Monterrey, México (29 mayo 2006).- Empiezas tu día pensando que será el mejor, haces ejercicio, escuchas música, cantas en la regadera, desayunas fruta, llegas a la oficina bromeando, te relajas cada dos horas, haces ejercicio y practicas la oración.
¿Un día cualquiera? Sí, desde que estás a dieta... espiritual.
Tal vez hayas oído de la dieta de la zona, de la dieta de los carbohidratos o hasta la de la Luna; todas ofrecen darte una mejor figura.
Pero ¿qué te parecería una dieta que te quite de encima un poco del estrés cotidiano?
Eso hace la llamada "dieta psicoespiritual", la que no sólo cambia hábitos alimenticios sino hábitos de vida de las personas para atacar o sacarle la vuelta a un mal que afecta a cerca 120 mil regiomontanos anualmente, de acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Mexicana: la depresión.
Entendida como una enfermedad que puede resultar por factores como una enfermedad severa, la pérdida de un ser querido, la falta de éxito en el trabajo o la soledad, la depresión se caracteriza por la falta de confianza en uno mismo, la dificultad para dormir.
También se asocia con problemas de indecisión e irritabilidad, llanto fácil, cansancio, falta de interés en la familia, proyectos y aficiones y hasta en ideas de muerte o intentos de suicidio.
"(Con la dieta) serás de las personas que no necesitan ir con un psicólogo o psiquiatra", indica el psiquiatra José Castillo Ruiz, autor del libro "La Fe como Terapia" y creador del concepto.
La dieta psicoespiritual como tal incluye no sólo un régimen alimenticio, sino también ejercicio físico, meditación y programación positiva para llevar una vida sana y prevenir el problema que de por sí es poco atendido, ya que sólo el 12 por ciento de los que padecen depresión reciben atención profesional.
"En las personas que tratan de encontrar la armonía entre mente, cuerpo y espíritu, el cerebro rinde de una manera más óptima y se incrementan la concentración y la memoria", afirma Castillo Ruiz.
El concepto se relaciona con la psicología positiva de David Snowdon, profesor de Epidemiología en el Departamento de Gerontología de la Universidad de Kentucky, quien en un estudio para prevenir accidentes cardiovasculares encontró que una vida sana integral (pensamientos optimistas, buen humor, actividad intelectual, relajación, ejercicio, buena música y buena alimentación) ayuda en los tratamientos depresivos.
"Antes, cuando una persona tenía síntomas de ansiedad o depresión se recomendaba que acudiera a terapia y a veces se le medicaba, ahora se sabe que esta dieta complementa el tratamiento", explica Castillo Ruiz.
Arturo Garza, psicoterapeuta especialista en depresión y vicepresidente de la Asociación de Psiquiatría Noreste, coincide con la dieta que propone Castillo Ruiz.
"En los casos de depresión severa lo más importante es el tratamiento farmacológico y luego la terapia psicológica; en tercer lugar sirve un tratamiento coadyuvante que incluya ejercicio, relajación, nutrición, acercarse a Dios, y musicoterapia, entre otras cosas", señala Garza.
"En un 10 por ciento la mejora en caso de depresión depende de que se lleve a cabo este régimen", indica Garza, "si llevamos a cabo actividades que recuperen nuestras capacidades emocionales y físicas, la posibilidad de recaída es muy remota".
CÓMO FUNCIONA
La propuesta de Castillo Ruiz consta de ciertas partes esenciales. Se trata de practicarlas todos los días para tener cambios evidentes a los tres meses.
"Lo ideal es que la persona la configure por sí misma para crear un estilo de vida, una filosofía de autocuidado".
Para empezar se tienen que cambiar los hábitos alimenticios, hacer una hora diaria de ejercicio físico y tener dos sesiones de relajación de 20 minutos cada una.
"Una dieta rica en agua y folatos (frutas, vegetales y pescado, entre otras cosas), y poca cafeína y alcohol, dan al cerebro y al cuerpo una buena calidad de vida.
