DÍA MUNDIAL SIN ALCOHOL. EL 2,5 % DE LAS MUJERES Y ENTRE EL 20 y el 23 % DE LOS HOMBRES BEBE EN EXCESO, SEGÚN LOS EXPERTOS.
EL PRIMER PASO HACIA LA REHABILITACIÓN ES RECONOCER QUE SE TIENE UN GRAVE PROBLEMA.
Hoy, 15 de noviembre, se celebra el Dia mundial sin Alcohol, una droga socialmente bien vista que, sin embargo, provoca efectos secundarios y enfermedades graves, tantas como el tabaquismo. La Organización Mundial de la Salud, en un informe publicado a principios de este año, señalaba que, en Europa, el alcohol provoca el 9,2% de las enfermedades y de las muertes prematuras. Además, entre el 40% y el 60% de los fallecimientos causados por lesiones intencionadas y no intencionadas son atribuibles al consumo de alcohol.
La organización define alcoholismo como "la ingesta diaria de alcohol superior a 50 gramos, en la mujer, y 70 gramos, en el hombre". Teniendo en cuenta que una copa de licor o un combinado ya ronda los 40 gramos, y que un cuarto de litro de vino supera los 30, traspasar esos límites es aparentamente sencillo, y más "en una sociedad en la que todo se celebra brindando". "Beber está socialmente bien visto, pero en realidad no toleramos al borracho".
El alcoholismo, a diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, está contemplado como una enfermedad compleja en sí misma, desarrollada a lo largo de muchos años. Expertos y ex alcohólicos coinciden en afirmar que nadie se hace adicto a la bebida de la noche a la mañana. Se estima que un joven que empieza a abusar del alcohol a los 25 años tarda entre diez y doce en crear una dependencia. Pero los resultados de su adicción son devastadores para el organismo y la lista de enfermedades que desencadena, escalofriante. "Cirrosis, pancreatitis, encelopatías, cardiopatías, trastornos digestivos y mentales...No todas las personas que beben en exceso, sin embargo, desarrollan enfermedades relacionadas con el alcohol. Por ejemplo, sólo el 15 o 20 % de los alcohólicos desarrolla una lesión hepática, pero el resto es tan alcohólico como ellos.
Estos enfermos necesitan el alcohol para vivir. Su idea obsesiva es beber y, a la vez, beber les quita la obsesión por la bebida. Pero es muy frecuente que los alcohólicos que llegan a las consultas de los médicos o a las asociaciones de ayuda nieguen serlo. Reconocer que se es alcohólico es duro y díficil de ver hasta que no hay problemas familiares, sociales o laborales.
El primer paso hacia la rehabilitación es, precisamente, admitir que se tiene un problema con la bebida sin echarle la culpa de todos los males a todo menos al alcohol. Quien no quiere curarse dirá que tiene vómitos por la mañana porque fuma demasiado; que come poco porque siempre ha sido de poco comer; que se lleva mal con su pareja porque ésta es insoportable; o que le han despedido del trabajo porque los tiempos están mal.
"Un alcohólico siempre trata de retrasar su acercamiento a una asociación de ayuda porque sabe que lo que primero se le va a pedir es que deje la bebida, y él sabe que no puede" asegura Jesús Lasheras, presidente de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados Albada. En estos centros, la principal función es escuchar al enfermo. "Muchas veces, hasta que no llega a una asociación, nunca nadie le ha hecho caso; sólo ha escuchado reniegos, broncas y avisos", indica Lasheras. El objetivo es que el recién llegado pierda el miedo a enfrentarse a la abstinencia y sea consciente de que se le puede ayudar a dejar su adicción.
El proceso es largo, duro y difícil. Y el alcoholismo dura toda la vida. "La abstinencia debe ser seria y comprometida". "La experiencia me ha demostrado que un alcohólico es la mejor vacuna para otros enfermos",dice un trabajador social.
EL PRIMER PASO HACIA LA REHABILITACIÓN ES RECONOCER QUE SE TIENE UN GRAVE PROBLEMA.
Hoy, 15 de noviembre, se celebra el Dia mundial sin Alcohol, una droga socialmente bien vista que, sin embargo, provoca efectos secundarios y enfermedades graves, tantas como el tabaquismo. La Organización Mundial de la Salud, en un informe publicado a principios de este año, señalaba que, en Europa, el alcohol provoca el 9,2% de las enfermedades y de las muertes prematuras. Además, entre el 40% y el 60% de los fallecimientos causados por lesiones intencionadas y no intencionadas son atribuibles al consumo de alcohol.
La organización define alcoholismo como "la ingesta diaria de alcohol superior a 50 gramos, en la mujer, y 70 gramos, en el hombre". Teniendo en cuenta que una copa de licor o un combinado ya ronda los 40 gramos, y que un cuarto de litro de vino supera los 30, traspasar esos límites es aparentamente sencillo, y más "en una sociedad en la que todo se celebra brindando". "Beber está socialmente bien visto, pero en realidad no toleramos al borracho".
El alcoholismo, a diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, está contemplado como una enfermedad compleja en sí misma, desarrollada a lo largo de muchos años. Expertos y ex alcohólicos coinciden en afirmar que nadie se hace adicto a la bebida de la noche a la mañana. Se estima que un joven que empieza a abusar del alcohol a los 25 años tarda entre diez y doce en crear una dependencia. Pero los resultados de su adicción son devastadores para el organismo y la lista de enfermedades que desencadena, escalofriante. "Cirrosis, pancreatitis, encelopatías, cardiopatías, trastornos digestivos y mentales...No todas las personas que beben en exceso, sin embargo, desarrollan enfermedades relacionadas con el alcohol. Por ejemplo, sólo el 15 o 20 % de los alcohólicos desarrolla una lesión hepática, pero el resto es tan alcohólico como ellos.
Estos enfermos necesitan el alcohol para vivir. Su idea obsesiva es beber y, a la vez, beber les quita la obsesión por la bebida. Pero es muy frecuente que los alcohólicos que llegan a las consultas de los médicos o a las asociaciones de ayuda nieguen serlo. Reconocer que se es alcohólico es duro y díficil de ver hasta que no hay problemas familiares, sociales o laborales.
El primer paso hacia la rehabilitación es, precisamente, admitir que se tiene un problema con la bebida sin echarle la culpa de todos los males a todo menos al alcohol. Quien no quiere curarse dirá que tiene vómitos por la mañana porque fuma demasiado; que come poco porque siempre ha sido de poco comer; que se lleva mal con su pareja porque ésta es insoportable; o que le han despedido del trabajo porque los tiempos están mal.
"Un alcohólico siempre trata de retrasar su acercamiento a una asociación de ayuda porque sabe que lo que primero se le va a pedir es que deje la bebida, y él sabe que no puede" asegura Jesús Lasheras, presidente de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados Albada. En estos centros, la principal función es escuchar al enfermo. "Muchas veces, hasta que no llega a una asociación, nunca nadie le ha hecho caso; sólo ha escuchado reniegos, broncas y avisos", indica Lasheras. El objetivo es que el recién llegado pierda el miedo a enfrentarse a la abstinencia y sea consciente de que se le puede ayudar a dejar su adicción.
El proceso es largo, duro y difícil. Y el alcoholismo dura toda la vida. "La abstinencia debe ser seria y comprometida". "La experiencia me ha demostrado que un alcohólico es la mejor vacuna para otros enfermos",dice un trabajador social.
Última edición: