A raíz del tema que puse informando de las entradas para ver a Su Santidad el Dalai Lama en Barcelona en septiembre, hoy he sabido de esta entrevista con Thubten Wangchen, el director de la organización que lo hace posible:
DIARIO SPORT - 14/06/2007
Sport: Hubo mucha gente que se sintió mal cuando el Comité Olímpico Internacional eligió Pekín como sede de los Juegos. Usted tampoco debió sentirse muy satisfecho...
Thubten Wangchen: No, por supuesto. Todos dicen que los Juegos son la mayor manifestación deportiva. Pero es una lástima que esa manifestación en realidad sea una cuestión de dinero y poder. Antes de que el CIO designara la sede, hicimos una campaña en diversos puntos del mundo en contra. ‘No’ a los Juegos hasta que Tíbet sea libre. ‘No’ a China hasta que no respete los derechos humanos incluso en su propio país. Grupos de tibetanos procedentes de diversos puntos acudieron a Mónaco, donde se reunió el CIO. Yo mismo estuve a punto de viajar hasta allí, pero las protestas no sirvieron de nada. Los paises occidentales ven en China la oportunidad de hacer negocio, de enriquecerse con acuerdos comerciales basados en fabricar barato, vender cada vez más y enriquecerse. Es el dinero lo que manda entre los seres humanos. A pesar de que lo que compran, no dura nada. En cambio, lo espiritual perdura. Pienso que el apoyo de los países a estos Juegos es el respaldo a un genocidio, a torturas, a muertes sin sentido.
S: No hace mucho, un representante del Gobierno dijo que España se enorgullece de ser el país con más acuerdos de colaboración con China...
TW: Cualquier Gobierno de cualquier país haría lo mismo. Alcé mi voz cuando el año pasado Zapatero recibió en Madrid al presidente de China, Hu Jintao. Y también cuando trajeron los Guerreros de Xian al Fórum de las Culturas. Y cuando Nelson Mandela vino a Barcelona para llevar su mensaje de paz. En la Casa del Tíbet preparamos muchos actos para explicar nuestra realidad, pero China es demasiado poderosa...
DESPERSONALIZACIÓN
S: ¿Qué sentimiento le produce este respaldo del mundo a los Juegos?
TW: De tristeza absoluta. Los tibetanos hemos perdido nuestra patria. Hemos tenido que exiliarnos al Nepal, la India y otros muchos paises. Los chinos han destruido más de dos mil templos. Se ha producido una destrucción masiva de la naturaleza y al mismo tiempo una migración devastadora hacia nuestro país. En la actualidad hay 8 millones de chinos, por 6 millones de tibetanos. La construcción del ferrocarril desde Pekín a Lhasa,que nos la han presentado como una fórmula de progreso, nos ha traído medio millón más de chinos en los últimos cuatro meses. Si se analiza fríamente esta es otra manera más de colonización. Con este movimiento estamos perdiendo nuestros rasgos de identidad.
S: ¿Es la única gran obra que se ha hecho en Tíbet?
TW: No, no. Han construido carreteras. Y grandes edificios, al estilo de su país. Han tirado nuestras casas de barro porque según ellos amenazaban ruina. Venían los técnicos, miraban nuestras casas, echaban a la gente de allí y las tiraban abajo. En su lugar han proliferado las viviendas de hormigón comunitarias. Si llamas a cualquiera de ellas te das cuenta de que allí viven chinos, no tibetanos, lo que es muy significativo. Han traído electricidad, televisión, pero también karaokes, prostitutas, drogadictos y criminales. El gobierno chino ha enviado a muchos marginados a nuestro país. Y los tibetanos no hemos pedido nada de todo esto.
S: La convivencia debe de ser muy difícil allá.
TW: Ellos sufren también en mi país por la altura, por el idioma, por las costumbres. No tenemos nada en común.
MUERTES POR INTERNET
S: ¿Cual es la política de China respecto al Tíbet?
TW: Su objetivo es hacernos perder nuestra identidad. Creo que ustedes, los catalanes, pueden comprender bastante bien la situación.A los niños tibetanos les está prohibido estudiar en su idioma. Muchos, con 14 o 15 años tratan de escapar como yo hice y llegar a la India. ¿La política que tienen con nosotros me pregunta? El 30 de septiembre pasado unos alpinistas filmaron como abatían a tiros a chicos y chicas que intentaban cruzar la cordillera. A otros, unos cuarenta, les detuvieron y no sabemos nada de ellos. Esas imágenes pueden verlas por Internet. Son escalofriantes. Murieron dos niños.
