlo, que el mensaje de fondo, en mi opinión, no tiene desperdicio!
Un saludín (especialmente a todos los enamorados del foro)!!! 50%Masculino de Smoothers
~~~~~~~~
No es casualidad que Juan Ma y Montse hayan elegido este castillo y estas ropas para casarse. Me da la impresión de que eso es un signo de que no les gusta el mundo donde viven, y han querido meterse, han querido vivir su vida en otro mundo que ya no existe o que quizás no ha existido nunca. Un mundo en donde probablemente las palabras tenían otro valor, la palabra Amor tenía un valor, la palabra complicidad tenía otro valor y todo era diferente.
En aquellos tiempos, en ese mundo que seguramente no existe pero en el que nos gustaría vivir probablemente a muchos; por ejemplo, eso que llaman Amor podía superar a la muerte.
Los antiguos griegos pensaban que cuando las almas morían cruzaban el río “Ereteo”, el río del olvido, donde había un barquero que te cruzaba hasta la otra parte de la muerte, con la única condición de no llevar equipaje. Es decir, de no poderte llevar nada de lo que tienes en este mundo.
Sin embargo, en el siglo XVII, un escritor del cual sabemos muy poco acerca de su Amor, que era Quevedo, escribió un poema absolutamente magnífico, en el cual dice que él, su Amor, superará a la muerte. Y lo dice de esta manera... me gustaría recitárselo porque es una maravilla de poema. Dice:
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido:
su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
¿Puede eso ser posible? Probablemente sí: la muerte es menos muerte con el Amor. Pero también quiero advertir que el Amor es una palabra peligrosa. Jardiel, otro escritor, decía:
“El Amor es un ingenioso juego de espejos, que hace que cuando estamos solos nos creamos estar en compañía”.
Así es que yo prefiero no hablar de Amor. El Amor es una palabra sólo. Prefiero hablar de esas otras que decía antes, que estoy seguro que tanto Juan Ma como Montse practican mejor; que son el cariño -que es otra cosa más duradera que el Amor-, la fuerza interior, el aguante –poder aguantar los defectos del otro... Yo tengo un amigo que dice que tiene a sus amigos y los quiere porque no le gustan, porque tienen defectos. Soportar los defectos, tener complicidad, ser amigos, compartir amigos.
No conozco apenas a Montse, solamente he hablado un día con ella. Pero fue bastante suficiente. Pude percibir... fueron nada, un par de horas, pero hubo muchas cosas que me gustaron. La primera es que pese a no habernos conocido nunca, se movía delante de nosotros, de mí, en mi casa, con una afabilidad, con una suavidad, como si hubiéramos sido amigos de toda la vida. Lo que indica por su parte la capacidad de empatía, de encontrarse con los demás y saber en seguida de qué pie cojean o de qué van, dicho de otra manera un poco más vulgar. También percibí una cosa que a primera vista no se ve... Y es que tiene por dentro acero, es una mujer muy dura, estoy segura, que puede serlo, y que cuando quiere algo lo consigue.
A Juan Ma lo conozco hace más tiempo pero también demasiado poco tiempo para lo que me hubiera gustado. Fue alumno mío y debo decir, y es la verdad, uno de mis alumnos favoritos; de los que siempre he hablado y hablo todavía cuando me acuerdo de mis tiempos de instituto. Qué puedo decir de él salvo que, si hay un adjetivo que el cuadra es... entrañable; es inteligente, es amable, es divertido, es muy amigo de sus amigos. Y ellos han decidido unirse.
En una ceremonia de la boda, en una ceremonia católica, por ejemplo, el cura no es el contrayente, o es decir, el cura no es el oficiante. Solamente es el que hace de testigo de la unión: los propios contrayentes son ellos.
En esta ceremonia, que es una ceremonia laica, yo tampoco puedo casarles; pero ellos ya han decidido hacerlo. Es decir, ellos se han elegido el uno al otro y han elegido este sitio, a esta hora y a todos ustedes para que sean testigos de su unión. Así es que, a pesar de que ha sido un parlamento quizá un poco largo y quizá un poco serio, me gustaría acabar con el rito de los anillos...
Ustedes tienen una vela en la mano, ese es otro rito: la vela significa la memoria, no perder la memoria, no perdamos nunca la memoria de lo que hemos sido y de lo que somos. Y ahora procederemos al rito del anillo, que es el signo de la unión.
Poneos mutuamente los anillos. Vosaltres decidiu conviure i ser feliços, que és la obligació principal que us imposo.
Jesús Alonso Ruíz dixit
Última edición: