Entrevista realizada por Brice Najar, autor del libro: LET’S MAKE HISTORY.
https://www.youtube.com/watch?v=wPU06p1vyfg
http://bricenajar.com/en/stevenpaulwhitsittinterview/
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http://whitsittphoto.com/index.htm
Todas las fotografías que aparecen en esta entrevista son propiedad de STEVEN PAUL WHITSITT y no tengo ningún derecho sobre ellas.
¿Nos puede contar cómo surgió en usted la pasión por la fotografía que le llevó finalmente a convertirse en su profesión?
Durante mi juventud, mi padre era fotógrafo aficionado y cada vez que íbamos de vacaciones nos decía: “Ok, ¡todos mirando y sonriendo!” (risas). Así que no pensé mucho en la fotografía por entonces, pero en mi adolescencia, él tomó algunas clases y me llevó al cuarto oscuro en un par de ocasiones. Siempre recordaré la primera vez que vi una foto en blanco y negro en el revelado. Era simplemente mágico y pensé que era lo más asombroso que había visto nunca. Después pasé 5 años en el ejército y tuve que hacer algo más, aparte de …. ¡beber! De modo que cogí la cámara y descubrí que me gustaba de verdad, y cuando salí del ejercito me hice el regalo a mi mismo, por haber sobrevivido a todo aquello, de un viaje al este de África. Fui a Kenia, Uganda… y mientras estaba allí, pensé: “¿Qué voy a hacer el resto de mi vida? Me gusta viajar y los fotógrafos tienen que hacerlo”. Y decidí que sería fotógrafo. Fui a la escuela y me gradué en tres años, y después me fui a Los Ángeles para empezar mi carrera.
¿Qué le parecía Michael Jackson y su música antes de trabajar con él?
Crecí en Michigan, en una pequeña ciudad al norte de Detroit. Crecer allí en los 60 y los 70 era escuchar constantemente el sonido Motown con Diana Ross y The Supremes, Smokey Robinson, y cuando los Jackson 5 aparecieron, ¡estaban en todos lados! Particularmente me acuerdo cuando hicieron la serie de dibujos animados, ¡era tan linda y divertida! Pero jamás soñé siquiera que algún día le conocería.
¿Cómo se puso en contacto para trabajar con Michael Jackson y qué recuerda en especial de la primera vez que se vieron?
Me gradué en 1990 y fue entonces cuando empezó mi carrera oficialmente. Estuve buscando por Los Ángeles y yo quería trabajar con fotógrafos que hicieran el tipo de trabajo en el que yo estaba interesado; música, espectáculo y todo eso. En aquellos tiempos en que empezaba, la trayectoria de una carrera como fotógrafo consistía en que asistías a otros fotógrafos, les ayudabas a poner el carrete en la cámara, a colocar las luces y cosas así. Cada profesión tienen su propia agrupación, y yo conocía a un ayudante que me llamó un día y dijo: “Tengo un encargo y no puedo hacerlo, ¿puedes hacerlo por mí?”.
“¿De qué se trata?”, pregunté. “Es algo excitante, es con el fotógrafo de Michael Jackson”. Y le contesté: “Ok, genial”. Entonces me presenté y se trataba del vídeo “Black or White”. Ese día pasaron un par de cosas. Una de ellas fue que Paul y Linda McCartney pasaron por allí y pensé que aquello era algo extraordinario. Aquel día creo que estaban rodando los bailarines africanos y al siguiente eran los tailandeses. De modo que estaba con su fotógrafo trabajando y le gusté lo suficiente como para mantenerme durante los siguientes tres años como su ayudante, para el vídeo BOW, en Neverland varias veces, en la entrevista de Oprah, en la Superbowl y en cosas así. Al final me llevó para una parte del Dangerous Tour. Fui con él a Suramérica: Brasil, Argentina, Chile y Ciudad de Mexico.
En un momento dado, mientras ayudaba, tuve una conversación con Michael. Hubo una ocasión estando en Neverland en que el fotógrafo con el que trabajaba olvidó su chaqueta, o lo que es lo mismo, la olvidé yo, claro. Así que volvimos hasta el cine y entré a buscarla. Y allí estaba Michael. Era la primera vez que me quedaba a solas con él en una habitación y le dije: “Perdona, Michael, lo siento pero olvidé una chaqueta y volví a buscarla”, y él me dijo: “Está bien, Steve, no hay problema”. Se acordaba de mi nombre, sabía mi nombre. Le dije: “Sabes, Michael, es un honor de verdad poder trabajar contigo”. Él contestó: “Steve, es un honor poder trabajar contigo también”. Ese fue un momento bastante especial para mí.
Por aquel tiempo había estado trabajando en su organización y conocí a mucha gente. Durante el Dangerous Tour, había conocido a una mujer en Brasil que me envió un regalo a la oficina de Michael, y me llamaron desde allí diciendo: “Tenemos un paquete para ti, ven a recogerlo”. Cuando llegué, dijeron: “Se lo hemos dado al otro fotógrafo”. Como había estado trabajando como su ayudante, asumí que ya no vería más a esta gente de nuevo… así que salí despidiéndome… “Adiós, me ha encantado trabajar con ustedes…”. Una de esas personas era Bob Jones, vicepresidente a cargo de la comunicación, que dijo: “Steve, entra y siéntate”. Hablamos y fue muy amable conmigo. Me fui a casa y una semana después sonó mi teléfono y era la secretaria de Bob Jones. Me pasó con él y me preguntó: “Steve, estarías interesado en una entrevista para el puesto de fotógrafo?” En el mundo de la fotografía no paso eso. Siempre digo que es lo mismo que si el cirujano que te está operando tiene que irse y te deja en manos de la enfermera, diciéndole: ‘ok, termine usted’. Entonces, fui a la entrevista y dijo: “Vamos a enviarte a Nueva York, tendrás la oportunidad de hacer un reportaje con Michael. Si le gustas y la química es buena, tendrás el trabajo, y si no, bueno…”
Esta es la clase de cosas que me gustan, porque solo quiero tener éxito por mis propios méritos, no porque alguien conoce a alguien o lo que sea. Quiero tener la oportunidad de decir: “Ok, este soy yo y este es el trabajo que hago. Si te gusta, genial, si no te gusta, genial también”.
Nunca en mi vida había estado en Nueva York y necesitaba hacer un reportaje. Necesitaba reunir todo lo que hacía falta para poder hacerlo. Tenía que encontrar un estudio, cámaras y equipo, iluminación, fondos, catering, un lugar donde alojarme y un sitio donde revelar las películas. Por suerte, otro de los fotógrafos a los que había ayudado, Neil Preston, me aconsejó y me dijo todas las cosas que tenía que hacer. Es un fotógrafo extraordinario que me enseñó mucho y le debo mucho también. Y llegó el día en que estaba todo listo para hacer el reportaje en Nueva York. Por supuesto yo estaba un poco nervioso y pensaba: “¿Por qué razón elegí esta profesión?”, y acabé resolviendo que “me convertí en fotógrafo porque es divertido, quiero asegurarme de que me divierto haciendo esto”. Esa era mi motivación. Entonces llegó allí Michael y le dije: “Muchas gracias por esta oportunidad”. Empezamos con el reportaje y cuando paramos para un descanso, me di cuenta de que Michael estaba solo, así que fui hasta él y le hablé. “Gracias de nuevo, Michael. Espero que lo estés pasando bien. Sabes, cuando estaba en sexto curso, estuve sentado todo el año junto a una niña llamada Katerina Thompson, y discutimos sobre quién era el grupo mejor, si los Jackson 5 o los Osmonds. Y te digo, Michael que te apoyé incluso entonces”. Él se rió y lo consideró algo muy divertido que rompió el hielo de alguna manera y creó un ambiente cálido entre ambos. En ese primer reportaje, Michael llevaba una chaqueta militar con cordón dorado en los hombros, y cuando terminamos el reportaje, Bob Jones vino hacia mí y me dijo: “No sé lo que le habrás dicho pero le gustas, así que si las fotos son buenas, tienes el trabajo”. Así que revelé las fotos y conseguí el puesto.
