El pasado 30 de junio, Larry Nimmer, camarógrafo que realizó el vídeo "The Untold Story of Neverland", realizó una extensa entrevista con Debra Willis, una vieja amiga de Michael Jackson desde 1998 hasta 2009.
Por el hecho tan poco usual de ser una persona totalmente anónima que ha mantenido una larga amistad con una persona tan famosa como Michael y por las cosas y anécdotas tan diversas que cuenta, resulta una conversación muy interesante y conmovedora de escuchar.
Lo que sigue no es transcripción literal ni total de la entrevista, de casi una hora y media de duración, sino lo que he considerado más interesante. Hay partes que he evitado porque confieso que me resulta muy duro de escuchar y transcribir (cuando habla de Conrad Murray a partir del minuto 31 aproximadamente) y al final de la entrevista, cuando habla de una conversación que tuvo con Michael acerca de la gira TII y su médico, y la medicación que le estaba administrando en contra de su voluntad. Si lo que dice es cierto tal y como lo cuenta
... Desgraciadamente, será más que difícil de averiguar.
Si alguien desea terminar de transcribir o resumir lo que falta...
https://www.youtube.com/watch?v=vVeoJsqGeFw
30/06/2018
Por Larry Nimmer
Conocí a Michael Jackson en 1998. Yo trabajaba en una juguetería de Nueva York como guarda de seguridad. Él llegó a comprar algunos juguetes para sus hijos y a mí me encargaron seguirle durante las compras.
Quería comprar un furby (juguete electrónico muy famoso en esa época) y no conseguía hacerlo funcionar, entonces le dije: ‘¿puedo?’ y cuando empezó a saltar me reí y él se rió también…
Durante la hora y media que pasamos juntos hablamos sobre todo de mi hijo mayor, que en ese momento se encontraba en el hospital por una importante operación de columna vertebral, sufría escoliosis. Fue diagnosticado en Carolina del Norte pero solo en Nueva York podía ser tratado de su enfermedad. Estaba en cuidados intensivos y alguno de los acompañantes de Michael se lo contó. A partir de ese instante empezó a interesarse por él y a hacerme numerosas preguntas sobre su estado, incluso se dio cuenta por mi acento de que yo no era de Nueva York. Se preocupó por mí, me dio un beso en la cabeza y en la mejilla y me dijo que rezaría por él, y se disculpó por no poder visitarle en esa ocasión. Me pidió que le informara y me dijo que estaríamos en contacto, y así fue.
En diciembre, el día 23, recibí una llamada, pregunté quien llamaba y dijo: Michael Jackson. Y colgué el teléfono. Pasaron unos minutos y llamó de nuevo, dije de nuevo hola y pensé que sería una broma. A la tercera me dijo: ‘espera, espera, ¿cómo está tu hijo?’. Entonces dije: guau, me di cuenta de que era él de verdad y me empezaron a temblar las rodillas. Me disculpé y él no le dio importancia.
Me llamaba y hablábamos de vez en cuando a partir de entonces, me envió flores el día de San Valentín agradeciéndome por mi amistad, hablábamos de la recuperación de mi hijo, de unos 11 años entonces, que tuvo que hacer rehabilitación para aprender a caminar de nuevo…
Cuando iba a Nueva York me llamaba para decirme dónde se alojaba, me preguntaba por mi madre, que vivía en Carolina del Norte, para conocerla…Por esa época yo no lo sabía pero él usaba disfraces para pasar desapercibido… Quedamos en el hotel donde yo me alojaba con mi madre y habíamos quedado a las 7:20 pero no se presentó, pasaron los minutos y no llegaba… entonces tocaron a la puerta y fui a abrir; mi madre me decía que no lo hiciera, que estábamos en Nueva York… pero yo abrí y había un hombre fuera, que no decía nada. Mi teléfono sonó y me dijeron que el señor Jackson estaba llegando. Entonces miré a ese hombre de pelo gris, gruesas gafas y gran bigote y me quedé sin habla, era increíble, pero cuando te fijabas en los ojos podías ver que era él, nada más que por los ojos ya sabías que era él.
Entró y le presenté a mi madre, que le dijo: ¡tú no te pareces en nada a las fotos que he visto de ti, jovencito! Y congeniaron inmediatamente a partir de ese instante.
