LONDRES.- Representantes de grupos ecologistas, defensores de los animales y un grupo de diputados laboristas se han manifestado por la plaza londinense de Trafalgar en protesta por la decisión de Islandia de reanudar la caza de ballenas.
El Gobierno de Islandia anunció la pasada semana que volvería a permitir la caza de ballenas, suspendida en 1989, como parte de un programa científico.
Este argumento permite al país eludir las obligaciones derivadas de los tratados internacionales que prohíben la captura de estos enormes mamíferos con fines comerciales.
Como primera fase del supuesto proyecto científico, Islandia matará a 38 ballenas para comprobar si estos animales son los responsables de un descenso en la cantidad de peces que conviven en sus aguas.
Entre tanto, militantes de Greenpeace dirigen el buque insignia de esta organización ecologista, el "Rainbow Warrior", rumbo a Islandia en señal de protesta y está prevista su llegada para dentro de dos semanas.
El diputado laborista británico Tony Banks se unió a los manifestantes en Londres y calificó de "ridículas" las razones alegadas por Islandia.
"Esta es una pesca comercial de ballenas -señaló-, están manipulando el nombre de la ciencia para masacrar animales. Los barcos (balleneros) ya están abandonando los puertos mientras hablamos, pero hemos de protestar".
La organización defensora de los animales RSPCA invocó a los comerciantes británicos para que boicoteen el pescado islandés y advirtió de que esta pesca afectará a las aguas del norte de Escocia.
Además se mostró de acuerdo con el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (Ifaw), que afirma que cerca de 500 animales morirán a consecuencia del citado estudio en los próximos dos años.
Gerd Leipold, director ejecutivo de Greenpeace internacional, dijo que "no hay ciencia que justifique la matanza de ballenas. Esto es un intento encubierto del Gobierno islandés de reanudar la pesca comercial de ballenas".
El Gobierno de Islandia anunció la pasada semana que volvería a permitir la caza de ballenas, suspendida en 1989, como parte de un programa científico.
Este argumento permite al país eludir las obligaciones derivadas de los tratados internacionales que prohíben la captura de estos enormes mamíferos con fines comerciales.
Como primera fase del supuesto proyecto científico, Islandia matará a 38 ballenas para comprobar si estos animales son los responsables de un descenso en la cantidad de peces que conviven en sus aguas.
Entre tanto, militantes de Greenpeace dirigen el buque insignia de esta organización ecologista, el "Rainbow Warrior", rumbo a Islandia en señal de protesta y está prevista su llegada para dentro de dos semanas.
El diputado laborista británico Tony Banks se unió a los manifestantes en Londres y calificó de "ridículas" las razones alegadas por Islandia.
"Esta es una pesca comercial de ballenas -señaló-, están manipulando el nombre de la ciencia para masacrar animales. Los barcos (balleneros) ya están abandonando los puertos mientras hablamos, pero hemos de protestar".
La organización defensora de los animales RSPCA invocó a los comerciantes británicos para que boicoteen el pescado islandés y advirtió de que esta pesca afectará a las aguas del norte de Escocia.
Además se mostró de acuerdo con el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (Ifaw), que afirma que cerca de 500 animales morirán a consecuencia del citado estudio en los próximos dos años.
Gerd Leipold, director ejecutivo de Greenpeace internacional, dijo que "no hay ciencia que justifique la matanza de ballenas. Esto es un intento encubierto del Gobierno islandés de reanudar la pesca comercial de ballenas".