Crissty
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Muchos hemos sentido esa imperiosa necesidad de encontrar a nuestra otra mitad. Algunos afortunados, lo hemos logrado. Otras personas, recorren incesantemente los diversos caminos de la espiritualidad, sin llegar a encontrar a ese otro especial. ¿Qué es lo que hace la diferencia?
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Más allá de nuestra personalidad, nuestra alma ha encarnado en este plano físico con un propósito de crecimiento y una misión de servicio. En ese camino, puede encontrarse con otras almas conocidas, las cuales ya han compartido experiencias de vida anteriormente. Con algunas se llevará bien, con otras no tanto, pero guardan mensajes importantes y la ayudan a evolucionar y encontrar respuestas.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]El caso más claro es el de las personas con las que nos llevamos peor. Aunque al principio nos cueste aceptarlo, aquellos que resistimos con mayor firmeza, aquellos "que nos sacan de quicio", aquellos que han resultado personajes conflictivos en nuestra vida, son "almas compañeras", es decir almas con las que ya hemos interactuado en otras vidas. El hecho de que no los podamos sacar fácilmente de nuestra historia personal, prueba que tenemos "asuntos pendientes" que resolver. Hasta que no soltemos la lucha de poder que nos mantiene unidos, hasta que no perdonemos, esa persona continuará generando dolor y frustración en nuestra vida. Sí, la única salida es el perdón. Y ese es el aprendizaje: porque es justamente la gente a la que más nos cuesta amar y perdonar.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Otro es el caso de quienes amamos intensamente. Ellos también son almas compañeras, y tenemos con ellos un vínculo que viene de otras vidas. Pero a diferencia del caso anterior, ellos nos enseñan a través del amor y la dicha. Nos muestran las facetas más bellas de nuestra personalidad, actuando como espejos. Y cuanto más los amamos, nuevos atributos de nuestro propio ser se despliegan ante nuestra percepción para ser atesorados y amados.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Pero a ustedes que leen este artículo, esto no alcanza. Seguramente me dirían: "Muy bonito, tengo a quienes detesto y a quienes amo... pero ¿dónde está aquella persona especial, aquel ser único, mi amante eterno, mi otra mitad?"
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Quizás el punto central se encuentre en nuestra dificultad para aceptar que cuando nuestra alma gemela aparezca, no será para llevarnos de la mano a un paraíso terrenal. nuestra otra mitad, cumple con la función de ayudarnos a evolucionar espiritualmente. Y como todo maestro, -involuntariamente- puede hacernos sufrir en el proceso.
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Les daré algunas pautas que pueden ayudarlos en este proceso. Estoy segura de que si las lecciones que nuestra alma gemela viene a enseñarnos ya forman parte de nuestro bagaje de consciencia, el encuentro se acelera y la experiencia conjunta es mucho más fluida y feliz.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]LAS LECCIONES QUE NOS ENSEÑA NUESTRA OTRA MITAD[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Cuando tu alma gemela llegue a tu vida, será para ayudarse mutuamente a aprender.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Fundamentalmente, las lecciones a explorar son:
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]- Amar incondicionalmente[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Nuestra alma gemela nos propondrá un interesante (y a veces, desesperante) juego: amarla siempre es una experiencia de amor incondicional, ya sea porque sus características nos irritan, porque su situación no concuerda con la nuestra (por ejemplo, no es libre), porque vive a miles de kilómetros de distancia, o simplemente, aun no nos reconoce.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Ante estos limitantes, uno podría simplemente apartarse y buscar el camino del amor por otras praderas... pero eso no es posible, porque sentimos por esta persona una atracción tan fuerte, que nuestros intentos resultan inútiles. siempre volvemos a ella, en corazón, pensamiento, y en acción.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Así vamos aprendiendo a aceptar al otro tal cual es, a aceptar que los vínculos de amor a veces [/font][font=Arial, Helvetica, sans-serif]no son convencionales, aprendemos a esperar, a conectarnos en otros niveles, en fin, aprendemos a amar.