S: ¿Es habitual ignorar el paradero de los detenidos?
TW: Sí. En 1995 desapareció Gedhum Choekyi Nyima, poco después de que el Dalai Lama le reconociera como reencarnación [de Su Santidad el 10º Panchen Lama]. Tenía cinco años y le secuestraron, junto a sus hermanos y su familia. Hace 12 años que no sabemos nada de él. Es el prisionero más joven del mundo. Es un símbolo para nosotros. Cada año en la ONU se reciben miles de cartas preguntando por su paradero. El gobierno chino ha respondido que todavía es menor de edad y que le están educando. Hemos pedido fotos, pruebas de que sigue con vida, pero no hay nada. Sólo excusas. Estamos muy preocupados.
S: Da la impresión de que tanto sufrimiento ha hecho que usted odie a los chinos
TW: Soy un monje budista. No puedo odiar a nadie, pero sí que estoy dolido. Mataron a mi madre. Si pierdes un amigo llegará otro, pero una madre... Ella me dio este cuerpo. No puedo sentir simpatía por ellos. Me molesta muchísimo cada vez que oigo hablar del gobierno chino.
S: En junio del año pasado, un grupo de tibetanos entre los que estaba usted presentó una demanda contra el gobierno chino por genocidio en la Audiencia Nacional de Madrid. ¿En qué quedó todo aquello?
TW: Es un proceso muy lento. Estudiaron la situación y unos meses después descartaron la petición porque a diferencia de Pinochet en Chile, ningún español estaba afectado directamente. La respuesta no niega la realidad del Tíbet, ni lo que está ocurriendo con la gente de allí. Por ello, esta vez he presentado un recurso como ciudadano español ya que tengo su nacionalidad.
EXPULSADO DE SU PAÍS
S: Tengo entendido que usted fue detenido.
TW: En 1987,cuando regresé al Tíbet vestido como un turista me detuvieron durante tres días. Me consta que me habían vigilado en Barcelona. Me pusieron en una celda con otra docena de presos. Me interrogaron. Les expliqué que era guía. Abrieron mi cartera y sacaron una fotografía del Dalai Lama. Les mentí, les dije que no le conocía. De sus archivos sacaron una fotografía en la que aparecíamos el Papa, el Dalai Lama y yo en el Vaticano. Tuve que decirles que aquello era una sesión de fotos que hicieron con los turistas y que yo me puse allí. Sabían perfectamente quién era yo, mi proximidad con el Dalai Lama. Así que me metieron en un furgón de ambulancia y me llevaron a la cárcel. Volvieron a interrogarme, me obligaron a retractarme por escrito bajo amenazas de muerte. A continuación, me pidieron la cámara de fotografías y el pasaporte “porque ya no me harían falta...” Aún tengo el convencimiento de que habían decidido ejecutarme. Les dije que si me ocurría algo, mis acompañantes, turistas catalanes, en un su mayoría políticos y banqueros muy influyentes, provocarían un gran revuelo. Me llevaron de nuevo a una celda y al día siguiente me expulsaron del Tíbet. Desde entonces no he vuelto a mi país.
S: ¿Le consta que le han seguido en Barcelona?
TW: En la Casa del Tíbet vinieron en varias ocasiones gente de la que tenemos dudas.
S: ¿Tíbet tiene esperanza?
TW: Después de 48 años hemos renunciado a la independencia. El Dhalai Lama quiere negociar un pacto de autonomía para el Tíbet, un país que es tan grande como España, Francia y Alemania juntas, pero le acusan de querer dividir China. Dicen que es un separatista. Seguro que a ustedes les suena esto, ¿verdad?
S: ¿Vamos, que no hay diálogo?
TW: Si, si, se niegan a negociar.Saben que el Dhalai tiene ya 72 años y no durará mucho. Cuando él muera no sabemos que ocurrirá. Hasta ahora nuestro camino siempre ha sido el de la ‘no violencia’, pero son cada vez más los jóvenes que quieren tomar otra vía. Están ansiosos de hacer algo ante tanta injusticia. El Dhalai Lama les frena.
S: ¿Qué espera de los Juegos?
TW: Deseo que consigan grandes éxitos deportivos, que los atletas superen muchas marcas y regalen momentos de satisfacción a la gente, pero también que hagan algo por los derechos humanos. Allí, delante del estadio olímpico, en los pabellones, en la villa de los atletas queremos que haya un tibetano recordando la opresión de nuestro país. El camino no será fácil.
