Se cumplen 25 años del concierto que Michael Jackson ofreció en Canarias
Eran las 22.15 horas del 26 de septiembre de 1993 cuando comenzaron a sonar en Santa Cruz de Tenerife los primeros compases de Carmina Burana, la obra de Carl Orff que Michael Jackson había escogido como apertura de su espectáculo Dangerous World Tour. De ese acontecimiento se cumplen esta semana 25 años en lo que se ha convertido en el mayor concierto celebrado en la historia de nuestro archipiélago.
Fueron 50.000 las personas que pagaron entre 5.000 y 10.000 de las antiguas pesetas (60 euros) para poder ver en directo al icono mundial del pop que escogió la dársena marítima de la capital tinerfeña como estación de su Dangerous World Tour, una gira cargada de luces y sombras. Por una parte, celebraba la puesta a la venta de éxitos eternos como Jam, Remember the Time, Black or White, Who Is It o Keep the Faith, pero a la vez combatía con la polémica que rodeaba al artista por haber supuestamente abusado sexualmente de menores. La primera noticia que se conoció al respecto fue justo un mes antes de que el rey del pop aterrizara en Tenerife, el 21 de agosto de 1993, cuando la policía de Los Ángeles ingresaba con una orden a su mansión Neverland para registrarla y buscar pruebas tras la denuncia del padre de un menor que acusaba al cantante de haber abusado de él sexualmente.
Ese desagradable suceso generó aún más expectación sobre del concierto del que fuera líder de los Jackson Five, que revolucionó Tenerife «de forma espectacular», recuerda Nacho González, el fotógrafo que cubrió para CANARIAS7 el evento. Recuerda este profesional de la imagen que «hace ya 25 años, pero fue una semana que nunca podré olvidar. Desde que me comunicaron que iba a cubrir el evento como enviado especial junto a mi compañero Víctor Rodríguez Gago, fuimos a Tenerife en busca de las mejores imágenes de la llegada de Michael Jackson. Pero como viajamos un día antes, tuvimos la suerte de poder visitar la suite donde se iba a hospedar con jacuzzi incluido y, horas después, ya no permitieron que ningún medio pudiese acceder a ella», recuerda satisfecho Nacho González. A lo que no llegaron a tiempo fue a la visita que realizó a las instalaciones de Loro Parque.
Fue el único concierto de la exitosa gira ‘Dangerous World Tour’ que ofreció en Europa
Al día siguiente, recuerda el fotógrafo que «Michael aterrizó en la isla y fue recibido por dos niños que le agasajaron con un ramo de flores en plena pista tras bajar del avión, pero no pudimos ver si vino acompañado de niños o no, que era el gran foco de atención por la polémica de la investigación por abusos sexuales en la que estaba inmerso», cuenta, a la vez que recuerda que le cedió a la Agencia EFE fotos del aterrizaje de la estrella en Tenerife porque «el compañero tuvo problemas con los carretes».
Las horas previas al concierto fueron frenéticas, rememora González: «Tuve que ir al aeropuerto antes de llegar al concierto para enviar por avión carretes de fotos de ambiente previo a Gran Canaria. Cuando nos citaron, nos impidieron tener objetivos de más de 200 mm. pero yo usé un duplicador que me permitió sacar primeros planos –los que aparecen en esta página–». A Nacho le sorprendió muchísimo la transformación que experimentó el artista desde su aterrizaje hasta que pisó el escenario: «Cuando bajó por las escalerillas del avión, dio la impresión de estar débil físicamente, con una mascarilla de oxígeno puesta incluso, pero cuando lo vi sobre el escenario, era él. Fue espectacular ver como bailaba y la puesta en escena del espectáculo, con efectos especiales impresionantes. Ahí demostró lo grande que era como artista», reconoce el reportero gráfico.
Michael apareció con un gran salto desde debajo del escenario y una lluvia de fuegos artificiales para comenzar a cantar la canción Jam. Fue el primer plato de un concierto que los seguidores más fieles calificaron de soso y sobrio, pero que los canarios disfrutaron como nunca en un evento que hizo historia.
[Canarias 7]
Hoy hace 25 años que el ‘rey del pop’ dio su concierto en Tenerife
Corría el año 1993 cuando Michael Jackson anunció que iniciaría una nueva gira mundial, la segunda para la estrella, llamada Dangerous World Tour. Y el único concierto en Europa dentro de esa gira iba a ser aquí, en Tenerife, como puente entre Estambul (Turquía) y Recife (Brasil). Todavía muchos recuerdan el boom promocional que para Tenerife significó aquel hito. Durante meses se habló de la Isla y colectivos de seguidores del cantante, procedentes de la Península y del resto de Europa, se dieron cita en la Isla. Lo hicieron con antelación para poder recibirlo en el aeropuerto y acompañarlo hasta la puerta del hotel, así como en sus posibles desplazamientos antes del concierto. Muchos de ellos situaron por primera vez sobre un mapa a las Islas Canarias. Además, las acusaciones de abusos sexuales a un menor vertidas sobre la estrella unas pocas semanas antes dieron más morbo a aquella parada. El planeta música se dividía entre aquellos que creían en la inocencia del artista y los que lo condenaban justificándose en sus innumerables excentricidades.
Pero ya fuera por unos u otros motivos, muchos tinerfeños pasaron la noche haciendo cola poder coger el mejor sitio en la explanada del recinto portuario de Santa Cruz de Tenerife. Una vez se abrieron las puertas, 90 minutos de éxtasis musical. Después, 25 años de un imborrable recuerdo. La presión mediática sobre el artista por el caso del pequeño Jordan -así se llamaba el menor del que supuestamente abusó- acabó minando su salud. Tras su concierto en Ciudad de México en noviembre de ese mismo año, tan solo siete semanas después de haber actuado en la Isla, Jackson cancelaba el resto de gira.
La inesperada muerte de Michael Jackson, sumada a las particulares circunstancias en las que se dio, significó la primera gran bofetada a esta sociedad incansablemente machacona e intrusiva con las vidas de los artistas. Después de la de MJ ha habido otros sonados casos, como la repentina desaparición de Amy Winehouse, luego la de Whitney Houston, y más recientemente la del dj sueco Avicii. Artistas convertidos a la fuerza en ídolos por la industria, y que, al final, resultan ser gente corriente tratando de vivir sus vidas, mientras millones de personas a su alrededor insisten en que vivan otras, ejerciendo una presión que acaba siendo insoportable.
LA ENTRADA
Son una legión los que guardan la entrada como un auténtico tesoro, como recordatorio de que el artista más grande que se haya subido a un escenario paseó por las calles de Tenerife y cantó para sus gentes. Los hay que, incluso, conservan el cartel anunciador en gran formato del show, quizás, tras haberlo sustraído de la marquesina de alguna apartada parada de guaguas de la capital. El pasado 29 de agosto, Michael Jackson habría llegado a la edad de 60 años. Y aunque han pasado ya nueve desde su muerte, su trono de rey del pop aún no ha sido ocupado. Quizá otros canten como él, bailen como él o hagan videoclips como los de él, pero nadie, todavía, ha hecho nada de eso mejor que él.
[Diario de Avisos Plató del Atlántico]