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EFE-WASHINGTON
«Living History», o «Viviendo la Historia», según una traducción literal del título de las memorias de los años de Hillary en la Casa Blanca (1993-2001), es en buena medida «la historia de mi vida, es lo que yo pienso», declaró la autora ayer en el Senado.
El libro, por el que la autora va a cobrar 6,8 millones de euros, tiene el morbo de recoger los primeros comentarios de Hillary sobre los sentimientos que se le agolparon cuando, en agosto de 1998 y tras siete meses de negación, su marido le confesó que el asunto de Monica Lewinsky era real.
«Me quedé sin respiración», pero «empecé a gritar y a chillarle ¿qué quieres decir? ¿qué estás diciendo? ¿por qué me mentiste? Estaba furiosa y mi furia crecía por momentos. El, simplemente, decía una y otra vez 'lo siento, lo siento. Estaba tratando de protegeros a ti y a Chelsea (la hija de ambos)'», recuerda Hillary.
Eso, según los fragmentos del libro que ayer se filtraron a la prensa, fue justo el día antes de que el presidente Clinton, acorralado, se viera en el brete de testificar ante un gran jurado.
Hasta entonces y desde el 21 de enero de 1998, día en el que estalló el escándalo, Hillary estaba convencida de que todo era «una gran conspiración de extrema derecha» para desacreditar la exitosa presidencia de su marido.
Ella se había creído la versión de su esposo, quien aquel 21 de enero, sentado en la cama matrimonial y ante lo escrito en la primera página del Washington Post, le aseguró que todo era mentira. Que había conocido a Monica cuando ella, becaria en la Casa Blanca, había solicitado ayuda para encontrar un trabajo.
«Living History», o «Viviendo la Historia», según una traducción literal del título de las memorias de los años de Hillary en la Casa Blanca (1993-2001), es en buena medida «la historia de mi vida, es lo que yo pienso», declaró la autora ayer en el Senado.
El libro, por el que la autora va a cobrar 6,8 millones de euros, tiene el morbo de recoger los primeros comentarios de Hillary sobre los sentimientos que se le agolparon cuando, en agosto de 1998 y tras siete meses de negación, su marido le confesó que el asunto de Monica Lewinsky era real.
«Me quedé sin respiración», pero «empecé a gritar y a chillarle ¿qué quieres decir? ¿qué estás diciendo? ¿por qué me mentiste? Estaba furiosa y mi furia crecía por momentos. El, simplemente, decía una y otra vez 'lo siento, lo siento. Estaba tratando de protegeros a ti y a Chelsea (la hija de ambos)'», recuerda Hillary.
Eso, según los fragmentos del libro que ayer se filtraron a la prensa, fue justo el día antes de que el presidente Clinton, acorralado, se viera en el brete de testificar ante un gran jurado.
Hasta entonces y desde el 21 de enero de 1998, día en el que estalló el escándalo, Hillary estaba convencida de que todo era «una gran conspiración de extrema derecha» para desacreditar la exitosa presidencia de su marido.
Ella se había creído la versión de su esposo, quien aquel 21 de enero, sentado en la cama matrimonial y ante lo escrito en la primera página del Washington Post, le aseguró que todo era mentira. Que había conocido a Monica cuando ella, becaria en la Casa Blanca, había solicitado ayuda para encontrar un trabajo.