Como dijimos ayer en el post: La Foto del Día *WBSS Bad Tour* 3/4/03 , hoy la foto será del Victory Tour y además viene acompañada de el artículo publicado en la revista Newsweek (16 de julio del 84) que habla del primer concierto de aquel mágico tour... Espero que os guste 
Tras meses de espera, la controvertida y problemática gira de Michael Jackson ha comenzado definitivamente en Kansas City y la enigmática estrella está reviviendo su reputación como el reluctante Flautista de Hamelin del Pop.
Era el tipo de público de Michael Jackson - madres con crios, jóvenes con sus padres, negros y blancos juntos, calmados y amistosos. Habían pagado sus tickets a conciencia y ahora estaban allí, llenando poco a poco el Arrowhead Stadium de Kansas City aquél viernes noche para ver el comienzo de la gira más recomendada y ampliamente debatida del año, el "Victory" tour de Michael Jackson, el último con sus hermanos, los Jacksons.
Cuando se puso el sol y se apagaron las luces subió la excitación. Cuando aparecieron finalmente los Jacksons, emergiendo de una cuadrícula de luces cegadoras, Michael hizo un movimiento, con su guante de lentejuelas marca de la casa, como concediendo una bendición y el público de 45.000 personas rugieron esa apreciación. Con las valvulas a pleno rendimiento, la banda se lanzó a tocar "Wanna Be Startin' Somethin'?" y Michael se metió de un salto en casi dos horas del más puro hombre espectáculo que le ha hecho quizás el músico más popular que existe hoy en el mundo.
Después de unos meses de confusión, controversia y arrebatos esporádicos de histeria popular, a menudo maximizados por la covertura frenética de la prensa, la gira de los Jacksons - publicitada como el tour más lucrativo jamás montado en la historia del rock and roll - estaba oficialmente comenzando. La gira actualmente tiene previsto visitar 13 ciudades, con algunos sitios todavía no confirmados. La mayoría de las fechas - casi cerca de 50 - serán en enormes estadios como el Arrowhead. Se espera que la gira se engrose alrededor de 50 millones de dólares - aunque las estimaciones varían mucho - quizá roce los records puestos por los Beatles, Rolling Stones y los Who.
"Hasta mi madre habla del concierto" bromeaba Bob Case de la emisora de radio KUBE de Seattle. "Esto va a ser EL evento de los próximos 10 años. Es como la Super Bowl - te da igual quién esté jugando, lo único que quieres es verlo".
En muchas ciudades, el concierto de los Jacksons será el climax de los últimos meses de anticipación febril - y, en algunos casos, incrementará las quejas. Todo el mundo ha asumido que una gira representará una logística muy compleja y problemas de seguridad - particularmente desde que la mayoría de los preparativos han sido criticados con firmeza. Antes del pasado jueves, cuando Michael anunció la nueva forma de vender las entradas y que donará sus beneficios a la caridad, las noticias sobre la avaricia y la incompetencia han enfadado a algunos fans y quizá contribuido a la lentitud en la venta de entradas para el concierto de Dallas. Pero otros fans han demostrado fielmente su entusiasmo.
En Kansas City, los maravarismos comenzaron en junio. Cuando las planchas de los periódicos que incluían los primeros cupones de pedido oficiales de entradas comenzaron a girar en la imprenta en la madrugada del 19 de junio, los fans ya estaban haciendo cola para comprarlos.
"¡Es ridículo!" decía el DJ Roy Leonard, que estaba haciendo el seguimiento de la locura de los Jacksons desde la emisora WGN de Chicago: "La gente está robando los periódicos de los jardines de los demás vecinos"
Como aprendieron los ladrones de periódicos, el concierto de Michael no tenía un mercado fácil. Los fans ansiosos tenían que enviar los cupones por correo con un giro postal (pidiendo un mínimo de cuatro entradas por 120 dólares), sin tener con ello garantía de una fecha en especial, un buen asiento, o incluso de conseguir entrada. Además del alto precio y las posibilidades de que te tocaran (las entradas se distribuían aleatoriamente), los interesados de Kansas City se agolparon en las oficinas de correos para hacer giros postales, llegaron a 15.000 en un día.