El hecho de que empezara a colaborar con él en 1994, mientras trabajaba en un nuevo álbum, ¿le permitió observar al artista trabajando?
No pude verle realmente en el estudio de grabación ni nada por el estilo, pero sí hizo muchas de las grabaciones en Record Plant, de Nueva York. Lo que yo hacía normalmente era viajar hasta allí en jueves o viernes, hacíamos fotos en sábado o domingo y volvía el lunes. Así que, a veces, él estaba en el estudio y yo entraba y charlaba con él. De hecho vi cómo grababan algo que después no se publicó nunca. Eran él y un coro infantil, y reconocería la canción si la escuchara. Pero nunca la he escuchado y no sé que pasó con eso… estoy seguro de que está guardada en alguna parte… recuerdo una vez estando con él en el estudio, donde tenía una oficina privada en la que nos solíamos sentar y charlar, pero esta vez estábamos en una zona más pública y estaba sonando la canción en la que él había estado trabajando. Y tan pronto como empezó la música, dejó de prestarme atención a mí. Estábamos hablando frente a frente pero, tan pronto comenzó la música, se evadió. Eso era interesante para mí porque vemos pasar miles de cosas cada día ante nosotros, y cuando estoy en internet leo cosas, pero busco imágenes visuales. Las busco por su calidad, busco algo que no haya visto antes, o algo así, y eso es lo que me distrae a mí. Lo que distraía a Michael era la música, y si tu estabas tratando de hablar con él en ese momento, simplemente lo perdías. Todavía trabajo con muchos músicos hoy día, como el saxofonista de jazz, Marcus Anderson, y es muy parecido. Hablamos de un montón de cosas, pero cuando la música está sonando, ahí es donde ponen toda su atención.
Usted estaba con Michael en Budapest en agosto de 1994, para el rodaje del Teaser de HIStory. ¿Puede contarnos cual fue su tarea allí, durante el rodaje y sus viajes por Hungría?
Bueno, me dijeron que tenía el trabajo, pero no me dijeron en realidad cuándo o dónde empezaría. Así que mi vida continuó bastante parecida a como era antes de hacer la prueba con ellos. Pero un día, suena mi teléfono y era el jefe de seguridad de Michael. “Steve, Michael quiere hablar contigo esta tarde. Asegúrate de que estarás en casa”. Y yo pensé: “Michael quiere hablar conmigo, más vale que me quede en casa”. Entonces me quedé, y a las dos de la tarde sonó el teléfono. “Un momento, le paso a Michael”. Se puso al teléfono y dijo: “Steve, necesito que viajes en un vuelo nocturno a Nueva York, donde vamos a hacer un reportaje Lisa Marie y yo. Y después nos vamos hasta Budapest para un rodaje”. No me dijo nada sobre qué se trataba. De esta manera es como solía trabajar siempre con Michael y como han sido también las cosas en mi carrera a menudo. Ser una persona creativa te obliga a ser capaz de presentarte con la confianza suficiente para que, no importa lo que pase y de qué situación se trate, puedas hacer que suceda algo. Yo no tenía ni idea de qué había que hacer en Budapest, solo sabía que tenía un trabajo allí.
Me fui a Nueva York e hicimos el reportaje con Michael y Lisa Marie. Era una especie de anuncio de su boda, aunque ya estaban casados. Habia otro fotógrafo allí y era el fotógrafo de Lisa. Cuando me vio, debió pensar: “¿qué estás haciendo tu aquí? Se supone que no debía haber otro fotógrafo aquí”. Yo pensé: “Ok, Michael me pidió que viniera, así que tengo razones suficientes para estar aquí”. Estaba molesto porque yo tenia un ayudante y él no. Entonces le dije: “Mira, vamos a estar haciendo fotos en momentos diferentes, así que usa a mi ayudante, no importa. Utiliza todo lo que he traído, no me importa. No soy una amenaza para ti. No tienes que sentirte amenazado por mí”. Al final del día me dio la mano afectuosamente y dijo: “¡Guau! Muchas gracias por toda tu ayuda. Lo aprecio de verdad”. Eso es algo que siempre he tratado de transmitir. Hay muchas veces en que otros fotógrafos están a tu lado y creo que no tengo por qué ser competitivo ni resultar una amenaza para nadie. Las cosas funcionan mejor si les hago sentir que no soy una amenaza para ellos. Es algo que trato de hacer.
Al día siguiente volamos a Budapest, pero mis recuerdos están confusos porque pasó todo muy deprisa… En ese punto era la primera vez que yo era el fotógrafo de Michael en tal situación y trataba de imaginar cual era mi papel y cuanta interacción quería conmigo. El director de fotografía vino y me dijo: “Quiero saber cómo iluminas a Michael”. Y yo: “Caramba, ¡el director de fotografía eres tú!”
Esa gente son genios por lo general con la iluminación, pero me escuchaban a mí y yo me sentía muy honrado por el hecho de que me preguntaran. Como siempre que se trataba de videos musicales, el director de fotografía se acercaba a mí para preguntarme: “¿Cómo planteas la iluminación?” y cosas así. Siempre era un honor para mí. Recuerdo que hicimos un vertido de acero en una acería a las afueras de Budapest. Michael ni siquiera estuvo allí ese día, pero estuvo genial. Siempre trato de no mirar solo lo que pasa frente a mí, sino de salir a capturar el ambiente. Así que cuando estábamos haciendo ese vertido de acero, me di una vuelta por allí e hice retratos en blanco y negro de los trabajadores de la acería. Todavía siguen siendo algunos de los retratos favoritos que he hecho nunca. Eso ni siquiera tenía nada que ver con Michael, pero siempre trato de trabajar en mis propias cosas y tener mi propia visión de las cosas al mismo tiempo que estoy haciendo el trabajo para el que me han contratado. Nunca paro de cantar, nunca paro de mirar las cosas…
Mientras estábamos en Budapest había siempre montones de fans de Europa siguiendo a Michael, y yo estaba fascinado por eso. Ellos sabían que él saldría del hotel y se quedaban allí afuera. Alguna gente del personal del equipo se metía conmigo un poco en broma porque me paraba y conversaba con estos chicos. La razón era porque me parecía interesante que alguien se gaste mucho dinero siguiendo a otra persona alrededor del mundo. A un nivel filosófico, no me gusta ponerme jamás por encima de nadie, y mientras que mucha gente del equipo miraban a los fans por encima del hombro, yo charlaba con ellos sobre lo que esperaban de la vida y cuales eran sus sueños. Me hice amigo de un par de ellos y todavía lo somos en la actualidad. Recuerdo que vi alguno de ellos en Budapest y entonces tuve una visión completamente diferente. Uno en particular vive en Madrid y estamos en contacto cada mes más o menos. Nos conocemos desde 1993, y eso ya es mucho tiempo para cualquiera.
Usted hizo muchas fotografías durante los rodajes de los vídeos Scream, Childhood y You Are Not Alone. ¿Puede contarnos más acerca de su método de trabajo con Michael mientras él estaba rodeado de tanta gente (director, coreógrafo, maquillador…)
No era particularmente difícil, pero pensaba que mi papel como fotógrafo consiste en que no quiero ser el centro de atención. Quiero quelo sea la fotografía. Me gusta crear el centro de atención pero no necesito serlo yo mismo. Estoy mucho más cómodo quitando importancia a mi papel. Hay algo que se ha desarrollado en mi personalidad y en mi forma de moverme por el mundo, y es que me integro dentro de él. Abordo las cosas con la confianza de que siento que debo estar en ellas, y que hay algo en mi energía que hace que la gente acepte que debo estar ahí. De modo que, aunque me muevo entre muchos lugares, muchas veces no es que la gente no note que estoy allí, pero aceptan que es donde debo estar. Creo que esto ha pasado mientras trabajaba en vídeos musicales, porque pude verlo un poco cuando era ayudante. Te mueves con cuidado, respetas a la gente y obviamente nunca pasas por delante de la cámara cuando están rodando. Y si no sabes algo, le preguntas a cualquiera.
En cuanto a mi interacción con Michael, yo percibía que no necesitaba tener mucha conmigo durante el rodaje del vídeo. Cuando había un momento de descanso para hablar con él, yo decía: “Michael, ¿tienes un momento?”, y hablaba con él. En el vídeo Scream, creo que el rodaje duró unos 15 días y cada día mi ayudante iba a revelar la película y me entregaba las fotos al siguiente. Se pueden ver dos de ellas en el video que hice para la Exhibición Kingvention 2016. Hay dos fotos enmarcadas, una de Janet y otra de Michael. La historia detrás de ellas es que al día siguiente de hacerlas, enseñé a Michael las hojas de contactos con todos los negativos. Él tenía un bolígrafo rojo, y cuando vio la foto de Janet le hizo un círculo alrededor. Después vio la suya y le hizo otro. Entonces dijo: “¿Cuál es el tamaño mayor en que me puedes imprimir estas dos?”, le contesté: “Probablemente 20x30 sin que pierdan calidad”. Y dijo: “Ok, quisiera una de prueba”. Entonces hice una prueba de cada una en mi laboratorio y se las enseñé, y dijo: “¡Están fantásticas! Ahora, quiero una para mí y una para Janet de su foto. Además, otra para mí, y quiero una copia para Elizabeth Taylor de la mía”. Así que lo hice así e hice para mí otra copia del mismo tamaño.
De esas dos fotos hay solo unas cuantas copias en todo el mundo. Yo tengo una, Michael tenía otra, Janet otra e imagino que los herederos de Elizabeth Taylor tienen otra… Han estado en mis archivos guardadas y hace poco las hice enmarcar. Si alguien viniera con la cantidad de dinero adecuada, probablemente las vendería, porque son, lógicamente, bastante raras y valiosas. La cuestión es que muchas veces con Michael eran solo 5 minutos para hablar con él y enseñarle las fotos o lo que fuera, pero me di cuenta de que no necesitaba justificarme para hablar con él. Él tenía su mente en funcionamiento constante y muchas cosas entre manos, así que yo estaba allí para cumplir con mi trabajo y ser profesional.
En el rodaje de Scream, Michael posa mostrando su dedo corazón. ¿Cómo ocurrió ese gesto tan inusual?
Fue muy espontaneo. Estaban filmando cuando lo hizo y era la escena en la que la cámara estaba muy pegada a su cara. En un momento dado, ellos tenían algo que mover y él estaba haciendo gestos y toda clase de cosas a la cámara. Le hizo ese gesto a la cámara y yo pude capturarlo. Y me alegro de que pude hacerlo, porque creo que es una foto importante para él. Todavía no sé donde fue publicada esa foto… pero hablaremos de eso después.
También me gusta mucho la foto en la que Michael sostiene una guitarra. ¿Le dio usted instrucciones o él actuaba libremente como quería?
Prácticamente, todo en el vídeo soy yo intentando estar en el lugar correcto y en el momento adecuado, absorbiendo lo que él estaba haciendo y capturándolo. Las únicas veces en que le di instrucciones eran sobre cosas mientras iba disparando. Cuando llegué, el plató estaba con todas las guitarras alineadas y me dijeron que él iba a romper una de ellas. Obviamente, lo esperaba con expectación. Ya saben que Michael no era un guitarrista y hay un par de fotos en las que él coge la guitarra y la está tocando, y mientras yo le estaba haciendo fotos pensaba: “¡Guau, esto queda genial!” Yo solo buscaba los ángulos buenos y el momento perfecto. Hay una en la que tenía una sonrisa en la cara y se le ve totalmente feliz, ¡esa está genial! Después, cuando rompió la guitarra, yo estaba a pocos metros de él y tengo una serie de fotografías desde que sujeta la guitarra sobre su cabeza hasta que la rompe en pedazos, y otra con la guitarra más tarde. Una de las cosas que voy a hacer un día de estos es hacer un collage de imágenes de todas ellas y publicarlas. Cuando se rompe la guitarra, una pieza cayó a mis pies y todavía la tengo en una caja. Y lo que voy a hacer es crear una caja expositora con esa pieza de la guitarra para los fans la puedan ver algún día.
También hizo usted un reportaje de Michael vestido como Charlie Chaplin, para el single de Smile. ¿Puede contarnos qué recuerda de ese momento?
Esa fue una experiencia extraordinaria. Yo estaba en Nueva York y Michael me llamó a mi hotel diciendo: “Steve, quiero hablar contigo. ¿Tienes un momento?” Él estaba en la Trump Tower, así que fui hasta allí y hablamos de varias cosas, hasta que me preguntó: “¿Conoces la canción Smile?”, le dije. “Creo que sí”. Y él: “¡Te la voy a cantar!”
Así que allí estaba yo, solo con Michael y él cantando a capella Smile para mí, y ese es probablemente uno de los momentos más extraordinarios que he tenido con Michael. Mientras él cantaba yo no sabía si mirarle o no… ¿sabes? Su voz sonaba tan clara, y sin calentar la voz ni nada. Y cuando terminó, me dijo: “Esa canción es” (risas). Yo le contesté: “Sí, Michael, por supuesto que la conozco. ¡Gracias! Es increíble”. Y él continuó: “¿Sabías que la música para esa canción fue escrita por Charlie Chaplin?” Y le dije que no tenía ni idea. Entonces empezó a hablarme de esta canción y de la película de Chaplin “The Kid” (El Chico), y fue muy interesante. Me habló sobre el niño que aparece en la película interpretando al chico, Jackie Coogan. Me dijo: “Sabes, le debo mucho a Jackie Coogan, gracias a él, las leyes de nuestro país trataron a los niños artistas como a seres humanos”.
