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Liz Smith: "Recordando a mi Michael Jackson"

Xtarlight

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La periodista de sociedad Liz Smith comenzó con su columna en el New York Daily News en 1976. Ganadora de un Emmy, Smith llegó a ser la periodista mejor pagada de USA. También consiguió millones de dólares para organizaciones benéficas y otras obras. Ayer murió en su casa de Manhattan, New York a los 94 años.

La recordamos el artículo que escribió en junio de 2009.

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Recordando a mi Michael Jackson

"¿Qué lee mi señor Hamlet?"

"Palabras, palabras, palabras".

Así transcurría la conversación entre Polonius y el danés melancólico.

Y son palabras, palabras, palabras las que tenemos ahora tras el impactante fallecimiento de Michael Jackson a sus 50 años. Palabras encomiosas y extravagantes, palabras amargas, palabras acusadoras y palabras de defensa.

Pero lo que me impactó a mi, tan pronto como escuché la notica, fue una terrible sensación de deja vu.

¿No habíamos vivido esto antes? ¿No habíamos visto morir a Michael muchas veces a lo largo de los años, la muerte de su inocencia, la muerte de su belleza juvenil, la muerte de su reputación?

Como con las pérdidas de Marilyn y Elvis, hubo un shock, pero no una verdadera sorpresa.... eran iconos en cuyo destino estaba encontrar finales infelices. Sobre todo en el caso de Michael, que eligió vivir en un precipicio absoluto durante años y que acabó cayendo al abismo.

¿Fue una víctima o un depredador? ¿Atrapado por la fama o extasiado por su existencia? ¿Un hombre humanitario o uno que se autopromocionaba? ¿Un Peter Pan o un duro magnate de los negocios? ¿O quizá vivió todos esos papeles?

Al contrario que su gran amiga Elizabeth Taylor, a la que su familia y sus jefes de los viejos estudios MGM también explotaron como a una gallina de los huevos de oro, Michael no pudo o no quiso romper con sus traumas infantiles.

Parecía incapaz de comenzar a vivir la vida como un adulto autónomo, con pasiones adultas y un centro de realidad básico. La carrera de Taylor era secundaria a su vida como mujer, a la crianza de sus hijos. Se las arregló para equilibrar el inevitable narcisismo con una visión más terrenal de sí misma y su situación.

Michael, como Elvis - quizá por la emoción que la música crea en el público - acabó viviendo en la irrealidad.

Elvis y él construyeron sus propias prisiones y adecuaron sus extrañas vidas a sus propias personalidades. No se quedaron con buenos consejos. Se rodearon de la peor calaña de los que les facilitaban lo que querían. (¡De hecho ellos son los que podrían haber matado a Michael!).

Vendrán más palabras. Los titulares actuales son sólo el comienzo, saldrá a la luz todo lo que nunca quisiste saber y habrá una guerra por los millones de Michael y la custodia de sus pobres hijos que llenarán los tabloides durante años.

Así que es así como yo quiero recordar a Michael, no como la megaestrella, no como el Wacko Jacko, sino como a aquel adorable chico al que conocí un poco mientras trabajaba en "The Wiz" cuando tenía 16 años. Era tímido, por sorprendente que parezca, para alguien que ya era un veterano en este mundillo y una estrella. Sus discos en solitario "Off the Wall" y "Thriller" estaban a la vuelta de la esquina. Todavía era el brillante líder de los Jackson Five, un grupo que nunca habría despegado de no ser por el talento único de Michael. (Algo similar a la carrera de su amiga/mentora/inspiración, Diana Ross y sus Supremes.)

No había nada, insisto, nada que sugiriese lo que estaba por llegar en términos de excentricidad.

Todavía no había alterado su cara. Era un joven guapo en el rodaje de "The Wiz." Me gustaría tener algo dramático que contar, pero en aquellos días, Michael no estaba rodeado de drama alguno. La energía que emanaba de él era de alguien con ganas, honestidad y trabajo duro.

Su delicada forma de hablar no era tan delicada como acabó siendo con el tiempo. No parecía una frágil heroína de Tennessee Williams, rota por la vida, y con miedo a la luz. Sólo era un chico creciendo. Encantador.

Durante la boda de Elizabeth Taylor con Larry Fortensky, yo estaba en Neverland y me senté junto a Michael durante la cena de boda.