"Por cada dos horas de actividad intelectual, debes descansar 20 minutos con ejercicios de relajamiento y meditación", indica el experto.
Cantar y escuchar música, así como fomentar un buen sentido del humor incrementan los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina que favorecen la memoria y la concentración, y aumentan la fuerza del sistema inmune, explica el también co director Médico de la Asociación Comenzar de Nuevo, que apoya a personas con problemas en su alimentación.
"Expresar afectos previene la depresión y la ansiedad; de la misma manera, la vida social *un grupo adecuado de amigos* previene enfermedades cardiovasculares".
También, señala, un masaje de relajamiento de 20 minutos libera endorfinas y fortalece el sistema inmune.
"Echarnos porras constantemente hace que la región frontal cerebral esté cargada de neurotransmisores que favorecen la concentración y la memoria", afirma.
Orar también es importante. Autores como Newberg, Benson y Davidson, y Taylor, aseguran que la oración incrementa el buen estado de ánimo. También es importante aceptar el pasado, aprender a vivir con las memorias desagradables y entender que el dolor es el precio del juego de la vida, agrega Castillo.
Practicar la resiliencia (sacar la fortaleza innata del interior de cada uno para vencer obstáculos) y el Œempowerment" (asumir la responsabilidad del propio destino) completan el programa.
"Hay que reconocer que tenemos un psicólogo interior y escucharlo, desarrollar un patrón de autoconfianza, de quererse, tenemos una especie de inconsciente adaptativo que nos dice qué es bueno y hay que escucharlo", dice Castillo.
Informes sobre la dieta espiritual se dan en el teléfono 8335-1897.
En tres meses, pon tu espíritu en forma
No hay dietas mágicas, todas necesitan perseverancia para ver resultados, pero si te decides a hacer de este régimen emocional una forma de vida, los cambios serán notorios en tres meses y lo mejor es que no hay "rebote".
LUNES
- Desayuno: Haz ejercicio aeróbico durante una hora, puede ser correr, nadar o el de tu preferencia.
- Comida: Canta tus canciones favoritas, las que te hagan sentir bien y te traigan buenos recuerdos.
- Cena: Practica la oración, según tus creencias religiosas.
MARTES
- Desayuno: Ten un autodiálogo positivo: Echarte porras sobre quién eres y tu desempeño te hará sentir muy bien.
- Comida: Practica el sentido del humor bromeando con amigos y familia, escucha chistes o lo que te haga reír.
- Cena: Haz 20 minutos de meditación, la yoga es una buena opción.
MIÉRCOLES
- Desayuno: Aprende a vivir con los recuerdos dolorosos; no los puedes borrar, pero no hay que recordarlos todo el tiempo.
- Comida: Practica pensamientos positivos como "éste va a ser un súper día", o "qué feliz me siento".
- Cena: Sal a algún lugar o reúnete con tus amigos, pareja o familia para compartir sus mutuas vivencias.
JUEVES
- Desayuno: Vive el "empowerment": Recuérdate que eres dueño de tu destino y que tú decides lo que deseas vivir.
- Comida: Visualiza positivamente el futuro, por ejemplo, imagínate a ti mismo en el trabajo que quieres.
- Cena: Dile a tu pareja, a tu familia y amigos cuánto los quieres y necesitas.
VIERNES
- Desayuno: Practica la resiliencia, es decir saber que puedes vencer cualquier obstáculo por difícil que sea.
- Comida: Escucha música, clásica o tu favorita a lo largo del día.
- Cena: Recibe una sesión de masaje relajante, en un lugar especializado o en casa durante 20 minutos.
SÁBADO
- Desayuno: Esfuérzate por pensar positivamente del resto de las personas.
- Comida: Socializa, convive con quienes aprecias, gente que crea en ti y te apoye.
- Cena: Ejercítate durante una hora con tu deporte favorito.
DOMINGO
- Desayuno: Expresa sentimientos positivos a tus seres queridos.
- Comida: Practica la oración según tu fe. Un diálogo con el ser supremo te dará confianza de que todo estará mejor.
