Tampoco entiendo que YouTube me recomiende estas mierdas si nunca en mi vida he visto con anterioridad un video de ese canal. En fin...
La red social
YouTube emplea, como norma general, la herramienta, tan polémica y sujeta a controversia, de las
recomendaciones (que el usuario, bajo ninguna circunstancia, proclama o solicita para sí) con el propósito, deliberado y consciente, de mostrarnos contenido límite, es decir, aquél que llega a rozar la línea roja infranqueable de la infracción de las propias políticas del portal, jugando con ello para presentarse como un contenido más atractivo, que, en su tónica habitual, cabría ser descrito como marcadamente tóxico, el cual, es, paradójicamente, el que más ingresos genera a los creadores.
Además, la recomendación no necesariamente debe guardar una cierta conexión con las necesidades expresadas (a través de sus afinidades o '
likes') por el individuo registrado con una cuenta, o simple espectador, sino que trabaja, por contra, en captar su atención, reteniéndolo en la visualización de los mencionados vídeos, aunque la calidad éstos se precie, cuanto menos, cuestionable. Y, de este modo, volvernos (a la postre, y en última instancia) adictos a la página.
En resumidas cuentas: cuanto más estrambótico resulte el contenido de lo visionado, mayor supondrá la probabilidad de que el público promedio continúe observándolo, lo que a su vez se traducirá en que se torne más presumible su recomendación por el algoritmo que lo produzca en su momento, acarreando consigo un mayor margen de beneficio, tanto para su autor, como para la red social.
O cuanto viene a entrañar lo mismo: una estrategia empresarial
'win-win' de manual, auténticamente lucrativa... como perversamente dañina para los amantes de la veracidad y rigurosidad en la información.
Un saludo.