Después abrió un libro y me enseñó una fotografía de la película diciendo: “Quiero que hagas un casting para encontrar a un niño y contrates a un decorador que construya un decorado que se parezca a este”. Esto fue probablemente lo más explícito que Michael había sido conmigo jamás, en cuanto a “esto es lo que quiero hacer”. Probablemente se tardó alrededor de tres meses para reunir todos los elementos, porque tuve que encargarme de la producción también. Lo preparamos todo y fijamos una fecha para hacer el reportaje en Nueva York. Pero yo no quería simplemente hacer el reportaje que él quería; yo quería hacer un par de cosas más. Siempre he sido un gran fan de Andy Warhol y le dije a Michael: “Hagamos una serie de retratos tuyos al estilo de los de Andy Warhol en los que aparezcas vestido de Chaplin, pero moviendo los ojos, levantando las cejas y moviendo el bigote”. Así que hicimos esas fotos también, hicimos la portada y después hicimos una variante de la portada en la que sostiene al niño abrazándolo… fue bastante mágico y toda la experiencia fue algo genial. Conseguir hacer algo y verlo terminado así fue maravilloso. Después se lo entregué a la gente de Michael y pasaron los meses, y no me llamaban para decirme: “Ok, esto va a salir tal o cual…” o lo que fuera. Lo que pasó fue que lo publicaron en un país de Europa y los herederos de Charlie Chaplin bloquearon a Michael y le dijeron: “Preferimos que no hagas esto”. Debido al respeto tan grande que Michael sentía por Chaplin, los retiró. Por esto es probablemente uno de los singles más raros de Michael. Ni siquiera yo tengo una copia. Me encantaría, pero no tengo dinero suficiente como para gastarme miles de dólares en comprar uno. Sin embargo, me siento un poco orgulloso de haber hecho unas fotos tan exclusivas, pero al mismo tiempo me siento triste… cuando escucho el álbum HIStory y aparece el single, me emociona mucho, mucho…
Hoy día, sus fotografías de Michael Jackson son conocidas en todo el mundo y aparecen en muchas redes sociales. ¿Qué piensa acerca de esto?
Es algo difícil, porque quiero mucho a los fans y entiendo que sienten en diferentes grados que el legado de Michael les pertenece. Pero tomar algo que es la imagen que yo he creado y reproducirla sin permiso, sin dar ninguna clase de reconocimiento ni pago, es algo que está mal. Creo que es una de las cosas desafortunadas de la cultura actual, que la gente no respeta, la gente copia las fotografías y el arte. No se dan ninguna cuenta de que eso hace daño al artista que las ha creado. Lo que he visto de la imagen en particular es que no se reproduce con buena calidad. Y que otro vendrá y la reproducirá a partir de esa, y así otra y otra, destruyendo el valor artístico de la misma. Lo que quiero decir es que es mi trabajo y lo estás poniendo ahí de una forma que no se ve tan bien como yo lo he creado. Eso me entristece y me produce frustración, porque no puedo hacer mucho en contra. No me puedo pasar la vida enviando abogados detrás de la gente, porque no voy a conseguir nada. Desearía que los fans entendieran que la foto que reproducen la tomó alguien y al menos deberían darle el crédito. Pero en realidad lo que deberían hacer es respetar lo suficiente como para decir: “Esta fotografía no es de mi propiedad. No tengo ningún derecho sobre ella”.
¿Qué piensa de la era HIStory que vivió con Michael Jackson? ¿Qué le parece ese periodo de su vida y carrera en particular?
Es la época en la que trabajé como fotógrafo de Michael y ponerla en contexto, para mí, es que pasé mucho tiempo pensando “pínchame, debo estar soñando”, ¿entiende? Hasta el día de hoy, cuando conozco a gente, no quiero que sepan el hecho de que trabajé para Michael, no hasta que me conozcan un poco. Si la gente lo sabe antes de conocerme, entonces tienen una idea preconcebida de quien soy y lo que hago. Y no creo ser la persona que mucha gente piensa que soy por esa idea preconcebida. Pienso en mi mismo como un hombre que creció en una ciudad pequeña de Michigan y que se suponía que no iba a hacer nada excitante nunca. No sé como llegué a tener la suerte de que me pasaran las cosas que me ocurrieron, pero no las doy por descontadas. Constantemente me sorprendo por ello y creo que es algo realmente maravilloso. Tengo mucha, mucha suerte.
En cuanto al contexto de la carrera de Michael, fue un tiempo muy, muy especial. Creo que los videos que él estaba creando eran extraordinarios y la música que estaba haciendo en ese momento era asombrosa. Creo que estaba realmente empezando a pensar en sí mismo y en todo su legado. He aquí una historia para explicarlo: Cuando estaban preparando el trabajo artístico final para el álbum HIStory, yo estaba en Nueva York y Michael me llamó y me dijo: “Hey, ven a mi apartamento”. Fui allí y estaba Dan Beck, uno de los vicepresidentes de Epic Records. Él y yo éramos amigos; nos conocíamos y nos habíamos visto en varias ocasiones. Así que estábamos los tres en el apartamento de Michael seleccionando imágenes para el libreto del disco. Empezamos a hablar del vídeo Thriller, y Michael dijo: “Steve, aquí hay un montón de fotos del video, dime cuál debería poner en el libreto”. Y allí estaba yo con ese puñado de diapositivas de Thriller, que fue antes de que trabajara con Michael, pero confió en mí y en mi intuición para seleccionar las imágenes que deberían estar. Las miré todas y dije: “Ok, Michael, esta y esta…” y fueron las que acabaron en el libreto. No es algo sobre lo que tenga crédito en el disco pero aún me siento honrado hoy de que Michael confiara lo suficiente en mí para decir: “tú que opinas?” ¡Eso significa mucho!
Hay una pregunta que no se ha hecho, pero que creo es importante hacer a todo el que haya trabajado con Michael y sea una persona seria. Y es: “¿Qué significa el legado de Michael para ti? De qué forma llevas su legado contigo en lo que haces en la actualidad?”
Porque todavía vemos el trabajo de Miguel Ángel y pensamos en lo que él estaba pensando cuando estaba pintando o esculpiendo. Y yo creo que en cientos y cientos de años, espero, se estará mirando el trabajo de Michael y la gente estará diciendo: “¿Qué hay en este artista que hace que lo que ha creado sea tan extraordinario?. Y quizás una o dos de las fotografías que hice de él hayan sobrevivido décadas o cientos de años a partir de ahora. Así que pienso: “¿Cómo me conmovió y afectó la vida de Michael y el trabajo que hice con él?”
De lo que me doy cuenta es de que nunca vi ni una sola vez a Michael ser descortés y nunca le escuché hablar mal de nadie. Se enfadaba cuando la gente le hería, pero nunca le devolvía el golpe a nadie personalmente. Yo siempre me quedaba asombrado por eso… La otra cuestión tiene que ver con la raza y la religión. Michael fue un ejemplo para mí de amor y aceptación a todo el mundo. Esa no es la única cosa en la que me influyó, pero ciertamente, el trabajo que hice con Michael, por ejemplo, en los platós de video y otras cosas en las que teníamos gente de diferentes nacionalidades, de distintas razas y orientación sexual… No había diferencias. Era todo el mundo unido. Esa ha sido una gran diferencia para mí.
Cuando la gente me conoce y se enteran de que he trabajado para Michael, me evalúan a mi en consecuencia, y yo intento representarme a mí mismo de esa manera. No me gusta la gente que piensa cosas negativas de Michael, pero al mismo tiempo, Michael era humano. No era perfecto, él cometió errores, pero incluso en sus peores momentos era siempre amable y muy, muy respetuoso conmigo. No tuvimos muchas conversaciones, pero hubo algunas con temas bastante personales y no tengo nada negativo ni malo que decir sobre cualquier interacción que tuve con él.
Así que esto es lo que me dejó. Y tres días antes de que él falleciera, supimos que mi padre tenía cáncer. El día que Michael falleció yo salía para Michigan para ver a mi padre y pasar con él las últimas seis semanas de su vida… De modo que la muerte de Michael y la de mi padre forman un capítulo de mi vida y de alguna manera van unidas. El periódico de la ciudad en la que crecí publicaba una historia sobre mí y pude llevárselo a mi padre a la cama del hospital. Fue uno de los mejores momentos que compartimos… así que hay muchas cosas muy, muy personales unidas a mi relación con Michael.