En todas partes del país, los líderes cívicos y medios locales pedían que Michael hiciera una parada en sus ciudades. En Boston, el diario local incluía una circular en la que habían recogido 30.000 firmas, y una emisora de radio organizó una colecta entre 5.000 fans que se reunieron en el Boston Common bajo un enorme cartel de Michael, un Mago del Funk de 25 años que permanecía incómodamente como en el Gran Hermano (de la novela 1984).
En Gary, Indiana, ciudad nativa de Jackson, 30.000 habitantes pidieron ante el Alcalde Richard Hatcher, que Michael volviera a casa - al menos para una ceremonia. Incluso el Presidente se metió en el acto: cuando Jackson visitó la Casa Blanca el pasado mes de mayo, Ronald Reagan le pidió personalmente que actuara en Washington. Para no quedarse fuera, el candidato a la presidencia Jesse Jackson sumó puntos reuniendose con él el pasado sábado en Kansas City.
Así es la magia del nuevo Flautista de Hamellin del pop americano. El fenómeno más explosivo desde los Beatles, aunque es díficil de meter en una categoría. Como James Brown, él es el músico precursor del pop negro de su era, un maestro del sentimiento lleno de soul al cantar y un apasionado del escenario, capaz de bailar con una precisión furiosa que es innovadora en la tradición negra. Como los Beatles al principio, él es un maestro de las confecciones musicales rítmicas, a veces creadas en colaboración con el ex-Beatle más popular de todos, Paul McCartney. Como Pat Boone, el prototipo de los ídolos de jóvenes, es guapo, sano y piadoso. Es un virtuoso del estudio moderno de grabación; pero como Fred Astaire y Frank Sinatra, aspira a ser un artista de la vieja escuela.
Es un artista en vivo impresionante, pero también un recluso notorio con un misticismo de otro mundo - imaginad una mezcla entre Howard Hughes y E.T. Como Judy Garland o Johnny Ray, su 'appeal' es anormal - tiene, contrariamente a ti y a mi, una luz de fuego salvaje impredecible en sus ojos.
De Kansas City, primera parada de la gira, al Texas Stadium a las afueras de Dallas, al Gator Bowl en Jacksonville, Florida, y al Madison Square Garden en New York, Michael presidió uno de los más llamativos y más grandioso espectáculo de la historia de la música pop. El concierto abría con un curioso y enorme desfile de monstruos como marionetas con colores pastel luminosos, una espada mágica brillante y un caballero con una armadura reluciente con la visera puesta - mezcla entre el Rey Arturo y Luke Skywalker. [El caballero era Michael, por supuesto]. Había lasers, luces estroboscópias y bombas de humo. Había una especie de araña mecánica que casi se come a Michael [él escapa]. Hay mágia, ilusión y fuegos artificiales, llamas y explosivos en el escenario durante el concierto y en el cielo al final del show.
Pero, después de todo, está la música, lo que ha traído a la gente aquí - y la lista de temas inteligentemente elegidos incluyen un poco de todo. Hubo algo antiguo: el clásico funk de palomitas de maíz de "I Want You Back", el primer éxito de los Jackson 5 con Motown hace 15 años. Hubo algo nuevo: cuatro canciones de "Thriller", el superventas en solitario de Michael. Entre todo el delumbrante espectáculo, hubo incluso un momento emocionante: Un etéreo y extenso final gospel en el tema "I'll Be There" cantado por Michael a cappella - un recordatorio emocionante de sus raíces en el estilo soul de Jackie Wilson. Michael se mueve sin esfuerzo desde las baladas [una luminosa "Human Nature"] y el rock [un feróz "Beat It"] al funk [el sabrosón "Lovely One"]. En "Working Day And Night" el grupo marca una coreografía giratoria y durante el final del concierto con "Shake Your Body", Michael se convierte en una nube de giros, paradas y movimientos corporales en solitario.
