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Cientos de bebés cada año salen vivos cuando intentan abortarlos: los dejan morir

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Amilia Taylor nació con menos de 22 semanas... y hoy está bien
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Gianna Jessen fue abortada, sobrevivió, muchas operaciones después, da testimonio a favor de la vida y contra lo que le hicieron

El País se escandaliza porque universidades médicas italianas se han comprometido a salvar a los bebés que sobreviven a los abortos
El caso de los bebés que sobreviven a abortos y son abandonados para que mueran DESPUÉS de haber salido de su madre es motivo de debate. Es un tema feo, muy feo, que la industria del aborto intenta acallar, pero que cada año afecta a cientos, quizá miles de bebés que sobreviven al aborto en Europa (unos 170 en España cada año...).
Al sector le daña, especialmente, cuando alguno de esos bebés consigue crecer (a veces con malformaciones a causa del aborto) y ya adulto cuenta su historia, cómo intentaron matarle (la historia, por ejemplo, de la joven Gianna Jessen).
Los directores de las clínicas de obstetricia y ginecología de cuatro universidades de Roma han firmado una declaración en la que se comprometen a procurar todos los medios para salvar a los bebés que sobrevivan a un intento de aborto.
"Ante la hipótesis de que un feto sobreviva a un aborto, hay que tutelar la vida del individuo y garantizarle todos los cuidados médicos necesarios para que siga con vida, con o sin consentimiento de la madre" , dice textualmente el documento firmado por las universidades laicas La Sapienza y Tor Vergata, y las católicas Campus Biomédico y La Cattolica, durante la reciente Jornada por la Vida celebrada en Italia.
Con los bebés prematuros, hayan salido de forma natural o provocada, "el médico tiene que reanimar al bebé, independientemente de los padres , a menos que se vea claro que se trata de un ensañamiento terapéutico", dicen los firmantes. [Ensañamiento terapéutico son esas medidas desproporcionadas que no pueden curar ni mejorar el estado del paciente y sólo alargan innecesariamente y de forma artificial una agonía.
El diario pro-aborto El País se escandaliza (http://www.elpais.com/articulo/soci...res/aborten/elpepisoc/20080206elpepisoc_5/Tes) de que unos médicos quieran salvar a unos bebés "incluso contra la voluntad de la madre".
"Ofensiva católica para salvar los fetos de mujeres que aborten", titula El País. "Se trata de un paso más en la ofensiva impulsada por colectivos vinculados a la Iglesia católica para restringir el aborto terapéutico (el único autorizado después de las 20 semanas) ahora que los avances de la ciencia permiten mantener con vida a bebés prematuros", dice El País, molesto con los avances de la ciencia, sin duda resultado de algún contubernio católico.
La responsable de Salud del Partido Radical, Livia Turco, habla de la "insensata crueldad que representa revivir el feto contra el consenso de la madre". Si doña Livia necesitara cuidados intensivos, ¿deberían retirárselos por no contar con el consenso de alguna otra persona?
Pero los médicos de estas 4 universidades lo tienen claro: "Un feto vital y extremamente prematuro debe ser tratado como cualquier persona en condición de riesgo, y asistido de manera adecuada". Es, simplemente, un paciente. Y a los pacientes se les cuida.
Madrid: ¿abortos nacidos vivos en Clínica Isadora?

El Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid está investigando el caso de los fetos de más de siete meses encontrados por el Seprona de la Guardia Civil en febrero de 2006 entre la basura de Clínica Isadora. Según publicaba ABC el 24 de diciembre, "se investiga si entre la docena de fetos por encima de los siete meses de gestación encontrados, varios de ellos, al menos siete, tenían aire en los pulmones." Si los cadáveres tenían aire en sus pulmones se demostraría que los bebés murieron fuera de la madre, es decir, una vez ya "nacidos" (o extraídos, o expulsados).

