mjj2021
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La empresa subcontratada por el Ayuntamiento de Roma para adecentar la famosa Fontana de Trevi la limpiaba a base de bien. Cuatro de sus empleados fueron detenidos el lunes con las manos en la masa cuando, después de hacer su trabajo, se iban para casa en la furgoneta repartiéndose un sobresueldo de 1.200 euros. Todo en calderilla, claro. Eran parte de las miles de monedas que arrojan los turistas a la fuente para que se cumpla su deseo de regresar algún día a Roma, aunque son cosas como ésta las que hacen pensar a más de uno en no volver nunca. Al menos, en este caso la costumbre dice que se debe lanzar la moneda de espaldas, porque otras estafas romanas clásicas, en taxis o restaurantes, se hacen a la cara.
La Fontana de Trevi siempre ha atraído tanto interés turístico como contable, porque los casos de robos de la recaudación acuática son tan viejos como el monumento. El gran Totó ya hizo de la fuente uno de los símbolos italianos del timo en una gloriosa escena en la que se hacía pasar por su propietario y la vendía a un magnate norteamericano. Se calcula que la inercia humana a adherirse a extraños ritos propiciatorios del lugar que visita deja, en este caso, unos 500.000 euros al año en el fondo de las aguas. La empresa municipal de limpieza recoge este dineral y le da la mitad a Cáritas. Precisamente, las sospechas partieron de la organización benéfica hace un año, porque el donativo se reducía cada vez más cuando es bien sabido que ningún turista, que se sepa, ha logrado resistirse al impulso de comportarse como tal cuando se planta ante la Fontana de Trevi.
Advertida la Policía y colocadas unas cámaras, se llegó a la conclusión de que los únicos ladrones posibles eran los propios empleados municipales, porque un coche patrulla vigila día y noche la plaza. Y, por fin, el lunes les pillaron. Se calcula que han robado 110.000 euros.
Son estos pequeños defectillos que a veces tiene la Administración italiana, se les cuela mucho chorizo. No pasa una semana sin que aparezca uno. Ayer, un día como otro cualquiera, surgieron tres casos más: fueron detenidos nueve empleados del Ayuntamiento de Roma de una red dedicada a vender documentación a inmigrantes, a un módico precio de 20.000 euros por barba; otros seis, en Catania, en otra red que pagaba el subsidio de paro a 5.000 campesinos que no existían y, por último, un diputado democristiano, por asociación mafiosa.
La Fontana de Trevi siempre ha atraído tanto interés turístico como contable, porque los casos de robos de la recaudación acuática son tan viejos como el monumento. El gran Totó ya hizo de la fuente uno de los símbolos italianos del timo en una gloriosa escena en la que se hacía pasar por su propietario y la vendía a un magnate norteamericano. Se calcula que la inercia humana a adherirse a extraños ritos propiciatorios del lugar que visita deja, en este caso, unos 500.000 euros al año en el fondo de las aguas. La empresa municipal de limpieza recoge este dineral y le da la mitad a Cáritas. Precisamente, las sospechas partieron de la organización benéfica hace un año, porque el donativo se reducía cada vez más cuando es bien sabido que ningún turista, que se sepa, ha logrado resistirse al impulso de comportarse como tal cuando se planta ante la Fontana de Trevi.
Advertida la Policía y colocadas unas cámaras, se llegó a la conclusión de que los únicos ladrones posibles eran los propios empleados municipales, porque un coche patrulla vigila día y noche la plaza. Y, por fin, el lunes les pillaron. Se calcula que han robado 110.000 euros.
Son estos pequeños defectillos que a veces tiene la Administración italiana, se les cuela mucho chorizo. No pasa una semana sin que aparezca uno. Ayer, un día como otro cualquiera, surgieron tres casos más: fueron detenidos nueve empleados del Ayuntamiento de Roma de una red dedicada a vender documentación a inmigrantes, a un módico precio de 20.000 euros por barba; otros seis, en Catania, en otra red que pagaba el subsidio de paro a 5.000 campesinos que no existían y, por último, un diputado democristiano, por asociación mafiosa.