El interés por dejar a los que nos sustituyan en este mundo un medio ambiente del que disfrutar no tiene por qué limitarse a controlar los gases que emana nuestra nevera o a no olvidar colillas durante la excursión dominguera. También podemos hacer algo por nuestro entorno en el último episodio que protagonizamos: nuestro propio entierro.
Así lo piensa Restbox, una empresa radicada en Madrid que se dedica a la producción de ataúdes de cartón (Tel. 91 781 01 14 y Fax 91 431 65 97). No, no se imaginen una caja de zapatos enorme en la que depositar sin pizca de respeto los restos de su ser querido. Se trata de un recipiente que nada tiene que envidiar por su aspecto a los pesados y carísimos ataúdes de toda la vida, con cruz incluida si así lo desea. Aguanta, además, un peso de más de 200 kilos y todas las inclemencias meteorológicas que se imagine.
Mauricio Kalinov es el responsable de esta iniciativa y defiende su idea con un argumento difícil de derrumbar: "Se necesita un árbol para construir un sólo ataúd y con ese mismo árbol podrían fabricarse 100 de cartón". Recuerda los 50 años que tarda en crecer un árbol de caoba, madera utilizada habitualmente en la industria funeraria y que su producto está elaborado con material reciclado.
El 'veto' de las funerarias
El éxito de su propuesta -la idea surgió hace cinco años- es más bien escaso. Además de los tabúes propios de la cultura occidental al enfrentarse con la muerte, el producto se encuentra con las robustas puertas de las funerarias cerradas a cal y canto. Según Kalinov, el sector no le facilita las homologaciones necesarias porque no le interesa perder los jugosos porcentajes de venta que se llevan con los modelos tradicionales.
La empresa a quien quiere llegar es a las instituciones, como los Ayuntamientos, y al mismísimo Gobierno, con especial toque de atención a la nueva ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. La Ley obliga a que los Consistorios dispongan de un número mínimo de ataúdes por habitante por si ocurriera una catástrofe. Sus cajas, que se entregan plegadas, son más económicas de almacenar y su precio es mucho más barato. Mientras el coste del ataúd tradicional comienza en los 300 euros -2.000 € los de maderas más nobles-, los de cartón valen 35 €.
Su precio y la facilidad de almacenaje también podrán convencer a los organismos que gestionan la ayuda humanitaria. Cuando un terremoto o un huracán provoca miles de muertos, las precauciones sanitarias exigen que los cadáveres se entierren rápidamente. A veces, la falta de ataúdes complica que se cumpla con esa urgencia y la lentitud facilita que se extiendan enfermedades que causan aún muchas más víctimas. Ya saben, si quieren un entierro ecológico, contacten con esta empresa La única pega es que tendrá que poner de acuerdo a 499 amigos, ya que el producto se comercializa en lotes mínimos de 500 unidades.
elmundo.es
Así lo piensa Restbox, una empresa radicada en Madrid que se dedica a la producción de ataúdes de cartón (Tel. 91 781 01 14 y Fax 91 431 65 97). No, no se imaginen una caja de zapatos enorme en la que depositar sin pizca de respeto los restos de su ser querido. Se trata de un recipiente que nada tiene que envidiar por su aspecto a los pesados y carísimos ataúdes de toda la vida, con cruz incluida si así lo desea. Aguanta, además, un peso de más de 200 kilos y todas las inclemencias meteorológicas que se imagine.
Mauricio Kalinov es el responsable de esta iniciativa y defiende su idea con un argumento difícil de derrumbar: "Se necesita un árbol para construir un sólo ataúd y con ese mismo árbol podrían fabricarse 100 de cartón". Recuerda los 50 años que tarda en crecer un árbol de caoba, madera utilizada habitualmente en la industria funeraria y que su producto está elaborado con material reciclado.
El 'veto' de las funerarias
El éxito de su propuesta -la idea surgió hace cinco años- es más bien escaso. Además de los tabúes propios de la cultura occidental al enfrentarse con la muerte, el producto se encuentra con las robustas puertas de las funerarias cerradas a cal y canto. Según Kalinov, el sector no le facilita las homologaciones necesarias porque no le interesa perder los jugosos porcentajes de venta que se llevan con los modelos tradicionales.
La empresa a quien quiere llegar es a las instituciones, como los Ayuntamientos, y al mismísimo Gobierno, con especial toque de atención a la nueva ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. La Ley obliga a que los Consistorios dispongan de un número mínimo de ataúdes por habitante por si ocurriera una catástrofe. Sus cajas, que se entregan plegadas, son más económicas de almacenar y su precio es mucho más barato. Mientras el coste del ataúd tradicional comienza en los 300 euros -2.000 € los de maderas más nobles-, los de cartón valen 35 €.
Su precio y la facilidad de almacenaje también podrán convencer a los organismos que gestionan la ayuda humanitaria. Cuando un terremoto o un huracán provoca miles de muertos, las precauciones sanitarias exigen que los cadáveres se entierren rápidamente. A veces, la falta de ataúdes complica que se cumpla con esa urgencia y la lentitud facilita que se extiendan enfermedades que causan aún muchas más víctimas. Ya saben, si quieren un entierro ecológico, contacten con esta empresa La única pega es que tendrá que poner de acuerdo a 499 amigos, ya que el producto se comercializa en lotes mínimos de 500 unidades.
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