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Parece que esta cosa despues de todo si puede ganar las elecciones...
Bin Laden está en China
LO AFIRMA Gordon Thomas, periodista con contactos en los principales servicios de espionaje. El terrorista habría alcanzado un acuerdo con China, que ahora negocia la entrega con Bush. Es su gran baza electoral
Bin Laden habría prometido a Beijing acabar con la guerra de guerrillas de los musulmanes chinos.
Durante la recta final, al rojo vivo, de las elecciones norteamericanas, Osama bin Laden podría convertirse en el as en la manga del presidente Bush. En estos momentos, Washington está negociando un acuerdo de alto secreto con Beijing, la capital china, para extraer a Bin Laden de su santuario en las turbulentas provincias chino musulmanas, al noroeste del país de la Gran Muralla.
Más de cinco millones de personas, muchos de ellos fanáticos seguidores de Osama, viven en lo que se considera una de las regiones más volátiles de la Tierra. Miles de ellos trabajan para las mafias que se dedican al tráfico humano o de drogas hacia Occidente. El pasado verano, Bin Laden cerró un trato con el régimen de Beijing por el que se le prometió asilo a cambio de que éste garantizara el cese de la guerra de guerrillas emprendida por los musulmanes chinos contra la República Popular China.
En el transcurso de los años, decenas de millares de tropas del Ejército de Liberación Popular han sido enviados a la región para intentar aplastar a los insurgentes.
Desde la llegada del saudí Osama Bin Laden, la región ha estado relativamente tranquila y a los musulmanes que viven allí todavía se les permite traficar con seres humanos y con drogas.
Pero ahora Bin Laden podría encontrarse atrapado en su refugio si prospera un acuerdo extraordinario entre Beijing y Washington para que China entregue a los EEUU al terrorista más buscado del mundo.
La captura de Osama Bin Laden virtualmente garantizaría la re-elección de George Bush Jr., confirmaría a los millones de votantes indecisos en EEUU de que la guerra contra el terrorismo estaba justificada después de que Bin Laden autorizara los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.
«Una nueva administración Bush presentaría a Beijing como su gran nuevo aliado en la guerra contra el terrorismo. China disfrutaría en Washington del estatus de nación más favorecida en todas sus facetas posibles. Contratos valorados en miles de millones de dólares serían aprobados por la vía rápida. El historial de violaciones de los Derechos Humanos en China sería ignorado», confirmó la semana pasada un funcionario de alto nivel del Pentágono. Añadió que sólo un puñado de «miembros de muy alto rango» de la Administración Bush conocía el plan de «coger a Bin Laden a cambio de una relación especial con China». Casi con total certeza, entre ellos se encontrarían el vicepresidente, Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Accediendo a hablar a cambio del anonimato, el funcionario proporcionó detalles del plan para capturar a Osama bin Laden como un medio para mantener a Bush en la Casa Blanca. Explicó que no es la primera vez que una administración estadounidense ha recurrido a semejantes maniobras durante un periodo electoral.
Hacia el final de la presidencia de Jimmy Carter se cerró un acuerdo secreto entre el entonces futuro presidente de los EEUU, Ronald Reagan, e Irán mediante el cual los diplomáticos estadounidenses secuestrados en Teherán, capital iraní, serían liberados el mismo día que Reagan accediera a la Casa Blanca.
Según Ari Ben-Menashe, antiguo asesor de seguridad nacional del Gobierno israelí de Yitzhak Shamir, «pagaron unas enormes sumas de dinero a los ayatolás iraníes». Ben-Menashe afirma que él mismo fue una pieza clave en la negociación que más tarde se conocería como la Sorpresa de Octubre de Reagan.
FUENTE
Bin Laden está en China
LO AFIRMA Gordon Thomas, periodista con contactos en los principales servicios de espionaje. El terrorista habría alcanzado un acuerdo con China, que ahora negocia la entrega con Bush. Es su gran baza electoral
Bin Laden habría prometido a Beijing acabar con la guerra de guerrillas de los musulmanes chinos.
Durante la recta final, al rojo vivo, de las elecciones norteamericanas, Osama bin Laden podría convertirse en el as en la manga del presidente Bush. En estos momentos, Washington está negociando un acuerdo de alto secreto con Beijing, la capital china, para extraer a Bin Laden de su santuario en las turbulentas provincias chino musulmanas, al noroeste del país de la Gran Muralla.
Más de cinco millones de personas, muchos de ellos fanáticos seguidores de Osama, viven en lo que se considera una de las regiones más volátiles de la Tierra. Miles de ellos trabajan para las mafias que se dedican al tráfico humano o de drogas hacia Occidente. El pasado verano, Bin Laden cerró un trato con el régimen de Beijing por el que se le prometió asilo a cambio de que éste garantizara el cese de la guerra de guerrillas emprendida por los musulmanes chinos contra la República Popular China.
En el transcurso de los años, decenas de millares de tropas del Ejército de Liberación Popular han sido enviados a la región para intentar aplastar a los insurgentes.
Desde la llegada del saudí Osama Bin Laden, la región ha estado relativamente tranquila y a los musulmanes que viven allí todavía se les permite traficar con seres humanos y con drogas.
Pero ahora Bin Laden podría encontrarse atrapado en su refugio si prospera un acuerdo extraordinario entre Beijing y Washington para que China entregue a los EEUU al terrorista más buscado del mundo.
La captura de Osama Bin Laden virtualmente garantizaría la re-elección de George Bush Jr., confirmaría a los millones de votantes indecisos en EEUU de que la guerra contra el terrorismo estaba justificada después de que Bin Laden autorizara los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.
«Una nueva administración Bush presentaría a Beijing como su gran nuevo aliado en la guerra contra el terrorismo. China disfrutaría en Washington del estatus de nación más favorecida en todas sus facetas posibles. Contratos valorados en miles de millones de dólares serían aprobados por la vía rápida. El historial de violaciones de los Derechos Humanos en China sería ignorado», confirmó la semana pasada un funcionario de alto nivel del Pentágono. Añadió que sólo un puñado de «miembros de muy alto rango» de la Administración Bush conocía el plan de «coger a Bin Laden a cambio de una relación especial con China». Casi con total certeza, entre ellos se encontrarían el vicepresidente, Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Accediendo a hablar a cambio del anonimato, el funcionario proporcionó detalles del plan para capturar a Osama bin Laden como un medio para mantener a Bush en la Casa Blanca. Explicó que no es la primera vez que una administración estadounidense ha recurrido a semejantes maniobras durante un periodo electoral.
Hacia el final de la presidencia de Jimmy Carter se cerró un acuerdo secreto entre el entonces futuro presidente de los EEUU, Ronald Reagan, e Irán mediante el cual los diplomáticos estadounidenses secuestrados en Teherán, capital iraní, serían liberados el mismo día que Reagan accediera a la Casa Blanca.
Según Ari Ben-Menashe, antiguo asesor de seguridad nacional del Gobierno israelí de Yitzhak Shamir, «pagaron unas enormes sumas de dinero a los ayatolás iraníes». Ben-Menashe afirma que él mismo fue una pieza clave en la negociación que más tarde se conocería como la Sorpresa de Octubre de Reagan.
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