Faltan las palabras adecuadas tras esta escucha... Tras ese impasse de tiempo rápido y a la vez eterno en el que la mano tiembla para apretar el ratón y pulsar ese play... Tras eso, ÉL llega, él llega de nuevo, el viene a mi, él vive, él me canta... En ese minuto y medio bendito y sagrado a la vez que maldito y desgarrador... Él resucita y está aquí conmigo de nuevo...
Luego no hay nada. Una nada con lágrimas y un abrazo... Mas allá de la perfecta canción, de la letra dicha por él, de la interpretación, de la garra, mas allá, aun mas allá está ese c’mon now... Es ahí cuando el vacío se llena de VIDA, y cuando esta misma, mas cobra sentido...
Después el vacío me atrapa y me cuesta mucho soltarme. Después sólo me trago lo salado que me recorre a ambos lados de la cara y el mundo se silencia mientras mi interior sólo grita que le quiere. Nadie me escucha, sólo yo... Y espero que ÉL.
Que le quiero, que le necesito y... Gracias.
Faltan las palabras... Y sobran casi todas.
Te quiero.