Cien años después, el “Titanic” continúa cautivando la imaginación del mundo
Cien años después de que el entonces mayor y más lujoso transatlántico jamás construido naufragara en su viaje inaugural de Southampton (sur de Inglaterra) a Nueva York, la leyenda del “Titanic” continúa cautivando la imaginación del mundo.
La historia del barco proclamado “insumergible”, que se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912 después de chocar con un iceberg, es un cóctel fascinante que mezcla suntuosidad, proeza industrial, desastre, heroísmo y una buena dosis de horror.
En solo dos horas y 40 minutos, el moderno buque de la naviera White Star Line salido escasos días antes de los astilleros de Belfast desapareció bajo las heladas aguas del Atlántico Norte, cerca de las costas de Terranova. Más de 1,500 de las 2,200 personas que llevaba a bordo murieron.
“El naufragio del ‘Titanic’ tuvo probablemente el mismo impacto en su época que los atentados del 11 de septiembre (del 2001) en la nuestra”, estimó Philip Littlejohn, nieto de un camarero que sobrevivió al desastre.
“Otros barcos se han hundido con muchas más pérdidas de vidas humanas, pero la gente sigue fascinada con el ‘Titanic’ porque era como un microcosmos de la sociedad de la época”, explicó.
“También fue el fin de una era. La Primera Guerra Mundial lo cambió todo dos años más tarde”, apuntó. El centenario del hundimiento está igualmente marcado por el estreno en todo el mundo de la nueva versión en 3D de la supertaquillera película de James Cameron “Titanic” (1997) y de una miniserie británica que ha sido vendida en más de 80 países, así como por la publicación de numerosos libros.
Para Julian Fellowes, autor de los cuatro episodios de la serie para la cadena de televisión ITV, el naufragio del “Titanic” tiene todos los ingredientes necesarios para una buena historia.
“Ocurrió, fue real. Había hombres y mujeres corriendo por las cubiertas del barco, aterrorizados como nuestros extras, y muchos de ellos iban a morir. No puede no conmover”, explicó.
Cuatro compositores han escrito obras musicales con ocasión del centenario, entre ellos el ex Bee Gee Robin Gibb. Su “Requiem del Titanic” fue interpretado por primera vez por la Royal Philharmonic Orchestra en Londres el 10 de abril.
“Titanic Belfast”, un resplandeciente edificio de seis pisos formado por cuatro proas a escala real, recrea la historia del buque desde su concepción durante el ‘boom’ industrial de la capital norirlandesa hasta su trágico naufragio, y también sus repercusiones.
El centenario, que ha dado lugar a la emisión de sellos conmemorativos en el Reino Unido y en Canadá, donde están enterradas muchas de las víctimas, también será conmemorado en la ciudad irlandesa de Cobh, el último puerto de escala antes del aciago acontecimiento.
El ‘Titanic’ medía unos 270 metros y podía recibir a más de 3,300 personas, incluida la tripulación. Se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912, cerca de las costas de Terranova, después de chocar con un iceberg.
Cien años después de que el entonces mayor y más lujoso transatlántico jamás construido naufragara en su viaje inaugural de Southampton (sur de Inglaterra) a Nueva York, la leyenda del “Titanic” continúa cautivando la imaginación del mundo.
La historia del barco proclamado “insumergible”, que se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912 después de chocar con un iceberg, es un cóctel fascinante que mezcla suntuosidad, proeza industrial, desastre, heroísmo y una buena dosis de horror.
En solo dos horas y 40 minutos, el moderno buque de la naviera White Star Line salido escasos días antes de los astilleros de Belfast desapareció bajo las heladas aguas del Atlántico Norte, cerca de las costas de Terranova. Más de 1,500 de las 2,200 personas que llevaba a bordo murieron.
“El naufragio del ‘Titanic’ tuvo probablemente el mismo impacto en su época que los atentados del 11 de septiembre (del 2001) en la nuestra”, estimó Philip Littlejohn, nieto de un camarero que sobrevivió al desastre.
“Otros barcos se han hundido con muchas más pérdidas de vidas humanas, pero la gente sigue fascinada con el ‘Titanic’ porque era como un microcosmos de la sociedad de la época”, explicó.
“También fue el fin de una era. La Primera Guerra Mundial lo cambió todo dos años más tarde”, apuntó. El centenario del hundimiento está igualmente marcado por el estreno en todo el mundo de la nueva versión en 3D de la supertaquillera película de James Cameron “Titanic” (1997) y de una miniserie británica que ha sido vendida en más de 80 países, así como por la publicación de numerosos libros.
Para Julian Fellowes, autor de los cuatro episodios de la serie para la cadena de televisión ITV, el naufragio del “Titanic” tiene todos los ingredientes necesarios para una buena historia.
“Ocurrió, fue real. Había hombres y mujeres corriendo por las cubiertas del barco, aterrorizados como nuestros extras, y muchos de ellos iban a morir. No puede no conmover”, explicó.
Cuatro compositores han escrito obras musicales con ocasión del centenario, entre ellos el ex Bee Gee Robin Gibb. Su “Requiem del Titanic” fue interpretado por primera vez por la Royal Philharmonic Orchestra en Londres el 10 de abril.
“Titanic Belfast”, un resplandeciente edificio de seis pisos formado por cuatro proas a escala real, recrea la historia del buque desde su concepción durante el ‘boom’ industrial de la capital norirlandesa hasta su trágico naufragio, y también sus repercusiones.
El centenario, que ha dado lugar a la emisión de sellos conmemorativos en el Reino Unido y en Canadá, donde están enterradas muchas de las víctimas, también será conmemorado en la ciudad irlandesa de Cobh, el último puerto de escala antes del aciago acontecimiento.
El ‘Titanic’ medía unos 270 metros y podía recibir a más de 3,300 personas, incluida la tripulación. Se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912, cerca de las costas de Terranova, después de chocar con un iceberg.