• Cambios en el aspecto y funcionamiento del foro. Ver detalles

Buen Funeral

Ayer he ido a una tienda y a un lado habia una caja para hacer donaciones, habia bstante dinero y junto a el un cartel explicando que un trabajador del lugar habia fallecido y pedian la colaboracion de la gente para darle un apropiado funeral.

Pues yo no di nada, xq me parece estupido dar dinero para enterrar un muerto
Vamos, q ya esta muerto! xq no dar ese dinero a los pobres o a los enfermos?

y ustedes q opinan?

Les parece bien dar donaciones para poner bajo tierra a un muerto, yo creo q es un desperdicio de dinero, al fin de cuentas, los gusanos nos comen a todos igual:|
 
Weno todo depende segun como se miren las cosas. Hay familias en las que la muerte de un ser querido es algo muy importante y por eso deciden derrochar dinero en hacerle un entierro a lo grande.

Yo opino que la muerte puede ser algo hermoso y no hace falta gastarse grandes cantidades de dinero para hacer que el dia de tu muerte sea algo especial.

cementerio_cartagena_02.jpg


Recordad: Aunque ya no sigan entre nosotros, siempre estaran alli
 
mmm... yo quiza si hubiera dado dinero, debe de ser una familia que no se lo puede permitir y quieren enterrarlo dignamente.

No se, yo estoy mas a favor de la incineracion, pero hay creencias, gustos, y esas cosillas.
 
Muchas personas necesitan creer que un entierro digno tiene algún significado, a mi me parece que al muerto le da igual y que es un gasto de dinero que solo sirve para enriquecer a determinadas personas.:z:

Con la de gente que no tiene para comer dar dinero a un muerto es casi un crimen, algo propio de la barbaridad humana.:acallar:
 
Precisamente el otro dia le dije a mi pareja que cuando me muera no se preocupe en gastarse miles y miles de dolares en un funeral... Vamos, que se lo dije clarito que me da igual lo que el piense, por mi que me queme mejor, yo le dije que primero donase todos mis organos y despues que hasga lo que quiera, como si me tira al mar, o me entierra el mismo en el jardin de atras de la casa, poco me va a importar a mi, pero claro, esa es mi opinion...

Aunque habria que respetar a las personas que creen en el juicio justo, claro que es mas importante un vivo pobre que un muerto.
 
La muerte es un enorme negocio. Cualquiera que sepa lo que es perder a alguien lo puede decir. El precio del suelo santo es comparable con el de la mejor zona residencial de Madrid, eso sin contar tanatorios, féretros, flores, etc., pero tampoco es más fácil para los que no queremos que nos entierren prefiriendo la cremación, también en eso se va una pasta. Para colmo hay régimen de monopolio en muchas ciudades por lo que no existe competencia alguna ni la legislación prevé alternativas. Si a mi me propusieran picarme para comida para peces de acuario yo ni me lo pensaba pero esta es una de esas cosas que nunca arreglas y, al final, termina siendo todo como quieren los demás, o mejor dicho, como les arrastran las mismas empresas que negocian con estas cosas. Cuando tenga tiempo libre quizá deje constancia por escrito que no quiero llegado el caso: ni entierros ni misas… y arregle dejar mi cuerpo a la ciencia, o vete a saber tú.

Hace poco viví muy de cerca la muerte de la hermana de una gran amiga. Pronto comenzó el desfile: primero un tío con el catálogo de las ofrendas florares: ¿otro a nombre de sus hijos?, luego otro tío con el muestrario de féretros: ¡este de cedro está bien pulido!, más tarde el tío que graba las letras en la tumba: ¡grabamos hasta estrellas judías!, más tarde el cura del tanatorio ¿pero quién le ha pedido que se pase por aquí? La familia como era incapaz de poder elegir nada en esas circunstancias se dejaban asesorar por los representantes: ¿cuál es el que más compra la gente? Pues ese mismo… sin mirar los precios. Entre unas cosas y otras más de medio millón de las antiguas pesetas. La otra opción es pagar como mis padres un seguro desde hace casi treinta años no porque les importe que hagan con ellos sino por no hipotecarme a mí como ellos mismos reconocen.

Un negocio sin crisis.
 
Última edición:
Atrás
Arriba