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_La empatía, una virtud rara!

Un escrito que hallé y he quedado :eek: de la verdad pura y dura que describe...!

Aquel piel de elefante que decía Michael es necesario tener en este mundo, es que acaso ¿cabe alguna duda de que así debe ser? el detalle es el equilibrio, el cual me parece incluso más difícil de alcanzar que la felicidad completa. Lo dejo aquí como reflexión.


Buena persona, ¿se nace o se aprende?


[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Ponerse en los zapatos de los demás para imaginar qué es lo que sienten en determinadas circunstancias no es algo que le preocupe a toda la gente. Cabe remarcar que son sólo unos cuantos a los que les nace hacerlo.

[/FONT] [FONT=arial,helvetica,sans-serif]La empatía, más que "tomarse la molestia de", es algo que debería surgir naturalmente. Una actitud inconsciente y "residente en memoria".
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Hay dos tipos de buenas personas: Las personas que son buenas porque saben que tienen que serlo. Y las que son buenas porque ésa es su naturaleza. Y de estos dos grupos se desprenden muchas variantes. Las primeras lo son porque así se les educó y porque saben que técnicamente es lo correcto. No lo hacen por los demás, sino por ellos mismos, porque no toleran los cargos de conciencia. Esto es bueno en cierta forma, pero este tipo de personas tienen una constante lucha interior. La mayoría cede al final. Luego vienen los comentarios de sus allegados. "¡Pero si no parecía de ese tipo! ¡Quién lo viera!" "...¡No puedo creer que haya hecho eso, es incapaz!" [/FONT][FONT=arial,helvetica,sans-serif]
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]El segundo tipo que en cambio, cuya bondad viene desde dentro, no necesita serles inculcada. Se preocupan por el bienestar de los que les rodean más que por el de ellos mismos, en ocasiones dejándose en segundo plano.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Muchos de este tipo se convierten en observadores. Se crean a sí mismos una "super conciencia", que surge de analizar constantemente a los demás y su entorno. Este tipo de personas cataloga a alguien nuevo con sólo 1 minuto de haber conversado con él. O con solo verlo caminar, o conversar con otras personas. Muchas veces aciertan. Y muchas veces quisieran no haber acertado. Desearían ser indiferentes y distraídos respecto a las personas, tal como son los demás. Más centrados en sí mismos que en sus semejantes.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Dentro de este tipo de personas también hay otros 2 grupos: Los que sienten que llegan a conocer a la humanidad y entienden las razones de su comportamiento, espantándose con sus propias teorías, pero que nunca se enfocan en sí mismos. Y también están los otros que hacen un balance entre analizarse a sí mismos y analizar a los demás.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Son personas que son como un libro abierto. Personas en otro nivel de comunicación, a las que no les es difícil expresarse.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Esto puede ser un problema cuando se topan con personas con dificultades para hablar de sí mismos. Algunos semi-empáticos lo encuentran frustrante y optan por alejarse de estas personas considerándolos una pérdida de tiempo, buscando enrolarse con grupos de personas de igual capacidad para la comunicación verbal y de reacciones recíprocas.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Esto se debe a que en todo hay grados. Quizá algunos piensen "Eres empático o no lo eres, no hay medias tintas". Pero los seres humanos somos diferentes unos de otros y en nuestro desenvolvimiento influye nuestro tipo de personalidad y el entorno que siempre nos ha rodeado, de ahí que nuestras actitudes no sean concretas y muchos tendamos a los giros drásticos. La razón de esta justificación es la de explicar que hay diferentes niveles de empatía. Y muy cierto es que los extremos no son favorables, así que los empáticos que lo son en un 50% son los más comprensivos con los que les rodean.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Los que lo son sólo un poco, a veces tienden por preocuparse, a veces no. Son calculadores y no se sabe si se puede esperar algo de ellos. Los que están en el otro extremo, del 100%, suelen sufrir mucho. Tienen la eterna duda "¿Porqué si yo puedo hacer esto por los demás, ni uno solo lo hará por mí más tarde?"
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Lo cual deriva en ansiedad, frustración y/o paranoia. Y muchas veces en psicosis y otras patologías, aunque suene drástico, es verdad. Analizando la contraparte a grandes rasgos: los egocéntricos. Es muy fácil notar cuando las personas se centran en sí mismas. Piensan que el mundo gira alrededor de ellos.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Usted ha saludado alguna vez a alguien con un "¿Hola, cómo te va?. Suelen responderle "Bien." Y eso es todo. Consideran normal que las demás personas se interesen por ellos, pero no les interesa corresponder.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Se necesita una cualidad importante para responder recíprocamente con un "¿Y a tí?" Que al menos no necesita precisamente de empatía pero que lo agrega automáticamente los buenos modales de una persona.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Eso, o la persona que usted saludó está tan distraída o tiene tantos problemas que no se da cuenta que ha olvidado corresponder a sus atenciones. Para concluir esto, también se necesita empatía. O buenos modales en su defecto.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Responder "De nada" después de recibir un "Gracias", sonreír de vuelta cuando alguien nos dedica una sonrisa de simpatía, mostrar interés en la plática de otro, decir "Salud" cuando alguien estornuda, establecer contacto visual cuando se nos dirige la palabra, son ejemplos de muestras de atención relacionadas con la educación de una persona, pero puede haber personas que naciendo con esta empatía por quienes les rodean, y siendo criados en un entorno de modales, sólo tienden a pulir esta cualidad que ya tenían.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Sin embargo hay quienes se resisten a absorber estos buenos valores porque algo en su interior les impide empatizar con su entorno.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Personas empáticas quizá tolerarían esta falta de atenciones de los demás. ¿Pero qué pasa cuando a los demás les es imposible entender porqué hacemos lo que hacemos y tampoco les interesa comprenderlo? Para ellos, sólo importa lo que hicimos y el efecto que causó en ellos. Ellos, ellos ellos. De nuevo pensando solamente en sí mismos...
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]A muchas personas simplemente no les gusta mostrar consideración por los demás, o no les fue inculcado y además no les nace. A los empáticos que les cuesta trabajo expresarlo es quizá por alguna mala experiencia del pasado y consideran que la gente no merece su consideración. Y pierden la cualidad poco a poco, al no considerar que el resto de las personas no tienen que pagar por lo que hayan vivido con unas cuantas.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Todos gustamos de convivir con una persona considerada, y ser considerado es fructífero tanto para uno mismo como para los que conviven con nosotros.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Si todos cultiváramos la empatía éste sería un mundo mejor para vivir.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]El camino a la felicidad no es solo uno.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Equilibrarse entre PENSAR en los demás sin olvidarse por completo de uno mismo, es uno de los caminos. Dichoso el que encuentra la felicidad al procurar momentos felices para sus semejantes, y lo más importante: saber reconocer la felicidad cuando se le pone enfrente.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Practique ponerse en el lugar de otro. Si le lastima o le alegra la situación, quizá así sea para esa otra persona también.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Para algunos cuesta tiempo y práctica, pero al final, es la clave para comprender mejor a las personas con quienes convivimos.
No espere conocer por completo a una persona por lo que hace, intente COMPRENDER porqué lo hace.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Porque quizá nunca terminamos de conocer por completo a una persona, pero sí podemos hacer una conexión con ella si así lo queremos.
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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]¿Es usted empático?