Javier Pérez-Roldán, presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, explicaba en ABC que en España
«el Código Civil señala que para considerar a un recién nacido "persona" deben transcurrir 24 horas desde la salida del seno materno». «Sin embargo -aclara-, a efectos penales un recién nacido sí es persona en el mismo momento en que nace, siempre que ese nacimiento pueda considerarse viable. Es decir, que poco importa que nazca tras seis, siete u ocho meses gestación. Es considerado persona el que sí puede sobrevivir por sus propios medios sin la dependencia de la madre. Es verdad que en los casos prematuros los bebés necesitan estar en incubadoras, pero para ellos no es imprescindible estar dentro de la madre. De acuerdo con el Código Penal, acabar con la vida de un bebé una vez que ha nacido es un homicidio».

En Reino Unido, el gobierno reconoce que se dejó morir a 66 supervivientes del aborto
Por primera vez en el Reino Unido, una entidad gubernamental lo reconoce: según el informe CEMACH del NICE (National Institute for Health and Clinical Excellence, un centro de bioética utilitarista y pro-aborto ligado al gobierno) durante el año 2005 hubo al menos 16 bebés de entre 22 y 24 semanas, y otros 50 de menos de esa edad, que sobrevivieron al aborto que se les realizó y nacieron vivos.
Todos estos bebés supervivientes del aborto se dejaron sin cuidar, para que murieran, abandonados por ejemplo sobre una superficie de metal frío. La mitad agonizó apenas una hora. Pero se sabe el caso de un bebé que tardó 10 horas en morir.
Mientras en Italia los doctores proclaman su deber de salvar vidas de niños, las guías orientativas del Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos británico recomiendan ¡poner una inyección letal al bebé de 22 a 24 semanas que sobrevive al aborto!
Incluso en la muy abortista clase médica británica estas recomendaciones escandalizan. En 2004 el 65% de los delegados de la British Medical Association en su conferencia anual votaron una moción a favor de que a los bebés abortados que sobreviven se les dé los mismos cuidados que a otros bebés prematuros.
En 2005, el British Journal of Obstetrics and Gynaecology publicó una investigación de la doctora Shantala Vadeyar, investigadora del St. Mary's Hospital de Manchester, que recogía al menos 31 casos de bebés que sobrevivieron a abortos en la región de North-West entre 1996 y 2001. Más de la mitad tenían menos de 22 semanas. Todos fueron abandonados para que murieran, y lo hicieron antes de cuatro horas y media. Cuatro de ellos respiraban regularmente. Dos bebés jadeaban. Otros dos lloraron de forma audible.
Un doctor del St George's University Hospital de Londres, cuando se presentó el informe de 2005, dijo que incluso algunos doctores abortistas quedan impactados "cuando tienes delante tuyo un bebé que colegas de otro piso en el mismo edificio estarían intentando salvar".
Pero hay otro estudio, en este caso del Instituto Perinatal de las West Midlands, en Inglaterra, publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynaecology en 2007 se registraron al menos 102 casos de niños que murieron ya fuera de su madre sobre 3.189 abortos provocados en 20 hospitales de esta región, entre 1995 y 2004, es decir, uno de cada 30. El estudio afirma que los bebés sobrevivían una media de 80 minutos y algunos hasta seis horas de vida extrauterina. Puesto que West Midlands (la zona estudiada) sólo practica el 10% de los abortos del Reino Unido, se podría considerar que el número de niños británicos que murieron ya fuera del seno materno al ser expulsados "médicamente" podría ser de bastantes más de mil.
En España hay muchos más supervivientes a los que dejan morir
Aunque en Gran Bretaña hay más abortos en números absolutos, casi no los hay pasados las 24 semanas (pasado este plazo, la ley inglesa "sólo" deja abortar a los bebés con discapacidades). Por eso, muchas inglesas con embarazos avanzados vienen a abortar a España, a clínicas como Ginemedex, lo que causó las investigaciones de 2004 del Sunday Telegraph con cámara oculta en Barcelona.
Como en España se aborta sin límite simplemente declarando "riesgo para la salud psíquica de la madre", hay muchos abortos tardíos. Y muchos de ellos salen mal. No hay estadística oficial, pero si aplicamos el estudio de 2007 de West Midlands sobrevivirían al aborto 1 de cada 30 bebés.
Los datos del ministerio hablan de casi 5.000 bebés de 13 semanas o más abortados por sistemas a los que se puede aplicar esto: inyección intravenosa (360), inyección intrauterina (92), histerectomía (37), dilatación (4.480); según la ratio de 1 de cada 30, podemos calcular que al menos 166 bebés en España nacieron vivos y fueron abandonados a la muerte en el año 2006.
Que los bebés salgan vivos es, pues, bastante frecuente y lo reconocen los mismos empresarios abortistas. Así, en la web de la clínica abortista Dator, de Madrid, explican los métodos que usan para abortar, incluyendo una técnica, legal y respetable según ellos, llamada "Práctica de feticidio en las inducciones", cuya "ventaja" es garantizar que el bebé muere ANTES de ser expulsado, y no después. "
Práctica de feticidio en las inducciones: hay quien lo practica y quien no. Como ventajas presenta garantizar la muerte fetal antes de la expulsión", producción de prostaglandinas endógenas y en caso de fracaso de la inducción se puede proceder a una DyE con la ventaja de 1 a maceración fetal. Como inconveniente presenta un aumento del riesgo [para la mujer] por las manipulaciones necesarias para el feticidio y en la posibilidad de coagulopatía.
¿Cómo es posible que alguien tenga el corazón tan duro de dejar a un bebé prematuro morir ante sus ojos, sobre una fría superficie? La clave está en los ojos: no mirar.
En el vídeo de Intereconomía TV "Así se aborta en España" (se puede buscar por Google o ver, por ejemplo, en este link: http://campanasdelibertad.blogspot.com/2007/12/asi-se-aborta-en-espaa.html ), al final del reportaje con cámara oculta, con el bebé ya expulsado, la doctora abortista dice "yo nunca los miro, nunca, nunca". Por lo tanto, si nace vivo, no lo sabrá a menos que llore o se mueva de forma audible.

