CRÓNICA KDD BARCELONA 14 JULIO 2007
He aquí la crónica de una KDD bastante breve. Sólo duró una noche, pero eso sí... lo hizo hasta bien entrada la mañana del día siguiente...
Si tuviera que definirla mediante sólo dos palabras (a parte de IM PREZIONANTE como diría Jesulín) creo que diría que fue el paradigma de la ESPONTANEIDAD y de la IMPROVISACIÓN. Diciendo esto queda bastante bien reflejada la esencia de lo que pasó este sábado.
Bueno, hecha esta pequeña introducción voy a ir ya al grano...
* * *
Llegué al aeropuerto de Barcelona sobre las 13:30h del sábado 14 de julio procedente de Valencia, la ciudad donde vivo. La razón de mi viaje era básicamente estar con mis abuelos paternos, que llevan toda la vida viviendo en BCN y ya hacía tiempo que no les veía. Vinieron mis tíos al Prat a recogerme y llegué a casa para tener una comida familiar en la que, por cierto, comí como un bestia.
Antes de todo eso, esa misma mañana, aún en Valencia, me había llamado Chusi para ver cómo concretábamos la KDD. Todo estaba pendiente todavía. Estábamos ya en el día D y no sabíamos ni cuántos íbamos a ser, ni dónde íbamos a quedar, ni qué íbamos a hacer, ni nada de nada... En fin, que empezaba a hacerme la idea de que todo iba a ser bastante improvisado.
Dicen que las cosas improvisadas son las que más se disfrutan. Considero que es totalmente cierto, pero claro... hasta que no empiezan a llegar esas cosas improvisadas pues como que un sentimiento de incertidumbre te envuelve y no te deja estar tranquilo.
Chusi y yo no dejamos nada cerrado en nuestra primera conversación telefónica del día. Le dije que tendría comida familiar y que ya le llamaría después para cerrar definitivamente el asunto.
Y así fue, sobre las 18:00h le llamé y concretamos que nos veríamos sobre las 19:30h en la puerta de la Fnac en la plaça de Catalunya. En principio sólo nos veríamos allí él y yo, ya que Judit y Eva (amigas suyas) acudirían más tarde. De la demás gente del foro que supuestamente iba a venir yo no sabía nada y Chusi tenía diversas informaciones que no aclaraban ni concretaban nada. No voy a incidir más sobre este tema ya que no quiero generar polémicas.
Chusi llegaba en coche así que lo primero que hicimos fue aparcarlo en el parking. Después subimos a la planta de DVD's de la Fnac ya que Chusi estaba interesado en comprarse la 4ª temporada de Smallville para ver al actor ese que tanto le pone pero resulta que no lo encontró. Para resarcirse de tal pérdida le entró un ataque y fuimos directamente al supermercado del Corte Inglés para comprar unos melones y queso Philadelphia ya que estaba planteándose hacer para el día siguiente SOPA DE MELÓN. Jamás había oído la existencia de tal sopa... y no recuerdo muy bien cómo se hacía... así que Chusi, ya sabes, cuando escribas tú haz constar la receta para aquellos que estén interesados.
Bueno, después de estas diversas compras y tras varias llamadas telefónicas recibidas por ambos que no vienen al caso, decidimos dar una vueltecilla y tomar algo. Nos sentamos en una terraza en Via Laietana al lado de la catedral y nos tomamos unas bravas para calmar el incipiente apetito que ya teníamos porque entre pitos y flautas ya eran casi las 10 de la noche y las chicas aún no habían llegado. Se ve que en el trayecto de la playa a Vic, que es donde ellas viven, pincharon una rueda del coche y de ahí su retraso. Luego nos contarían que las confundieron con putas al salir en bikini del coche parado en plena autopista. Vamos... una anécdota extraña más de esas que sólo vienen cuando lo hacen acompañadas de muchas más en un sólo día.
Después de estar casi una hora sentados, de ver cómo Barcelona está invadida de turistas, de ver lo extraña que puede llegar a ser la gente, de ver al muñequito rojo y al muñequito verde de Nokia haciendo publicidad por la calle y demás, decidimos irnos y hacer tiempo hasta que pudiéramos quedar con las chicas que ya venían de camino. Dimos una vuelta por el Born, vimos la iglesia de Santa María del Mar, paseamos por la plaça de Sant Jaume y fuimos testigos de cómo a un chaval le robaban la cartera y salía corriendo detrás de los ladrones y como a uno de ellos le pillaba la poli. Vamos... todo estaba siendo un espectáculo.
Volvimos al coche para dirigirnos al barrio de Gràcia, que es donde finalmente quedamos con las chicas. La idea era cenar en un restaurante griego llamado Dionisos. Yo ya tenía bastante hambre.