Aquella noche me explicó su amor por Elizabeth. "Ambos fuimos estrellas infantiles. ¡Nos comprendemos el uno al otro!". Me asombraba aquel Michael cuya ropa y su maquillaje estaban más elaborados que los de la novia. (Y el novio, Fortensky, que no se pasó mucho por la mesa.)

Volví a ver a Michael unos años después, en 2001, entrando en una fiesta. Presencié todo el ritual de la entrada de una estrella.

La sala vibraba, casi literalmente. Las respiraciones se intensificaban o paraban. El sentido común y las buenas maneras salieron por la ventana. Los codos y rodillas se convirtieron en armas letales. Otros famosos se subían a las sillas para ver mejor. Michael entró caminando al estilo estrella en cámara lenta, pálido con pestañas a lo Bambi, murmurando pequeños "gracias" y dando bendiciones mientras atravesaba la multitud que se iba separando de él.

Cómodo por lo familiar, receloso del precio que había pagado, cínico atractivo en los ojos. Parecía imposible que le estuviera llegando oxígeno suficiente para respirar. Para bien o para mal, escenas como aquella, y algunas todavía más extremas, eran su oxígeno, su modo de vida. Había salido de la realidad. Pensé que ya había estado con él en varias ocasiones y ni siquiera intenté hablar con él.

Ya estaba fuera de este mundo.

Preferí recordar a aquel encantador jovencito que sonreía con una calidez genuina, se reía, y encogía su cabeza con timidez cuando le alababas por algo.

Para acabar, no queda mucho que añadir más allá del hecho de que esta alma trágica fue posiblemente ¡el artista con mas talento de nuestra generación!

[Liz Smith]

*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
Por favor, no utilices esta traducción en otra web, foro o facebook, en su lugar, pon un link directo a este post. Gracias!
 
El artículo es un poco críptico al comienzo con esa cita de Hamlet. En la conversación entre Polonio y el danés melancolico, como era conocido tambien el principe Hamlet, le pregunta de qué tratan esas palabras, y Hamlet le responde que tratan de calumnias. Quizás así tenga más sentido la cita.

Aun así, sus palabras me parecen demoledoras por más que tengan una buena carga de razón. Palabras, palabras, palabras. A veces en exceso.
 
muy bueno este texto, es la cruda y triste realidad, ya MJ no era de este mundo , no se como pudo aguantar tanto tiempo el peso de la fama , luchar con sus propios demonios, que lastima que no se haya cuidado mas.
 
Volví a ver a Michael unos años después, en 2001, entrando en una fiesta. Presencié todo el ritual de la entrada de una estrella.

La sala vibraba, casi literalmente. Las respiraciones se intensificaban o paraban. El sentido común y las buenas maneras salieron por la ventana. Los codos y rodillas se convirtieron en armas letales. Otros famosos se subían a las sillas para ver mejor. Michael entró caminando al estilo estrella en cámara lenta, pálido con pestañas a lo Bambi, murmurando pequeños "gracias" y dando bendiciones mientras atravesaba la multitud que se iba separando de él.

Cómodo por lo familiar, receloso del precio que había pagado, cínico atractivo en los ojos. Parecía imposible que le estuviera llegando oxígeno suficiente para respirar. Para bien o para mal, escenas como aquella, y algunas todavía más extremas, eran su oxígeno, su modo de vida. Había salido de la realidad. Pensé que ya había estado con él en varias ocasiones y ni siquiera intenté hablar con él.

Ya estaba fuera de este mundo.

Me quedo con esta parte de la historia y es que si, lamentablemente Michael fue matandose poco a poco y eligió, quiero no creer que por consecuencia de las acusaciones, alejarse de todo muy tarde cuando tuvo a los hijos y tuvo un receso entre 2005-2009 con los medios y la fama en general...
 
Pues no creo que Michael se haya alejado de la realidad, porque super tuvo muy claro que había una persecución en su contra.
Creo que lo fueron matando poco a poco con las porquerías de medicamentos que su médico le aplicaba para aliviar el insomnio y los dolores que padecía por su hernia en la columna.
Pero decir que Michael se fue de la realidad, para mí es blasfemia hacia él. Cómo decir que fue un mal padre. Siempre estuvo muy pendiente de sus hijos.
Así haya muerto está señora, creo que el artículo se fue muy al extremo


Luis Martín
Colombia.
 
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