Reverendo Gregory Seal Livingston, ministro y activista de Chicago.
Escrito en 2009.
"Never Can Say Goodbye..."
"Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí." [II Samuel 12:23]
Estas son las palabras del Rey David tras la muerte de su hijo pequeño.
Yo las usé para Michael Jackson porque, de hecho, era el niño eterno. Siempre curioso. Siempre jugetón. Siempre creyendo que lo mejor estaba por venir. Recuerdo jugar con los hijos de Michael mientras él miraba. Compartimos una alegría que comparten los chicos grandes cuando ven la alegría de los pequeños inexpertos jugando, ajenos a titulares, paparazzi y periodistas de investigación.
El tiempo que pasé con Michael siempre me costó un montón de preguntas de mis amigos y colegas que también eran fans: "¿Realmente tenía esa enfermedad en la piel? (Si)", "¿Realmente tiene la voz tan aguda? (la mayor parte del tiempo hasta que te habla de Gary, Indiana", "Hey, ¿crees que es un pedofilo? (No. Sólo un santo del mundo del espectáculo que siempre intentó recapturar su niñez)."
Ahora por supuesto, durante un número infinito de días, la vida será analizada, escrutinizada, demonizada y canonizada. Como Elvis y Tupac, se le verá por los parkigs de supermercado con sus típicos disfraces viendo películas de verano.
En cambio, desde mi tradición en la fe y las palabras del Rey David dicen la verdad; El Thriller, el hombre niño que vivió entre nosotros cincuenta años no volverá en una Redemption Tour. Ed Mahon, Farrah Fawcett y Michael una extraña trinidad que reinaron sobre la cultura pop, no van a volver, pero todos nosotros, amigos, iremos con ellos. Te quiero Mike. Nos vemos...
*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
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