Desde entonces nos vimos en varias ocasiones, en una de las cuales conocí a Prince y Paris. Paris era muy pequeña, tenía unos tres o cuatro años, y estaba tosiendo toda la hora que estuvo allí. Mi madre le dio miel y azúcar para pararle la tos. Michael le dijo que había intentado de todo para quitarle la tos, sin éxito. Como padre era maravilloso, del tipo de padre cariñoso y protector.
El tiempo fue pasando y una vez que él fue a Virginia nos vimos allí durante un rato. A veces iba a Nueva York por un par de días. Una vez en particular, en julio de 2002, se quedó tres días y mi madre y yo fuimos a verle y pasamos los tres días con él. Casi siempre se quedaba en hoteles, en el Plaza… pero en esa ocasión estaba en un apartamento del centro, en el east side.
Hablábamos de todo tipo de cosas, de los niños, de viajes, de las vacaciones, de juegos…A veces decía que le encantaría salir con los niños durante una semana a hacer acampadas, asar malvaviscos… cosas así. Soñaba con cosas así todo el tiempo, pero desafortunadamente nunca pudo hacerlo realidad…
Cuando nos conocimos, yo estaba muy preocupada por mi hijo, tenía demasiadas preocupaciones como para sentirme impresionada por alguien como él, nuestras conversaciones estaban centradas en ese sentido, en los niños… nunca hablábamos de su música, o del mundo del espectáculo, nada de eso… y él lo percibía y quizás por eso congeniamos.
Sí hablábamos de música en general… Una vez, estando en el Waldorf Astoria, le comenté que siempre me había gustado Barry Gibb, uno de los Bee Gees, y hacía rato que estábamos en la habitación, haciendo llamadas, y yo estaba aparte mientras él llamaba, entonces me hizo una señal para que me acercara. Me acercó el teléfono y me dijo: ‘saluda’. Yo extrañada pensé que nadie sabía que estaba allí, aparte de mi madre… entonces me acerco al teléfono y escucho ese acento británico celestial diciéndome, ‘hola, ¿qué tal? alguien me ha contado lo mucho que te gusta mi música’. Entonces miré a Michael con ganas de matarle porque podría haberme desmayado en ese momento… Hablamos durante unos cinco minutos y fue maravilloso, por supuesto, yo adoraba a los BG desde niña y Michael hizo posible algo así.
Una vez estaba haciendo una entrevista sobre un corto o algo así y yo le dije que me iba mientras tanto, pero me dijo, ‘no, no, no, quédate’, así que me quedé por allí. Estaba hablando con este hombre, Steve… no recuerdo el apellido… y me puse a comer unas chucherías. Él me vio comer, y sonriendo me preguntó: ’¿qué es eso, son caramelos? Dame alguno’. Y yo: ‘no, son para mí…’. El chico de la entrevista se reía, Michael paró la entrevista… seguía pidiéndome caramelos y entonces le di un puñado en la mano, que se llevó a la boca… y empezaron a explotar todos. Eran caramelos que explotan en la lengua y tienen un sabor muy intenso. La reacción de su cara fue indescriptible. El entrevistador ya no podía contenerse la risa. Fue la broma perfecta…
Le encantaba gastar bromas a la gente, pero no le gustaba tanto cuando se las devolvían, sobre todo cuando eran por sorpresa, como esta… Era como un chiquillo, muy infantil y muy juguetón…
Otras veces se emocionaba mucho, sobre todo hablando de otros temas, como por ejemplo, cuando decía que ningún niño del mundo debería pasar hambre ni sufrir. Entonces su actitud cambiaba y decía que él deseaba cambiar las cosas en cada lugar del mundo por el que pasaba, para evitar que cosas así sucedieran.
Si tuviera que describir a Michael con una sola palabra, esa sería fenomenal. En el sentido de su preocupación por el mundo y de su generosidad. Así es como yo le veía, y le trataba exactamente igual que a cualquier otro amigo que yo haya tenido en mi vida.
Si tuviera que contar las veces que le he visto en total serían unas diez o doce ocasiones. Desde noviembre de 1998, después en diciembre y febrero, en 2000 le vi una vez durante unas pocas horas, y la última vez que le vi fue en marzo de 2009.
Cuando le conocí en 1998 no tenía ninguna relación sentimental, aparentemente. Cuando yo le hablaba de mí como madre soltera, él se sentía identificado conmigo en ese sentido, y nunca dijo expresamente que estuviera casado o que tenía una novia, por eso suponía que no tenía ninguna relación sentimental.
