Daniela
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La agencia de inteligencia estadounidense sigue viendo una Red llena de fantasmas, en la que Al-Qaida no es, ni mucho menos, la única organización terrorista interesada en atacar a los Estados Unidos a través de la ciberguerra.
La CIA menciona a los extremistas suníes, a Hezbollah y Aleph (antes conocido como Aum Shinrikyo) como otras tres de las principales amenazas. "Estos grupos tienen el deseo y la intención de desarrollar la destreza necesaria para llevar a cabo un ciberataque efectivo", afirma un informe enviado por la CIA al Comité de Inteligencia del Senado. Respondiendo a las cuestiones de los senadores, la CIA también señala en su informe que la información científica que hay en Internet ayuda a los terroristas: "Los grupos terroristas del planeta tienen acceso a información sobre armamento no convencional, incluidas las armas nucleares, a través de Internet".
Después de los atentados del 11 de septiembre, el gobierno impulsó leyes para combatir el cibercrimen, presionó a los científicos para comedirse a la hora de colgar información de la Red y retiró páginas que consideraba que no debía caer en manos enemigas, algo que no sentó nada bien entre la comunidad científica y los grupos de defensa de los derechos civiles. De hecho, hace una semana los presidentes de las academias científicas publicaron una documento en el que afirman que las restricciones "son claramente necesarias para salvaguardar secretos estratégicos, pero la transparencia también es importante para acelerar el progreso del conocimiento técnico y para que los ciudadanos comprendan mejor las amenazas potenciales".
El mes pasado la Casa Blanca dio a conocer su estrategia para la ciberseguridad. En un informe de 64 páginas titulado 'National Strategy to Secure Cyberspace' (NSSC), se solicitaba la colaboración de todos, empresas y particulares. El asesor de George Bush para la ciberseguridad, Richard Clarke, invitó al sector privado a trabajar con el gobierno para endurecer las defensas de EEUU frente a las agresiones informáticas. "Contamos con el ciberespacio, pero éste no es seguro todavía. Conocemos las vulnerabilidades, y conocemos las soluciones. Trabajemos juntos", dijo.
Según los expertos en seguridad informática, los 'hackers pro-islámicos' están incrementando sus ataques contra EEUU y los países que respaldan su guerra contra el terrorismo y la campaña contra Irak, a lo que se ha unido el final del 'alto el fuego' declarado por 'hacktivistas' y diseñadores de virus tras el 11-S. El gusano 'Bugbear' y el ataque contra las redes troncales de Internet son señales de la renovada actividad de los cibervillanos.
La empresa de seguridad mi2g asegura que octubre ha sido el mes de la historia —desde que comenzaron a recabar datos, en 1995— en el que se han registrado más ataques contra sistemas y sitios web, con un total de 16.559. Entre ellos, dice, mi2g, los ataques por motivos políticos han subido notablemente: "Hemos notado que más grupos de hackers islámicos se están aliando para combatir los intereses de EEUU, Reino Unido, Australia, India e Israel". El sitio web independiente zone-H, que vigila la actividad hacker, opina que los ataques por motivos políticos suponen el 11% del total, mientras que la mayoría se atribuyen a script kiddies (principiantes) que quieren alardear de sus hazañas.
La CIA menciona a los extremistas suníes, a Hezbollah y Aleph (antes conocido como Aum Shinrikyo) como otras tres de las principales amenazas. "Estos grupos tienen el deseo y la intención de desarrollar la destreza necesaria para llevar a cabo un ciberataque efectivo", afirma un informe enviado por la CIA al Comité de Inteligencia del Senado. Respondiendo a las cuestiones de los senadores, la CIA también señala en su informe que la información científica que hay en Internet ayuda a los terroristas: "Los grupos terroristas del planeta tienen acceso a información sobre armamento no convencional, incluidas las armas nucleares, a través de Internet".
Después de los atentados del 11 de septiembre, el gobierno impulsó leyes para combatir el cibercrimen, presionó a los científicos para comedirse a la hora de colgar información de la Red y retiró páginas que consideraba que no debía caer en manos enemigas, algo que no sentó nada bien entre la comunidad científica y los grupos de defensa de los derechos civiles. De hecho, hace una semana los presidentes de las academias científicas publicaron una documento en el que afirman que las restricciones "son claramente necesarias para salvaguardar secretos estratégicos, pero la transparencia también es importante para acelerar el progreso del conocimiento técnico y para que los ciudadanos comprendan mejor las amenazas potenciales".
El mes pasado la Casa Blanca dio a conocer su estrategia para la ciberseguridad. En un informe de 64 páginas titulado 'National Strategy to Secure Cyberspace' (NSSC), se solicitaba la colaboración de todos, empresas y particulares. El asesor de George Bush para la ciberseguridad, Richard Clarke, invitó al sector privado a trabajar con el gobierno para endurecer las defensas de EEUU frente a las agresiones informáticas. "Contamos con el ciberespacio, pero éste no es seguro todavía. Conocemos las vulnerabilidades, y conocemos las soluciones. Trabajemos juntos", dijo.
Según los expertos en seguridad informática, los 'hackers pro-islámicos' están incrementando sus ataques contra EEUU y los países que respaldan su guerra contra el terrorismo y la campaña contra Irak, a lo que se ha unido el final del 'alto el fuego' declarado por 'hacktivistas' y diseñadores de virus tras el 11-S. El gusano 'Bugbear' y el ataque contra las redes troncales de Internet son señales de la renovada actividad de los cibervillanos.
La empresa de seguridad mi2g asegura que octubre ha sido el mes de la historia —desde que comenzaron a recabar datos, en 1995— en el que se han registrado más ataques contra sistemas y sitios web, con un total de 16.559. Entre ellos, dice, mi2g, los ataques por motivos políticos han subido notablemente: "Hemos notado que más grupos de hackers islámicos se están aliando para combatir los intereses de EEUU, Reino Unido, Australia, India e Israel". El sitio web independiente zone-H, que vigila la actividad hacker, opina que los ataques por motivos políticos suponen el 11% del total, mientras que la mayoría se atribuyen a script kiddies (principiantes) que quieren alardear de sus hazañas.