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[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Autor: Dagmar Ford
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Crissty cada dia pones posts mas interesantes :y:

Este tema me trae de calle y es que a nivel personal soy demasiado empatica ( no se si se dice asi :p) aunque se vea como una virtud en mi caso a veces se convierte en una loza. No se si naci con esa virtud pero por x motivos la he desarrollado y me es muy facil ponerme en la piel de los demas pero a veces me pongo tanto que si en una situacion debo pensar mas en mi me hace sentir muy mal por la otra persona, no se si me expreso bien pero a veces siento que debo mirar mas por mis sentimientos y mis intereses. Debo tener un cierto control, el termino medio del que habla el articulo, a eso debo llegar.​
Genial articulo ;)
 
Si uno se preocupa más por los demás que por uno mismo, el beneficio para uno ya llegará en su momento y en su medida. Si muchas veces parece que no llega no es porque no llegue sino porque uno no se dá cuenta. Betty, si te sientes mal a veces por dedicarte demasiado en los demás, eso debería ser motivo para sentirse mejor y tranquilizarse, no para lo contrario. Significa que eres sensible al sufrimiento de los demás y que te preocupas por ellos. Si uno deja de preocuparse por los demás, parece que uno no sufre tanto pero en realidad es al contrario. Pregúntale a la princesa Diana o a Madre Teresa o a Michael qué les parece mejor y qué les ha merecido más la pena: Verse rodeados de niños muriéndoles en brazos y gente pasando hambre o enfermedades o soledad... o si no se hubieran preocupado por eso y hubieran dedicado su vida a sí mismos y a pasarlo bien, divertirse, tener una vida cómoda y tranquila sin preocupaciones, etc?

Como ser humano, qué te parece que en realidad merece más la pena? Pregúntale a esas personas qué les ha dado más satisfacción, poder ayudar a alguien aunque solo sea dándole ánimos un ratito, o que un niño huérfano te sonría, o que haya más camas en un hospital pobre, o algo así... o haber tenido a su alcance cualquier lujo que quisieran? Qué te parece a tí que merece más la pena, qué es más justo y qué es más importante?

