ISKANDER
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Muy acertado como es habitual en él.
http://www.arcadi.espasa.com/
31 de enero .4820
Parece que un sesenta por ciento de insurgentes votan en las elecciones iraquíes. El hecho ha provocado un claro titular en la prensa socialdemócrata: “Los iraquíes desafían al terrorismo y acuden mayoritariamente a votar” Un hermoso titular imprevisto. La insurgencia frente al orden mediático establecido se ha cobrado una nueva e importantísima victoria. Impresiona el desconcierto de los medios: “Los chiíes acuden a votar en masa para hacerse con el poder en Irak” titula El Mundo, en plena melopea. “Cierto es que las elecciones no resuelven el nudo central de la crisis”, dice el editorialista de El País, buscando la luz desesperadamente cual mosca de Benzer. La más conflictiva evidencia del periodismo es la capacidad del suceso para estrangular lo real. De cómo el texto de las bombas puede borrar, indebidamente, el subtexto de la vida. El grave problema, en fin, del maldito hombre que mordió al perro. Una de las estrategias para controlar, en lo posible, el problema consiste en la utilización cautelosa y precisa de las palabras. En la decisión de utilizar insurgentes o terroristas (y ahora hablo estrictamente para un lector español) no sólo hay un problema ideológico. El problema central es la dimensión. Los españoles saben muy bien que el terrorismo no impide que la mayoría de los hombres se levanten cada mañana. La palabra terrorista provoca un inmediato efecto aislante. Ahí va un solitario fanático. No sucede lo mismo con insurgente. Menos mal que las urnas les han dado el nombre que aritméticamente merecen.
Nickjournal (246)
No sé... os veo muy silenciosos sobre este tema....
http://www.arcadi.espasa.com/
31 de enero .4820
Parece que un sesenta por ciento de insurgentes votan en las elecciones iraquíes. El hecho ha provocado un claro titular en la prensa socialdemócrata: “Los iraquíes desafían al terrorismo y acuden mayoritariamente a votar” Un hermoso titular imprevisto. La insurgencia frente al orden mediático establecido se ha cobrado una nueva e importantísima victoria. Impresiona el desconcierto de los medios: “Los chiíes acuden a votar en masa para hacerse con el poder en Irak” titula El Mundo, en plena melopea. “Cierto es que las elecciones no resuelven el nudo central de la crisis”, dice el editorialista de El País, buscando la luz desesperadamente cual mosca de Benzer. La más conflictiva evidencia del periodismo es la capacidad del suceso para estrangular lo real. De cómo el texto de las bombas puede borrar, indebidamente, el subtexto de la vida. El grave problema, en fin, del maldito hombre que mordió al perro. Una de las estrategias para controlar, en lo posible, el problema consiste en la utilización cautelosa y precisa de las palabras. En la decisión de utilizar insurgentes o terroristas (y ahora hablo estrictamente para un lector español) no sólo hay un problema ideológico. El problema central es la dimensión. Los españoles saben muy bien que el terrorismo no impide que la mayoría de los hombres se levanten cada mañana. La palabra terrorista provoca un inmediato efecto aislante. Ahí va un solitario fanático. No sucede lo mismo con insurgente. Menos mal que las urnas les han dado el nombre que aritméticamente merecen.
Nickjournal (246)
No sé... os veo muy silenciosos sobre este tema....
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