Más fotos, aquí:
http://www.spwhitsittphoto.com/michael-jackson
Otros temas:
http://mjhideout.com/forum/showthread.php?t=101734&highlight=Whitsitt
http://mjhideout.com/forum/showthread.php?t=121495&highlight=Whitsitt
https://www.youtube.com/watch?v=wPU06p1vyfg
STEVEN PAUL WHITSITT. Fotógrafo de Michael Jackson (Scream, You Are Not Alone, Smile…)
Por BRICE NAJAR
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http://www.spwhitsittphoto.com/about
http://whitsittphoto.com/index.htm
Todas las fotografías que aparecen en esta entrevista son propiedad de STEVEN PAUL WHITSITT y no tengo ningún derecho sobre ellas.
¿Nos puede contar cómo surgió en usted la pasión por la fotografía que le llevó finalmente a convertirse en su profesión?
Durante mi juventud, mi padre era fotógrafo aficionado y cada vez que íbamos de vacaciones nos decía: “Ok, ¡todos mirando y sonriendo!” (risas). Así que no pensé mucho en la fotografía por entonces, pero en mi adolescencia, él tomó algunas clases y me llevó al cuarto oscuro en un par de ocasiones. Siempre recordaré la primera vez que vi una foto en blanco y negro en el revelado. Era simplemente mágico y pensé que era lo más asombroso que había visto nunca. Después pasé 5 años en el ejército y tuve que hacer algo más, aparte de …. ¡beber! De modo que cogí la cámara y descubrí que me gustaba de verdad, y cuando salí del ejercito me hice el regalo a mi mismo, por haber sobrevivido a todo aquello, de un viaje al este de África. Fui a Kenia, Uganda… y mientras estaba allí, pensé: “¿Qué voy a hacer el resto de mi vida? Me gusta viajar y los fotógrafos tienen que hacerlo”. Y decidí que sería fotógrafo. Fui a la escuela y me gradué en tres años, y después me fui a Los Ángeles para empezar mi carrera.
¿Qué le parecía Michael Jackson y su música antes de trabajar con él?
Crecí en Michigan, en una pequeña ciudad al norte de Detroit. Crecer allí en los 60 y los 70 era escuchar constantemente el sonido Motown con Diana Ross y The Supremes, Smokey Robinson, y cuando los Jackson 5 aparecieron, ¡estaban en todos lados! Particularmente me acuerdo cuando hicieron la serie de dibujos animados, ¡era tan linda y divertida! Pero jamás soñé siquiera que algún día le conocería.
¿Cómo se puso en contacto para trabajar con Michael Jackson y qué recuerda en especial de la primera vez que se vieron?
Me gradué en 1990 y fue entonces cuando empezó mi carrera oficialmente. Estuve buscando por Los Ángeles y yo quería trabajar con fotógrafos que hicieran el tipo de trabajo en el que yo estaba interesado; música, espectáculo y todo eso. En aquellos tiempos en que empezaba, la trayectoria de una carrera como fotógrafo consistía en que asistías a otros fotógrafos, les ayudabas a poner el carrete en la cámara, a colocar las luces y cosas así. Cada profesión tienen su propia agrupación, y yo conocía a un ayudante que me llamó un día y dijo: “Tengo un encargo y no puedo hacerlo, ¿puedes hacerlo por mí?”.
“¿De qué se trata?”, pregunté. “Es algo excitante, es con el fotógrafo de Michael Jackson”. Y le contesté: “Ok, genial”. Entonces me presenté y se trataba del vídeo “Black or White”. Ese día pasaron un par de cosas. Una de ellas fue que Paul y Linda McCartney pasaron por allí y pensé que aquello era algo extraordinario. Aquel día creo que estaban rodando los bailarines africanos y al siguiente eran los tailandeses. De modo que estaba con su fotógrafo trabajando y le gusté lo suficiente como para mantenerme durante los siguientes tres años como su ayudante, para el vídeo BOW, en Neverland varias veces, en la entrevista de Oprah, en la Superbowl y en cosas así. Al final me llevó para una parte del Dangerous Tour. Fui con él a Suramérica: Brasil, Argentina, Chile y Ciudad de Mexico.
En un momento dado, mientras ayudaba, tuve una conversación con Michael. Hubo una ocasión estando en Neverland en que el fotógrafo con el que trabajaba olvidó su chaqueta, o lo que es lo mismo, la olvidé yo, claro. Así que volvimos hasta el cine y entré a buscarla. Y allí estaba Michael. Era la primera vez que me quedaba a solas con él en una habitación y le dije: “Perdona, Michael, lo siento pero olvidé una chaqueta y volví a buscarla”, y él me dijo: “Está bien, Steve, no hay problema”. Se acordaba de mi nombre, sabía mi nombre. Le dije: “Sabes, Michael, es un honor de verdad poder trabajar contigo”. Él contestó: “Steve, es un honor poder trabajar contigo también”. Ese fue un momento bastante especial para mí.
Por aquel tiempo había estado trabajando en su organización y conocí a mucha gente. Durante el Dangerous Tour, había conocido a una mujer en Brasil que me envió un regalo a la oficina de Michael, y me llamaron desde allí diciendo: “Tenemos un paquete para ti, ven a recogerlo”. Cuando llegué, dijeron: “Se lo hemos dado al otro fotógrafo”. Como había estado trabajando como su ayudante, asumí que ya no vería más a esta gente de nuevo… así que salí despidiéndome… “Adiós, me ha encantado trabajar con ustedes…”. Una de esas personas era Bob Jones, vicepresidente a cargo de la comunicación, que dijo: “Steve, entra y siéntate”. Hablamos y fue muy amable conmigo. Me fui a casa y una semana después sonó mi teléfono y era la secretaria de Bob Jones. Me pasó con él y me preguntó: “Steve, estarías interesado en una entrevista para el puesto de fotógrafo?” En el mundo de la fotografía no paso eso. Siempre digo que es lo mismo que si el cirujano que te está operando tiene que irse y te deja en manos de la enfermera, diciéndole: ‘ok, termine usted’. Entonces, fui a la entrevista y dijo: “Vamos a enviarte a Nueva York, tendrás la oportunidad de hacer un reportaje con Michael. Si le gustas y la química es buena, tendrás el trabajo, y si no, bueno…”
Esta es la clase de cosas que me gustan, porque solo quiero tener éxito por mis propios méritos, no porque alguien conoce a alguien o lo que sea. Quiero tener la oportunidad de decir: “Ok, este soy yo y este es el trabajo que hago. Si te gusta, genial, si no te gusta, genial también”.
Nunca en mi vida había estado en Nueva York y necesitaba hacer un reportaje. Necesitaba reunir todo lo que hacía falta para poder hacerlo. Tenía que encontrar un estudio, cámaras y equipo, iluminación, fondos, catering, un lugar donde alojarme y un sitio donde revelar las películas. Por suerte, otro de los fotógrafos a los que había ayudado, Neil Preston, me aconsejó y me dijo todas las cosas que tenía que hacer. Es un fotógrafo extraordinario que me enseñó mucho y le debo mucho también. Y llegó el día en que estaba todo listo para hacer el reportaje en Nueva York. Por supuesto yo estaba un poco nervioso y pensaba: “¿Por qué razón elegí esta profesión?”, y acabé resolviendo que “me convertí en fotógrafo porque es divertido, quiero asegurarme de que me divierto haciendo esto”. Esa era mi motivación. Entonces llegó allí Michael y le dije: “Muchas gracias por esta oportunidad”. Empezamos con el reportaje y cuando paramos para un descanso, me di cuenta de que Michael estaba solo, así que fui hasta él y le hablé. “Gracias de nuevo, Michael. Espero que lo estés pasando bien. Sabes, cuando estaba en sexto curso, estuve sentado todo el año junto a una niña llamada Katerina Thompson, y discutimos sobre quién era el grupo mejor, si los Jackson 5 o los Osmonds. Y te digo, Michael que te apoyé incluso entonces”. Él se rió y lo consideró algo muy divertido que rompió el hielo de alguna manera y creó un ambiente cálido entre ambos. En ese primer reportaje, Michael llevaba una chaqueta militar con cordón dorado en los hombros, y cuando terminamos el reportaje, Bob Jones vino hacia mí y me dijo: “No sé lo que le habrás dicho pero le gustas, así que si las fotos son buenas, tienes el trabajo”. Así que revelé las fotos y conseguí el puesto.
