Felix Baumgartner se propone batir el récord al saltar con paracaídas desde la estratosfera
Felix Baumgartner se propone ser el primero en superar la velocidad del sonido sin ayuda mecánica, al lanzarse desde 36.000 metros.
iena (EFE).- El deportista austríaco de alto riesgo Felix Baumgartner está acostumbrado a romper los récord más audaces, pero este martes puede convertirse en una leyenda si consigue ser el primer hombre supersónico sin ayuda mecánica. Este antiguo instructor de paracaidismo en los comandos de élite del Ejército austríaco y esporádico doble de películas de acción de 43 años pretende romper cuatro récords mundiales de un plumazo.
De lograr su objetivo se convertirá en el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica, en arrojarse en paracaídas desde el lugar más alto -más de 36 kilómetros-, protagonizar la caída libre más larga (en total 15 unos minutos incluida la bajada en paracaídas) y subir en globo al punto más alejado de la tierra.
Sus récord anteriores, como el salto desde el edificio más alto del planeta, el rascacielos Taipei 101 (Taiwán), de 509 metros de altura, y de otros lugares emblemáticos como la estatua de Cristo en Río de Janeiro, resultan en comparación casi inocentes aventuras sin riesgo.
También ha sido el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre, desde Dover (Reino Unido) hasta Calais (Francia), y se ha tirado desde la mayor construcción de América Latina, la Torre Mayor de México. Algunos de estos saltos eran además ilegales, lo que al desafío de aterrizar sano y salvo, se añadía en algunos casos una carrera desenfrenada para escapar de la policía y no acabar en un calabozo.
Su filosofía de vida se puede resumir en una frase que dijo tras completar el salto en Río de Janeiro: "No merece la pena morir en un salto. Pero al menos matarse saltando desde la estatua de Jesús tiene algo de gloria".
Con estos antecedentes no es necesario explicar su alias: Felix "sin miedo". "El miedo se ha convertido en un amigo cercano", ha contado recientemente.
Los riesgos del paracaidismo estratosférico, en los que cualquier error le puede costar la vida, no parecen atemorizarlo tampoco. Ya en el Ejército dio muestras de su inconformismo, abandonó las fuerzas armadas porque no se sentía a gusto al estar sometido a la disciplina militar y tener que acatar algunas órdenes "estúpidas", según explicó una vez.
Desde 1988 ha colaborado con Red Bull, el actual patrocinador de la denominada "misión estratos", y que ha financiado la mayor parte de sus aventuras. Un equipo médico y de expertos en ingeniería aeronáutica han desarrollado durante cinco años el proyecto estratos con Baumgartner, y la cápsula y el traje presurizado funcionaron el pasado julio cuando se lanzó desde más de 29 kilómetros de altura.
Uno de sus asesores es el poseedor del récord del salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, quien se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de EE. UU. desde una altura de 31 kilómetros.
En caso de que todo vaya según lo previsto este martes sobre el desierto de Nuevo México, Baumgartner sobrepasaría la velocidad del sonido unos 30 segundo después de iniciar la caída libre para después perder velocidad debido a la mayor densidad de la atmósfera terrestre.
Red Bull cataloga la misión como científica y el deportista considera que se podrá conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales. "Demostrar que un ser humano puede romper la barrera del sonido en la estratosfera y regresar a la tierra sería un paso hacia la creación en el espacio cercano de procedimientos de rescate que actualmente no existen", ha explicado en una entrevista difundida por Red Bull.
El traje presurizado es necesario porque en la estratosfera no hay condiciones para la vida debido a la falta de oxigeno, el frío (inferiores a 68 grados bajo cero), y la presión, que pueden llevar a que los vasos sanguíneos del cerebro revienten.
"Una de las incógnitas es cómo el cuerpo humano reacciona al acercarse a velocidades supersónicas. Los efectos de la transición desde la velocidad supersónica a otra por debajo no se conocen", confiesa. Sea lo que sea lo que pase, se verá en vivo por las cámaras que llevará consigo.