Me parece que está bien cuidarse uno mismo, en el sentido de por ejemplo sentirnos contentos por poder tener buena comida para mantener nuestro cuerpo, con el que podemos hacer tantas cosas, o de tener acceso a tanta tecnología tan útil, etc. Si no tuviéramos nada que llevarnos a la boca, si tuviéramos un cuerpo incompleto o que no funciona bien, si no pudiéramos comunicarnos o trasladarnos o si sufrimos muchas desgracias, es natural que deseáramos que alguien nos ayudara. Ahora que somos ese "alguien" y tenemos esa oportunidad, ¿por qué no ayudar a quienes lo desean o lo necesitan? :)

Cuando encuentres alguien que necesita ayuda... haz la prueba y piensa que no, que no le vas a ayudar, que ya lo harás en otro momento o que no tienes ganas o que necesitas dedicarte a tí misma. ¿Cómo te sientes? ¿Cómo piensas que se sentiría esa otra persona si conociera tu decisión?

En realidad no hay diferencia entre uno y otro. Ayudando a los demás se ayuda uno a sí mismo, y sintiendo indiferencia o haciendo daño a los demás, se hace uno daño solo, no hace falta que llegue ningun enemigo, ningún atracador ni ningún violador ni nadie que nos maltrate psicológicamente, ya nos hacemos daño solos cuando pretendemos o creemos que somos especiales entre los demás. Los "demás" nos incluye a nosotros mismos desde la perspectiva del resto de la gente, así que todos somos uno, somos todos idénticos y diferentes al mismo tiempo. No hay diferencia real entre tú y yo, solo es una perspectiva, una ilusión que cambia según donde se posicione el observador. Todo el mundo desea ser feliz por igual, y es más importante el bien común que el bien de uno solo, por más que ese uno sea "yo".

Gracias por el post Crissty, un besito.
 
Crissty dijo:
...[FONT=arial,helvetica,sans-serif]Muchos de este tipo se convierten en observadores. Se crean a sí mismos una "super conciencia", que surge de analizar constantemente a los demás y su entorno. Este tipo de personas cataloga a alguien nuevo con sólo 1 minuto de haber conversado con él. O con solo verlo caminar, o conversar con otras personas. Muchas veces aciertan... Desearían ser indiferentes y distraídos respecto a las personas, tal como son los demás. Más centrados en sí mismos que en sus semejantes...[/FONT][FONT=arial,helvetica,sans-serif]Y también están los otros que hacen un balance entre analizarse a sí mismos y analizar a los demás...[/FONT]

Me he visto totalmente reflejada aquí :miedo:
 
El problema no está en ser uno mismo o que los demás sean como son, sino en ese análisis. El análisis se hace desde una sola perspectiva; no se da importancia al otro como realmente es, o como él se siente o piensa, sino como "yo" lo veo. El análisis se convierte en prejuicio, y del prejuicio viene el sufrimiento de uno. Al intentar deshacerse del malestar que nos provoca no la otra persona sino la visión que tenemos de ella, nos comportamos de manera desagradable con ella.

No se debería dar tanta importancia a la diferencia entre uno mismo y los demás; porque como dije antes todos somos "yo" y todos somos "los demás" al mismo tiempo, solo cambia la perspectiva. Y cuando se mira un objeto, una manzana por ejemplo, lo importante, lo interesante, es la manzana, no quién la mire, ni qué piense u opine ese observador.

Es como si hay una manzaja roja brillante y preciosa, y llega un daltónico y asegura que es de color verde, o llega un loco asegurando que es un melón, o alguien que opina que no es bonita. El objeto depende del observador. Como si hay dos personas en una misma habitación. La temperatura es de 21 grados, pero una tiene un poco de calor y la otra tiene un poco de frío. Eso no hace que la temperatura varíe, depende de cada uno por los motivos que sea.

Si miras algo, conoces cosas, te cruzas con gente, y se le intenta poner siempre etiquetas a todo: Simpática, antipático, demasiado lento, demasiado rápido, guapa, fea, no me gusta tal aspecto, me gusta aquél otro, etc, etc, etc entonces es muy dificil que se pueda encontrar tranquilidad nunca y se pierda demasiado tiempo sintiendo o pensando cosas desgradables, buscando lo que encaje en nuestra perspectiva o lo que no, y juzgando todo desde el primer momento en base a eso, a esa perspectiva de uno mismo.