En 2007, Michael me contó que quería hacer con Neverland lo mismo que Danny Thomas había hecho con el Hospital de Saint Jude, en Memphis, él no quería formar parte de él ni vivir allí, pero sí colaborar para que se convirtiera en un hospital para niños con enfermedades terminales, y me decía bromeando que yo podía ir a trabajar allí, porque sabía que yo había estado trabajando en cuidados intensivos, y le gustaba el trabajo que yo hacía.
Cuando mi hijo era pequeño, a veces le llamaba y le cantaba ‘You are my sunshine’ por teléfono. Aparentemente lo recordaba años después porque en el colegio la cantó para su clase en la fiesta del colegio.
Tenía más amistades como yo… había una pareja en Tennessee, el nombre de ella era Peggy… y unos amigos en Virginia, a los que contó también sus ideas sobre Neverland.
Una vez me dijo que si le contaba a alguien que Michael Jackson era mi amigo personal me tomarían por loca y nunca volvería a tener paz, y es así, por tanto lo guardé para mí y pude disfrutar de una década de amistad con él.
Tuvimos conversaciones en varias ocasiones sobre las acusaciones de abusos. En una ocasión me dijo que Gavin le comentó que no estaba seguro de si le gustaban los chicos o las chicas y que estaba confuso y necesitaba ayuda. Michael le dijo que eso era algo que debía hablar con sus padres. Él se sentía mal por no poderle ayudar, pero no sabía cómo hacerlo. Michael decía que no podía entender cómo la gente le podía hacer tanto daño con esas acusaciones…
Estuve en Los Olivos tres días antes del juicio y nos vimos en Solvang y me dijo: ‘No puedo creer cómo la gente puede ser tan cruel para creer que yo haya hecho tales cosas… lo único que quiero es hacer las cosas de forma diferente…’. Bajó la cabeza y después la sacudió y la alzó y me miró… y podías ver que estaba destrozado. Eso le destrozó el corazón y nunca se recuperó… Vi a un hombre completamente destruido y roto en pedazos por esas acusaciones.
Tan solo una vez le vi beber una copa de vino. Nunca le vi beber alcohol, ni fumar, ni tomar drogas… excepto dos tylenol después de cenar, solo agua, o té…
A veces hablábamos de cuando éramos niños, de lo que nos pasaba cuando éramos niños… eso estaría en contra de la ley ahora en estos días. Entonces, cuando teníamos 9, 10 o 12 años, no era delito. Los padres nos podían dar unos azotes y pegar con el cinturón y nadie decía nada… mis vecinos me escuchaban llorar y suplicar y cerraban la ventana. Hoy en día es distinto, pero así eran las cosas entonces. Y yo sé que le pegaban, y yo crecí en esa época, y a mí me pegaban también, por cualquier cosa por pequeña que fuera… y la gente me pregunta qué hacía yo o qué clase de padres tenía yo… bien, no sé cómo eran los padres de Michael, pero le escuchaba hablar de su madre y comparábamos las situaciones… Me habló alguna vez de su padre, básicamente era un buen hombre, pero muy estricto y no sabía contenerse…
Teníamos charlas de todo tipo, sin limitaciones, nos reíamos, jugábamos… mi madre jugaba al solitario con él, y él le miraba las cartas por encima del hombro… compartían secretos de belleza entre ellos… Verle con la crema de mi madre puesta en su cara es una visión que no te puedes borrar de la mente…
Cuando mi madre falleció en 2008, él asistió al funeral. Tuve que llamarle para contárselo, pero al día siguiente se presentó en Carolina del Norte para asistir al funeral.
