Llego el dia de dejarla
porque asi lo quiso Dios
la di un beso y un adios
y me marche sin mirarla.
Porque si otra vez la miro
no me marcho de su lado
sin que antes hubiera dado
junto a mi, el postre suspiro.
Sali, la puerta cerre
mas con la mirada incierta
volviendo a mirar la puerta
falto de valor, llore y llore
porque alli dentro se quedaba
mi vida, mi felicidad
mis ilusiones perdidas.
¿ Vivi? no, existi nada mas,
un año estuve sin verla
pero dejar de quererla
eso no lo hice jamas.
Mi amor esta dormido,
mas no muerto señor juez,
un dia la viotra vez ...
y ese dia me ha perdido.
Iba ella con su amante
y yo , solo con mi despecho
sintiendo en mi alma
grandes deseos de muerte
que me decian morir.
¿Como paso? no lo se,
solo se que en mi mano
un cuchillo vi brillar
y de pronto aquel hombre
a mis pies caia
la muerte rasgaba
sus dotes de hombria
A ella quise perdonarla
mas , ya me iba señor juez,
lo mismo que la otra vez
cuando oi un maldito grito
que se me clavo en el alma.
Con aquel grito expresaba
la mujer tal sentimiento
que lanzando un juramento mirandola enloqueci.
Y maldije su existencia
y la dije , no hay clemencia
no eres digna de vivir.
Y , atraido por el mal
y perdida la razon
supe hallarla el corazon
con la punta del puñal.
Esta es la verdad de todo,
ni quito , ni aumento
y a mi suerte me acomodo
La mate , porque una mujer ingrata
no debe inspirar clemencia,
firme usia la sentencia
que justo es, que muera
el que mata.
porque asi lo quiso Dios
la di un beso y un adios
y me marche sin mirarla.
Porque si otra vez la miro
no me marcho de su lado
sin que antes hubiera dado
junto a mi, el postre suspiro.
Sali, la puerta cerre
mas con la mirada incierta
volviendo a mirar la puerta
falto de valor, llore y llore
porque alli dentro se quedaba
mi vida, mi felicidad
mis ilusiones perdidas.
¿ Vivi? no, existi nada mas,
un año estuve sin verla
pero dejar de quererla
eso no lo hice jamas.
Mi amor esta dormido,
mas no muerto señor juez,
un dia la viotra vez ...
y ese dia me ha perdido.
Iba ella con su amante
y yo , solo con mi despecho
sintiendo en mi alma
grandes deseos de muerte
que me decian morir.
¿Como paso? no lo se,
solo se que en mi mano
un cuchillo vi brillar
y de pronto aquel hombre
a mis pies caia
la muerte rasgaba
sus dotes de hombria
A ella quise perdonarla
mas , ya me iba señor juez,
lo mismo que la otra vez
cuando oi un maldito grito
que se me clavo en el alma.
Con aquel grito expresaba
la mujer tal sentimiento
que lanzando un juramento mirandola enloqueci.
Y maldije su existencia
y la dije , no hay clemencia
no eres digna de vivir.
Y , atraido por el mal
y perdida la razon
supe hallarla el corazon
con la punta del puñal.
Esta es la verdad de todo,
ni quito , ni aumento
y a mi suerte me acomodo
La mate , porque una mujer ingrata
no debe inspirar clemencia,
firme usia la sentencia
que justo es, que muera
el que mata.
Enrique G. A.