Finalmente llegamos a tal sitio, no sin antes tener más anécdotas. Una de ellas con el vigilante de seguridad de un parking. No la voy a contar porque por escrito pierde la gracia pero os aseguro que todo era muy esperpéntico aquella noche.
Chusi me presentó a Eva, una chica muy especial bastante interesada en temas relacionados con el Omega 3 y el equilibrio cerebral. Más ESPERPENTO. A Judit ya la conocía de una KDD que hubo en Valencia hace ya unos cuantos meses. En cuanto a lo que se refiere al menú yo me comí un solomillo de ternera, Chusi un plato de esos que lo tienen todo con mil salsas y las chicas un calabacín relleno de movidas. Estuvo bastante bueno, la verdad es que sí.
Lo pasamos muy bien cenando en ese restaurante. A las tres personas con las que estaba apenas las conozco. A Eva la conocí ahí mismo, a Judit en una KDD de hace mil años y a Chusi igual, pero son las típicas personas con las que desde un principio puedes congeniar y hablar de cualquier tema. Reírte con ellos, de ellos, de otros... todo es posible. La verdad es que yo era, por decirlo así, el "ajeno". Ellos eran los que se conocen de siempre y yo un "agregado". Pero lo bueno es que en ningún momento me sentí así y eso lo valoro. Fue GENIAL.
Después de saciar nuestros estómagos con ricos manjares helénicos nos fuimos a un lounge-bar-pub llamado Bambú ahí mismo, en el barrio de Gràcia. Para los que nunca han estado en Barcelona puedo decir que este barrio es bastante parecido a la zona de Alonso Martínez en Madrid. Ya sabéis, todo lleno de restaurantes, bares, pubs, ambiente nocturno... aunque quizá algo más "cool". Es que Barcelona es lo que tiene, es cool.
La razón por la cual fuimos al Bambú era porque allí Eva había quedado con un amigo suyo que a su vez estaba con su hermano y otra chica. El chico en cuestión se llamaba Samuel (eso creo, es que soy muy malo para los nombres... y eso que aún iba sobrio), el hermano David y la chica Laura.
Al principio siempre cuesta romper el hielo con la gente pero la verdad es que luego nos lo pasamos muy bien. El Bambú estaba decorado con motivos orientales, con unas lámparas redondas bastante interesantes, una especie de cortinas que daban intimidad a cada una de las mesas y todo ello bajo una tenue iluminación rojiza muy chill. La verdad es que el sitio estaba muy bien. Musiquita relajada, todo muy relajado. Yo me tomé un par de San Franciscos y me acomodé sobremanera en el sofá en el que estaba sentado. Quizá era demasiado cómodo.
Continuamos hablando de cosas variadas, Chusi y Judit empezaron a contarnos a los demás su viaje a Tailandia y sus anécdotas que, siento reconocerlo, superan con holgura las de esta KDD. También seguimos bromeando con Eva sobre su adicción al Omega 3 y su potencial olor a salmón, etc, etc...
Después de estar un ratito de buen rollo, llegaron dos chicas más. Eran argentinas y no recuerdo su nombre. No hablé mucho con ellas, cada vez éramos más y evidentemente hablar con todos es imposible. Además, el garito estaba empezando a llenarse bastante y la comunicación cada vez era un poquito más difícil.
Recuerdo que lo que más me llamó la atención estando en el Bambú fue la capacidad de adaptabilidad dialéctica de la chica que se llamaba Laura y que estaba sentada al lado mío. Fue increíble. Resulta que al comienzo de la noche pues hablaba en catalán y en castellano. Castellano con acento español. Hasta ahí totalmente normal. Pero luego, al llegar las chicas argentinas, Laura empezó a hablar con ellas en un perfecto castellano argentino. Digo perfecto porque hablaba igual que estas dos chicas. Y, claro, al oír cómo cambiaba RADICALMENTE de acento pues como que me quedé algo traspuesto. Se lo pregunté y me dijo que eso se debía a que durante mucho tiempo había estado con gente argentina y demás. En serio, a pesar de su explicación, que me parece muy lógica y entendible, seguía llamándome muchísimo la atención el hecho de que si giraba la cabeza hacia la izquierda hablase como una española y/o catalana pero si lo hacía hacia la derecha lo hiciese como una argentina de pura cepa. Me parece mucho "más fácil" tener que hacer eso pero con varios idiomas, no con acentos de uno solo. Por poner un ejemplo, el tener que hablar en inglés o en italiano con la gente que está en una misma mesa (si sabes esos idiomas, claro...). De esa forma existe la obligación de tener que emplear diferentes lenguas para hablar con determinada gente. Y aún así te lías mucho la cabeza. Llega un momento en que ya no sabes a quién le tienes que hablar en qué idioma. Lo digo por experiencia. No entiendo pero también admiro cómo esta chica no llegó en ningún momento a liarse y a hablarme a mí en argentino y a las argentinas en catalán...