![foto_223903_CAS.jpg](http://www.sport.es/vivo/recursos/fotos/foto_223903_CAS.jpg)
DIARIO SPORT - 14/06/2007
Sport: Hubo mucha gente que se sintió mal cuando el Comité Olímpico Internacional eligió Pekín como sede de los Juegos. Usted tampoco debió sentirse muy satisfecho...
Thubten Wangchen: No, por supuesto. Todos dicen que los Juegos son la mayor manifestación deportiva. Pero es una lástima que esa manifestación en realidad sea una cuestión de dinero y poder. Antes de que el CIO designara la sede, hicimos una campaña en diversos puntos del mundo en contra. ‘No’ a los Juegos hasta que Tíbet sea libre. ‘No’ a China hasta que no respete los derechos humanos incluso en su propio país. Grupos de tibetanos procedentes de diversos puntos acudieron a Mónaco, donde se reunió el CIO. Yo mismo estuve a punto de viajar hasta allí, pero las protestas no sirvieron de nada. Los paises occidentales ven en China la oportunidad de hacer negocio, de enriquecerse con acuerdos comerciales basados en fabricar barato, vender cada vez más y enriquecerse. Es el dinero lo que manda entre los seres humanos. A pesar de que lo que compran, no dura nada. En cambio, lo espiritual perdura. Pienso que el apoyo de los países a estos Juegos es el respaldo a un genocidio, a torturas, a muertes sin sentido.
S: No hace mucho, un representante del Gobierno dijo que España se enorgullece de ser el país con más acuerdos de colaboración con China...
TW: Cualquier Gobierno de cualquier país haría lo mismo. Alcé mi voz cuando el año pasado Zapatero recibió en Madrid al presidente de China, Hu Jintao. Y también cuando trajeron los Guerreros de Xian al Fórum de las Culturas. Y cuando Nelson Mandela vino a Barcelona para llevar su mensaje de paz. En la Casa del Tíbet preparamos muchos actos para explicar nuestra realidad, pero China es demasiado poderosa...
DESPERSONALIZACIÓN
S: ¿Qué sentimiento le produce este respaldo del mundo a los Juegos?
TW: De tristeza absoluta. Los tibetanos hemos perdido nuestra patria. Hemos tenido que exiliarnos al Nepal, la India y otros muchos paises. Los chinos han destruido más de dos mil templos. Se ha producido una destrucción masiva de la naturaleza y al mismo tiempo una migración devastadora hacia nuestro país. En la actualidad hay 8 millones de chinos, por 6 millones de tibetanos. La construcción del ferrocarril desde Pekín a Lhasa,que nos la han presentado como una fórmula de progreso, nos ha traído medio millón más de chinos en los últimos cuatro meses. Si se analiza fríamente esta es otra manera más de colonización. Con este movimiento estamos perdiendo nuestros rasgos de identidad.
S: ¿Es la única gran obra que se ha hecho en Tíbet?
TW: No, no. Han construido carreteras. Y grandes edificios, al estilo de su país. Han tirado nuestras casas de barro porque según ellos amenazaban ruina. Venían los técnicos, miraban nuestras casas, echaban a la gente de allí y las tiraban abajo. En su lugar han proliferado las viviendas de hormigón comunitarias. Si llamas a cualquiera de ellas te das cuenta de que allí viven chinos, no tibetanos, lo que es muy significativo. Han traído electricidad, televisión, pero también karaokes, prostitutas, drogadictos y criminales. El gobierno chino ha enviado a muchos marginados a nuestro país. Y los tibetanos no hemos pedido nada de todo esto.
S: La convivencia debe de ser muy difícil allá.
TW: Ellos sufren también en mi país por la altura, por el idioma, por las costumbres. No tenemos nada en común.
MUERTES POR INTERNET
S: ¿Cual es la política de China respecto al Tíbet?
TW: Su objetivo es hacernos perder nuestra identidad. Creo que ustedes, los catalanes, pueden comprender bastante bien la situación.A los niños tibetanos les está prohibido estudiar en su idioma. Muchos, con 14 o 15 años tratan de escapar como yo hice y llegar a la India. ¿La política que tienen con nosotros me pregunta? El 30 de septiembre pasado unos alpinistas filmaron como abatían a tiros a chicos y chicas que intentaban cruzar la cordillera. A otros, unos cuarenta, les detuvieron y no sabemos nada de ellos. Esas imágenes pueden verlas por Internet. Son escalofriantes. Murieron dos niños.