No me parece que sea cuestión de que las personas que tienen esta costumbre puedan optar por no preocuparse tanto de los demás y dedicarse más a sí mismos, porque eso puede derivar en sentimientos muy desagradables, de soledad, de orgullo... Me parece que más bien sería cuestión de seguir preocupándose por los demás pero de manera diferente, intentando ver las cosas, sea la gente o las circunstancias o las experiencias de forma que uno se quede al margen en cuanto a opiniones se refiere, o al menos no precipitarse, no querer correr a ponerle una etiqueta. No darle tanta importancia a las cosas que incumben al "yo". En definitiva "yo" es otra etiqueta más, lo que pasa que cada uno nos la ponemos a nosotros mismos, dándole una importancia enorme y a veces dándole demasiada importancia también al ego de los demás, haciendo que nos resulte insoportable tener que separarnos de una persona, o bien que rechacemos sistemáticamente a tal otra, cuando sentirnos mucho mejor con uno mismo y con los demás sería tan simple como cambiar ese chip, entendiendo que todas las adicciones son nocivas incluyendo la adicción a otras personas, y que muchas veces tal persona o tal circunstancia solo es tan mala como uno haya decidido.
 
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Este tema es digno de leer y... reflexionar con tiempo, mente y espíritu.

Betty:*), gracias por tus palabras. Belén, muchas gracias!

Yoli :*), me llegaron mucho tus palabras. Gracias!

bizilagun, muy interesantes aporte, gracias y otro besito!


bizilagun dijo:
Ayudando a los demás se ayuda uno a sí mismo...
Así es. Sucede que a muchas personas les suena esta y otras frases (del tipo el amor es más fuerte) como a algo bonito pero impracticable o poco conveniente. Resulta que la practibilidad y conveniencia está en cada uno de nosotros, no en el del lado. Especialmente está en nuestro interior, lo que realmente somos. De las formas más fuertes que conozco para que aquella y muchas otras verdades espirituales tengan sentido en cada corazón es... el mirar en nosotros mismos, en lo más profundo interior que podamos llegar. Allí donde el silencio habla, allí donde somos mucho más que mente, somos sabiduría; para quienes les sea aparentemente complejo sumergirse en estas frases, allí sentirán la fuerza de aquellas palabras como la verdad que siempre ha sido, como lo bueno, como parte del amor y sabiduría.

No se rindan cuando frases, citas o palabras... aparentemente solo "bonitas" no tengan sentido para ustedes, busquen. Vuestra alma la cual no está cegada ni distraída como el resto de nosotros, grita por decirles "sí, así es"... "sí, es el comienzo de lo trascendente"... "sí, es el comienzo de las respuestas que buscas!.



25AñosJuntos dijo:
Parece que todo el mundo camina en la misma dirección, pero puedo apreciar que algunas personas, aunque caminen a mi lado, van contra corriente, otras sencillamente van andando, pero no tienen ni siquiera un objetivo.
Éso parece a momentos... pero hay todo tipo de personas. Existe gente que elevan al ser humano a un nivel de belleza tal, que cuando nos "cegamos" a sólo un grupo de personas (aunque sean millones) en su actuar, creemos que no hay nada más allá... y hay mucho! muchísimo! Y ni siquiera es necesario "tocar" aquello para "saber" que es cierto.



25AñosJuntos dijo:
Esa es la grandeza de la gente, que cuanto más grandes son, más atacadas son, más amor reparten. Siempre he querido ser como ellos, y creo que todos tenemos la ocasión de serlo, de algún modo, sólo que depende de que cada cual, quiera hacerlo.
Sí... depende de cada cual. He ahí nuestro "para qué" de la existencia!



bizilagun dijo:
Me parece que más bien sería cuestión de seguir preocupándose por los demás pero de manera diferente, intentando ver las cosas, sea la gente o las circunstancias o las experiencias de forma que uno se quede al margen en cuanto a opiniones se refiere...
Pienso igual, no se trata de no querer ayudar a nadie, de no comprender a nadie... éso nos haría casi robots, aparte de infelices sin cura. Ilusoriamente parece que no preocuparse de otros es "lo mejor" en el sentido de "no sufrir", pero es sólo una ilusión. La cuestión es compenetrarse con el otro en su dolor pero... quedando uno "al margen".



25AñosJuntos dijo:
Si de por sí la empatía es una virtud rara (como encabeza el post), es más raro darse cuenta de ello y utilizarla.
Y utilizarla... bien! No rendirse porque aparentemente sufrimos más que otros, sino que fortalecernos cada vez más, aprendiendo a ser misericordiosos... sin "sufrir", "al margen"... saboreando el agrado de lo hecho por amor!

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Me recuerda una anecdóta que leí sobre Gandhi:

Una vez la gente, hacía fila por pedirle consejo al maestro Gandhi, y pues entre ellos había una señora que llevaba a su hijo pequeño, cuando llegó hasta con Gandhi, le dijo que su hijo era diabético y no sabía cómo hacer para que dejara de comer dulces y ázucar, que le ayude.

