BAILONGO
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Un poco de historia, nunca sobra.
La verdadera historia del imperio romano
Por Cibercerdus.
Si hay una civilización que destacó en la antigüedad, esa fue la de los romanos. Cuenta la leyenda que sus fundadores fueron dos hermanos llamados Rómulo y Remo, que fueron criados por una loba lechera, pues en aquellos tiempos tan remotos la leche la daban las lobas y las vacas se dedicaban a comerse a los pobres corderos. El caso es que estos hermanos se hicieron mayores y cada uno tiró por su lado. Remo se dedicó al noble deporte de las traineras y Rómulo decidió fundar una ciudad justo debajo de sus pies. Después de darle varias vueltas al asunto decidió que la ciudad se llamaría Roma, que es como “amor” al revés y que sus habitantes se llamarían romanos, es decir, “enamorados” al revés.
Pasaron los años y Rómulo se fosilizó, porque por entonces la gente era tan antigua que en vez de morir se fosilizaba directamente (salvo los egipcios que se hacían momias para asustar a los arqueólogos)
La ciudad creció y se convirtió en un imperio, siendo referencia de civilización y cultura para el resto del mundo conocido. Eran tan cultos que hablaban en latín y vestían con unas sábanas blancas que daba gustor verlas de lo relímpias que las llevaban y no como los bárbaros que usaban edredones baratos y mugrientos. También inventaron los números romanos, porque quedaban mejor en los monumentos y en las estatuas, aunque los emplearon de forma cotidiana para todo, incluso para gastar bromas. Por ejemplo, un legionario le preguntaba a otro en perfecto latín: “¿Que edad tienes?” Y el otro le contestaba: “XXV” Entonces el primero le replicaba “¡Por el culo te la hinco!”
Tecnológicamente, estaban por delante de las demás civilizaciones, sobre todo en lo que a medios de transporte se refiere. El vehículo romano por excelencia fue el célebre “seat sextercios” en el que se inspiró siglos más tarde la firma italiana FIAT. Aunque no eran excesivamente rápidos eran muy seguros ya que todos contaban con centurión de seguridad. En lo referente a la religión, no tenían nada que envidiar a las religiones de ahora, es más, lejos del monoteísmo actual que no deja muchas opciones a los creyentes, los romanos tenían un extenso catálogo de dioses para que cada cual rindiese culto al que más le gustara. Incluso el hecho de blasfemar resultaba menos pecaminoso porque en el caso de hacerlo, siempre se podía arreglar diciendo que se habían cagado en el dios de otro.
Pero como todo en esta vida, el imperio fue decayendo y poco a poco los romanos empezaron a dejarse llevar por las costumbres de los bárbaros tales como fumar Celtas sin filtro, llevarse bien con los cristianos (con la consiguiente desnutrición de los leones), desfilar en Semana Santa y demás simplezas que acabaron con una de las civilizaciones más avanzadas de la historia. En fin, una pena.
P.D., no la sigais al pie de la letra, creo que esta incompleta.
Un salu2
La verdadera historia del imperio romano
Por Cibercerdus.
Si hay una civilización que destacó en la antigüedad, esa fue la de los romanos. Cuenta la leyenda que sus fundadores fueron dos hermanos llamados Rómulo y Remo, que fueron criados por una loba lechera, pues en aquellos tiempos tan remotos la leche la daban las lobas y las vacas se dedicaban a comerse a los pobres corderos. El caso es que estos hermanos se hicieron mayores y cada uno tiró por su lado. Remo se dedicó al noble deporte de las traineras y Rómulo decidió fundar una ciudad justo debajo de sus pies. Después de darle varias vueltas al asunto decidió que la ciudad se llamaría Roma, que es como “amor” al revés y que sus habitantes se llamarían romanos, es decir, “enamorados” al revés.
Pasaron los años y Rómulo se fosilizó, porque por entonces la gente era tan antigua que en vez de morir se fosilizaba directamente (salvo los egipcios que se hacían momias para asustar a los arqueólogos)
La ciudad creció y se convirtió en un imperio, siendo referencia de civilización y cultura para el resto del mundo conocido. Eran tan cultos que hablaban en latín y vestían con unas sábanas blancas que daba gustor verlas de lo relímpias que las llevaban y no como los bárbaros que usaban edredones baratos y mugrientos. También inventaron los números romanos, porque quedaban mejor en los monumentos y en las estatuas, aunque los emplearon de forma cotidiana para todo, incluso para gastar bromas. Por ejemplo, un legionario le preguntaba a otro en perfecto latín: “¿Que edad tienes?” Y el otro le contestaba: “XXV” Entonces el primero le replicaba “¡Por el culo te la hinco!”
Tecnológicamente, estaban por delante de las demás civilizaciones, sobre todo en lo que a medios de transporte se refiere. El vehículo romano por excelencia fue el célebre “seat sextercios” en el que se inspiró siglos más tarde la firma italiana FIAT. Aunque no eran excesivamente rápidos eran muy seguros ya que todos contaban con centurión de seguridad. En lo referente a la religión, no tenían nada que envidiar a las religiones de ahora, es más, lejos del monoteísmo actual que no deja muchas opciones a los creyentes, los romanos tenían un extenso catálogo de dioses para que cada cual rindiese culto al que más le gustara. Incluso el hecho de blasfemar resultaba menos pecaminoso porque en el caso de hacerlo, siempre se podía arreglar diciendo que se habían cagado en el dios de otro.
Pero como todo en esta vida, el imperio fue decayendo y poco a poco los romanos empezaron a dejarse llevar por las costumbres de los bárbaros tales como fumar Celtas sin filtro, llevarse bien con los cristianos (con la consiguiente desnutrición de los leones), desfilar en Semana Santa y demás simplezas que acabaron con una de las civilizaciones más avanzadas de la historia. En fin, una pena.
P.D., no la sigais al pie de la letra, creo que esta incompleta.
Un salu2
