¿Quién tiene a Muscles enrollada alrededor del cuello?: Jonathan Morrish, jefe de prensa de Epic en Reino Unido.
“Llevé a dos ganadores de un concurso del periódico para conocerle en San Diego. Cuando estábamos a punto de irnos me preguntó: “¿Qué haces pasado mañana?” Murmuré algo sobre volver a mi hotel. “¿Por qué no vuelves a mi casa?”, preguntó Michael. Y 48 horas después estaba tomando helado con Michael, su madre y su boa constrictor, Muscles, en la cocina de su casa de Encino".
Jonathan organizó muchos eventos para Michael en UK: el museo de cera Madame Thussaud, la cena en Guildhall… Organizó eventos cada vez que Michael estuvo en UK.
En 2009 comentó esto:
“Cuando conocí las noticias de que Michael había fallecido, simplemente sentí una total incredulidad. Para mí era una figura más grande que la vida y las noticias no parecían ser reales. Era como si él perteneciera a todo el mundo y por eso nunca podría ser arrebatado de aquí. Mis pensamientos están con su familia. Michael, gracias por la música. Y gracias por los recuerdos".
Jonathan Morrish.
Fuente: UK loves MJ | Facebook
Añado otra nota escrita por Jonathan Morrish hablando de su relación con Michael. (The Independent-junio 2009)
Jonathan Morrish: “Tuve el honor de trabajar con él”
“Fui increíblemente afortunado y privilegiado de trabajar con Michael, bueno, en realidad con los Jacksons cuando se unieron a CBS desde Motown en 1976 y también de haber permanecido unido a su carrera hasta su último álbum, Invincible, en 2001.
Simplemente, Michael Jackson fue el mayor cantante y bailarín de todos los tiempos y su muerte no es solo una inmensa y trágica pérdida sino que tristemente anuncia el final de una era. Michael cambió el modo de hacer música y a la industria musical. Sus vídeos elevaron las barreras hacia nuevos estándares y sus giras mundiales llevaron a la música en escena a unos niveles de excelencia artísticos y técnicos sin precedentes. Deja detrás de sí un legado que será escuchado por las generaciones venideras.
Como estrella infantil, lo que es probablemente el cargo más difícil de llevar, era un hombre cuya confianza tenías que ganar legítimamente. Comprendía la dinámica del mundo del espectáculo –la disciplina, la necesidad de perfección, el ojo para el detalle- y esperaba lo mismo, legítimamente también, de la gente que trabajaba con él.
Pero podía ser traviesamente cómico. Una vez en Alemania, justo antes de un programa de televisión, insistió en que me quedara detrás de un cámara para que si se distraía, pudiera llamarme para sustituirle. No hace falta decir que después de unos cuantos minutos me hizo señas y yo salí obedientemente a ocupar mi lugar–y era en directo en tv frente a 30 millones de personas- ¡mientras él se iba! No importaba. Creo que era su forma de divertirse y desafiar.
Tenía una mente encantadora y en nuestros viajes alrededor del mundo y las ciudades en que actuaba se aseguraba de visitar galerías y ver los sitios importantes. Sí, le gustaba ir de compras y por supuesto las tiendas se cerraban para él, dada la imposibilidad para el hombre más famoso del mundo de comprar a horas normales. Pero lo hacía para que todo el mundo a su lado se divirtiera y era increíblemente generoso.
Como también lo era como artista, dándolo todo en el escenario para sus fans que habían pagado para verle. Darles lo que querían y les gustaba y hacerlo con estilo, pasión, energía y con las mejores condiciones técnicas”.
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