La revista Rockdelux de enero publica la siguiente crítica de Invincible.
Michael Jackson "Invincible"
Tocado y Hundido
"No puede suprimirse a Michael Jackson de la historia", afirmaba, categórico, el gran Quincy Jones en el último "Vibe". Nadie en su sano juicio se atrevería, pero, hoy por hoy, dieciocho años después de que ambos la cambiaran (la historia) con "Thriller" (1983), el Rey del Pop se ha visto superado por su curso. Los rumores sobre la génesis de su primer álbum completamente inédito desde "Dangerous" (1991) hablan del reclutamiento de la flor y nata de la producción R&B -al final, Swizz Beatz, DeVante DeGrate (Jodeci), Kevin "Shek'spere" Briggs y The Neptunes, entre otros, quedaron fuera del proyecto-, de una inversión de más de 30 millones de dólares y de una estratégia de marketing -remasterización de sus clásicos y conciertos de tributo- destinada a rehabilitar una imagen dañada tras el batacazo de "Blood on the dancefloor" (1997) La realidad, es decir, "Invincible", presenta a un artista temeroso -titulo explicito- y dubitativo que consagra su patrimonio a la adquisición de parcelas de presente en todas las variantes estilísticas de la música negra.
Tratando de imponerse por acumulación en setenta y seis minutos a todas luces excesivos, el retorno de Jacko vive sus mejores momentos de la mano de Rodney Jerkins. Además de "You rock my world", un dignísimo single de anticipo. "Invincible" (el tema) y la excelente "Unbreakable" -con coros de Brandy y un Notorius BIG resucitado- contextualizan a medio camino entre el hip hop mainstream y el urban teen-pop, una dicción inconfundible en la forma y en el fondo. Por un instante que "2000 Watts" -Teddy Riley en la consola- y el baladón "Speechless" logran estirar, el reencuentro con el icono adolescente que aprendimos a amar parece posible. Falsa alarma: "Butterflies", "Cry" -diabetes asegurada por gentileza de R. Kelly- y uno de los estribillos más patéticos de todos los tiempos, el de "Privacy" ("I need my privacy/ I need my privacy/ so paparazzi, get away from me") se hunden en los sumideros del soul adulto.
La guitarra de Carlos Santana en un superfluo remedo del "Sing my name" de Terence Trent D'Arby ("Whatever Happens"), el inevitable coro infantil en "The lost Children" y la meliflua aportación de Babyface ("You are my life") llueven sobre lo ya inundado. En definitiva, que de tanto ejercer de Michael Jackson este chico se ha olvidado de como llegó a serlo.
[Gerardo Sanz]
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Para colmo, en la portada de la revista aparece el bastardo de Jarvis Cocker. En su entrevista nombra de pasada a MJ:
"Odio esa jodida y penosa versión del "Smooth Criminal" de Michael Jackson que hacen los californianos AAF. Una mierda. No puedo con todo ese material norteamericano, (...) me hace querer matar a alguien cada vez que lo escucho."
Michael Jackson "Invincible"
Tocado y Hundido
"No puede suprimirse a Michael Jackson de la historia", afirmaba, categórico, el gran Quincy Jones en el último "Vibe". Nadie en su sano juicio se atrevería, pero, hoy por hoy, dieciocho años después de que ambos la cambiaran (la historia) con "Thriller" (1983), el Rey del Pop se ha visto superado por su curso. Los rumores sobre la génesis de su primer álbum completamente inédito desde "Dangerous" (1991) hablan del reclutamiento de la flor y nata de la producción R&B -al final, Swizz Beatz, DeVante DeGrate (Jodeci), Kevin "Shek'spere" Briggs y The Neptunes, entre otros, quedaron fuera del proyecto-, de una inversión de más de 30 millones de dólares y de una estratégia de marketing -remasterización de sus clásicos y conciertos de tributo- destinada a rehabilitar una imagen dañada tras el batacazo de "Blood on the dancefloor" (1997) La realidad, es decir, "Invincible", presenta a un artista temeroso -titulo explicito- y dubitativo que consagra su patrimonio a la adquisición de parcelas de presente en todas las variantes estilísticas de la música negra.
Tratando de imponerse por acumulación en setenta y seis minutos a todas luces excesivos, el retorno de Jacko vive sus mejores momentos de la mano de Rodney Jerkins. Además de "You rock my world", un dignísimo single de anticipo. "Invincible" (el tema) y la excelente "Unbreakable" -con coros de Brandy y un Notorius BIG resucitado- contextualizan a medio camino entre el hip hop mainstream y el urban teen-pop, una dicción inconfundible en la forma y en el fondo. Por un instante que "2000 Watts" -Teddy Riley en la consola- y el baladón "Speechless" logran estirar, el reencuentro con el icono adolescente que aprendimos a amar parece posible. Falsa alarma: "Butterflies", "Cry" -diabetes asegurada por gentileza de R. Kelly- y uno de los estribillos más patéticos de todos los tiempos, el de "Privacy" ("I need my privacy/ I need my privacy/ so paparazzi, get away from me") se hunden en los sumideros del soul adulto.
La guitarra de Carlos Santana en un superfluo remedo del "Sing my name" de Terence Trent D'Arby ("Whatever Happens"), el inevitable coro infantil en "The lost Children" y la meliflua aportación de Babyface ("You are my life") llueven sobre lo ya inundado. En definitiva, que de tanto ejercer de Michael Jackson este chico se ha olvidado de como llegó a serlo.
[Gerardo Sanz]
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Para colmo, en la portada de la revista aparece el bastardo de Jarvis Cocker. En su entrevista nombra de pasada a MJ:
"Odio esa jodida y penosa versión del "Smooth Criminal" de Michael Jackson que hacen los californianos AAF. Una mierda. No puedo con todo ese material norteamericano, (...) me hace querer matar a alguien cada vez que lo escucho."