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[/font][font=Arial, Helvetica, sans-serif]- Ser auténticamente NOSOTROS MISMOS[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Nuestra alma gemela nos conoce mejor que nadie. Sabe de nuestros talentos ocultos y de nuestras sombras. A veces, estando con mi alma gemela, esta transparencia puede volverse insoportable. Pero al final, resulta lo mejor que puede pasar, porque me empuja amorosamente hacia un nuevo nivel de evolución.[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Junto a nuestra alma gemela, no podemos esconder nuestro verdadero Yo, y esto es maravilloso.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]- Cumplir Nuestro Propósito[/font]
[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Como todos sabemos, venimos a la Tierra con un propósito concreto y una misión de servicio. Nuestra función es única, no existe otra persona en el mundo que pueda realizar nuestro aporte. Por eso, descubrir esa misión es imprescindible, tanto para nuestra evolución como la de la Humanidad toda. No debe haber nada más triste que una vida que no se dedicó al propósito para el que se ha creado, fue una oportunidad perdida que nunca mas se recuperará.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Por eso la presencia de nuestra alma gemela es fundamental. Porque nuestra misión y la suya, son sincrónicas, se articulan de manera armónica, son absolutamente complementarias. Para poder expresarla en todo su potencial, necesitamos a nuestra eterna compañera junto a nosotros, trabajando codo a codo, colaborando en nuestra toma de consciencia, despertando cuando nos dejamos estar, festejando juntos cada pequeño paso, y siendo ejemplo para quienes observan.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]¿Estamos dispuestos? ¿Estás lista/o para amar sin condiciones, mostrarte sin reservas y dedicarte a tu misión sin miedos?
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Si la respuesta es sí, estás en camino a encontrar tu alma gemela o ya estás cerca de él/ella. Si la respuesta es no, has encontrado la razón por la que aun no la has encontrado.
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[font=Arial, Helvetica, sans-serif]Y has descubierto que Amar incondicionalmente, Ser Tú Mismo y Desarrollar tu
misión, son las claves para propiciar ese encuentro. [/font]
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Lic. Flavia Carrión[/font]
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Puse este artículo porque es uno de los tantos temas que me llaman la atención, en cuanto a astrología y cosas de esas. Por supuesto habrán personas que no crean en absolutamente nada de este tema, otras que sólo crean en la mitad o en todo de lo que aquí se menciona.
Pues yo solo "creo" en la mitad, o quizá un poco más que eso, ya que por ejemplo no "creo" en la reencarnación dada mi religión, pero al mismo tiempo me abro a conocer otras formas de pensar... y desde siempre "algo" que no puedo explicar bien, que tiene cierta fuerza en mi interior, ha hecho que me atraigan estos temas y que de una u otra forma... "sienta" que algo de veracidad ineludible poseen.
Más allá de todo, es bonito pensar o creer que hay un "alguien" único para cada uno, y no solamente desde el punto de vista externo, sino que desde un punto de vista mucho más profundo y potente del que tal vez... creamos o nos imaginemos.
Pienso que hay que intentar vivir "libres", me refiero a no esperar a alguien de un modo demasiado fuerte, solo estar abiertos a la posibilidad... sin embargo con personas que he tenido contacto y que creen en estas cosas de un modo muy grande, practican meditaciones, sueños lúcidos y variados métodos para, desde ya, me refiero antes de estar juntos en persona, interactuar intensamente con su alma gemela. Lo interesante es que aunque parecieran "urgidos", no lo están ya que estas prácticas los relajan y aumentan su fé en la existencia de esa persona... y en el que se juntarán tangiblemente en esta vida. Y algunos de los que conozco parecen, absolutamente, haberlo logrado!!.
Yo lo único que sé es que... no me cierro a que... caiga una estrella en mi vida, o de reconocer alguna que tal vez... ya haya caído:acallar:.