"Hugo Chávez se pasea como un gobernante de izquierda cuando en verdad es un Mussolini tropical".
Carlos Fuentes
Hugo Chávez tomará protesta hoy por tercera ocasión como Presidente de Venezuela. Durante casi ocho años, desde el 2 de febrero de 1999, ha permanecido en el poder. Su nuevo mandato, surgido de la elección del 3 de diciembre de 2006 en que triunfó con el 63 por ciento de los votos, lo dejará en el poder hasta principios del 2013. Él mismo ha sugerido, sin embargo, que buscará modificar la Constitución venezolana para permanecer más tiempo en la Presidencia, quizá de manera indefinida.
En sus primeros años de gobierno, como lo hizo Fidel Castro en Cuba, Chávez buscó ocultar sus verdaderas intenciones políticas. Hoy eso ya no le preocupa. Ha anunciado abiertamente que pretende reemplazar a la República Bolivariana de Venezuela -que él mismo creó- con una República Socialista de Venezuela.
Las medidas que Chávez está tomando subrayan firmemente su intención de fortalecer un régimen autoritario y de economía centralizada. En los últimos días ha dado a conocer su decisión de no renovar la concesión de Radio Caracas Televisión (RCTV) debido a que ésta ha mostrado una actitud crítica hacia su gobierno. Asimismo ha señalado que estatizará la Compañía Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV), controlada por la firma estadounidense Verizon Communications, y Electricidad de Caracas, propiedad de AES Corp., también de Estados Unidos. Buscará de igual manera tomar el control de las operaciones de procesamiento de crudo pesado en la región del Orinoco que permiten la producción de un petróleo ligero. El gobierno venezolano no ha dicho hasta ahora si indemnizará a las empresas afectadas.
Ayer la Bolsa de Caracas sufrió un verdadero crack, al caer 18.66 por ciento en un solo día. No bajó más porque no había compradores que pudieran adquirir todas las acciones que los inversionistas querían desesperadamente vender. CANTV tuvo un desplome de 37 por ciento. Las repercusiones se hicieron sentir en otros mercados latinoamericanos. Incluso la caída de la Bolsa Mexicana, de 1.9 por ciento, fue en buena medida producto del desplome venezolano; América Móvil, de Carlos Slim, se había comprometido a comprar la participación de Verizon en CANTV. También los mercados de Argentina y Brasil descendieron fuertemente.
El Presidente venezolano ha dado a conocer también su intención de eliminar los últimos vestigios de independencia del Banco Central de Venezuela. Éste se convertirá en un mero apéndice del Poder Ejecutivo. Lo mismo ha ocurrido ya con la Corte Suprema y otros tribunales. Fuera de Fidel Castro en Cuba, ningún otro jefe de gobierno en el continente americano ha concentrado tanto poder desde los tiempos de Augusto Pinochet y los dictadores de los años 70.
Chávez no está buscando edificar un socialismo moderno, similar al que impulsan los partidos socialistas de Europa o de Chile, que promueven políticas eficaces de distribución de la riqueza pero mantienen una economía de mercado. Su propósito es reconstruir el "socialismo real", esto es, el comunismo, impulsado en la vieja Unión Soviética por Josef Stalin y sus sucesores.
El desequilibrio personal de Chávez, por otra parte, ha quedado de manifiesto en distintas ocasiones. Sus pleitos con otros gobernantes se han hecho legendarios. Chávez ha descalificado e insultado al ex Presidente de México, Vicente Fox, al ex mandatario del Perú, Alejandro Toledo, y al actual Presidente de Costa Rica, Óscar Arias. Al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lo comparó con el diablo desde la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas. A José Miguel Insulza, el respetado ex canciller chileno, representante de la izquierda más digna y valiente de nuestro continente, hoy Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo llamó simplemente "pen...". Chávez parece contento de dejar a Venezuela limitada a un pequeño grupo de amigos que incluyen a Cuba, Bolivia e Iraq.
Hasta ahora Chávez ha podido hacer lo que ha querido porque los altos precios del petróleo le han dado dinero a manos llenas e influencia. Venezuela es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos, por lo que ni siquiera el gobierno estadounidense se ha atrevido a reaccionar ante sus retos. Una baja en el precio del crudo, sin embargo, bien podría hacer que se desmoronara el castillo de naipes en que se basan su popularidad y su poder.
Chávez representa el retorno a un personaje que parecía extinto en Latinoamérica: el cacique que, enamorado de sí mismo y del poder, se transforma en tirano. En buena medida la pobreza de nuestro continente es un legado de estos caciques. Qué lástima que los pueblos de nuestra región tengan que seguir pagando el costo de mantener a estos coloridos personajes que nutren a la literatura, pero deterioran la prosperidad.