El hecho de que empezara a colaborar con él en 1994, mientras trabajaba en un nuevo álbum, ¿le permitió observar al artista trabajando?
No pude verle realmente en el estudio de grabación ni nada por el estilo, pero sí hizo muchas de las grabaciones en Record Plant, de Nueva York. Lo que yo hacía normalmente era viajar hasta allí en jueves o viernes, hacíamos fotos en sábado o domingo y volvía el lunes. Así que, a veces, él estaba en el estudio y yo entraba y charlaba con él. De hecho vi cómo grababan algo que después no se publicó nunca. Eran él y un coro infantil, y reconocería la canción si la escuchara. Pero nunca la he escuchado y no sé que pasó con eso… estoy seguro de que está guardada en alguna parte… recuerdo una vez estando con él en el estudio, donde tenía una oficina privada en la que nos solíamos sentar y charlar, pero esta vez estábamos en una zona más pública y estaba sonando la canción en la que él había estado trabajando. Y tan pronto como empezó la música, dejó de prestarme atención a mí. Estábamos hablando frente a frente pero, tan pronto comenzó la música, se evadió. Eso era interesante para mí porque vemos pasar miles de cosas cada día ante nosotros, y cuando estoy en internet leo cosas, pero busco imágenes visuales. Las busco por su calidad, busco algo que no haya visto antes, o algo así, y eso es lo que me distrae a mí. Lo que distraía a Michael era la música, y si tu estabas tratando de hablar con él en ese momento, simplemente lo perdías. Todavía trabajo con muchos músicos hoy día, como el saxofonista de jazz, Marcus Anderson, y es muy parecido. Hablamos de un montón de cosas, pero cuando la música está sonando, ahí es donde ponen toda su atención.
Usted estaba con Michael en Budapest en agosto de 1994, para el rodaje del Teaser de HIStory. ¿Puede contarnos cual fue su tarea allí, durante el rodaje y sus viajes por Hungría?
Bueno, me dijeron que tenía el trabajo, pero no me dijeron en realidad cuándo o dónde empezaría. Así que mi vida continuó bastante parecida a como era antes de hacer la prueba con ellos. Pero un día, suena mi teléfono y era el jefe de seguridad de Michael. “Steve, Michael quiere hablar contigo esta tarde. Asegúrate de que estarás en casa”. Y yo pensé: “Michael quiere hablar conmigo, más vale que me quede en casa”. Entonces me quedé, y a las dos de la tarde sonó el teléfono. “Un momento, le paso a Michael”. Se puso al teléfono y dijo: “Steve, necesito que viajes en un vuelo nocturno a Nueva York, donde vamos a hacer un reportaje Lisa Marie y yo. Y después nos vamos hasta Budapest para un rodaje”. No me dijo nada sobre qué se trataba. De esta manera es como solía trabajar siempre con Michael y como han sido también las cosas en mi carrera a menudo. Ser una persona creativa te obliga a ser capaz de presentarte con la confianza suficiente para que, no importa lo que pase y de qué situación se trate, puedas hacer que suceda algo. Yo no tenía ni idea de qué había que hacer en Budapest, solo sabía que tenía un trabajo allí.
Me fui a Nueva York e hicimos el reportaje con Michael y Lisa Marie. Era una especie de anuncio de su boda, aunque ya estaban casados. Habia otro fotógrafo allí y era el fotógrafo de Lisa. Cuando me vio, debió pensar: “¿qué estás haciendo tu aquí? Se supone que no debía haber otro fotógrafo aquí”. Yo pensé: “Ok, Michael me pidió que viniera, así que tengo razones suficientes para estar aquí”. Estaba molesto porque yo tenia un ayudante y él no. Entonces le dije: “Mira, vamos a estar haciendo fotos en momentos diferentes, así que usa a mi ayudante, no importa. Utiliza todo lo que he traído, no me importa. No soy una amenaza para ti. No tienes que sentirte amenazado por mí”. Al final del día me dio la mano afectuosamente y dijo: “¡Guau! Muchas gracias por toda tu ayuda. Lo aprecio de verdad”. Eso es algo que siempre he tratado de transmitir. Hay muchas veces en que otros fotógrafos están a tu lado y creo que no tengo por qué ser competitivo ni resultar una amenaza para nadie. Las cosas funcionan mejor si les hago sentir que no soy una amenaza para ellos. Es algo que trato de hacer.
Al día siguiente volamos a Budapest, pero mis recuerdos están confusos porque pasó todo muy deprisa… En ese punto era la primera vez que yo era el fotógrafo de Michael en tal situación y trataba de imaginar cual era mi papel y cuanta interacción quería conmigo. El director de fotografía vino y me dijo: “Quiero saber cómo iluminas a Michael”. Y yo: “Caramba, ¡el director de fotografía eres tú!”
Esa gente son genios por lo general con la iluminación, pero me escuchaban a mí y yo me sentía muy honrado por el hecho de que me preguntaran. Como siempre que se trataba de videos musicales, el director de fotografía se acercaba a mí para preguntarme: “¿Cómo planteas la iluminación?” y cosas así. Siempre era un honor para mí. Recuerdo que hicimos un vertido de acero en una acería a las afueras de Budapest. Michael ni siquiera estuvo allí ese día, pero estuvo genial. Siempre trato de no mirar solo lo que pasa frente a mí, sino de salir a capturar el ambiente. Así que cuando estábamos haciendo ese vertido de acero, me di una vuelta por allí e hice retratos en blanco y negro de los trabajadores de la acería. Todavía siguen siendo algunos de los retratos favoritos que he hecho nunca. Eso ni siquiera tenía nada que ver con Michael, pero siempre trato de trabajar en mis propias cosas y tener mi propia visión de las cosas al mismo tiempo que estoy haciendo el trabajo para el que me han contratado. Nunca paro de cantar, nunca paro de mirar las cosas…
Mientras estábamos en Budapest había siempre montones de fans de Europa siguiendo a Michael, y yo estaba fascinado por eso. Ellos sabían que él saldría del hotel y se quedaban allí afuera. Alguna gente del personal del equipo se metía conmigo un poco en broma porque me paraba y conversaba con estos chicos. La razón era porque me parecía interesante que alguien se gaste mucho dinero siguiendo a otra persona alrededor del mundo. A un nivel filosófico, no me gusta ponerme jamás por encima de nadie, y mientras que mucha gente del equipo miraban a los fans por encima del hombro, yo charlaba con ellos sobre lo que esperaban de la vida y cuales eran sus sueños. Me hice amigo de un par de ellos y todavía lo somos en la actualidad. Recuerdo que vi alguno de ellos en Budapest y entonces tuve una visión completamente diferente. Uno en particular vive en Madrid y estamos en contacto cada mes más o menos. Nos conocemos desde 1993, y eso ya es mucho tiempo para cualquiera.