Gandhi le dijo que regresara en una semana, que por ese día no podía aconsejarla, así que muy molesta, la señora se marchó y, como dijo el maestro regresó la próxima semana. Gandi le dio consejos muy útiles, y al terminar la madre le preguntó a Gandhi porqué la primera vez no le aconsejo y Gandhi respondió: Porque la semana pasada yo comía ázucar.

Creo que esa es la empatía :D
 
Que bueno lo de Gandhi :)

Estos días estoy leyendo la transcripción de una enseñanza del lama Yeshe (difunto maestro de mi maesto) que dió sobre una ceremonia relacionada con Tara, una mujer buda que para todos los budistas que practicamos el tantra es un ser muy querido.

Y bueno, que me despisto. Lama Yeshe comentaba una cosa que en cierto sentido ya sabía pero que no me había parado a pensar claramente: Cuando uno ve a otra persona de cierta forma, de manera agradable, y después en otro momento ya no parece tan agradable y la detestas, es básico darse cuenta de que no es esa persona la que ha cambiado, sino cómo uno mismo la percibe.

Se sabe una anécdota muy conocida del propio Buda. Tenía un primo muy envidioso que siempre le quería hacer daño. Un día le tiró una piedra y le hizo una herida, le hizo sangre. Después estaba con unos estudiantes y el primo apareció por allí. Los discípulos le preguntaron al Buda si no iba a decirle nada, si no le iba a recriminar, y respondió que no había por qué: El que tiró la piedra era quien tiró la piedra y ahora, en este momento presente, no le estaba haciendo ningún mal así que no tenía nada que recriminarle. Además, Él mismo era alguien en el momento del atentado y las circunstancias le hacían distinto en el momento actual. Así que no había ninguna confrontación entre dos personas, sino distintas perspectivas en un momento específico, nada más :)

Cuando alguien busca venganza, la busca para hacer daño a otro, pero en tanto la busca -la consiga o no- pierde el tiempo haciéndose daño a sí mismo.
 
Jolines Bizilagun, me sorprendes una vez más, porque soy de la misma opinión, y me encantan tus relatos.

Gracias, cada día aprendo más y me gusta evolucionar en éste sentido.

Besos.:*) :*)
 
Aunque sigo pensando que la empatía es algo totalmente voluntarioso de cada persona y realmente bello, es muy triste descubrir que tu entrega no sirva para nada.

La vida a veces no es justa, pero siempre esperas algo más.

La traición y la maldad de las personas en el día de hoy, han producido sobre mi empatía, el mayor de los dolores, pero como la vida sigue, los caminos de la empatian ahora me dirigen hacia otro lado.

Suerte a aquellos que rechazaron la bondad de las personas y a cambio pusieron una nota negra.
 
Edy, lo que mencionaste sobre Gandhi es muy sabio!


bizilagun dijo:
Cuando uno ve a otra persona de cierta forma, de manera agradable, y después en otro momento ya no parece tan agradable y la detestas, es básico darse cuenta de que no es esa persona la que ha cambiado, sino cómo uno mismo la percibe.
En cierta forma así es, me refiero la mayoría de las veces es así; sin embargo hay ciertos aspectos relevantes que tienen que ver con lo objetivo, en este mundo incluso la objetividad puede ser algo "interpretativo" pero se puede llegar a grados lo menos "personales" y más cercanos a lo "objetivo" realmente.

Para mí la objetividad es muy importante en la vida, porque vendría siendo la "verdad" más cercana a la "verdad", la no interpretación, solamente la especificación de los hechos tal cual han sido o son, sin agregarle ni quitarle nada. Al mismo tiempo y si bien coincido con que casi todo incluyendo palabras como: amor, alegría, paz, etc; cada cual les da "sus" significados, creando experiencias algo extrañas al interactuar con ello; a la vez considero que tomando en cuenta la objetividad en grado más puro, existen actos malos y actos buenos. O dicho de otra forma, actos cercanos al amor o lejanos a él.

Yo no puedo "aceptar" (ni en mí ni en nadie) acciones lo menos cercanas al amor, puedo "comprenderlas" la mayoría de las veces, pero no aceptarlas (avalarlas) dado que quien lo produce lo aleja del amor (felicidad) y a quien haya sido producido ("víctima"), si bien no lo aleja del amor, lo "tienta" a alejarlo, aparte de provocarle sufrimiento en diversas formas.

Por más que considere la "no interpretación" como estado sabio, con llegar a la objetividad en mayor grado posible, considero que estamos avanzando en las vicisitudes de la vida. Además lo que consideramos "interpretación" algunas veces no lo es, algunas personas logran "objetivizar" para proceder lo más justamente en la vida (es un enorme mérito)... aquello ya viene siendo de cierto modo "nuestro proceso" para no interpretar mediante el ego, sino que observar, darse cuenta, intuir y luego... actuar de acuerdo a los valores derivados del amor.



