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En apenas 3 años Internet colapsará, pero América Latina estaría a salvo
El creciente uso de Internet y la falta de inversión en infraestructura podrían saturar la Red en tan sólo 3 años, sobre todo en los Estados Unidos, de no elevarse drásticamente la inversión. Sin embargo, hay expertos que aseguran que los países de Sudamérica "no necesitan grandes inversiones" para enfrentar este problema.
¿A qué llamamos drástico aumento de la inversión? Hay quienes calculan que se trata nada menos que de alrededor de 55.000 millones de dólares, algo así como un 65% más de lo que se había estimado previamente.
La solución para elevar la capacidad internetiana en el próximo trienio es pasar del actual protocolo IP v4 (versión 4) hacia uno de tipo IPv6. Pero en realidad la gran pregunta del millón para América Latina es si puede, si está apta para hacerle frente al colapso que se viene.
Oscar Messano, Presidente del Directorio de Lacnic (Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe) asegura que la diferencia en Latinoamérica es que no se necesitan grandes inversiones para implementarlo, ya que las empresas de Internet son nuevas y cuentan con equipamiento moderno, ya preparado con IPv6.
Según estimaciones de la organización, las direcciones IP basadas en la actual versión del protocolo (IPv4) se agotarían en 2011, ya que sólo queda disponible menos del 18% del total de direcciones. Por ese motivo es que se está llevando a cabo una campaña regional para lograr que antes de ese tormentoso 2011 los países hayan logrado adaptar totalmente sus redes.
La limitación del actual protocolo provocará que muchos servicios no puedan desarrollarse con naturalidad, por el contrario, con la implementación de IPv6 no sólo habrá mayor espacio de direccionamiento (habrá disponibles 340 sextillones de direcciones, lo que hará virtualmente imposible su agotamiento) porque utiliza una tecnología ya no de 32 bits (como la actual), sino una de 128 bits.
Al no haber tantas empresas en América Latina, la relación de Lacnic en la región es más personalizada, brindando capacitación e información sobre las características de la tecnología IPv6, además de apoyo técnico. Estamos promoviendo el traspaso, ofreciendo bloques IP sin costo alguno -explica Messano-. Y tenemos la ventaja de que ese traspaso no será complejo ni brusco, porque ambos protocolos pueden convivir."
Esto refleja una ventaja comparativa a diferencia de otras latitudes que presentan grandes infraestructuras y por lo tanto, mayor necesidad de inversión, como pasa con los Estados Unidos.
Ventajas, plazos, situación continental
La adopción del nuevo protocolo respondería a la necesidad (y se adaptaría a las tendencias actuales) de movilidad que tienen empresas y personas. Con iPV6, cada teléfono móvil de última generación, los útimos modelos de PDAs y los automóviles conectados a Internet podrán usar una dirección IP pública e individual permitiendo la interoperabilidad con servicios multimedia.
Vinton Cerf, uno de los tres creadores del protocolo TCP/IP y presidente del directorio de la Icann (la entidad que asigna dominios) admitió que es preciso reexaminar los modelos empresariales para adecuarse a las nuevas formas de consumo y producción de datos en Internet. Y abogó porque América Latina vaya a tono con ese cambio.
Argentina fue pionera en la región al implementar el IPv6 cuando adoptó ese protocolo en 2006 en el NAP (Network Access Point) de CABASE, la cámara que agrupa a los empresas de Internet, comercio electrónico, contenidos y servicios en línea.
A través del NAP, se produce el intercambio de tráfico entre las redes en Argentina de diversas entidades como operadores, proveedores de acceso, organismos de gobierno, entidades académicas, entre otros.
Estos puntos neurálgicos de la Red se han construido en todo el mundo bajo distintos esquemas institucionales, topológicos y operacionales. No obstante, la mayoría de ellos persigue idénticos objetivos: buscar la eficiencia en el ruteo de Internet, mejorando la calidad de servicio y minimizar los costos de interconexión.
Y aunque en la región, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay están interconectadas y con grandes avances de implementación del nuevo protocolo, también hay grandes carencias, como el caso venezolano, que no cuenta con un NAP nacional, con lo cual todo su tráfico pasa por los Estados Unidos.
Gabriel Adonaylo, (IP Product Manager de Comsat International) comenta que: "Hay demanda de pocos clientes sólo a efectos de uso experimental porque no tienen una política estratégica para emigrar debido a que no existe una urgencia, cuando en la realidad sí la hay, más que nada cuando los ISP (Proveedores de Servicios) empiecen a perder clientes por no poder otorgar direcciones IP.
Desde la página web de IPv6 Task Force, Mariela Rocha, Chair para América Latina y el Caribe, asegura que distintos organismos de gobierno y entidades públicas o redes de universidades, a la hora de lanzar licitaciones para la compra de equipamientos o servicios, exigen en ellos el soporte del nuevo protocolo, preparándose de esa manera para una transición que consideran inevitable.
Cuesta trabajo la implementación en Latinoamérica porque no es una urgencia, y en última instancia no está en manos del técnico la política de implementación empresarial de este protocolo -comenta Messano-. Y hay que tener en cuenta que también es un problema cultural: en nuestra región cuesta trabajar para el futuro.