Usted hizo muchas fotografías durante los rodajes de los vídeos Scream, Childhood y You Are Not Alone. ¿Puede contarnos más acerca de su método de trabajo con Michael mientras él estaba rodeado de tanta gente (director, coreógrafo, maquillador…)
No era particularmente difícil, pero pensaba que mi papel como fotógrafo consiste en que no quiero ser el centro de atención. Quiero quelo sea la fotografía. Me gusta crear el centro de atención pero no necesito serlo yo mismo. Estoy mucho más cómodo quitando importancia a mi papel. Hay algo que se ha desarrollado en mi personalidad y en mi forma de moverme por el mundo, y es que me integro dentro de él. Abordo las cosas con la confianza de que siento que debo estar en ellas, y que hay algo en mi energía que hace que la gente acepte que debo estar ahí. De modo que, aunque me muevo entre muchos lugares, muchas veces no es que la gente no note que estoy allí, pero aceptan que es donde debo estar. Creo que esto ha pasado mientras trabajaba en vídeos musicales, porque pude verlo un poco cuando era ayudante. Te mueves con cuidado, respetas a la gente y obviamente nunca pasas por delante de la cámara cuando están rodando. Y si no sabes algo, le preguntas a cualquiera.
En cuanto a mi interacción con Michael, yo percibía que no necesitaba tener mucha conmigo durante el rodaje del vídeo. Cuando había un momento de descanso para hablar con él, yo decía: “Michael, ¿tienes un momento?”, y hablaba con él. En el vídeo Scream, creo que el rodaje duró unos 15 días y cada día mi ayudante iba a revelar la película y me entregaba las fotos al siguiente. Se pueden ver dos de ellas en el video que hice para la Exhibición Kingvention 2016. Hay dos fotos enmarcadas, una de Janet y otra de Michael. La historia detrás de ellas es que al día siguiente de hacerlas, enseñé a Michael las hojas de contactos con todos los negativos. Él tenía un bolígrafo rojo, y cuando vio la foto de Janet le hizo un círculo alrededor. Después vio la suya y le hizo otro. Entonces dijo: “¿Cuál es el tamaño mayor en que me puedes imprimir estas dos?”, le contesté: “Probablemente 20x30 sin que pierdan calidad”. Y dijo: “Ok, quisiera una de prueba”. Entonces hice una prueba de cada una en mi laboratorio y se las enseñé, y dijo: “¡Están fantásticas! Ahora, quiero una para mí y una para Janet de su foto. Además, otra para mí, y quiero una copia para Elizabeth Taylor de la mía”. Así que lo hice así e hice para mí otra copia del mismo tamaño.
De esas dos fotos hay solo unas cuantas copias en todo el mundo. Yo tengo una, Michael tenía otra, Janet otra e imagino que los herederos de Elizabeth Taylor tienen otra… Han estado en mis archivos guardadas y hace poco las hice enmarcar. Si alguien viniera con la cantidad de dinero adecuada, probablemente las vendería, porque son, lógicamente, bastante raras y valiosas. La cuestión es que muchas veces con Michael eran solo 5 minutos para hablar con él y enseñarle las fotos o lo que fuera, pero me di cuenta de que no necesitaba justificarme para hablar con él. Él tenía su mente en funcionamiento constante y muchas cosas entre manos, así que yo estaba allí para cumplir con mi trabajo y ser profesional.
En el rodaje de Scream, Michael posa mostrando su dedo corazón. ¿Cómo ocurrió ese gesto tan inusual?
Fue muy espontaneo. Estaban filmando cuando lo hizo y era la escena en la que la cámara estaba muy pegada a su cara. En un momento dado, ellos tenían algo que mover y él estaba haciendo gestos y toda clase de cosas a la cámara. Le hizo ese gesto a la cámara y yo pude capturarlo. Y me alegro de que pude hacerlo, porque creo que es una foto importante para él. Todavía no sé donde fue publicada esa foto… pero hablaremos de eso después.
También me gusta mucho la foto en la que Michael sostiene una guitarra. ¿Le dio usted instrucciones o él actuaba libremente como quería?
Prácticamente, todo en el vídeo soy yo intentando estar en el lugar correcto y en el momento adecuado, absorbiendo lo que él estaba haciendo y capturándolo. Las únicas veces en que le di instrucciones eran sobre cosas mientras iba disparando. Cuando llegué, el plató estaba con todas las guitarras alineadas y me dijeron que él iba a romper una de ellas. Obviamente, lo esperaba con expectación. Ya saben que Michael no era un guitarrista y hay un par de fotos en las que él coge la guitarra y la está tocando, y mientras yo le estaba haciendo fotos pensaba: “¡Guau, esto queda genial!” Yo solo buscaba los ángulos buenos y el momento perfecto. Hay una en la que tenía una sonrisa en la cara y se le ve totalmente feliz, ¡esa está genial! Después, cuando rompió la guitarra, yo estaba a pocos metros de él y tengo una serie de fotografías desde que sujeta la guitarra sobre su cabeza hasta que la rompe en pedazos, y otra con la guitarra más tarde. Una de las cosas que voy a hacer un día de estos es hacer un collage de imágenes de todas ellas y publicarlas. Cuando se rompe la guitarra, una pieza cayó a mis pies y todavía la tengo en una caja. Y lo que voy a hacer es crear una caja expositora con esa pieza de la guitarra para los fans la puedan ver algún día.
También hizo usted un reportaje de Michael vestido como Charlie Chaplin, para el single de Smile. ¿Puede contarnos qué recuerda de ese momento?
Esa fue una experiencia extraordinaria. Yo estaba en Nueva York y Michael me llamó a mi hotel diciendo: “Steve, quiero hablar contigo. ¿Tienes un momento?” Él estaba en la Trump Tower, así que fui hasta allí y hablamos de varias cosas, hasta que me preguntó: “¿Conoces la canción Smile?”, le dije. “Creo que sí”. Y él: “¡Te la voy a cantar!”
Así que allí estaba yo, solo con Michael y él cantando a capella Smile para mí, y ese es probablemente uno de los momentos más extraordinarios que he tenido con Michael. Mientras él cantaba yo no sabía si mirarle o no… ¿sabes? Su voz sonaba tan clara, y sin calentar la voz ni nada. Y cuando terminó, me dijo: “Esa canción es” (risas). Yo le contesté: “Sí, Michael, por supuesto que la conozco. ¡Gracias! Es increíble”. Y él continuó: “¿Sabías que la música para esa canción fue escrita por Charlie Chaplin?” Y le dije que no tenía ni idea. Entonces empezó a hablarme de esta canción y de la película de Chaplin “The Kid” (El Chico), y fue muy interesante. Me habló sobre el niño que aparece en la película interpretando al chico, Jackie Coogan. Me dijo: “Sabes, le debo mucho a Jackie Coogan, gracias a él, las leyes de nuestro país trataron a los niños artistas como a seres humanos”.