Después de todo esto, cuando nos estábamos amuermando todos un poco y Chusi casi se duerme sentado incluso sin respaldo decidimos marcharnos. En ese momento hubo poco entendimiento entre todos. Al principio se habló de ir a un sitio con música algo alternativa, rock de los '70 pero la idea no cuajó ya que Chusi, Judit y yo teníamos ganas de marcha y bailar algo de house. Además, los hermanos se ve que habían bebido ya bastante y llegar a una idea común y mover a la gente resultó francamente difícil. Nos parábamos casi en todos los escaparates y no avanzábamos nada. Tampoco faltó el momento FREAK de enseñar, en este caso a Samuel, algún paso de MJ. Las chicas argentinas no vinieron y al final David, Samuel, Laura y Eva aceptaron y decidimos todos ir a una discoteca que está por la Avinguda del Tibidabo, en la parte alta de Barcelona.
Yo obviamente en coche como que no sabía llegar al sitio en cuestión. Chusi tampoco tenía mucha idea. Por eso nos acompañó en el coche David, que dominaba más el tema. Los demás irían en taxi. Empezamos a poner música de Michael para intentar evengelizar a David y mostrar nuestra pequeña enfermedad por Michael Jackson. Lo bueno fue que dijo que sí que le gustaba, es más, al poner alguna canción "no famosa" de Michael lo reconoció enseguida por los ruiditos que hace con la voz, tipo hipos y tal. Muy puesto el chaval...
Después de 20 minutos en coche estando yo totalmente perdido empezamos a subir la cuesta por donde estaba la discoteca y ya nos encontramos con los demás. Finalmente no fuimos a la que inicialmente queríamos ir, se ve que estaba cerrada. Por eso nos decantamos por otra que estaba cerca. Se llamaba Atlàntic Club. Era una semi discoteca - semi terraza, y se estaba muy bien. Lo único malo fue la música que a mí, personalmente, no me llenaba en exceso. Aunque hubo momentos en los que sonó algún temazo.
* * *
Nada más entrar en el Atlàntic Club fue cuando empezamos a recuperar el tiempo perdido en cuanto a HACER FOTOS se refiere. Todavía no habíamos hecho ninguna y gran parte de la culpa la tenía Chusi por dejarse siempre las cosas en el coche... como por ejemplo su mega-chupi cámara digital de 8 megapixels. Por fin la cogió, así que a partir de entonces nos entraron unas ansias enormes por no parar de hacer fotos. De ahí que la frecuencia de tiempo entre foto y foto fuera en ocasiones sólo de algunos segundos. Algunas de esas fotos son las que ya colgó Chusi ayer con algún que otro problemilla técnico. En total son en torno a 30... pero aún no las tengo, ya las colgaré cuando pueda.
Bueno, por lo que iba... que se me va el santo al cielo. Una vez que entramos en este club diría que el principio fue algo caótico, almenos esta es mi opinión. Sobre todo después de tener tantas dudas sobre qué íbamos a hacer y a dónde íbamos a ir. Sin apenas darnos cuenta ya nos encontrábamos en el sitio en cuestión. Además... al tratarse de un club que creo que nadie de nosotros conocía en exceso pues como que se requería un cierto tiempo de ADAPTACIÓN hasta lograr estar inmersos en el ambiente del mismo. También es verdad que lo que nos frenó un poco fue la música que sonaba. En cuanto a gustos no hay nada escrito, eso es obvio... pero a nosotros no nos convencía del todo lo que nos llegaba a nuestros oídos.
Lo de no parar de hacer fotos fue como una pequeña transición dentro de la adaptación que ya he comentado antes. El hacer el tonto en la alfombra roja que había en la terraza, seguir imitando a Michael y tratar de dar clases sobre sus pasos, rayar a la gente que pasaba cerca diciéndoles que si habían oído que Michael Jackson estaba por Barcelona, que se ve que circulaban rumores en torno a ello... etc, etc... Todo eso formó parte de la primera hora de nuestra estancia en el Atlàntic Club.
La segunda etapa de la noche digamos que ya fue algo más normal. Decidimos por fin entrar en lo que es el garito en sí y abandonar la terraza donde tanto habíamos difrutado anteriormente. Fue algo arriesgado, sí. Pero el alcohol empezaba a hacer un poco de efecto y cada vez la música nos importaba menos. Pero no os hagáis una mala idea... tampoco bebimos tanto, sólo lo suficiente para estar contentillos y pasarlo genial en un sitio donde tampoco podíamos esperar demasiada fiesta desmadrada.
