ISKANDER
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Sa trata de un estudio de la Universidad de Zaragoza, que en principio no parece sospechosa de ser pepera, más bien al revés.
http://www.lasprovincias.es/valencia/edicion/prensa/noticias/Politica/200405/20/VAL-POL-045.html
El Consell advierte de que las desalinizadoras acabarán con el 90% de los humedales
Afirma que la propuesta del Gobierno causará la extinción de la mitad de las especies protegidas
Un informe del Consell advierte de que la implantación de desalinizadoras en la Comunidad como alternativa al trasvase del Ebro pondrá en riesgo al 90% de los humedales de la región. El estudio señala, además, que las especies autóctonas que habitan en estas zonas corren peligro de extinción y alerta de los riesgos para el agua de consumo.
LOURDES NADAL/ VALENCIA
La desalinización de aguas no es la panacea. Así lo quiere demostrar el Consell, que alertó ayer de que la instalación de desalinizadoras prevista por el Gobierno supone un serio riesgo para la mitad de las especies protegidas y el 90% de los acuíferos de la costa que alimentan a los humedales ubicados en el litoral.
Según los datos que maneja la Conselleria de Territorio y Vivienda, la mayor parte de las desalinizadoras previstas por Medio Ambiente se ubicarán en el litoral para captar agua de pozos próximos al mar.
El motivo es obvio: las aguas salobres cuentan con un menor contenido de sal, en comparación con el agua que puede extraerse del mar y, por tanto, su transformación para el consumo es mucho más económica. La composición del agua salobre –procedente de acuíferos cercanos al litoral– es de hasta 15 gramos de sal por litro, mientras que el agua del mar contiene hasta 35 gramos de sal por litro.
300 hectómetros cúbicos
El agua salobre se ubica, en su gran mayoría, en espacios próximos a zonas húmedas (humedales litorales). Por ello, la construcción de instalaciones de desalinización se ejecutará en zonas próximas al mar.
Estos proyectos, sin embargo, pueden suponer graves perjuicios para la práctica totalidad de los humedales de la región.
Los estudios del Consell demuestran que para obtener entre 145 y 150 hectómetros cúbicos de agua desalinizada –previstos en la primera fase anunciada por el Ministerio– es necesario extraer 300 hectómetros cúbicos de agua.
La diferencia entre ambas cantidades estriba en el volumen de residuos que se generan en el proceso de transformación (salmuera que contiene 70 gramos de sal por litro y elementos químicos) que llevan a desechar la mitad del líquido utilizado.
Este proceso supone que para desalinizar 150 hectómetros cúbicos se utilizarán los 300 hectómetros que requieren todos los humedales de la Comunidad para su perfecto estado.
El plan de desalinizadoras –según el conseller Rafael Blasco– “pone en riesgo e hipoteca los acuíferos de la costa que alimentan a los humedales litorales”, ya que –continuó– “el 90% de las zonas húmedas de la región se encuentran en el litoral”.
Especies, en peligro
Las siete desalinizadoras previstas por el departamento de Cristina Narbona en zonas próximas al mar también afectarán de forma directa a las especies autóctonas y protegidas en la Comunidad, que en un 50% se encuentran en estos hábitats.
El principal motivo del peligro de estas variedades autóctonas es, según un informe elaborado por Territorio, “el elevado nivel de contaminación para las aguas” tanto de consumo humano como de las propias zonas húmedas.
Las salmueras producidas en el proceso afectarán, según destaca la conselleria de Territorio, a la conservación de las praderas de posidonia y a las especies que habitan en estas zonas.
Un informe encargado por la Junta de Aragón también advierte de que los vertidos de las desalinizadoras que se prevén instalar afectan a las praderas de posidona de Alicante, provincia donde esta vegetación marina es más abundante. El informe, de la Universidad de Zaragoza, se refiere también a los impactos acústicos y a las emisiones de CO2, ya que estas instalaciones consumen mucha energía.