No hay material del nuevo disco de los Jacksons, "Victory", - quizá porque, decepcionantemente, ha sido un trabajo diseminado. Jermaine Jackson, un cantante en solitario por derecho própio, cantó tres de sus temas; pero su voz fue pobre, y a veces parecía que no llegaba.
De principio a fin, sólo hay una estrella real en este concierto; puede que lo vendan como una gira de los Jackson, pero todo es Michael. Cuando él canta una lacrimosa balada como "She's Out Of My Life", hace una interpretación sentimental que parece una pasión honesta. Y cuando canta "Billie Jean", parece deslizarse ingrávidamente. Baila con la energía conmovedora de su antecesor James Brown, la dulzura de Diana Ross, el paso desgarbado de Charlie Chaplin, la alegría nerviosa de un hombre feliz de estar vivo. La muchedumbre chillaba y gritaba, saboreando no un escenario de alta tecnología sino la gracia y la belleza de un artista brillante.
No hay duda de que el público de Kansas City gritaba sólo por la gratitud de tenerle delante, de verle moverse, de contar con su presencia corporal: la gente quería una prueba de que él no es simplemente un truco, un duendecillo de polvo con huellas de fósforo. Si, Virginia, hay un Michael Jackson. ¡Es un cantante maravilloso, un gran bailarín y un artísta hipnótico!
Está ahora en el escenario, deslizandose sobre su escenario de Star Wars, moviendose entre movimientos. Como diría Michael, "es magia". En pocos minutos, será llevado de vuelta a la seguridad y la coraza en la que se siente cómodo, esperando ser aerotransportado a la próxima parada de su peculiar odisea del rock and roll. Quizá tu ciudad puede ser la próxima.
[Jim Miller en Kansas City para NEWSWEEK]
*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
Si quieres utilizar esta traducción en otra web, por favor, pon un link directo a este post. Gracias!
Por cierto... el de la armadura no era MJ sino Randy
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Tras meses de espera, la controvertida y problemática gira de Michael Jackson ha comenzado definitivamente en Kansas City y la enigmática estrella está reviviendo su reputación como el reluctante Flautista de Hamelin del Pop.
Era el tipo de público de Michael Jackson - madres con crios, jóvenes con sus padres, negros y blancos juntos, calmados y amistosos. Habían pagado sus tickets a conciencia y ahora estaban allí, llenando poco a poco el Arrowhead Stadium de Kansas City aquél viernes noche para ver el comienzo de la gira más recomendada y ampliamente debatida del año, el "Victory" tour de Michael Jackson, el último con sus hermanos, los Jacksons.
Cuando se puso el sol y se apagaron las luces subió la excitación. Cuando aparecieron finalmente los Jacksons, emergiendo de una cuadrícula de luces cegadoras, Michael hizo un movimiento, con su guante de lentejuelas marca de la casa, como concediendo una bendición y el público de 45.000 personas rugieron esa apreciación. Con las valvulas a pleno rendimiento, la banda se lanzó a tocar "Wanna Be Startin' Somethin'?" y Michael se metió de un salto en casi dos horas del más puro hombre espectáculo que le ha hecho quizás el músico más popular que existe hoy en el mundo.
Después de unos meses de confusión, controversia y arrebatos esporádicos de histeria popular, a menudo maximizados por la covertura frenética de la prensa, la gira de los Jacksons - publicitada como el tour más lucrativo jamás montado en la historia del rock and roll - estaba oficialmente comenzando. La gira actualmente tiene previsto visitar 13 ciudades, con algunos sitios todavía no confirmados. La mayoría de las fechas - casi cerca de 50 - serán en enormes estadios como el Arrowhead. Se espera que la gira se engrose alrededor de 50 millones de dólares - aunque las estimaciones varían mucho - quizá roce los records puestos por los Beatles, Rolling Stones y los Who.