La Empatía Comienza por Uno Mismo

La esencia de la empatía consiste en darse cuenta de lo que sienten los demás sin necesidad de que lleguen a decírnoslo. Porque, aunque los demás pocas veces nos expresen verbalmente lo que sienten, a pesar de todo están manifestándolo continuamente con su tono de voz, su expresión facial y otros canales de expresión no verbal. Y la capacidad de captar estas formas sutiles de comunicación exige del concurso de competencias emocionales básicas como la conciencia de uno mismo y el autocontrol.

Sin la capacidad de darnos cuenta de nuestros propios sentimientos -o de impedir que no desborden- jamás podremos llegar a establecer contacto con el estado de animo de otras personas. La empatía es nuestro radar social. Cierto amigo que había captado la sensación de malestar de una compañera de trabajo me comentaba lo siguiente: «Me dirigí a mi jefe y le dije "Algo está ocurriéndole a Kathleen. No parece estar muy contenta". Ella evitaba el contacto ocular conmigo y dejó de enviarme sus habituales y divertidos e-mails. No tardó mucho tiempo en comunicarnos que nos abandonaba y se iba a trabajar a otra empresa».

En ausencia de este tipo de sensibilidad, las personas están "desconectadas". Las personas emocionalmente sordas también son socialmente torpes, se equivocan al interpretar erróneamente los sentimientos de los demás o lo hacen de un modo tan automático, desconectado e indiferente que hace imposible toda relación. Una de las formas que puede asumir la falta de empatia es la de dejar de conectar con el aspecto personal de los demás y tratarles como meros estereotipos.

La empatia asume diferentes grados que van desde la capacidad de captar e interpretar adecuadamente las emociones ajenas hasta percibir y responder a sus preocupaciones o sentimientos inexpresados y comprender los problemas que se ocultan detrás de otros sentimientos.

Una investigación realizada por Robert Levenson en la Universidad de California, en Berkeley, concluyó que el elemento clave para comprender el sustrato emocional en el que se mueven los demás depende de lo familiarizados que nos hallemos con el nuestro. Para ello, las parejas que entraban en el laboratorio de fisiología de Levenson participaban en un experimento en el que debían sostener dos tipos diferentes de conversación -una de carácter neutro («¿cómo han pasado el día?») y otra, de unos quince minutos de duración, sobre algún tema en el que existiera una abierta discrepancia-, mientras Levenson grababa multitud de respuestas fisiológicas, desde el ritmo cardíaco hasta los cambios de expresión facial.

A continuación, Levenson se quedaba con uno de los miembros de la pareja y contemplaba la garbación con él mientras el sujeto trataba de formular verbalmente lo que había sentido en el momento sin haber llegado a expresarlo. Más tarde se repetía la misma operación con el otro miembro de la pareja. Y es que, cuando las parejas empatizan, ocurre algo fisiológicamente muy curioso, ya que el cuerpo de uno imita al del otro.

Si, por ejemplo, aumentado disminuye el ritmo cardíaco del compañero cuya imagen aparece en el vídeo, lo mismo ocurre con quien está mirando la imagen, un proceso imitativo que se asemeja a una especie de tango emocional biológico y que recibe el nombre de entrainment o"arrastre". Este tipo de sincronización nos obliga a dejar de lado nuestros asuntos emocionales para poder percibir con claridad las señales emitidas por los demás. Cuando estamos atrapados en nuestras propias emociones permanecemos en un mundo fisiológico impenetrable a las señales sutiles que hacen posible la relación.

Charles Darwin señaló que las capacidades de registrar y transmitir los sentimientos han desempeñado un papel muy importante en la evolución del ser humano en lo que se refiere a la creación y el mantenimiento del orden social. Las emociones negativas -como el miedo y el enojo- tienen una importancia extraordinaria para la supervivencia, movilizando al animal amenazado hacia la lucha o la huida.

En cierto modo, este vestigio evolutivo permanece todavía con nosotros porque durante un episodio de secuestro amigdalar captamos y respondemos con más intensidad a quien está de mal humor que a quien está de buen humor. Pero ésta puede ser la mejor receta para el desastre emocional, creando un bucle que se realimenta a sí mismo y no hace sino intensificar la negatividad y el enojo. El requisito previo de la empatia es la conciencia de uno mismo, la capacidad de registrar las señales viscerales procedentes de nuestro propio cuerpo.