Gianna Jessen: no consiguieron abortarla; le dejaron secuelas, hoy habla contra el aborto
http://www.fluvium.org/textos/aborto/abo03.htm

Más testimonios de supervivientes del aborto: hoy han crecido y cuentan su historia
http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/sobre.html
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Uno de cada 30 fetos abortados químicamente sale vivo y tarda 80 minutos en morir
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=7999
“Son eliminados como basura”: un DVD de asociaciones provida muestra los horrores del aborto
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9411
Asesorando a mujeres en riesgo de abortar: Más de la mitad abrazará a su bebé
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9255
Un psiquiatra explica su experiencia en un centro de abortos
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9725
Casi un 30% de las que abortan con dinero público lo lamentan o lo hicieron confusas
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9684
Las trituradoras de abortos del doctor Morín (30-11-2007)
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9639
Del hilo de Ginemedex al ovillo del aborto: las claves de un gran entramado (28-11-2007)
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9621
 
El diario pro-aborto El País se escandaliza (http://www.elpais.com/articulo/soci...res/aborten/elpepisoc/20080206elpepisoc_5/Tes) de que unos médicos quieran salvar a unos bebés "incluso contra la voluntad de la madre".
"Ofensiva católica para salvar los fetos de mujeres que aborten", titula El País. "Se trata de un paso más en la ofensiva impulsada por colectivos vinculados a la Iglesia católica para restringir el aborto terapéutico (el único autorizado después de las 20 semanas) ahora que los avances de la ciencia permiten mantener con vida a bebés prematuros", dice El País, molesto con los avances de la ciencia, sin duda resultado de algún contubernio católico.