Carlos Fuentes
Hugo Chávez tomará protesta hoy por tercera ocasión como Presidente de Venezuela. Durante casi ocho años, desde el 2 de febrero de 1999, ha permanecido en el poder. Su nuevo mandato, surgido de la elección del 3 de diciembre de 2006 en que triunfó con el 63 por ciento de los votos, lo dejará en el poder hasta principios del 2013. Él mismo ha sugerido, sin embargo, que buscará modificar la Constitución venezolana para permanecer más tiempo en la Presidencia, quizá de manera indefinida.
En sus primeros años de gobierno, como lo hizo Fidel Castro en Cuba, Chávez buscó ocultar sus verdaderas intenciones políticas. Hoy eso ya no le preocupa. Ha anunciado abiertamente que pretende reemplazar a la República Bolivariana de Venezuela -que él mismo creó- con una República Socialista de Venezuela.
Las medidas que Chávez está tomando subrayan firmemente su intención de fortalecer un régimen autoritario y de economía centralizada. En los últimos días ha dado a conocer su decisión de no renovar la concesión de Radio Caracas Televisión (RCTV) debido a que ésta ha mostrado una actitud crítica hacia su gobierno. Asimismo ha señalado que estatizará la Compañía Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV), controlada por la firma estadounidense Verizon Communications, y Electricidad de Caracas, propiedad de AES Corp., también de Estados Unidos. Buscará de igual manera tomar el control de las operaciones de procesamiento de crudo pesado en la región del Orinoco que permiten la producción de un petróleo ligero. El gobierno venezolano no ha dicho hasta ahora si indemnizará a las empresas afectadas.
Ayer la Bolsa de Caracas sufrió un verdadero crack, al caer 18.66 por ciento en un solo día. No bajó más porque no había compradores que pudieran adquirir todas las acciones que los inversionistas querían desesperadamente vender. CANTV tuvo un desplome de 37 por ciento. Las repercusiones se hicieron sentir en otros mercados latinoamericanos. Incluso la caída de la Bolsa Mexicana, de 1.9 por ciento, fue en buena medida producto del desplome venezolano; América Móvil, de Carlos Slim, se había comprometido a comprar la participación de Verizon en CANTV. También los mercados de Argentina y Brasil descendieron fuertemente.
El Presidente venezolano ha dado a conocer también su intención de eliminar los últimos vestigios de independencia del Banco Central de Venezuela. Éste se convertirá en un mero apéndice del Poder Ejecutivo. Lo mismo ha ocurrido ya con la Corte Suprema y otros tribunales. Fuera de Fidel Castro en Cuba, ningún otro jefe de gobierno en el continente americano ha concentrado tanto poder desde los tiempos de Augusto Pinochet y los dictadores de los años 70.
Chávez no está buscando edificar un socialismo moderno, similar al que impulsan los partidos socialistas de Europa o de Chile, que promueven políticas eficaces de distribución de la riqueza pero mantienen una economía de mercado. Su propósito es reconstruir el "socialismo real", esto es, el comunismo, impulsado en la vieja Unión Soviética por Josef Stalin y sus sucesores.
El desequilibrio personal de Chávez, por otra parte, ha quedado de manifiesto en distintas ocasiones. Sus pleitos con otros gobernantes se han hecho legendarios. Chávez ha descalificado e insultado al ex Presidente de México, Vicente Fox, al ex mandatario del Perú, Alejandro Toledo, y al actual Presidente de Costa Rica, Óscar Arias. Al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lo comparó con el diablo desde la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas. A José Miguel Insulza, el respetado ex canciller chileno, representante de la izquierda más digna y valiente de nuestro continente, hoy Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo llamó simplemente "pen...". Chávez parece contento de dejar a Venezuela limitada a un pequeño grupo de amigos que incluyen a Cuba, Bolivia e Iraq.
Hasta ahora Chávez ha podido hacer lo que ha querido porque los altos precios del petróleo le han dado dinero a manos llenas e influencia. Venezuela es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos, por lo que ni siquiera el gobierno estadounidense se ha atrevido a reaccionar ante sus retos. Una baja en el precio del crudo, sin embargo, bien podría hacer que se desmoronara el castillo de naipes en que se basan su popularidad y su poder.
Chávez representa el retorno a un personaje que parecía extinto en Latinoamérica: el cacique que, enamorado de sí mismo y del poder, se transforma en tirano. En buena medida la pobreza de nuestro continente es un legado de estos caciques. Qué lástima que los pueblos de nuestra región tengan que seguir pagando el costo de mantener a estos coloridos personajes que nutren a la literatura, pero deterioran la prosperidad.
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