S: ¿Es habitual ignorar el paradero de los detenidos?
TW: Sí. En 1995 desapareció Gedhum Choekyi Nyima, poco después de que el Dalai Lama le reconociera como reencarnación [de Su Santidad el 10º Panchen Lama]. Tenía cinco años y le secuestraron, junto a sus hermanos y su familia. Hace 12 años que no sabemos nada de él. Es el prisionero más joven del mundo. Es un símbolo para nosotros. Cada año en la ONU se reciben miles de cartas preguntando por su paradero. El gobierno chino ha respondido que todavía es menor de edad y que le están educando. Hemos pedido fotos, pruebas de que sigue con vida, pero no hay nada. Sólo excusas. Estamos muy preocupados.
S: Da la impresión de que tanto sufrimiento ha hecho que usted odie a los chinos
TW: Soy un monje budista. No puedo odiar a nadie, pero sí que estoy dolido. Mataron a mi madre. Si pierdes un amigo llegará otro, pero una madre... Ella me dio este cuerpo. No puedo sentir simpatía por ellos. Me molesta muchísimo cada vez que oigo hablar del gobierno chino.
S: En junio del año pasado, un grupo de tibetanos entre los que estaba usted presentó una demanda contra el gobierno chino por genocidio en la Audiencia Nacional de Madrid. ¿En qué quedó todo aquello?
TW: Es un proceso muy lento. Estudiaron la situación y unos meses después descartaron la petición porque a diferencia de Pinochet en Chile, ningún español estaba afectado directamente. La respuesta no niega la realidad del Tíbet, ni lo que está ocurriendo con la gente de allí. Por ello, esta vez he presentado un recurso como ciudadano español ya que tengo su nacionalidad.
EXPULSADO DE SU PAÍS
S: Tengo entendido que usted fue detenido.
TW: En 1987,cuando regresé al Tíbet vestido como un turista me detuvieron durante tres días. Me consta que me habían vigilado en Barcelona. Me pusieron en una celda con otra docena de presos. Me interrogaron. Les expliqué que era guía. Abrieron mi cartera y sacaron una fotografía del Dalai Lama. Les mentí, les dije que no le conocía. De sus archivos sacaron una fotografía en la que aparecíamos el Papa, el Dalai Lama y yo en el Vaticano. Tuve que decirles que aquello era una sesión de fotos que hicieron con los turistas y que yo me puse allí. Sabían perfectamente quién era yo, mi proximidad con el Dalai Lama. Así que me metieron en un furgón de ambulancia y me llevaron a la cárcel. Volvieron a interrogarme, me obligaron a retractarme por escrito bajo amenazas de muerte. A continuación, me pidieron la cámara de fotografías y el pasaporte “porque ya no me harían falta...” Aún tengo el convencimiento de que habían decidido ejecutarme. Les dije que si me ocurría algo, mis acompañantes, turistas catalanes, en un su mayoría políticos y banqueros muy influyentes, provocarían un gran revuelo. Me llevaron de nuevo a una celda y al día siguiente me expulsaron del Tíbet. Desde entonces no he vuelto a mi país.
S: ¿Le consta que le han seguido en Barcelona?
TW: En la Casa del Tíbet vinieron en varias ocasiones gente de la que tenemos dudas.
S: ¿Tíbet tiene esperanza?
TW: Después de 48 años hemos renunciado a la independencia. El Dhalai Lama quiere negociar un pacto de autonomía para el Tíbet, un país que es tan grande como España, Francia y Alemania juntas, pero le acusan de querer dividir China. Dicen que es un separatista. Seguro que a ustedes les suena esto, ¿verdad?
S: ¿Vamos, que no hay diálogo?
TW: Si, si, se niegan a negociar.Saben que el Dhalai tiene ya 72 años y no durará mucho. Cuando él muera no sabemos que ocurrirá. Hasta ahora nuestro camino siempre ha sido el de la ‘no violencia’, pero son cada vez más los jóvenes que quieren tomar otra vía. Están ansiosos de hacer algo ante tanta injusticia. El Dhalai Lama les frena.
S: ¿Qué espera de los Juegos?
TW: Deseo que consigan grandes éxitos deportivos, que los atletas superen muchas marcas y regalen momentos de satisfacción a la gente, pero también que hagan algo por los derechos humanos. Allí, delante del estadio olímpico, en los pabellones, en la villa de los atletas queremos que haya un tibetano recordando la opresión de nuestro país. El camino no será fácil.