Era una persona muy cariñosa y singular. Singular por su pasión por la gente y el amor que sentía por todo el mundo… buscaba siempre el lado positivo de las personas…
(Cuenta que estuvo con Prince y Paris en un par de ocasiones, les llevó juguetes y estuvieron jugando con ellos durante dos o tres horas. Paris le hizo un dibujo que todavía conserva. A veces observaba a Prince y a Michael y los pillaba a ambos con la misma pose, ya fuera en el sofá con el brazo apoyado en la barbilla o algo parecido…)
El 23 de junio de 2009 fue la última vez que hablé con Michael. Me invitó a ir a Los Angeles a pasar unos días antes de irse de gira y a que conociera a su madre. Decidí ir esta vez porque otras veces no había podido hacerlo debido a mi trabajo… Entonces estaba ese día 25 en el trabajo y un amigo que ya falleció me llamó y me dijo que no quería hablarme por teléfono… fue a mi casa y yo ya tenía las maletas preparadas, tres maletas llenas y una de ellas con cosas para los niños… Mi amigo me dijo que conectara la tv en cualquier canal y cuando lo hice, apareció: Michael Jackson ha fallecido a los 50 años de edad… Le dije que debía ser una noticia falsa… que no podía ser… él dijo que era cierto, por desgracia… no recuerdo ya nada más a partir de ese instante… la tv siguió encendida pero yo estuve llorando por al menos dos horas… Nunca me he sentido así antes… he perdido a un verdadero amigo. He perdido a mucha gente, a mi madre unos años antes y a un buen amigo en el mismo año…
He intentando ponerme en contacto con su madre al numero de tf que tenía suyo de Hayvenhurst, sin éxito. Llamé al departamento de policía de LA y les pedí ayuda, pero me decían que recibían unas 200 llamadas diarias pidiendo lo mismo. Hice lo que estuvo en mi mano para contactar con su madre porque tengo cosas que Michael me confió y cosas que quería que le diera en el caso de que él no pudiera hacerlo. Lo único que quiero es darle algo a su madre y no necesito más que unos pocos minutos… para darle algo que prometí a Michael hace algunos años… son cosas que no puedo revelar, algunas sin abrir tal y como Michael me las entregó… solo quiero hablar con su madre, de madre a madre… lo he intentado durante ocho años y medio y nadie me ha tomado en serio…
(En una ocasión pudo hablar con Joe Jackson y llegó hasta la casa de Calabasas y recibió un permiso de su parte para poder entrar a la casa y hablar con Katherine, que estaba dentro, pero salió un guardaespaldas y hablándole rudamente le dijo que quién demonios se creía ella que era, que el señor Jackson no mandaba allí, que mandaba él. Y se tuvo que marchar. Joe Jackson la llamó después para disculparse por lo que había pasado y le pidió que volviera, pero ella le dijo que no).
......
Por el hecho tan poco usual de ser una persona totalmente anónima que ha mantenido una larga amistad con una persona tan famosa como Michael y por las cosas y anécdotas tan diversas que cuenta, resulta una conversación muy interesante y conmovedora de escuchar.
Lo que sigue no es transcripción literal ni total de la entrevista, de casi una hora y media de duración, sino lo que he considerado más interesante. Hay partes que he evitado porque confieso que me resulta muy duro de escuchar y transcribir (cuando habla de Conrad Murray a partir del minuto 31 aproximadamente) y al final de la entrevista, cuando habla de una conversación que tuvo con Michael acerca de la gira TII y su médico, y la medicación que le estaba administrando en contra de su voluntad. Si lo que dice es cierto tal y como lo cuenta
... Desgraciadamente, será más que difícil de averiguar. Si alguien desea terminar de transcribir o resumir lo que falta...
https://www.youtube.com/watch?v=vVeoJsqGeFw
Entrevista con Debra Willis, amiga de Michael Jackson
30/06/2018
Por Larry Nimmer
Conocí a Michael Jackson en 1998. Yo trabajaba en una juguetería de Nueva York como guarda de seguridad. Él llegó a comprar algunos juguetes para sus hijos y a mí me encargaron seguirle durante las compras.
Quería comprar un furby (juguete electrónico muy famoso en esa época) y no conseguía hacerlo funcionar, entonces le dije: ‘¿puedo?’ y cuando empezó a saltar me reí y él se rió también…
Durante la hora y media que pasamos juntos hablamos sobre todo de mi hijo mayor, que en ese momento se encontraba en el hospital por una importante operación de columna vertebral, sufría escoliosis. Fue diagnosticado en Carolina del Norte pero solo en Nueva York podía ser tratado de su enfermedad. Estaba en cuidados intensivos y alguno de los acompañantes de Michael se lo contó. A partir de ese instante empezó a interesarse por él y a hacerme numerosas preguntas sobre su estado, incluso se dio cuenta por mi acento de que yo no era de Nueva York. Se preocupó por mí, me dio un beso en la cabeza y en la mejilla y me dijo que rezaría por él, y se disculpó por no poder visitarle en esa ocasión. Me pidió que le informara y me dijo que estaríamos en contacto, y así fue.