"Hasta mi madre habla del concierto" bromeaba Bob Case de la emisora de radio KUBE de Seattle. "Esto va a ser EL evento de los próximos 10 años. Es como la Super Bowl - te da igual quién esté jugando, lo único que quieres es verlo".
En muchas ciudades, el concierto de los Jacksons será el climax de los últimos meses de anticipación febril - y, en algunos casos, incrementará las quejas. Todo el mundo ha asumido que una gira representará una logística muy compleja y problemas de seguridad - particularmente desde que la mayoría de los preparativos han sido criticados con firmeza. Antes del pasado jueves, cuando Michael anunció la nueva forma de vender las entradas y que donará sus beneficios a la caridad, las noticias sobre la avaricia y la incompetencia han enfadado a algunos fans y quizá contribuido a la lentitud en la venta de entradas para el concierto de Dallas. Pero otros fans han demostrado fielmente su entusiasmo.
En Kansas City, los maravarismos comenzaron en junio. Cuando las planchas de los periódicos que incluían los primeros cupones de pedido oficiales de entradas comenzaron a girar en la imprenta en la madrugada del 19 de junio, los fans ya estaban haciendo cola para comprarlos.
"¡Es ridículo!" decía el DJ Roy Leonard, que estaba haciendo el seguimiento de la locura de los Jacksons desde la emisora WGN de Chicago: "La gente está robando los periódicos de los jardines de los demás vecinos"
Como aprendieron los ladrones de periódicos, el concierto de Michael no tenía un mercado fácil. Los fans ansiosos tenían que enviar los cupones por correo con un giro postal (pidiendo un mínimo de cuatro entradas por 120 dólares), sin tener con ello garantía de una fecha en especial, un buen asiento, o incluso de conseguir entrada. Además del alto precio y las posibilidades de que te tocaran (las entradas se distribuían aleatoriamente), los interesados de Kansas City se agolparon en las oficinas de correos para hacer giros postales, llegaron a 15.000 en un día.
En todas partes del país, los líderes cívicos y medios locales pedían que Michael hiciera una parada en sus ciudades. En Boston, el diario local incluía una circular en la que habían recogido 30.000 firmas, y una emisora de radio organizó una colecta entre 5.000 fans que se reunieron en el Boston Common bajo un enorme cartel de Michael, un Mago del Funk de 25 años que permanecía incómodamente como en el Gran Hermano (de la novela 1984).
En Gary, Indiana, ciudad nativa de Jackson, 30.000 habitantes pidieron ante el Alcalde Richard Hatcher, que Michael volviera a casa - al menos para una ceremonia. Incluso el Presidente se metió en el acto: cuando Jackson visitó la Casa Blanca el pasado mes de mayo, Ronald Reagan le pidió personalmente que actuara en Washington. Para no quedarse fuera, el candidato a la presidencia Jesse Jackson sumó puntos reuniendose con él el pasado sábado en Kansas City.
Así es la magia del nuevo Flautista de Hamellin del pop americano. El fenómeno más explosivo desde los Beatles, aunque es díficil de meter en una categoría. Como James Brown, él es el músico precursor del pop negro de su era, un maestro del sentimiento lleno de soul al cantar y un apasionado del escenario, capaz de bailar con una precisión furiosa que es innovadora en la tradición negra. Como los Beatles al principio, él es un maestro de las confecciones musicales rítmicas, a veces creadas en colaboración con el ex-Beatle más popular de todos, Paul McCartney. Como Pat Boone, el prototipo de los ídolos de jóvenes, es guapo, sano y piadoso. Es un virtuoso del estudio moderno de grabación; pero como Fred Astaire y Frank Sinatra, aspira a ser un artista de la vieja escuela.
Es un artista en vivo impresionante, pero también un recluso notorio con un misticismo de otro mundo - imaginad una mezcla entre Howard Hughes y E.T. Como Judy Garland o Johnny Ray, su 'appeal' es anormal - tiene, contrariamente a ti y a mi, una luz de fuego salvaje impredecible en sus ojos.