La Práctica de la Inteligencia Emocional, Daniel Goleman

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Generalmente, en cuanto a lo que ha comentado 25AñosJuntos, pasarlo mal al ver que la situación no mejora cuando nos preocupamos por los demás, es de por sí una razón para alegrarse. O simplemente cuando nos pone tristes pensar que hay seres que sufren, eso está bien, porque es un indicativo de que nos preocupamos por los demás. Que los demás sufran y nos resulte indiferente o que nos alegrara, eso sí sería un problema :) Obviamente, no es que haya que alegrarse de que haya sufrimientos por el mundo, pero está bien darse cuenta de eso: Si una persona lo pasa mal a causa de los problemas de los demás, si uno siente tristeza ante las desgracias ajenas, eso dice mucho bueno a favor de esa persona. Hay muchos practicantes budistas con ciertas iniciaciones, que hacemos oraciones en las que expresamente pedimos sufrir todos los males de los demás! :) Si uno sufre por los demás es que le duelen esas desgracias ajenas y desearía pasarlo mal él mismo con tal de librar al otro de sus males. No puede haber una motivación más buena en toda la existencia :) Y en realidad es algo relativo, temporal si se prefiere: Acaba pesando mucho más la felicidad de la compasión que la tristeza por la mera consciencia de haber desgracia.

Antes hablaba de una mujer buda llamada Tara. En una de sus vidas anteriores, se levantaba por la mañana y pensaba que si no ayudaba a un par de millones de seres a liberarse completamente de todos sus sufrimientos, no desayunaría. Cuando desayunaba, pensaba que no comería si no ayudaba a la iluminación de otro par de millones de seres. Después de comer, que no cenaría si otro par de millones de seres no alcanzaban la perfección, etc, y así vivió siempre :) Como ser iluminado, no era susceptible de experimentar sufrimientos, pero al mismo tiempo la motivación de ver que los demás se libren de su malestar, hace que se siga ayudando de manera infinita :) Así que da igual lo mal que lo pase uno viendo sufrir a los demás, y da igual que uno pueda contribuir con la felicidad de millones y billones de seres, siempre habrá infinitos seres más que siguen sufriendo. Como cuando vemos a la gente pobre o los niños que se mueren de hambre, da igual cuánto ayudemos parece que siempre hay más y más y más que siguen muriéndose. Si uno tira la toalla, está tan moribundo como ellos. Si se les pretende ayudar, a todos sin faltar ni uno solo, aunque sea un alien peludo de saturno que tenga un aspecto espantoso y nos quiera matar con un arma de alta tecnología :p esa propia intención, esa motivación hace que se deje de perder el tiempo en pensar en el sufrimiento o la felicidad de uno mismo; eso no es importante.
 
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bizilagun dijo:
Hay muchos practicantes budistas con ciertas iniciaciones, que hacemos oraciones en las que expresamente pedimos sufrir todos los males de los demás!
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Si uno sufre por los demás es que le duelen esas desgracias ajenas y desearía pasarlo mal él mismo con tal de librar al otro de sus males. No puede haber una motivación más buena en toda la existencia
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Y en realidad es algo relativo, temporal si se prefiere: Acaba pesando mucho más la felicidad de la compasión que la tristeza por la mera consciencia de haber desgracia.
Exacto, es algo temporal... aunque hay que tener una fe y fuerza interna grande para sentirse apoyado por aquella verdad. En el cristianismo, refiréndome más específicamente al catolicismo (mi religión personal) también han habido muchos seres que practican exactamente lo que tú has descrito. Se supone es la "máxima" nuestra en cuanto al amor y a la conciencia de que esta vida es temporal y la vida eterna es la que "hay que cuidar"; a través de esta.


bizilagun dijo:
En una de sus vidas anteriores, se levantaba por la mañana y pensaba que si no ayudaba a un par de millones de seres a liberarse completamente de todos sus sufrimientos, no desayunaría. Cuando desayunaba, pensaba que no comería si no ayudaba a la iluminación de otro par de millones de seres. Después de comer, que no cenaría si otro par de millones de seres no alcanzaban la perfección, etc, y así vivió siempre
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Como ser iluminado, no era susceptible de experimentar sufrimientos, pero al mismo tiempo la motivación de ver que los demás se libren de su malestar, hace que se siga ayudando de manera infinita
Todo lo que he citado aquí, es lo mismo que ciertos seres "iluminados" más comúnmente llamados Santos o en vías de ello, han llevado a cabo de forma absolutamente comprobable, sería y comprometida en sus vidas en el catolicismo. Para nosotros lo que tú llamas "iluminación" significa que quienes "pecamos" (todos pero nos referimos a grados serios de ello) tomemos conciencia de aquello mediante gracia divina (dado que nos hemos cegado voluntariamente a lo único que importa: el amor) y luego de esta vida obtengamos la mayor felicidad y estado de perfección que pueda existir "el cielo" (comprendido como más que un lugar, una realidad completamente compenetrada con Dios y por ende llena de felicidad y amor en todo sentido en su máximo grado) en vez de... obtener todo lo contrario.