En diciembre, el día 23, recibí una llamada, pregunté quien llamaba y dijo: Michael Jackson. Y colgué el teléfono. Pasaron unos minutos y llamó de nuevo, dije de nuevo hola y pensé que sería una broma. A la tercera me dijo: ‘espera, espera, ¿cómo está tu hijo?’. Entonces dije: guau, me di cuenta de que era él de verdad y me empezaron a temblar las rodillas. Me disculpé y él no le dio importancia.
Me llamaba y hablábamos de vez en cuando a partir de entonces, me envió flores el día de San Valentín agradeciéndome por mi amistad, hablábamos de la recuperación de mi hijo, de unos 11 años entonces, que tuvo que hacer rehabilitación para aprender a caminar de nuevo…
Cuando iba a Nueva York me llamaba para decirme dónde se alojaba, me preguntaba por mi madre, que vivía en Carolina del Norte, para conocerla…Por esa época yo no lo sabía pero él usaba disfraces para pasar desapercibido… Quedamos en el hotel donde yo me alojaba con mi madre y habíamos quedado a las 7:20 pero no se presentó, pasaron los minutos y no llegaba… entonces tocaron a la puerta y fui a abrir; mi madre me decía que no lo hiciera, que estábamos en Nueva York… pero yo abrí y había un hombre fuera, que no decía nada. Mi teléfono sonó y me dijeron que el señor Jackson estaba llegando. Entonces miré a ese hombre de pelo gris, gruesas gafas y gran bigote y me quedé sin habla, era increíble, pero cuando te fijabas en los ojos podías ver que era él, nada más que por los ojos ya sabías que era él.
Entró y le presenté a mi madre, que le dijo: ¡tú no te pareces en nada a las fotos que he visto de ti, jovencito! Y congeniaron inmediatamente a partir de ese instante.
Desde entonces nos vimos en varias ocasiones, en una de las cuales conocí a Prince y Paris. Paris era muy pequeña, tenía unos tres o cuatro años, y estaba tosiendo toda la hora que estuvo allí. Mi madre le dio miel y azúcar para pararle la tos. Michael le dijo que había intentado de todo para quitarle la tos, sin éxito. Como padre era maravilloso, del tipo de padre cariñoso y protector.
El tiempo fue pasando y una vez que él fue a Virginia nos vimos allí durante un rato. A veces iba a Nueva York por un par de días. Una vez en particular, en julio de 2002, se quedó tres días y mi madre y yo fuimos a verle y pasamos los tres días con él. Casi siempre se quedaba en hoteles, en el Plaza… pero en esa ocasión estaba en un apartamento del centro, en el east side.
Hablábamos de todo tipo de cosas, de los niños, de viajes, de las vacaciones, de juegos…A veces decía que le encantaría salir con los niños durante una semana a hacer acampadas, asar malvaviscos… cosas así. Soñaba con cosas así todo el tiempo, pero desafortunadamente nunca pudo hacerlo realidad…
Cuando nos conocimos, yo estaba muy preocupada por mi hijo, tenía demasiadas preocupaciones como para sentirme impresionada por alguien como él, nuestras conversaciones estaban centradas en ese sentido, en los niños… nunca hablábamos de su música, o del mundo del espectáculo, nada de eso… y él lo percibía y quizás por eso congeniamos.
Sí hablábamos de música en general… Una vez, estando en el Waldorf Astoria, le comenté que siempre me había gustado Barry Gibb, uno de los Bee Gees, y hacía rato que estábamos en la habitación, haciendo llamadas, y yo estaba aparte mientras él llamaba, entonces me hizo una señal para que me acercara. Me acercó el teléfono y me dijo: ‘saluda’. Yo extrañada pensé que nadie sabía que estaba allí, aparte de mi madre… entonces me acerco al teléfono y escucho ese acento británico celestial diciéndome, ‘hola, ¿qué tal? alguien me ha contado lo mucho que te gusta mi música’. Entonces miré a Michael con ganas de matarle porque podría haberme desmayado en ese momento… Hablamos durante unos cinco minutos y fue maravilloso, por supuesto, yo adoraba a los BG desde niña y Michael hizo posible algo así.