Según los datos de Medio Ambiente, un 62% de las aguas de consumo humano en la Comunidad son subterráneas. El vertido de aguas sobrantes de la desalinización contiene ácido sulfúrico y otras sustancias que pueden provocar “un daño irreparable a los acuíferos”, alertó Blasco.
http://www.lasprovincias.es/valencia/edicion/prensa/noticias/Politica/200405/20/VAL-POL-045.html
El Consell advierte de que las desalinizadoras acabarán con el 90% de los humedales
Afirma que la propuesta del Gobierno causará la extinción de la mitad de las especies protegidas
Un informe del Consell advierte de que la implantación de desalinizadoras en la Comunidad como alternativa al trasvase del Ebro pondrá en riesgo al 90% de los humedales de la región. El estudio señala, además, que las especies autóctonas que habitan en estas zonas corren peligro de extinción y alerta de los riesgos para el agua de consumo.
LOURDES NADAL/ VALENCIA
La desalinización de aguas no es la panacea. Así lo quiere demostrar el Consell, que alertó ayer de que la instalación de desalinizadoras prevista por el Gobierno supone un serio riesgo para la mitad de las especies protegidas y el 90% de los acuíferos de la costa que alimentan a los humedales ubicados en el litoral.
Según los datos que maneja la Conselleria de Territorio y Vivienda, la mayor parte de las desalinizadoras previstas por Medio Ambiente se ubicarán en el litoral para captar agua de pozos próximos al mar.
El motivo es obvio: las aguas salobres cuentan con un menor contenido de sal, en comparación con el agua que puede extraerse del mar y, por tanto, su transformación para el consumo es mucho más económica. La composición del agua salobre –procedente de acuíferos cercanos al litoral– es de hasta 15 gramos de sal por litro, mientras que el agua del mar contiene hasta 35 gramos de sal por litro.
300 hectómetros cúbicos
El agua salobre se ubica, en su gran mayoría, en espacios próximos a zonas húmedas (humedales litorales). Por ello, la construcción de instalaciones de desalinización se ejecutará en zonas próximas al mar.
Estos proyectos, sin embargo, pueden suponer graves perjuicios para la práctica totalidad de los humedales de la región.
Los estudios del Consell demuestran que para obtener entre 145 y 150 hectómetros cúbicos de agua desalinizada –previstos en la primera fase anunciada por el Ministerio– es necesario extraer 300 hectómetros cúbicos de agua.
La diferencia entre ambas cantidades estriba en el volumen de residuos que se generan en el proceso de transformación (salmuera que contiene 70 gramos de sal por litro y elementos químicos) que llevan a desechar la mitad del líquido utilizado.
Este proceso supone que para desalinizar 150 hectómetros cúbicos se utilizarán los 300 hectómetros que requieren todos los humedales de la Comunidad para su perfecto estado.
El plan de desalinizadoras –según el conseller Rafael Blasco– “pone en riesgo e hipoteca los acuíferos de la costa que alimentan a los humedales litorales”, ya que –continuó– “el 90% de las zonas húmedas de la región se encuentran en el litoral”.
Especies, en peligro
Las siete desalinizadoras previstas por el departamento de Cristina Narbona en zonas próximas al mar también afectarán de forma directa a las especies autóctonas y protegidas en la Comunidad, que en un 50% se encuentran en estos hábitats.
El principal motivo del peligro de estas variedades autóctonas es, según un informe elaborado por Territorio, “el elevado nivel de contaminación para las aguas” tanto de consumo humano como de las propias zonas húmedas.
Las salmueras producidas en el proceso afectarán, según destaca la conselleria de Territorio, a la conservación de las praderas de posidonia y a las especies que habitan en estas zonas.
Un informe encargado por la Junta de Aragón también advierte de que los vertidos de las desalinizadoras que se prevén instalar afectan a las praderas de posidona de Alicante, provincia donde esta vegetación marina es más abundante. El informe, de la Universidad de Zaragoza, se refiere también a los impactos acústicos y a las emisiones de CO2, ya que estas instalaciones consumen mucha energía.
Según los datos de Medio Ambiente, un 62% de las aguas de consumo humano en la Comunidad son subterráneas. El vertido de aguas sobrantes de la desalinización contiene ácido sulfúrico y otras sustancias que pueden provocar “un daño irreparable a los acuíferos”, alertó Blasco.