Hola a tod@s. Ante la eterna y mortal pasividad de todos los gobiernos del mundo sin excepción, la única salvación posible para el Planeta Tierra, es que colaboremos TOD@S con cualquier ONG que se deje la piel cada dia en salvar un pedacito de nuestro planeta, ¿no creeis?
Durante un período de cuarenta años, el Reino Unido y Francia han vertido obstinadamente residuos radiactivos en el Océano Atlántico, en el Mar del Norte y en el Mar de Irlanda.
Durante los años noventa los vertidos radiactivos de las plantas de reprocesamiento de estos dos países han aumentado extraordinariamente.
Dado que esta contaminación supone riesgos inmediatos y a largo plazo para la salud de las personas en toda Europa, debe realizarse una acción nacional e internacional para evitarla.
La lamentable práctica de la industria nuclear de verter al mar sus bidones de residuos radiactivos ya fue prohibida internacionalmente hace algunos años. El impacto negativo de esa nefasta actividad ya se puede comprobar: recientemente: Greenpeace ha podido obtener imágenes de algunos de esos bidones, ya corroídos, liberando radiactividad al medio ambiente marino.
Pero la industria nuclear sigue vertiendo radiactividad al mar: aún no está prohibido el vertido rutinario de residuos radiactivos líquidos a ríos y mares procedentes de centrales nucleares y plantas de reprocesamiento de combustible nuclear.
Las instalaciones nucleares de La Hague, en Francia, y de Sellafield y Dounreay, ambas en el Reino Unido, encargadas del reprocesamiento del combustible gastado de centrales nucleares, vierten anualmente miles de millones de litros de residuos radiactivos en el Océano Atlántico, en el Mar del Norte y el Mar de Irlanda.
Las corrientes marinas arrastran en dirección norte, estos residuos radioactivos contaminando extensas zonas costeras de toda Europa occidental, los países nórdicos y el Artico. La radioactividad se acumula en los animales marinos y en las algas, es arrastrada a las playas, invade estuarios fluviales y deja sus tóxicas huellas en el medio ambiente.
Es hora de terminar con esta nociva práctica: Dinamarca ha hecho una propuesta en este sentido en el foro del Convenio OSPAR sobre protección marina del Atlántico Noreste, que se reúne esta semana en Copenhague. España tiene que apoyar esta propuesta para que sea aprobada. ¡Exige al Gobierno español su voto de apoyo a la propuesta danesa!
Es hora de actuar, ayúdanos a parar los vertidos radioactivas al mar: escribiendo a los Gobiernos de Francia e Inglaterra, para que termine esta práctica de deshacerse de los residuos radioactivos.
Durante un período de cuarenta años, el Reino Unido y Francia han vertido obstinadamente residuos radiactivos en el Océano Atlántico, en el Mar del Norte y en el Mar de Irlanda.
Durante los años noventa los vertidos radiactivos de las plantas de reprocesamiento de estos dos países han aumentado extraordinariamente.
Dado que esta contaminación supone riesgos inmediatos y a largo plazo para la salud de las personas en toda Europa, debe realizarse una acción nacional e internacional para evitarla.
La lamentable práctica de la industria nuclear de verter al mar sus bidones de residuos radiactivos ya fue prohibida internacionalmente hace algunos años. El impacto negativo de esa nefasta actividad ya se puede comprobar: recientemente: Greenpeace ha podido obtener imágenes de algunos de esos bidones, ya corroídos, liberando radiactividad al medio ambiente marino.
Pero la industria nuclear sigue vertiendo radiactividad al mar: aún no está prohibido el vertido rutinario de residuos radiactivos líquidos a ríos y mares procedentes de centrales nucleares y plantas de reprocesamiento de combustible nuclear.
Las instalaciones nucleares de La Hague, en Francia, y de Sellafield y Dounreay, ambas en el Reino Unido, encargadas del reprocesamiento del combustible gastado de centrales nucleares, vierten anualmente miles de millones de litros de residuos radiactivos en el Océano Atlántico, en el Mar del Norte y el Mar de Irlanda.
Las corrientes marinas arrastran en dirección norte, estos residuos radioactivos contaminando extensas zonas costeras de toda Europa occidental, los países nórdicos y el Artico. La radioactividad se acumula en los animales marinos y en las algas, es arrastrada a las playas, invade estuarios fluviales y deja sus tóxicas huellas en el medio ambiente.
Es hora de terminar con esta nociva práctica: Dinamarca ha hecho una propuesta en este sentido en el foro del Convenio OSPAR sobre protección marina del Atlántico Noreste, que se reúne esta semana en Copenhague. España tiene que apoyar esta propuesta para que sea aprobada. ¡Exige al Gobierno español su voto de apoyo a la propuesta danesa!
Es hora de actuar, ayúdanos a parar los vertidos radioactivas al mar: escribiendo a los Gobiernos de Francia e Inglaterra, para que termine esta práctica de deshacerse de los residuos radioactivos.