Una vez estaba haciendo una entrevista sobre un corto o algo así y yo le dije que me iba mientras tanto, pero me dijo, ‘no, no, no, quédate’, así que me quedé por allí. Estaba hablando con este hombre, Steve… no recuerdo el apellido… y me puse a comer unas chucherías. Él me vio comer, y sonriendo me preguntó: ’¿qué es eso, son caramelos? Dame alguno’. Y yo: ‘no, son para mí…’. El chico de la entrevista se reía, Michael paró la entrevista… seguía pidiéndome caramelos y entonces le di un puñado en la mano, que se llevó a la boca… y empezaron a explotar todos. Eran caramelos que explotan en la lengua y tienen un sabor muy intenso. La reacción de su cara fue indescriptible. El entrevistador ya no podía contenerse la risa. Fue la broma perfecta…
Le encantaba gastar bromas a la gente, pero no le gustaba tanto cuando se las devolvían, sobre todo cuando eran por sorpresa, como esta… Era como un chiquillo, muy infantil y muy juguetón…
Otras veces se emocionaba mucho, sobre todo hablando de otros temas, como por ejemplo, cuando decía que ningún niño del mundo debería pasar hambre ni sufrir. Entonces su actitud cambiaba y decía que él deseaba cambiar las cosas en cada lugar del mundo por el que pasaba, para evitar que cosas así sucedieran.
Si tuviera que describir a Michael con una sola palabra, esa sería fenomenal. En el sentido de su preocupación por el mundo y de su generosidad. Así es como yo le veía, y le trataba exactamente igual que a cualquier otro amigo que yo haya tenido en mi vida.
Si tuviera que contar las veces que le he visto en total serían unas diez o doce ocasiones. Desde noviembre de 1998, después en diciembre y febrero, en 2000 le vi una vez durante unas pocas horas, y la última vez que le vi fue en marzo de 2009.
Cuando le conocí en 1998 no tenía ninguna relación sentimental, aparentemente. Cuando yo le hablaba de mí como madre soltera, él se sentía identificado conmigo en ese sentido, y nunca dijo expresamente que estuviera casado o que tenía una novia, por eso suponía que no tenía ninguna relación sentimental.
En 2007, Michael me contó que quería hacer con Neverland lo mismo que Danny Thomas había hecho con el Hospital de Saint Jude, en Memphis, él no quería formar parte de él ni vivir allí, pero sí colaborar para que se convirtiera en un hospital para niños con enfermedades terminales, y me decía bromeando que yo podía ir a trabajar allí, porque sabía que yo había estado trabajando en cuidados intensivos, y le gustaba el trabajo que yo hacía.
Cuando mi hijo era pequeño, a veces le llamaba y le cantaba ‘You are my sunshine’ por teléfono. Aparentemente lo recordaba años después porque en el colegio la cantó para su clase en la fiesta del colegio.
Tenía más amistades como yo… había una pareja en Tennessee, el nombre de ella era Peggy… y unos amigos en Virginia, a los que contó también sus ideas sobre Neverland.
Una vez me dijo que si le contaba a alguien que Michael Jackson era mi amigo personal me tomarían por loca y nunca volvería a tener paz, y es así, por tanto lo guardé para mí y pude disfrutar de una década de amistad con él.
Tuvimos conversaciones en varias ocasiones sobre las acusaciones de abusos. En una ocasión me dijo que Gavin le comentó que no estaba seguro de si le gustaban los chicos o las chicas y que estaba confuso y necesitaba ayuda. Michael le dijo que eso era algo que debía hablar con sus padres. Él se sentía mal por no poderle ayudar, pero no sabía cómo hacerlo. Michael decía que no podía entender cómo la gente le podía hacer tanto daño con esas acusaciones…
Estuve en Los Olivos tres días antes del juicio y nos vimos en Solvang y me dijo: ‘No puedo creer cómo la gente puede ser tan cruel para creer que yo haya hecho tales cosas… lo único que quiero es hacer las cosas de forma diferente…’. Bajó la cabeza y después la sacudió y la alzó y me miró… y podías ver que estaba destrozado. Eso le destrozó el corazón y nunca se recuperó… Vi a un hombre completamente destruido y roto en pedazos por esas acusaciones.