- Cena: Imagina el pasado como un mueble que no te gusta, pero que es un regalo, así que lo guardas donde no se use.
Fuente: El Norte.com
¿Un día cualquiera? Sí, desde que estás a dieta... espiritual.
Tal vez hayas oído de la dieta de la zona, de la dieta de los carbohidratos o hasta la de la Luna; todas ofrecen darte una mejor figura.
Pero ¿qué te parecería una dieta que te quite de encima un poco del estrés cotidiano?
Eso hace la llamada "dieta psicoespiritual", la que no sólo cambia hábitos alimenticios sino hábitos de vida de las personas para atacar o sacarle la vuelta a un mal que afecta a cerca 120 mil regiomontanos anualmente, de acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Mexicana: la depresión.
Entendida como una enfermedad que puede resultar por factores como una enfermedad severa, la pérdida de un ser querido, la falta de éxito en el trabajo o la soledad, la depresión se caracteriza por la falta de confianza en uno mismo, la dificultad para dormir.
También se asocia con problemas de indecisión e irritabilidad, llanto fácil, cansancio, falta de interés en la familia, proyectos y aficiones y hasta en ideas de muerte o intentos de suicidio.
"(Con la dieta) serás de las personas que no necesitan ir con un psicólogo o psiquiatra", indica el psiquiatra José Castillo Ruiz, autor del libro "La Fe como Terapia" y creador del concepto.
La dieta psicoespiritual como tal incluye no sólo un régimen alimenticio, sino también ejercicio físico, meditación y programación positiva para llevar una vida sana y prevenir el problema que de por sí es poco atendido, ya que sólo el 12 por ciento de los que padecen depresión reciben atención profesional.
"En las personas que tratan de encontrar la armonía entre mente, cuerpo y espíritu, el cerebro rinde de una manera más óptima y se incrementan la concentración y la memoria", afirma Castillo Ruiz.
El concepto se relaciona con la psicología positiva de David Snowdon, profesor de Epidemiología en el Departamento de Gerontología de la Universidad de Kentucky, quien en un estudio para prevenir accidentes cardiovasculares encontró que una vida sana integral (pensamientos optimistas, buen humor, actividad intelectual, relajación, ejercicio, buena música y buena alimentación) ayuda en los tratamientos depresivos.
"Antes, cuando una persona tenía síntomas de ansiedad o depresión se recomendaba que acudiera a terapia y a veces se le medicaba, ahora se sabe que esta dieta complementa el tratamiento", explica Castillo Ruiz.
Arturo Garza, psicoterapeuta especialista en depresión y vicepresidente de la Asociación de Psiquiatría Noreste, coincide con la dieta que propone Castillo Ruiz.
"En los casos de depresión severa lo más importante es el tratamiento farmacológico y luego la terapia psicológica; en tercer lugar sirve un tratamiento coadyuvante que incluya ejercicio, relajación, nutrición, acercarse a Dios, y musicoterapia, entre otras cosas", señala Garza.
"En un 10 por ciento la mejora en caso de depresión depende de que se lleve a cabo este régimen", indica Garza, "si llevamos a cabo actividades que recuperen nuestras capacidades emocionales y físicas, la posibilidad de recaída es muy remota".
CÓMO FUNCIONA
La propuesta de Castillo Ruiz consta de ciertas partes esenciales. Se trata de practicarlas todos los días para tener cambios evidentes a los tres meses.
"Lo ideal es que la persona la configure por sí misma para crear un estilo de vida, una filosofía de autocuidado".
Para empezar se tienen que cambiar los hábitos alimenticios, hacer una hora diaria de ejercicio físico y tener dos sesiones de relajación de 20 minutos cada una.
"Una dieta rica en agua y folatos (frutas, vegetales y pescado, entre otras cosas), y poca cafeína y alcohol, dan al cerebro y al cuerpo una buena calidad de vida.
"Por cada dos horas de actividad intelectual, debes descansar 20 minutos con ejercicios de relajamiento y meditación", indica el experto.