¿Has leido el artículo? Porque yo he leido todo lo que has puesto, y luego he leido el artículo de El Pais 2 veces, e invito a todo aquel que lo lea que me diga en qué párrafo se ve que el diario esté "escandalizado" o "molesto con los avances de la ciencia". Simplemente comentan la noticia, muy interesante y que sin duda abrirá debates muy importantes... pero claro, si partimos de la idea de que los pro-aborto son "los malos y crueles" mal empezamos. Un aborto terapéutico es cuando la vida de la madre corre peligro. Si una madre se ve obligada a abortar de esta manera y encima hacen lo posible por reanimar el feto, supongo que se alegrará. Pero repito, si se expone este debate (interesante, vuelvo a decir) partiendo de que todo aborto es malo, no llegaremos a ningún sitio.

Un saludo.
 
:vom:Diossss, otra cosa mas para reafirmarme en mi anti-abortismo, es que si salen vivos deberian ser asistidos, son seres humanos ya independientes de la madre, y ahi la madre ya ni deberia pinchar ni cortar nada, ya que si ha abortado es que no quiere el bebe, en ese momento no deberia tener patria potestad sobre el bebe, y eso de dejarlos morir, eso SI ES ASESINATO (incluso para muchos pro-abortistas...)
 
Advertencia: El siguiente contenido puede dañar la sensibilidad del lector.

