mjj2021
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Pero estabas. A todos nos ha ocurrido, elegir por azar el sitio menos adecuado en el momento más inoportuno.
Como en una urgencia mingitoria que te obliga a entrar -tipo G.e.o. en misión de asalto- en el primer bar que encuentras, fuera de tus zonas habituales. En un barrio alejado y -tal vez en una calle que ni siquiera sabías que existía-, mas una vez tranquilizada la vejiga, al salir del lavabo ves en la barra a un viejo amigo con un sujeto extraño. Te acercas a saludarle y adviertes su nerviosismo creciente. Eran un clásico los rumores sobre este amigo, y tras un breve e inquieto saludo, en el que a propósito evitas darle recuerdos para su familia; te marchas sabiendo que él nunca esperó encontrarte en ese bar, ese día y a esa hora. A tu espalda y como una presión casi física, el aleteo espectacular de pestañas de su acompañante...
Como en una urgencia mingitoria que te obliga a entrar -tipo G.e.o. en misión de asalto- en el primer bar que encuentras, fuera de tus zonas habituales. En un barrio alejado y -tal vez en una calle que ni siquiera sabías que existía-, mas una vez tranquilizada la vejiga, al salir del lavabo ves en la barra a un viejo amigo con un sujeto extraño. Te acercas a saludarle y adviertes su nerviosismo creciente. Eran un clásico los rumores sobre este amigo, y tras un breve e inquieto saludo, en el que a propósito evitas darle recuerdos para su familia; te marchas sabiendo que él nunca esperó encontrarte en ese bar, ese día y a esa hora. A tu espalda y como una presión casi física, el aleteo espectacular de pestañas de su acompañante...