Cantar y escuchar música, así como fomentar un buen sentido del humor incrementan los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina que favorecen la memoria y la concentración, y aumentan la fuerza del sistema inmune, explica el también co director Médico de la Asociación Comenzar de Nuevo, que apoya a personas con problemas en su alimentación.
"Expresar afectos previene la depresión y la ansiedad; de la misma manera, la vida social *un grupo adecuado de amigos* previene enfermedades cardiovasculares".
También, señala, un masaje de relajamiento de 20 minutos libera endorfinas y fortalece el sistema inmune.
"Echarnos porras constantemente hace que la región frontal cerebral esté cargada de neurotransmisores que favorecen la concentración y la memoria", afirma.
Orar también es importante. Autores como Newberg, Benson y Davidson, y Taylor, aseguran que la oración incrementa el buen estado de ánimo. También es importante aceptar el pasado, aprender a vivir con las memorias desagradables y entender que el dolor es el precio del juego de la vida, agrega Castillo.
Practicar la resiliencia (sacar la fortaleza innata del interior de cada uno para vencer obstáculos) y el Œempowerment" (asumir la responsabilidad del propio destino) completan el programa.
"Hay que reconocer que tenemos un psicólogo interior y escucharlo, desarrollar un patrón de autoconfianza, de quererse, tenemos una especie de inconsciente adaptativo que nos dice qué es bueno y hay que escucharlo", dice Castillo.
Informes sobre la dieta espiritual se dan en el teléfono 8335-1897.
En tres meses, pon tu espíritu en forma
No hay dietas mágicas, todas necesitan perseverancia para ver resultados, pero si te decides a hacer de este régimen emocional una forma de vida, los cambios serán notorios en tres meses y lo mejor es que no hay "rebote".
LUNES
- Desayuno: Haz ejercicio aeróbico durante una hora, puede ser correr, nadar o el de tu preferencia.
- Comida: Canta tus canciones favoritas, las que te hagan sentir bien y te traigan buenos recuerdos.
- Cena: Practica la oración, según tus creencias religiosas.
MARTES
- Desayuno: Ten un autodiálogo positivo: Echarte porras sobre quién eres y tu desempeño te hará sentir muy bien.
- Comida: Practica el sentido del humor bromeando con amigos y familia, escucha chistes o lo que te haga reír.
- Cena: Haz 20 minutos de meditación, la yoga es una buena opción.
MIÉRCOLES
- Desayuno: Aprende a vivir con los recuerdos dolorosos; no los puedes borrar, pero no hay que recordarlos todo el tiempo.
- Comida: Practica pensamientos positivos como "éste va a ser un súper día", o "qué feliz me siento".
- Cena: Sal a algún lugar o reúnete con tus amigos, pareja o familia para compartir sus mutuas vivencias.
JUEVES
- Desayuno: Vive el "empowerment": Recuérdate que eres dueño de tu destino y que tú decides lo que deseas vivir.
- Comida: Visualiza positivamente el futuro, por ejemplo, imagínate a ti mismo en el trabajo que quieres.
- Cena: Dile a tu pareja, a tu familia y amigos cuánto los quieres y necesitas.
VIERNES
- Desayuno: Practica la resiliencia, es decir saber que puedes vencer cualquier obstáculo por difícil que sea.
- Comida: Escucha música, clásica o tu favorita a lo largo del día.
- Cena: Recibe una sesión de masaje relajante, en un lugar especializado o en casa durante 20 minutos.
SÁBADO
- Desayuno: Esfuérzate por pensar positivamente del resto de las personas.
- Comida: Socializa, convive con quienes aprecias, gente que crea en ti y te apoye.
- Cena: Ejercítate durante una hora con tu deporte favorito.
DOMINGO
- Desayuno: Expresa sentimientos positivos a tus seres queridos.
- Comida: Practica la oración según tu fe. Un diálogo con el ser supremo te dará confianza de que todo estará mejor.
- Cena: Imagina el pasado como un mueble que no te gusta, pero que es un regalo, así que lo guardas donde no se use.
Fuente: El Norte.com