LA VERDAD SE ESCONDÍA EN LA BASURA


Han sido los «pepitos grillo» de una sociedad que en la mayoría de los casos ha preferido girar la cabeza. Su empeño ha puesto a las autoridades sobre la pista de un negocio que incumplía sistemáticamente todas las normas higiénicas establecidas en el apartado de desechos sanitarios y biológicos.
Además, alertaron sobre que en España el aborto en la práctica no sólo es libre, sino que no tiene en cuenta los meses de gestación. Por dinero, y sólo con un informe psiquiátrico, a menudo firmado en barbecho, que alegue peligro para la salud psíquica de la madre, muchas clínicas acaban con la vida de fetos de siete, ocho y hasta nueve meses de vida.
Su paciente y nausebunda recolecta, plasmada en numerosas denuncias presentadas en juzgados tanto de Madrid como de Barcelona, ha llevado por el momento a la cárcel a uno de los magnates del aborto en España, al doctor Carlos Morín. Ha provocado el cierre de sus cuatro instalaciones en la Ciudad Condal y de su sucursal en la capital, además de la suspensión cautelar de un sexto local en la madrileña calle de Toledo que no tenía nada que ver con él.
Cabezas de niños
«Nadie puede explicar lo que se siente cuanto te encuentras una cabeza de niño, o una manita, o una pierna. La rabia es incontenible», explica J., uno de los buscadores de fetos.
Pues imagínense cuando ese horror te obligas tu mismo a presenciarlo dos o tres veces por semana de una forma voluntaria y con un único objetivo: denunciar el incumplimiento sistemático de la ley y los criminales tejemanejes de las clínicas abortivas que en España, al amparo de un coladero legal, no tienen ni reparos ni escrúpulos para acabar con la vida de niños que se encuentra más allá de la vigésimo cuarta semana de gestación, bebés que de nacer serían en casi todos los casos viables.
No son muchos. Un par de tipos valientes en Madrid, otro par de osados en Barcelona. Al principio ni se conocían, pero acabaron creando la «Plataforma la vida importa». Son gente normal. Un empresario, un médico, un abogado pluriempleado al frente del Centro Jurídico Tomás Moro, que lleva tres años sin vacaciones porque tiene que gastarlas en sus idas y venidas a los juzgados para defender la causa que enarbolan.
Padres de familia casados, muy ocupados y que, sin embargo, sintieron en algún momento un latigazo en la conciencia que les obligó a lanzarse a un loca carrera en pos de una verdad incómoda.
Emprendieron un camino que les llevó a pasar muchas noches al raso, dejando a sus seres queridos solos en casa. Y todos lo iniciaron por una mezcla de curiosidad y responsabilidad moral.
«En Barcelona -recuerda uno de los buscadores- se hablaba mucho de que aparecían fetos en la basura, de que si las clínicas los tiraban... Todo el mundo suponía que era una leyenda urbana más, pero a mí me dio por querer confirmarlo. Empecé a salir y ya ve lo que me encontré».
Animarse a realizar semejante labor no es fácil. Aprendieron a pertrecharse. La primera vez salieron con unos guantes de cocina «robados» del fregadero de casa. Pronto se dieron cuenta que había que comprar además batas médicas, incluso mascarillas de laboratorio y, sobre todo, localizar un lugar donde vaciar el contenido de las bolsas. Más aún cuando empezó a comprobarse la naturaleza de su contenido.
Leyendas hechas realidad
En Madrid fue otra teórica leyenda urbana la que guió la busca a J. «Eran noticias que venía de Estados Unidos y Rusia. Hablaban de que los centros abortivos vendían los fetos a laboratorios para fabricar cosméticos. Te parece imposible, pero a un amigo y mí nos picó la curiosidad. Hicimos noches y noches guardias en el coche, como los policías yanquis, con café en un termo y donuts. Hasta que un día lo vimos. Y no fue de noche. Era a plena luz del día. A las once de la mañana, en una zona céntrica y recorriendo Madrid de punta a punta. Localizamos la ruta. Dos días a la semana un camión de una empresa especializada en transportes de residuos biológicos descargaba 20 ó 30 botes de 25 kilos y cargaba otros tantos ya precintados y llenos. Los conducían a un laboratorio que fabrica cosméticos. Alucinamos».
«El problema es que es muy difícil de demostrar -prosigue- que lo que iba dentro de esos botes eran restos humanos y que esos fetos se utilizan para hacer cremas. Pusimos una denuncia y en estos momentos se está investigando de una forma más científica, con análisis clínicos de todo tipo y esperamos que en breve se pueda seguir avanzando».