Fuente: Lavanguardia.com
Podeis seguirlo en directo a traves de redbullstratos.com
Felix Baumgartner se propone ser el primero en superar la velocidad del sonido sin ayuda mecánica, al lanzarse desde 36.000 metros.
iena (EFE).- El deportista austríaco de alto riesgo Felix Baumgartner está acostumbrado a romper los récord más audaces, pero este martes puede convertirse en una leyenda si consigue ser el primer hombre supersónico sin ayuda mecánica. Este antiguo instructor de paracaidismo en los comandos de élite del Ejército austríaco y esporádico doble de películas de acción de 43 años pretende romper cuatro récords mundiales de un plumazo.
De lograr su objetivo se convertirá en el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica, en arrojarse en paracaídas desde el lugar más alto -más de 36 kilómetros-, protagonizar la caída libre más larga (en total 15 unos minutos incluida la bajada en paracaídas) y subir en globo al punto más alejado de la tierra.
Sus récord anteriores, como el salto desde el edificio más alto del planeta, el rascacielos Taipei 101 (Taiwán), de 509 metros de altura, y de otros lugares emblemáticos como la estatua de Cristo en Río de Janeiro, resultan en comparación casi inocentes aventuras sin riesgo.
También ha sido el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre, desde Dover (Reino Unido) hasta Calais (Francia), y se ha tirado desde la mayor construcción de América Latina, la Torre Mayor de México. Algunos de estos saltos eran además ilegales, lo que al desafío de aterrizar sano y salvo, se añadía en algunos casos una carrera desenfrenada para escapar de la policía y no acabar en un calabozo.
Su filosofía de vida se puede resumir en una frase que dijo tras completar el salto en Río de Janeiro: "No merece la pena morir en un salto. Pero al menos matarse saltando desde la estatua de Jesús tiene algo de gloria".
Con estos antecedentes no es necesario explicar su alias: Felix "sin miedo". "El miedo se ha convertido en un amigo cercano", ha contado recientemente.
Los riesgos del paracaidismo estratosférico, en los que cualquier error le puede costar la vida, no parecen atemorizarlo tampoco. Ya en el Ejército dio muestras de su inconformismo, abandonó las fuerzas armadas porque no se sentía a gusto al estar sometido a la disciplina militar y tener que acatar algunas órdenes "estúpidas", según explicó una vez.
Desde 1988 ha colaborado con Red Bull, el actual patrocinador de la denominada "misión estratos", y que ha financiado la mayor parte de sus aventuras. Un equipo médico y de expertos en ingeniería aeronáutica han desarrollado durante cinco años el proyecto estratos con Baumgartner, y la cápsula y el traje presurizado funcionaron el pasado julio cuando se lanzó desde más de 29 kilómetros de altura.
Uno de sus asesores es el poseedor del récord del salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, quien se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de EE. UU. desde una altura de 31 kilómetros.
En caso de que todo vaya según lo previsto este martes sobre el desierto de Nuevo México, Baumgartner sobrepasaría la velocidad del sonido unos 30 segundo después de iniciar la caída libre para después perder velocidad debido a la mayor densidad de la atmósfera terrestre.
Red Bull cataloga la misión como científica y el deportista considera que se podrá conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales. "Demostrar que un ser humano puede romper la barrera del sonido en la estratosfera y regresar a la tierra sería un paso hacia la creación en el espacio cercano de procedimientos de rescate que actualmente no existen", ha explicado en una entrevista difundida por Red Bull.
El traje presurizado es necesario porque en la estratosfera no hay condiciones para la vida debido a la falta de oxigeno, el frío (inferiores a 68 grados bajo cero), y la presión, que pueden llevar a que los vasos sanguíneos del cerebro revienten.
"Una de las incógnitas es cómo el cuerpo humano reacciona al acercarse a velocidades supersónicas. Los efectos de la transición desde la velocidad supersónica a otra por debajo no se conocen", confiesa. Sea lo que sea lo que pase, se verá en vivo por las cámaras que llevará consigo.
Fuente: Lavanguardia.com
Podeis seguirlo en directo a traves de redbullstratos.com
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