• Cambios en el aspecto y funcionamiento del foro. Ver detalles

Donde estan los periodistas valientes?

Durante la guerra de Vietnam, el periodista británico James Cameron llevó un equipo de la BBC a Hanoi para grabar un reportaje sobre el bombardeo americano de esa cuidad. A su vuelta a Londres, la BBC se negó de emitir el reportaje. Cameron, a pesar de la amenaza de ser despedido por la BBC (entonces realizada), regaló el reportaje a la entonces cadena comercial de la televisión británica, que sí lo emitió en sus telenoticias.

Dónde están los Cameron de hoy? ¿Dónde están los corresponsales valientes, dispuestos y capaces de cuestionar y criticar la maquina militar americana? Sólo tenemos que mirar las ruedas de prensa del mando central militar americano en Qatar para darnos cuenta de lo fácil que lo tienen sus portavoces.

El contraste con lo que sufrió Jamie Shea, entonces portavoz de OTAN, durante el bombardeo de Kosovo y Serbia es brutal. Dos ejemplos serán suficientes. Después del ataque contra la Embajada china en Belgrado, nadie creía en la versión de OTAN ofrecida por Shea. Los periodistas hicieron obvio su escepticismo en las ruedas de prensa en Bruselas, cuestionando y criticando cada palabra emitida por el pobre Shea.

Por contra, cuando el otro día el portavoz militar americano en Qatar anunció que la matanza en el mercado en Baghdad no era consecuencia del bombardeo americano, ni un periodista se levantó para cuestionar esta versión ni preguntar sobre qué evidencia los americanos basaron lo que es, de hecho, una acusación contra el régimen iraquí de matar su propia gente como acto de progaganda. Ni un periodista recordó que cuando los serbios dijeron lo mismo de la matanza en el mercado en Sarajevo fueron precisamente los americanos los que lideraron las denuncias de su cinismo e hipocresía. Todo lo contrario: los periodistas parecían aceptar la versión americana casi como la palabra de Dios.

Quizás la versión americana en este caso sea correcta. Pero una acusación tan grave nunca se debe aceptar sin una interrogación dura por una prensa libre. Sin embargo, la gran mayoría de los periodistas internacionales, y especialmente los americanos y británicos, se han rendido frente a la autoridad moral autoproclamada de la Casa Blanca. Organizaciones mediáticas con reputación internacional de independencia, como la BBC y CNN, se han convertido en las voces de sus gobiernos. En un momento en que estamos mirando no sólo una guerra muy cuestionable, y cuestionada, contra Iraq, sino tambien una reconfiguración del orden mundial impuesta por Washington, esto es muy grave.

En su novella 1984, George Orwell imagina un mundo en que el sistema político se justifica por la guerra continua y el nuevo idioma "Newspeak" reduce el discurso público a una versión única de la verdad que no permite incluso la posibilidad de la disidencia. Aunque muchos comentaristas hayan vinculado la visión de Orwell a dictaduras brutales como la Unión Sovietica (o, por qué no admitirlo, el Iraq de Sadam Husein), Orwell de hecho era un satirista mucho más sutil. En el sentido de que George Bush justifica su política exterior, y la guerra contra Iraq, en términos de una guerra continua contra el terrorismo internacional (sustituyendo la guerra (continua) fría, antes tan querida por sus asesores principales), y de que gran parte de la prensa occidental se ha rendido frente a una versión única de la verdad, un discurso único, que no permite ni cuestionamiento ni disidencia, ¿no hemos llegado a nuestra propia versión de 1984, aunque más matizada que la pesadilla descrita por Orwell?

La democracia parlementaria británica se basa en el concepto de la oposición leal, es decir, una oposición que tiene no sólo el derecho sino el deber de criticar y cuestionar cada política y cada pronunciamiento del Gobierno sin que nadie cuestione su lealtad ni su patrotismo. Este concepto es tan válido para la prensa como para la Cámara de los Comunes británica. En un mundo en que la hegemonía militar, política y económica americana es cada día mayor, igual cada día mayor debe ser el valor y la importancia de una prensa no sólo libre, sino proactiva y crítica. En La Rebelión de las Masas, Ortega y Gasset se preocupa por un mundo de las masas en el que "quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado". En términos metafóricos, parece que ya está pasando en la prensa. Si los "hombres medios" de Ortega y Gasset, ahora bien ubicados en la Casa Blanca, no van a conseguir su discurso único en nuestros países, la prensa tiene que recuperar la capacidad crítica que mostró tan recientemente durante la guerra en Kosovo.

-------------
Extraido de IndyMedia BCN:
http://barcelona.indymedia.org/front.php3?article_id=38679&group=webcast

(Alguien contesta que los periodistas valientes están muertos: Les dispararon desde un tanque americano...)
 
Leyendo las crónicas de esta guerra Bizi, creo que el comentario, en esta ocasión, no es muy acertado. Más aún cuando ahora han estado (y muerto) más periodistas que nunca en el conflicto bélico y cuando cientos de ellos se han alzado en contra el imperialismo en numerosas columnas. Los ejemplos, en las hemerotecas (o al menos, eso pienso yo)

Un saludo
 
Atrás
Arriba