Dos grupos con inquietudes similares. La suerte, «Dios», asegura J., los unió. En algún momento del periplo, los buscadores de fetos de Barcelona, también tuvieron un encuentro feliz al localizar a los de Madrid. Dos equipos actuando a menudo juntos, con los mismos objetivos, multiplicaron los resultados.
«El caso -recuerda J.- es que nos quedamos parados con lo de las cremas cuando en una visita a Barcelona por motivos de trabajo contacté con la persona que allí llevaba ya unos meses recopilando datos de entre las basuras. Su experiencia me animó a hacer lo mismo en Madrid».
Lo que J. localizó casi en cada una de sus pesquisas es lo que en 2006, tras ponerles él mismo en alerta, encontró el Seprona en las basuras de algunas clínicas madrileñas, como Isadora, multitud de restos de placenta, de todo tipo de pequeños miembros de niños e, incluso, como certificó un forense de La Paz, algunos fetos de más de siete meses de gestación.
Lo que encontraron en Barcelona es lo que más tarde ha servido para cerrar las clínicas de Morín. Todo apuntalado en madrugadas macabras recontando restos humanos. Semanas de vigilancia nocturna, a las puertas de las clínicas, para averiguar qué días y a qué horas se deshacían del producto de sus carnicerías. Poniendo dinero de sus bolsillos. Cuando empezaron nunca imaginaron que iban a toparse con un submundo tan espeluznante.
A lo más esperaban localizar algún medicamento prohibido, algún resto biosanitario. Soñaban con encontrar alguna prueba que inculpase a los abortista. Pero noche a noche sus descubrimientos resultaban más macabros, más increíbles, más comprometedores.
Restos humanos a millares, placentas, sábanas quirúrgicas, guantes, gasas, todo manchando de sangre e inmundicia. También pudieron recomponer historias de cientos de mujeres que abortaron, con nombres, apellidos y precios. Porque las clínicas también tiraban al cubo de los desperdicios los datos más confidenciales de sus pacientes.
Tuvieron que aprender a interpretar lo que encontraban. Hablaron con ginecólogos, se informaron, se convirtieron en expertos del análisis de la basura abortiva. «Podemos decirte, según lo que encontramos, de qué semana de gestación se trata». Distinguen lo que son unos pulmones de un simple resto de placenta. Narran anécdotas que espeluznan con la tranquilidad del que ha convivido con el horror: «Lo que muchas veces se les escapa y acaba en la basura son las cabezas de los niños. A pesar de que son grandes, con el pelo y la sangre las confunden con las pelotas que hacen con las sábanas y los pañales».
Cabezas cortadas que les permitieron confirmar que en los abortos de más de 20 semanas, se decapitaba a los niños. «Aunque en eso -aclaran- cada médico tiene sus gustos. Unos las cortan, otros pinchan con una lanceta el corazón, otros los asfixian...».
¿Recién nacidos? Sí porque también descubrieron en las bolsas miles de cajas y restos de medicamentos para ayudar a provocar partos. ¿Qué hacían en esas basuras medicinas propias de una maternidad? «Eso nos lo descubrió el doctor Simón, de la asociación Médicos Cristianos. A partir del sexto mes de gestación no se puede matar al niño con los métodos convencionales, hay que provocar un parto y una vez fuera acabar con él». Auténticos infanticidios.
Dato que les sirvió para aclarar otra de las incógnitas de sus descubrimientos: «Entendimos por fin por qué había en los cubos tantos pañales con excrementos. Cuando se provoca un parto a la mujer se le pone una lavativa previa. Así que por cada pañal con excrementos, un aborto de al menos seis meses».
Doble contabilidad
Igualmente por cada sábana quirúrgica manchada de sangre, otro aborto, por cada dos pares de guantes, otro... Eso les dio una idea: llevar una contabilidad de los abortos que se practicaban. Limitaron su seguimiento a un par de clínicas en Madrid. Durante varios meses se centraron en esa actividad: recogida rutinaria un par de días a la semana de las basuras de las mismas clínicas, recuento -«siempre tirando a la baja», recalcan- del número de abortos practicados y extrapolación de esos datos al conjunto del año.
«Con los primeros números especulamos con que podría llegar a haber un desfase de hasta un 30% entre los abortos declarados oficialmente por las clínicas y los que realmente se practicaban. Pero cuando llegaron las cifras oficiales comprobamos que en una la desviación era del 70% y en la otra del 80%. Si eso se repetía en toda España y, nos tememos que es así, estaríamos hablando de que en lugar de los casi 100.000 abortos declarados en 2005 se estarían realizando de 170 a 180.000 reales. Vamos, hablamos de un asombroso mercado negro de abortos».