Tan solo una vez le vi beber una copa de vino. Nunca le vi beber alcohol, ni fumar, ni tomar drogas… excepto dos tylenol después de cenar, solo agua, o té…
A veces hablábamos de cuando éramos niños, de lo que nos pasaba cuando éramos niños… eso estaría en contra de la ley ahora en estos días. Entonces, cuando teníamos 9, 10 o 12 años, no era delito. Los padres nos podían dar unos azotes y pegar con el cinturón y nadie decía nada… mis vecinos me escuchaban llorar y suplicar y cerraban la ventana. Hoy en día es distinto, pero así eran las cosas entonces. Y yo sé que le pegaban, y yo crecí en esa época, y a mí me pegaban también, por cualquier cosa por pequeña que fuera… y la gente me pregunta qué hacía yo o qué clase de padres tenía yo… bien, no sé cómo eran los padres de Michael, pero le escuchaba hablar de su madre y comparábamos las situaciones… Me habló alguna vez de su padre, básicamente era un buen hombre, pero muy estricto y no sabía contenerse…
Teníamos charlas de todo tipo, sin limitaciones, nos reíamos, jugábamos… mi madre jugaba al solitario con él, y él le miraba las cartas por encima del hombro… compartían secretos de belleza entre ellos… Verle con la crema de mi madre puesta en su cara es una visión que no te puedes borrar de la mente…
Cuando mi madre falleció en 2008, él asistió al funeral. Tuve que llamarle para contárselo, pero al día siguiente se presentó en Carolina del Norte para asistir al funeral.
Era una persona muy cariñosa y singular. Singular por su pasión por la gente y el amor que sentía por todo el mundo… buscaba siempre el lado positivo de las personas…
(Cuenta que estuvo con Prince y Paris en un par de ocasiones, les llevó juguetes y estuvieron jugando con ellos durante dos o tres horas. Paris le hizo un dibujo que todavía conserva. A veces observaba a Prince y a Michael y los pillaba a ambos con la misma pose, ya fuera en el sofá con el brazo apoyado en la barbilla o algo parecido…)
El 23 de junio de 2009 fue la última vez que hablé con Michael. Me invitó a ir a Los Angeles a pasar unos días antes de irse de gira y a que conociera a su madre. Decidí ir esta vez porque otras veces no había podido hacerlo debido a mi trabajo… Entonces estaba ese día 25 en el trabajo y un amigo que ya falleció me llamó y me dijo que no quería hablarme por teléfono… fue a mi casa y yo ya tenía las maletas preparadas, tres maletas llenas y una de ellas con cosas para los niños… Mi amigo me dijo que conectara la tv en cualquier canal y cuando lo hice, apareció: Michael Jackson ha fallecido a los 50 años de edad… Le dije que debía ser una noticia falsa… que no podía ser… él dijo que era cierto, por desgracia… no recuerdo ya nada más a partir de ese instante… la tv siguió encendida pero yo estuve llorando por al menos dos horas… Nunca me he sentido así antes… he perdido a un verdadero amigo. He perdido a mucha gente, a mi madre unos años antes y a un buen amigo en el mismo año…
He intentando ponerme en contacto con su madre al numero de tf que tenía suyo de Hayvenhurst, sin éxito. Llamé al departamento de policía de LA y les pedí ayuda, pero me decían que recibían unas 200 llamadas diarias pidiendo lo mismo. Hice lo que estuvo en mi mano para contactar con su madre porque tengo cosas que Michael me confió y cosas que quería que le diera en el caso de que él no pudiera hacerlo. Lo único que quiero es darle algo a su madre y no necesito más que unos pocos minutos… para darle algo que prometí a Michael hace algunos años… son cosas que no puedo revelar, algunas sin abrir tal y como Michael me las entregó… solo quiero hablar con su madre, de madre a madre… lo he intentado durante ocho años y medio y nadie me ha tomado en serio…
(En una ocasión pudo hablar con Joe Jackson y llegó hasta la casa de Calabasas y recibió un permiso de su parte para poder entrar a la casa y hablar con Katherine, que estaba dentro, pero salió un guardaespaldas y hablándole rudamente le dijo que quién demonios se creía ella que era, que el señor Jackson no mandaba allí, que mandaba él. Y se tuvo que marchar. Joe Jackson la llamó después para disculparse por lo que había pasado y le pidió que volviera, pero ella le dijo que no).
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