Al principio nos adueñamos de un pequeño rincón cercano a la puerta de entrada... el sitio estaba realmente lleno de gente. Incluso algo agobiante diría yo. Poco a poco empezamos a escalar posiciones y peldaños hasta alcanzar una zona algo más tranquila, con barra incluida, desde donde se podía disfrutar de una perspectiva de toda la discoteca sin que nadie te pisara los pies. Nos adueñamos de eso totalmente. Era un enclave al que casi nadie tenía derecho a entar, la barra era prácticamente nuestra... Aunque podría decir mía... porque me gasté 40 € sólo en cubatas...
Pasaron las horas, bailamos, nos reímos... En fin, lo típico cuando vas de discoteca. Laura (la de los acentos) nos hizo mucha gracia también en este momento por su particular forma de bailar. Se estaba convirtiendo sin duda en una de las estrellas de la KDD.
Ya eran por fin las 5 de la madrugada y decidimos irnos. Yo me hubiera quedado un rato más, debo admitirlo, pero tampoco me pareció mal el tener que irnos a esa hora.
* * *
Fue en este momento cuando me di cuenta de que la KDD ya se había acabado... Cada uno de nosotros se iría a su casa después de haber pasado una noche cuanto menos muy especial. Una tarde-noche llena de anécdotas y de risas. La verdad es que me iba a ir a casa muy contento y satisfecho, sobre todo al ver cómo se había desarrollado finalmente la KDD teniendo en cuenta las expectactivas iniciales...
Pero claro... digo "iba a ir a casa" porque al final no fui hacia allí cuando salimos a las 5 de la discoteca!!! Craso error el mío creer que todo había acabado!!!
La CULPA fue de Chusi, cómo no, ya que pronunció estas palabras o almenos algo parecido: "Oíd, ¿qué hacemos? ¿¿Nos vamos todos a mi casa a desayunar??"
Dicho y hecho. Aunque es cierto que al principio tuve por mi parte algunas dudas... y no fui el único. El tema es que yo me hospedaba en casa de mis abuelos a los cuales, como ya he dicho, hacía tiempo no veía. Y, claro... el forzar tanto la máquina llegando tan tarde a casa era lo que me hacía dudar. No el hecho en sí de llegar tarde a casa, que es algo que siempre hago cuando salgo por Valencia, sino el hecho de que mis abuelos se preocupasen en exceso por ello. Tengo 21 años, pero para ellos tendré siempre unos cuantos menos. Tenga los años que tenga.
En fin... ante estas dudas iniciales al fin me autoconvencí, eso sí, también surtieron efecto las insistencias de Chusi. En ese momento ya éramos tres los que iríamos seguro: el anfitrión Chusi, Judit y yo. Ahora faltaba por ver qué harían los demás.
Laura (sí, la de los acentos) se mostraba algo dubitativa. Pero lo justo como para saber que si insistes mucho al final acabará cediendo. Algo parecido a lo que a mí me había pasado unos instantes antes. Se ve que la chica había quedado para ir a la playa al día siguiente por la mañana (mejor dicho, esa misma mañana). Pero no a la playa de la Barceloneta, no... sino a una que ya está en la provincia de Tarragona. Vamos, mucho pateo. Eran las 5 y media de la mañana y aún se mantenía en sus trece... al final logré hacerla ver lo inviable que era ir a esa playa estando ya a las horas en las que estábamos. Total, que aceptó. Ya éramos cuatro individuos para nuestro particular after hours.
Sólo faltaba por convencer a Eva y a los hermanos. Esto fue bastante duro. Eva y Samuel no estaban muy por la labor. David se mostraba reacio. Además, todos no cabíamos en el coche. Eso era un argumento muy serio por su parte... pero a mí me daba igual. Ya que me habían convencido ahora era yo quien debía convencer a los demás. A lo largo de la "negociación" hubo momentos en los que me veía plenamente capacitado para comerles la cabeza y conseguir mi propósito, otros en los que me veía incapaz... que era imposible y otros en los que creía que ya los había convencido. Todo fue en valde... al final no aceptaron y decidieron irse a sus casas. Bueno... diciendo a sus casas no quiero decir que cada uno se durmiera en su propia cama, quizá tuvieran una razón de peso para no venirse con nosotros. Yo no digo nada... sólo lo dejo en el aire. Hubiera estado bien que se hubieran venido con nosotros. Fue una lástima, pero bueno.
Ahora empezaría una parte de la KDD totalmente inesperada por parte de todos. Ninguno se imaginaba que acabaría donde acabaría y que lo haría como lo hizo...
Un nuevo horizonte se descubría ante nosotros. Si queréis saber qué ocurrió... estad atentos a la próxima entrega, jeje!!!
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