El creciente uso de Internet y la falta de inversión en infraestructura podrían saturar la Red en tan sólo 3 años, sobre todo en los Estados Unidos, de no elevarse drásticamente la inversión. Sin embargo, hay expertos que aseguran que los países de Sudamérica "no necesitan grandes inversiones" para enfrentar este problema.
¿A qué llamamos drástico aumento de la inversión? Hay quienes calculan que se trata nada menos que de alrededor de 55.000 millones de dólares, algo así como un 65% más de lo que se había estimado previamente.
La solución para elevar la capacidad internetiana en el próximo trienio es pasar del actual protocolo IP v4 (versión 4) hacia uno de tipo IPv6. Pero en realidad la gran pregunta del millón para América Latina es si puede, si está apta para hacerle frente al colapso que se viene.
Oscar Messano, Presidente del Directorio de Lacnic (Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe) asegura que la diferencia en Latinoamérica es que no se necesitan grandes inversiones para implementarlo, ya que las empresas de Internet son nuevas y cuentan con equipamiento moderno, ya preparado con IPv6.
Según estimaciones de la organización, las direcciones IP basadas en la actual versión del protocolo (IPv4) se agotarían en 2011, ya que sólo queda disponible menos del 18% del total de direcciones. Por ese motivo es que se está llevando a cabo una campaña regional para lograr que antes de ese tormentoso 2011 los países hayan logrado adaptar totalmente sus redes.
La limitación del actual protocolo provocará que muchos servicios no puedan desarrollarse con naturalidad, por el contrario, con la implementación de IPv6 no sólo habrá mayor espacio de direccionamiento (habrá disponibles 340 sextillones de direcciones, lo que hará virtualmente imposible su agotamiento) porque utiliza una tecnología ya no de 32 bits (como la actual), sino una de 128 bits.
Al no haber tantas empresas en América Latina, la relación de Lacnic en la región es más personalizada, brindando capacitación e información sobre las características de la tecnología IPv6, además de apoyo técnico. Estamos promoviendo el traspaso, ofreciendo bloques IP sin costo alguno -explica Messano-. Y tenemos la ventaja de que ese traspaso no será complejo ni brusco, porque ambos protocolos pueden convivir."
Esto refleja una ventaja comparativa a diferencia de otras latitudes que presentan grandes infraestructuras y por lo tanto, mayor necesidad de inversión, como pasa con los Estados Unidos.
Ventajas, plazos, situación continental
La adopción del nuevo protocolo respondería a la necesidad (y se adaptaría a las tendencias actuales) de movilidad que tienen empresas y personas. Con iPV6, cada teléfono móvil de última generación, los útimos modelos de PDAs y los automóviles conectados a Internet podrán usar una dirección IP pública e individual permitiendo la interoperabilidad con servicios multimedia.
Vinton Cerf, uno de los tres creadores del protocolo TCP/IP y presidente del directorio de la Icann (la entidad que asigna dominios) admitió que es preciso reexaminar los modelos empresariales para adecuarse a las nuevas formas de consumo y producción de datos en Internet. Y abogó porque América Latina vaya a tono con ese cambio.
Argentina fue pionera en la región al implementar el IPv6 cuando adoptó ese protocolo en 2006 en el NAP (Network Access Point) de CABASE, la cámara que agrupa a los empresas de Internet, comercio electrónico, contenidos y servicios en línea.
A través del NAP, se produce el intercambio de tráfico entre las redes en Argentina de diversas entidades como operadores, proveedores de acceso, organismos de gobierno, entidades académicas, entre otros.
Estos puntos neurálgicos de la Red se han construido en todo el mundo bajo distintos esquemas institucionales, topológicos y operacionales. No obstante, la mayoría de ellos persigue idénticos objetivos: buscar la eficiencia en el ruteo de Internet, mejorando la calidad de servicio y minimizar los costos de interconexión.
Y aunque en la región, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay están interconectadas y con grandes avances de implementación del nuevo protocolo, también hay grandes carencias, como el caso venezolano, que no cuenta con un NAP nacional, con lo cual todo su tráfico pasa por los Estados Unidos.
Gabriel Adonaylo, (IP Product Manager de Comsat International) comenta que: "Hay demanda de pocos clientes sólo a efectos de uso experimental porque no tienen una política estratégica para emigrar debido a que no existe una urgencia, cuando en la realidad sí la hay, más que nada cuando los ISP (Proveedores de Servicios) empiecen a perder clientes por no poder otorgar direcciones IP.
Desde la página web de IPv6 Task Force, Mariela Rocha, Chair para América Latina y el Caribe, asegura que distintos organismos de gobierno y entidades públicas o redes de universidades, a la hora de lanzar licitaciones para la compra de equipamientos o servicios, exigen en ellos el soporte del nuevo protocolo, preparándose de esa manera para una transición que consideran inevitable.
Cuesta trabajo la implementación en Latinoamérica porque no es una urgencia, y en última instancia no está en manos del técnico la política de implementación empresarial de este protocolo -comenta Messano-. Y hay que tener en cuenta que también es un problema cultural: en nuestra región cuesta trabajar para el futuro.