En el fondo se trata de lograr grados de amor lo más elevados posibles por nosotros mismos y por todos los seres. Hay gente católica de actos "heroicos" para el resto del mundo, han logrado abstraerse a niveles muy elevados de lo egoísta y placentero para precisamente, ayudar al mayor número de almas posibles a ser felices eternamente. Y ésa es una expresión de amor muy alta, requiere una fe, certeza y amor enormes para los parámetros humanos comunes.

Imagínate lo trascendente que significa "sufrir" para que otros "merecedores" o mayoritariamente ingratos con el creador, no sufran la eternidad. Para que sean felices... vivan la paz, la alegria, el placer, la belleza verdadera a FULL... no hay palabras.

Qué manera de admirar yo los seres que hacen del amor más fuerte, su vida!... de la época o creencia que sean!

Se les hace más fácil o poco suceptible el sufrir como has señalado, precisamente por su nivel de fortaleza espiritual, de lograr ver las cosas en un nivel mucho más amplio, más elevado... no sólo de la mera cotideaneidad limitante humana. La vida es mucho más que éso, al contrario estamos rodeados de aspectos trascendentes en esta vida, donde se incluye lo que nos parece vanal.

A veces he tenido la sensación personal y más en los últimos años, de que todo lo cotideano que hacemos... trabajar, comprar, viajar, pagar cuentas, ver la tele, estudiar... todo... apenas tiene sentido relevante con respecto a lo trascendente. Incluso a ratos me ha parecido una "pérdida de tiempo" para profundizar en lo espiritual, tanto intelectual como tangiblemente, meditando y cosas relativas.

Aunque aquel "sentido" se lo podemos dar a todo lo cotideano tan sólo... amando.

Igualmente con orar, rezar o meditar (dependiendo de la creencia) por la vida, en pos de ser mejores personas, en deseo de amar más y mejor... ya estamos "cooperando" a lo que todo ser inteligente debiese cooperar si lo que tanto ansía es... la vida, la felicidad, el amor a su alrededor!


bizilagun dijo:
Como cuando vemos a la gente pobre o los niños que se mueren de hambre, da igual cuánto ayudemos parece que siempre hay más y más y más que siguen muriéndose. Si uno tira la toalla, está tan moribundo como ellos.
Así es... parece... pero el ayudar a un sólo ser humano, a una sola alma a ver más allá, a tomar conciencia de lo realmente importante, a amar en mayor nivel... es algo que es invaluable, no sólo con palabras, en la realidad de la infinitud existencial que es la única que importa es... INVALUABLE!

Si uno tira la toalla está absolutamente moribundo, ellos quienes padecen aquí tienen sus almas más puras, más abiertas, más sabias, por tanto trascendentemente están mucho más vivos que quienes... se quejan de que no vale la pena ayudar a nadie porque "parece" que sus actos de amor no dieran fruto. Que las cosas fueran en vano.

SIEMPRE dan fruto, siempre!... JAMÁS lo hecho por amor es en vano!. Lo que el ojo humano no ve es muchísimo más de lo que realmente existe y está sucediendo a cada instante, tanto desde un punto de vista tangible como intangible. Es por ello que hay que escuchar a la intuición, a la percepción, que son formas de llamamientos de atención del alma... de la esencia o conciencia nuestra!

Hay muchas cosas en este mundo o plano existencial que... parecen que son...
pero están muy lejos de realmente... SER!

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Última edición:
He aquí otro escrito sobre el tema que me ha parecido positivo agregar para nuestra reflexión.


Empatía

La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas.Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.

Es sin duda una habilidad que, empleada con acierto, facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad.

Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.

Por ello la empatía es algo así como nuestro radar social, el cual nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos en rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto. Revisemos ahora con detenimiento en qué nos es útil.

No es raro que se crea comprender al otro sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no “ver” más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente “evidente”.

Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces “invisibles” en apariencia, las cuales debemos aprender a “leer”.

Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales.

El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales. Pero ello es algo a lo que debemos estar atentos en todo momento, pues lo que funciona con una persona no funciona necesariamente con otra, o es más, lo que en un momento funciona con una persona puede no servir en otro con la misma.

Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India.

Ciertamente no tenemos que ser como Gandhi para darnos cuenta que existen sutiles “armas” que podemos usar en beneficio propio y de los demás, que no son para destruir sino para hacer florecer relaciones provechosas en aras de nuestro crecimiento como seres humanos. Finalmente, no es exagerado sostener que las bases de la moralidad (que siempre es la interior) deben hallarse en la empatía, en la cual a su vez (al ser llevada con integridad) está la raíz del altruismo.

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