Morín hizo desaparecer toneladas de restos de fetos con su trituradora
D. P.
MADRID. Los buscadores de fetos andaban locos con una de las clínicas de Morín que tenían bajo vigilancia. «En las basuras del centro TBC -recuerdan crudamente- no aparecían nunca restos humanos. Hasta a las más cuidadosas se les escapaba algo en la basura, una manita, un costillar, algo, pero en esa nunca».

Sin embargo, había todas las demás pruebas de que allí se realizaban interrupciones de más de 20 semanas: pañales con excrementos, medicamentos para provocar partos, etc.
La clave del misterio la aportó la propia basura. En los cientos de papeles que se recuperaban localizaron un albarán por el que se confirmaba un pedido de dos juntas de triturador «que serán pagadas a su entrega». Venía el nombre de la máquina, una STR2000.

Tan macabra herramienta es una de las piezas claves en la investigación judicial. La Guardia Civil ha recogido muestras de ADN, que ha analizado para cotejar con las pacientes de la clínica.
ABC se puso en contacto con un técnico especializado en el mantenimiento de este tipo de maquinarias: «La STR2000 es una aparato industrial, se utiliza en grandes supermercados, en cocinas de hoteles incluso en mataderos. Es capaz de triturar hasta 400 kilos de carne en una hora. Todo lo que machaca lo expulsa por el desagüe». Adiós fetos, adiós niños, adiós pruebas.

La incógnita era saber cuánto tiempo aguanta normalmente una junta como las que Morín tuvo que cambiar: «No menos de un año y dándole bastante caña al aparato». Sólo pensar en las consecuencias de esa respuesta del técnico asusta y marea: ¿Cuántas toneladas de restos humanos trituró Morín?

Si las basuras de TBC eran pobres en restos humanos se convirtieron en un botín en los papeles. Documentos, borradores, anotaciones que iban aclarando poco a poco el funcionamiento de los centros.

Así se comprobó cómo cada noche se tiraban a la basura los informes psicológicos firmados por el psiquiatra de turno y con la fecha del día, pero con el nombre de la madre en blanco. Eso hizo sospechar que los psiquiatras firmaban sus informes para justificar todo tipo de abortos y en cualquier momento sin realizar la revisión oportuna. ABC ha tenido acceso a varios de esos informes firmados en blanco en la clínica Aragó de Gerona por dos médicos psiquiatras diferentes. El doctor L.P.A., rubricaba el 28 de octubre de 2005, y el doctor J.C.G., el 29 de junio del mismo año, dos informes idénticos, escritos con las mismas palabras y en los que al lado de «La senyora» no había ningún nombre. Se supo que los médicos iban a comisión, unos 30 euros por cada mujer, y que la empresa les forzaba para que «ninguna paciente que llegara se les escapara. Si vienen que aborten», le dijeron a un psicólogo posteriormente arrepentido y que fue despedido por su «poco celo».

También se descubrió lo que las clientas pagaban por sus abortos y lo que los médicos recibían por practicarlos. Los papeles nos cuentan que un aborto de entre 13 y 15 semanas venía a salir por 378 euros (258 por la intervención y 120 por la anestesia). Sin embargo, según pasaban las semanas todo se encarecía. A Emma, de 20 años, la pidieron 3.200 euros cuando se informó la primera vez y llevaba 26 semanas embarazada. Cuando se decidió a abortar, tres semanas después, tuvo que abonar 4.000 euros. Angia, una suiza que llevaba 23 semanas de gestación, pagó 3.500 euros, aparte de los gastos de hotel y avión, porque la clínica Ginemedex, como otras, también actuaba de agencia de viajes. Sin embargo, al doctor C., Morín sólo le pagaba 60 euros por cada «IVE en los inicios», 70 por cada «IVE pequeña» y 90 cada «IVE grande». IVE son las iniciales de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El doctor C., en la semana del 23 al 28 de abril de 2007 se embolsó 1.440 euros después de trabajar tres días (martes, jueves y viernes) y completar dos abortos de inicios, 13 pequeños y seis grandes.

«Los grandes -explican los buscadores- en la clínica de la trituradora se practicaban del siguiente modo: se provocaba el parto, cuando el niño salía se le apretaba el cuello para evitar que gritara y que la madre lo oyera y medio asfixiado se le arrojaba a la trituradora».
 
Última edición:
Ayyyy, Diossssss, para que lo habre leido? ahora me pasare todo el dia mala:vom:, pero como puede ser la gente asi?
Blue, estoy contigo, mas anticonceptivos y menos abortos...y aparte apoyo a la vida, ofrecer la posibilidad de dar en adopcion al bebe...hay muchisimas parejas que no pueden tener hijos y se tienen que ir al extranjero a adoptarlos:(, espero que este tipejo se pudra en la carcel...
 
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