Las chaquetas de Jackson
Este mes, el video musical más famoso de todos los tiempos cumple 30 años. Thriller, de Michael Jackson, cambió nuestra manera de "ver" la música, de bailar y, por supuesto, de vestir.
Cuando Michael Jackson filmó Thriller (1983) tenía 25 años de edad y, según la periodista de espectáculos Nancy Griffith, "aún era virgen y se comportaba como un niño", lo cual no impidió que flirtease con la conejita de Playboy, Ola Ray, su pareja en el filme. En el ensayo Expediente Thriller (Vanity Fair España, N° 25), Griffith asegura que John Landis, el director, exigía dosis extra de sensualidad a sus protagonistas, que el rodaje fue "épico" y que el proyecto estuvo a punto de fracasar cuando los Testigos de Jehová amenazaron al cantante por interpretar a un hombre lobo.
Con una historia así, es lógico que Thriller sea mucho más que un simple video: es una pieza clave en el panorama de la cultura. Thriller es el video musical más popular e influyente de todos los tiempos. En 2009, la Biblioteca del Congreso Estadounidense lo declaró patrimonio nacional, convirtiéndose así en el primer video musical incluido en el Archivo Cinematográfico Nacional de Estados Unidos.
Por ello, a mí, como millones de personas, me fascina esta obra, no sólo por los sorprendentes valores de producción sino también por una prenda que durante décadas me ha obsesionado: aquella chaqueta roja que hacía lucir a Jackson no sólo como una estrella sino como una galaxia entera. Pero, ¿quién fue la mente maestra detrás de esa icónica chamarra? Su nombre es Deborah Nadoolman, esposa de Landis, quien ya era célebre en Hollywood por haber elegido un sombrero de ala curva y una cazadora de cuero para Harrison Ford en la película Indiana Jones, en busca del arca perdida.
Nadoolman, quien además de diseñadora es una connotada autora, guarda buenos recuerdos de Thriller: "En retrospectiva, estoy asombrada de que Michael me diera tanta libertad en el diseño de vestuario. Él ya tenía una fuerte imagen establecida -no tan extrema como las chaquetas militares con galones y hombreras que adoptaría más adelante-, pero el guante plateado, las cadenas, las hebillas y los cinturones ya eran parte de su estilo".
Jackson también había hecho suyos los calcetines blancos y mocasines negros, en un homenaje a Fred Astaire, quien a lo largo de su carrera siempre bailó con este tipo de zapatos. Hábilmente, ese destello blanco en sus tobillos atraía la atención a sus mágicos pies y a esa manera de bailar que sigue causando furor. "Con Michael como actor principal, realicé mi trabajo como si se tratara de un personaje dentro de una película. Él ansiaba convertir Thriller en el cortometraje más importante de Hollywood", dice Nadoolman. Y lo logró.
La tarea de Nadoolman era proyectar un Michael Jackson más viril. "Mi meta era realzar su físico y su masculinidad, por lo que diseñé una chaqueta de piel roja con forma en ‘V' y hombreras anchas, acolchadas y recargadas, muy al estilo de los años 80. Resultaba perfecta porque Michael sólo pesaba 45 kilos con la ropa puesta. Era una prenda gráfica y estructural, y yo quería una silueta potente pero sin complicaciones", indica la diseñadora.
"Sabía que debía vestir a Michael con un color que impactara" -confiesa Nadoolman-, "por lo cual usar el negro estaba descartado y el blanco no habría funcionado; me gusta pensar que todo diseño es reductivo; así, por un proceso de eliminación, el rojo se convirtió en la mejor opción. Resaltaría cuando Michael se sentara en la sala de cine, destacaría en el oscuro callejón y también en el baile fantasmagórico. El rojo simboliza la sangre y la vida. Sabía que el rojo funcionaría como un punto en la historia y también como catalizador visual. ¡Era el rojo".
El video de Thriller, con un costo aproximado de 900 mil dólares, supuso el momento de mayor esplendor en la trayectoria de Jackson, fue su cenit creativo y comercial pero, también, una maldición, pues pasaría el resto de su carrera intentando superarlo; sin embargo, la icónica chaqueta roja resultó insuperable. "Michael era una de las personas naturalmente más elegantes que han pasado por este planeta. Su gracia en los movimientos, su estrecho contorno vertical y su gusto por lo extraordinario hace de él un icono de estilo", asegura Nadoolman. Citemos, pues, a Diana Vreeland: "Demasiado buen gusto puede ser aburrido", y Michael nunca lo fue.