Después abrió un libro y me enseñó una fotografía de la película diciendo: “Quiero que hagas un casting para encontrar a un niño y contrates a un decorador que construya un decorado que se parezca a este”. Esto fue probablemente lo más explícito que Michael había sido conmigo jamás, en cuanto a “esto es lo que quiero hacer”. Probablemente se tardó alrededor de tres meses para reunir todos los elementos, porque tuve que encargarme de la producción también. Lo preparamos todo y fijamos una fecha para hacer el reportaje en Nueva York. Pero yo no quería simplemente hacer el reportaje que él quería; yo quería hacer un par de cosas más. Siempre he sido un gran fan de Andy Warhol y le dije a Michael: “Hagamos una serie de retratos tuyos al estilo de los de Andy Warhol en los que aparezcas vestido de Chaplin, pero moviendo los ojos, levantando las cejas y moviendo el bigote”. Así que hicimos esas fotos también, hicimos la portada y después hicimos una variante de la portada en la que sostiene al niño abrazándolo… fue bastante mágico y toda la experiencia fue algo genial. Conseguir hacer algo y verlo terminado así fue maravilloso. Después se lo entregué a la gente de Michael y pasaron los meses, y no me llamaban para decirme: “Ok, esto va a salir tal o cual…” o lo que fuera. Lo que pasó fue que lo publicaron en un país de Europa y los herederos de Charlie Chaplin bloquearon a Michael y le dijeron: “Preferimos que no hagas esto”. Debido al respeto tan grande que Michael sentía por Chaplin, los retiró. Por esto es probablemente uno de los singles más raros de Michael. Ni siquiera yo tengo una copia. Me encantaría, pero no tengo dinero suficiente como para gastarme miles de dólares en comprar uno. Sin embargo, me siento un poco orgulloso de haber hecho unas fotos tan exclusivas, pero al mismo tiempo me siento triste… cuando escucho el álbum HIStory y aparece el single, me emociona mucho, mucho…
Hoy día, sus fotografías de Michael Jackson son conocidas en todo el mundo y aparecen en muchas redes sociales. ¿Qué piensa acerca de esto?
Es algo difícil, porque quiero mucho a los fans y entiendo que sienten en diferentes grados que el legado de Michael les pertenece. Pero tomar algo que es la imagen que yo he creado y reproducirla sin permiso, sin dar ninguna clase de reconocimiento ni pago, es algo que está mal. Creo que es una de las cosas desafortunadas de la cultura actual, que la gente no respeta, la gente copia las fotografías y el arte. No se dan ninguna cuenta de que eso hace daño al artista que las ha creado. Lo que he visto de la imagen en particular es que no se reproduce con buena calidad. Y que otro vendrá y la reproducirá a partir de esa, y así otra y otra, destruyendo el valor artístico de la misma. Lo que quiero decir es que es mi trabajo y lo estás poniendo ahí de una forma que no se ve tan bien como yo lo he creado. Eso me entristece y me produce frustración, porque no puedo hacer mucho en contra. No me puedo pasar la vida enviando abogados detrás de la gente, porque no voy a conseguir nada. Desearía que los fans entendieran que la foto que reproducen la tomó alguien y al menos deberían darle el crédito. Pero en realidad lo que deberían hacer es respetar lo suficiente como para decir: “Esta fotografía no es de mi propiedad. No tengo ningún derecho sobre ella”.
¿Qué piensa de la era HIStory que vivió con Michael Jackson? ¿Qué le parece ese periodo de su vida y carrera en particular?
Es la época en la que trabajé como fotógrafo de Michael y ponerla en contexto, para mí, es que pasé mucho tiempo pensando “pínchame, debo estar soñando”, ¿entiende? Hasta el día de hoy, cuando conozco a gente, no quiero que sepan el hecho de que trabajé para Michael, no hasta que me conozcan un poco. Si la gente lo sabe antes de conocerme, entonces tienen una idea preconcebida de quien soy y lo que hago. Y no creo ser la persona que mucha gente piensa que soy por esa idea preconcebida. Pienso en mi mismo como un hombre que creció en una ciudad pequeña de Michigan y que se suponía que no iba a hacer nada excitante nunca. No sé como llegué a tener la suerte de que me pasaran las cosas que me ocurrieron, pero no las doy por descontadas. Constantemente me sorprendo por ello y creo que es algo realmente maravilloso. Tengo mucha, mucha suerte.
En cuanto al contexto de la carrera de Michael, fue un tiempo muy, muy especial. Creo que los videos que él estaba creando eran extraordinarios y la música que estaba haciendo en ese momento era asombrosa. Creo que estaba realmente empezando a pensar en sí mismo y en todo su legado. He aquí una historia para explicarlo: Cuando estaban preparando el trabajo artístico final para el álbum HIStory, yo estaba en Nueva York y Michael me llamó y me dijo: “Hey, ven a mi apartamento”. Fui allí y estaba Dan Beck, uno de los vicepresidentes de Epic Records. Él y yo éramos amigos; nos conocíamos y nos habíamos visto en varias ocasiones. Así que estábamos los tres en el apartamento de Michael seleccionando imágenes para el libreto del disco. Empezamos a hablar del vídeo Thriller, y Michael dijo: “Steve, aquí hay un montón de fotos del video, dime cuál debería poner en el libreto”. Y allí estaba yo con ese puñado de diapositivas de Thriller, que fue antes de que trabajara con Michael, pero confió en mí y en mi intuición para seleccionar las imágenes que deberían estar. Las miré todas y dije: “Ok, Michael, esta y esta…” y fueron las que acabaron en el libreto. No es algo sobre lo que tenga crédito en el disco pero aún me siento honrado hoy de que Michael confiara lo suficiente en mí para decir: “tú que opinas?” ¡Eso significa mucho!
Hay una pregunta que no se ha hecho, pero que creo es importante hacer a todo el que haya trabajado con Michael y sea una persona seria. Y es: “¿Qué significa el legado de Michael para ti? De qué forma llevas su legado contigo en lo que haces en la actualidad?”
Porque todavía vemos el trabajo de Miguel Ángel y pensamos en lo que él estaba pensando cuando estaba pintando o esculpiendo. Y yo creo que en cientos y cientos de años, espero, se estará mirando el trabajo de Michael y la gente estará diciendo: “¿Qué hay en este artista que hace que lo que ha creado sea tan extraordinario?. Y quizás una o dos de las fotografías que hice de él hayan sobrevivido décadas o cientos de años a partir de ahora. Así que pienso: “¿Cómo me conmovió y afectó la vida de Michael y el trabajo que hice con él?”
De lo que me doy cuenta es de que nunca vi ni una sola vez a Michael ser descortés y nunca le escuché hablar mal de nadie. Se enfadaba cuando la gente le hería, pero nunca le devolvía el golpe a nadie personalmente. Yo siempre me quedaba asombrado por eso… La otra cuestión tiene que ver con la raza y la religión. Michael fue un ejemplo para mí de amor y aceptación a todo el mundo. Esa no es la única cosa en la que me influyó, pero ciertamente, el trabajo que hice con Michael, por ejemplo, en los platós de video y otras cosas en las que teníamos gente de diferentes nacionalidades, de distintas razas y orientación sexual… No había diferencias. Era todo el mundo unido. Esa ha sido una gran diferencia para mí.
Cuando la gente me conoce y se enteran de que he trabajado para Michael, me evalúan a mi en consecuencia, y yo intento representarme a mí mismo de esa manera. No me gusta la gente que piensa cosas negativas de Michael, pero al mismo tiempo, Michael era humano. No era perfecto, él cometió errores, pero incluso en sus peores momentos era siempre amable y muy, muy respetuoso conmigo. No tuvimos muchas conversaciones, pero hubo algunas con temas bastante personales y no tengo nada negativo ni malo que decir sobre cualquier interacción que tuve con él.
Así que esto es lo que me dejó. Y tres días antes de que él falleciera, supimos que mi padre tenía cáncer. El día que Michael falleció yo salía para Michigan para ver a mi padre y pasar con él las últimas seis semanas de su vida… De modo que la muerte de Michael y la de mi padre forman un capítulo de mi vida y de alguna manera van unidas. El periódico de la ciudad en la que crecí publicaba una historia sobre mí y pude llevárselo a mi padre a la cama del hospital. Fue uno de los mejores momentos que compartimos… así que hay muchas cosas muy, muy personales unidas a mi relación con Michael.
Más fotos, aquí:
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