De Kansas City, primera parada de la gira, al Texas Stadium a las afueras de Dallas, al Gator Bowl en Jacksonville, Florida, y al Madison Square Garden en New York, Michael presidió uno de los más llamativos y más grandioso espectáculo de la historia de la música pop. El concierto abría con un curioso y enorme desfile de monstruos como marionetas con colores pastel luminosos, una espada mágica brillante y un caballero con una armadura reluciente con la visera puesta - mezcla entre el Rey Arturo y Luke Skywalker. [El caballero era Michael, por supuesto]. Había lasers, luces estroboscópias y bombas de humo. Había una especie de araña mecánica que casi se come a Michael [él escapa]. Hay mágia, ilusión y fuegos artificiales, llamas y explosivos en el escenario durante el concierto y en el cielo al final del show.
Pero, después de todo, está la música, lo que ha traído a la gente aquí - y la lista de temas inteligentemente elegidos incluyen un poco de todo. Hubo algo antiguo: el clásico funk de palomitas de maíz de "I Want You Back", el primer éxito de los Jackson 5 con Motown hace 15 años. Hubo algo nuevo: cuatro canciones de "Thriller", el superventas en solitario de Michael. Entre todo el delumbrante espectáculo, hubo incluso un momento emocionante: Un etéreo y extenso final gospel en el tema "I'll Be There" cantado por Michael a cappella - un recordatorio emocionante de sus raíces en el estilo soul de Jackie Wilson. Michael se mueve sin esfuerzo desde las baladas [una luminosa "Human Nature"] y el rock [un feróz "Beat It"] al funk [el sabrosón "Lovely One"]. En "Working Day And Night" el grupo marca una coreografía giratoria y durante el final del concierto con "Shake Your Body", Michael se convierte en una nube de giros, paradas y movimientos corporales en solitario.
No hay material del nuevo disco de los Jacksons, "Victory", - quizá porque, decepcionantemente, ha sido un trabajo diseminado. Jermaine Jackson, un cantante en solitario por derecho própio, cantó tres de sus temas; pero su voz fue pobre, y a veces parecía que no llegaba.
De principio a fin, sólo hay una estrella real en este concierto; puede que lo vendan como una gira de los Jackson, pero todo es Michael. Cuando él canta una lacrimosa balada como "She's Out Of My Life", hace una interpretación sentimental que parece una pasión honesta. Y cuando canta "Billie Jean", parece deslizarse ingrávidamente. Baila con la energía conmovedora de su antecesor James Brown, la dulzura de Diana Ross, el paso desgarbado de Charlie Chaplin, la alegría nerviosa de un hombre feliz de estar vivo. La muchedumbre chillaba y gritaba, saboreando no un escenario de alta tecnología sino la gracia y la belleza de un artista brillante.
No hay duda de que el público de Kansas City gritaba sólo por la gratitud de tenerle delante, de verle moverse, de contar con su presencia corporal: la gente quería una prueba de que él no es simplemente un truco, un duendecillo de polvo con huellas de fósforo. Si, Virginia, hay un Michael Jackson. ¡Es un cantante maravilloso, un gran bailarín y un artísta hipnótico!
Está ahora en el escenario, deslizandose sobre su escenario de Star Wars, moviendose entre movimientos. Como diría Michael, "es magia". En pocos minutos, será llevado de vuelta a la seguridad y la coraza en la que se siente cómodo, esperando ser aerotransportado a la próxima parada de su peculiar odisea del rock and roll. Quizá tu ciudad puede ser la próxima.
[Jim Miller en Kansas City para NEWSWEEK]
*Traducido por Xtarlight y Mpenziwe para www.MJHideOut.com
Si quieres utilizar esta traducción en otra web, por favor, pon un link directo a este post. Gracias!
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Por cierto... el de la armadura no era MJ sino Randy