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Grupo Reforma/DPA
Washington DC, Estados Unidos (2 febrero 2005).- Si Howard Varinsky vuelve a tener razón, Michael Jackson debería prepararse para pasar una temporada entre rejas. Varinsky es experto en la elección de jurados.
Según los medios estadounidenses, la acusación lo contrató como asesor en el juicio por abuso de un menor iniciado el lunes contra el artista.
Ayudará al fiscal a elegir entre los cientos de candidatos a aquellos que estén más predispuestos a condenar al acusado.
Hace poco, le salieron bien los cálculos. Fue en un juicio contra un californiano que estaba acusado del asesinato de su mujer y su hijo sin nacer y fue condenado a muerte. Varinsky también tuvo que ver con el proceso contra el posteriormente ejecutado Timothy McVeigh, que colocó una bomba en Oklahoma.
La defensa de Jackson tampoco se quedó de brazos cruzados: cuenta con el asesoramiento de J. Lee Meihls. También ella es una experta en la elección de jurados y ayudó a llevar a la cárcel a un gobernador por corrupción.
La selección de jurados (en el caso Jackson son 20, contando también a los suplentes) es una ciencia en sí misma, como quedó de manifiesto a más tardar con el juicio por doble asesinato contra el ex astro del futbol americano O.J.Simpson hace diez años.
Al igual que en el caso Jackson, también entonces se partió de un procedimiento de cuatro semanas, pero finalmente pasaron cuatro meses entre la aparición de los primeros candidatos a jurados y los alegatos iniciales.
La elección de los jurados "apropiados" a veces supone ya la mitad de juicio, dicen los expertos. En el caso Jackson, ambas partes elaboraron hace meses "perfiles de jurados".
Se trata de una enumeración de características y conceptos que un jurado debe manifestar en el marco de un cuestionario, para servir a las metas de la acusación y la defensa respectivamente.
Ambas partes tienen la posibilidad de rechazar una determinada cantidad de candidatos. Cuando se agota esa cifra, acusación y defensa deben aceptar a aquellos candidatos que apoya la otra parte. De esta manera, la selección del jurado es un juego de póquer.
En el caso Jackson, de los 4 mil candidatos iniciales, fueron citados 750 en grupos de 150. Tras el primer filtro de aquellos que, por tener que cuidar a un familiar enfermo o por razones profesionales no pueden prestar el servicio, la acusación y la defensa estudian los cuestionarios que rellenaron los postulantes.
Así se vuelve a estrechar el círculo de candidatos. La próxima semana el asunto se volverá más serio: comenzará el interrogatorio oral.
Como aclara el profesor de derecho Tom Lyon, especializado en juicios de abuso de menores, la acusación prefiere en estos casos a mujeres. La defensa en cambio opta por hombres.
Sobre todo si se trata de hombres involucrados en disputas de divorcios: se supone que tienen el oído más abierto a la posición de la defensa de Jackson, que argumenta que su cliente está siendo acusado falsamente.
A la pertenencia étnica del acusado se le atribuye un significado menor.
De todas maneras, la mayoría de los expertos opina que la defensa hubiera hecho bien en solicitar el traslado del juicio a otro distrito. Porque en la ya de por sí conservadora Santa Maria (California) sólo el dos por ciento de los ciudadanos son afroamericanos como Jackson. Las encuestas demostraron que hay más blancos que consideran culpable al cantante que negros.
Debido al enorme revuelo mediático, en este proceso, de manera similar a lo que ocurrió en el caso Simpson, es un gran desafío encontrar jurados imparciales. Y, como entonces, la mayoría de los expertos legales considera ilusorio que existan candidatos que hasta ahora no hayan escuchado nada acerca de las acusaciones contra el músico y que, por lo tanto, aún no tengan una opinión formada.

Según los medios estadounidenses, la acusación lo contrató como asesor en el juicio por abuso de un menor iniciado el lunes contra el artista.
Ayudará al fiscal a elegir entre los cientos de candidatos a aquellos que estén más predispuestos a condenar al acusado.
Hace poco, le salieron bien los cálculos. Fue en un juicio contra un californiano que estaba acusado del asesinato de su mujer y su hijo sin nacer y fue condenado a muerte. Varinsky también tuvo que ver con el proceso contra el posteriormente ejecutado Timothy McVeigh, que colocó una bomba en Oklahoma.
La defensa de Jackson tampoco se quedó de brazos cruzados: cuenta con el asesoramiento de J. Lee Meihls. También ella es una experta en la elección de jurados y ayudó a llevar a la cárcel a un gobernador por corrupción.
La selección de jurados (en el caso Jackson son 20, contando también a los suplentes) es una ciencia en sí misma, como quedó de manifiesto a más tardar con el juicio por doble asesinato contra el ex astro del futbol americano O.J.Simpson hace diez años.
Al igual que en el caso Jackson, también entonces se partió de un procedimiento de cuatro semanas, pero finalmente pasaron cuatro meses entre la aparición de los primeros candidatos a jurados y los alegatos iniciales.
La elección de los jurados "apropiados" a veces supone ya la mitad de juicio, dicen los expertos. En el caso Jackson, ambas partes elaboraron hace meses "perfiles de jurados".
Se trata de una enumeración de características y conceptos que un jurado debe manifestar en el marco de un cuestionario, para servir a las metas de la acusación y la defensa respectivamente.
Ambas partes tienen la posibilidad de rechazar una determinada cantidad de candidatos. Cuando se agota esa cifra, acusación y defensa deben aceptar a aquellos candidatos que apoya la otra parte. De esta manera, la selección del jurado es un juego de póquer.
En el caso Jackson, de los 4 mil candidatos iniciales, fueron citados 750 en grupos de 150. Tras el primer filtro de aquellos que, por tener que cuidar a un familiar enfermo o por razones profesionales no pueden prestar el servicio, la acusación y la defensa estudian los cuestionarios que rellenaron los postulantes.
Así se vuelve a estrechar el círculo de candidatos. La próxima semana el asunto se volverá más serio: comenzará el interrogatorio oral.
Como aclara el profesor de derecho Tom Lyon, especializado en juicios de abuso de menores, la acusación prefiere en estos casos a mujeres. La defensa en cambio opta por hombres.
Sobre todo si se trata de hombres involucrados en disputas de divorcios: se supone que tienen el oído más abierto a la posición de la defensa de Jackson, que argumenta que su cliente está siendo acusado falsamente.
A la pertenencia étnica del acusado se le atribuye un significado menor.
De todas maneras, la mayoría de los expertos opina que la defensa hubiera hecho bien en solicitar el traslado del juicio a otro distrito. Porque en la ya de por sí conservadora Santa Maria (California) sólo el dos por ciento de los ciudadanos son afroamericanos como Jackson. Las encuestas demostraron que hay más blancos que consideran culpable al cantante que negros.
Debido al enorme revuelo mediático, en este proceso, de manera similar a lo que ocurrió en el caso Simpson, es un gran desafío encontrar jurados imparciales. Y, como entonces, la mayoría de los expertos legales considera ilusorio que existan candidatos que hasta ahora no hayan escuchado nada acerca de las acusaciones contra el músico y que, por lo tanto, aún no tengan una opinión formada.