Kevin Dorsey, músico que participó en varias giras con Michael Jackson, recuerda cómo era trabajar junto a él.
”Michael no era un músico pero tenía oído musical, no había nada que no pudiera escuchar. En el show, si alguien cometía un error, se daba la vuelta y le señalaba sonriendo. Podía escucharlo todo. En los ensayos del Bad Tour 88 llevábamos dos horas y veinte minutos de ensayo y hubo un error de iluminación, Michael dijo: ‘está bien, vamos al comienzo’. Pensé: ‘Ok, vamos al comienzo de la canción, acabamos con esto y nos tomamos un descanso. Pensé que faltaban seis minutos y los otros chicos me miraron, se rieron y dijeron: ‘espera y verás’. No se refería al comienzo de la canción, sino al comienzo del show. Tuve que repetir dos horas y veintiséis minutos otra vez. Me dije allí mismo: ¡aquí vamos a sudar tinta!
No era uno de esos chicos que salía con nosotros al Hard Rock a tomarse una cerveza, pero nos divertíamos, se reía mucho y era muy bromista. Le gustaba lo que hacía, el trabajo era su forma de divertirse.
No salía de gira más a menudo porque exigía mucho de sí mismo. Cuando dejaba el escenario no quedaba nada que hacer. Después volvía al hotel, se duchaba, comía algo y veía la actuación de esa noche y después ensayaba hasta las cuatro o las cinco de la mañana. Nunca he visto a nadie con esa ética de trabajo, que se niega a que no sea otra cosa que perfecto… Con ‘Slim’ siempre sabes lo que vas a conseguir… y lo que vas a conseguir es… todo”.
Kevin Dorsey
”Michael no era un músico pero tenía oído musical, no había nada que no pudiera escuchar. En el show, si alguien cometía un error, se daba la vuelta y le señalaba sonriendo. Podía escucharlo todo. En los ensayos del Bad Tour 88 llevábamos dos horas y veinte minutos de ensayo y hubo un error de iluminación, Michael dijo: ‘está bien, vamos al comienzo’. Pensé: ‘Ok, vamos al comienzo de la canción, acabamos con esto y nos tomamos un descanso. Pensé que faltaban seis minutos y los otros chicos me miraron, se rieron y dijeron: ‘espera y verás’. No se refería al comienzo de la canción, sino al comienzo del show. Tuve que repetir dos horas y veintiséis minutos otra vez. Me dije allí mismo: ¡aquí vamos a sudar tinta!
No era uno de esos chicos que salía con nosotros al Hard Rock a tomarse una cerveza, pero nos divertíamos, se reía mucho y era muy bromista. Le gustaba lo que hacía, el trabajo era su forma de divertirse.
No salía de gira más a menudo porque exigía mucho de sí mismo. Cuando dejaba el escenario no quedaba nada que hacer. Después volvía al hotel, se duchaba, comía algo y veía la actuación de esa noche y después ensayaba hasta las cuatro o las cinco de la mañana. Nunca he visto a nadie con esa ética de trabajo, que se niega a que no sea otra cosa que perfecto… Con ‘Slim’ siempre sabes lo que vas a conseguir… y lo que vas a conseguir es… todo”.
Kevin Dorsey