Los españoles se creen tolerantes y de izquierdas y están satisfechos de sus vidas
La Encuesta Mundial de Valores revela un rápido cambio en ideas y conductas, que equipara España a los países socialmente avanzados Crece la importancia de la familia en el sentir de los ciudadanos
Los españoles están bastante satisfechos con su vida pero no por ello son demasiado felices; creen en el funcionamiento de la democracia aunque son críticos respecto de las instituciones; se consideran entre los más de izquierdas del planeta; valoran cada vez más aspectos de su trabajo no estrictamente económicos y son muy tolerantes respecto de sus vecinos y de colectivos que en otros lugares y épocas serían considerados problemáticos. Así figura en la última Encuesta Mundial de Valores, patrocinada por la Fundación BBVA, que fue presentada ayer en Madrid por Ronald Inglehart, presidente de la asociación que realiza el trabajo en 81 países, que abarcan el 85% de la población mundial.
A juicio de Inglehart, España es un país cuyos valores han evolucionado en los últimos años de forma drástica, hasta situarse entre los más avanzados del mundo, en la categoría que los especialistas califican de «postmodernización». La conclusión es que el 53% de los españoles está 'muy orgulloso' de su nacionalidad, un porcentaje en aumento pero aún algo por debajo de la media mundial. Aunque algunas comparaciones son ilustrativas: sólo el 17% de los alemanes y el 20% de los holandeses muestran un elevado orgullo patriótico.
Los españoles se sienten sólo moderadamente felices. Uno de cada cinco asegura ser 'muy feliz', lo que sitúa al país en la mitad baja de la tabla. En cambio, dos de cada tres están satisfechos con su propia vida, algo por encima de la media. Esa sensación de bienestar, aunque sea discreta, sin duda se debe a las satisfacciones que da la familia, la única institución que gana importancia en sus vidas, mientras la pierden los amigos, el trabajo, el ocio, la política y la religión.
Felicidad y satisfacción son conceptos que van unidos a la percepción de ser dueño del propio destino; de libertad, en definitiva. El 58% de los españoles está convencido de que dispone de ese control. Es justo la media mundial.
Los españoles muestran un talante muy liberal respecto de quiénes son sus vecinos. La Encuesta Mundial de Valores ha preguntado si aceptarían vivir junto a personas de distintos colectivos (ex-presidiarios, drogadictos, enfermos de sida, consumidores de drogas, alcohólicos, inmigrantes, gitanos, etc) y en todos los casos les aceptan mucho mejor que la media mundial, con una excepción: los judíos. El 14% de los encuestados en todo el planeta no querría tener a un judío como vecino, porcentaje que en España se eleva hasta el 22, después de un fortísimo crecimiento en la última década.
Lo que más aprecian los trabajadores en un empleo es su seguridad, que el salario y los horarios sean buenos y las vacaciones, generosas. Otros capítulos (relaciones con los compañeros, interés de la tarea, iniciativa...) son cada vez más valorados pero están lejos de ser tan importantes. España se encuentra también entre los países donde menos se acepta que, en caso de ser el empleo escaso, los hombres tengan preferencia para trabajar.
El 49% piensa que la libertad es más importante que la igualdad, un porcentaje que crece a medida que pasa el tiempo, pero que aún está por debajo de la media mundial (53%). Sin embargo, el número de personas dispuestas a luchar por su país es el más bajo del mundo (43%) después de Japón. En cuanto a identificación en una escala izquierda-derecha, España se está desplazando hacia el centro, pero es el cuarto país del mundo a la hora de identificarse como de izquierdas, precedido sólo por Zimbabue, Montenegro e Israel. Una gran mayoría entiende que los cambios deben hacerse de forma gradual (85%).
Como sucede en todas las sociedades desarrolladas, los españoles tienen una confianza muy moderada en las instituciones: sólo el Parlamento, la Seguridad Social, el sistema educativo y la Policía les merecen más credibilidad que la media mundial. La Iglesia, la Justicia, las organizaciones internacionales y otras instituciones despiertan pocas expectativas. Con todo, la satisfacción general por el funcionamiento del sistema democrático es alta (dos de cada tres están 'muy' o 'bastante satisfechos').
España es uno de los países donde menor rechazo existe a la homosexualidad, la prostitución, la eutanasia o el sexo ocasional. En cambio, la mayor parte de la población no ve justificable el adulterio y es muy crítica con comportamientos como la conducción bajo los efectos del alcohol.
-------
¿Creeis que esto es verdad?
La Encuesta Mundial de Valores revela un rápido cambio en ideas y conductas, que equipara España a los países socialmente avanzados Crece la importancia de la familia en el sentir de los ciudadanos
Los españoles están bastante satisfechos con su vida pero no por ello son demasiado felices; creen en el funcionamiento de la democracia aunque son críticos respecto de las instituciones; se consideran entre los más de izquierdas del planeta; valoran cada vez más aspectos de su trabajo no estrictamente económicos y son muy tolerantes respecto de sus vecinos y de colectivos que en otros lugares y épocas serían considerados problemáticos. Así figura en la última Encuesta Mundial de Valores, patrocinada por la Fundación BBVA, que fue presentada ayer en Madrid por Ronald Inglehart, presidente de la asociación que realiza el trabajo en 81 países, que abarcan el 85% de la población mundial.
A juicio de Inglehart, España es un país cuyos valores han evolucionado en los últimos años de forma drástica, hasta situarse entre los más avanzados del mundo, en la categoría que los especialistas califican de «postmodernización». La conclusión es que el 53% de los españoles está 'muy orgulloso' de su nacionalidad, un porcentaje en aumento pero aún algo por debajo de la media mundial. Aunque algunas comparaciones son ilustrativas: sólo el 17% de los alemanes y el 20% de los holandeses muestran un elevado orgullo patriótico.
Los españoles se sienten sólo moderadamente felices. Uno de cada cinco asegura ser 'muy feliz', lo que sitúa al país en la mitad baja de la tabla. En cambio, dos de cada tres están satisfechos con su propia vida, algo por encima de la media. Esa sensación de bienestar, aunque sea discreta, sin duda se debe a las satisfacciones que da la familia, la única institución que gana importancia en sus vidas, mientras la pierden los amigos, el trabajo, el ocio, la política y la religión.
Felicidad y satisfacción son conceptos que van unidos a la percepción de ser dueño del propio destino; de libertad, en definitiva. El 58% de los españoles está convencido de que dispone de ese control. Es justo la media mundial.
Los españoles muestran un talante muy liberal respecto de quiénes son sus vecinos. La Encuesta Mundial de Valores ha preguntado si aceptarían vivir junto a personas de distintos colectivos (ex-presidiarios, drogadictos, enfermos de sida, consumidores de drogas, alcohólicos, inmigrantes, gitanos, etc) y en todos los casos les aceptan mucho mejor que la media mundial, con una excepción: los judíos. El 14% de los encuestados en todo el planeta no querría tener a un judío como vecino, porcentaje que en España se eleva hasta el 22, después de un fortísimo crecimiento en la última década.
Lo que más aprecian los trabajadores en un empleo es su seguridad, que el salario y los horarios sean buenos y las vacaciones, generosas. Otros capítulos (relaciones con los compañeros, interés de la tarea, iniciativa...) son cada vez más valorados pero están lejos de ser tan importantes. España se encuentra también entre los países donde menos se acepta que, en caso de ser el empleo escaso, los hombres tengan preferencia para trabajar.
El 49% piensa que la libertad es más importante que la igualdad, un porcentaje que crece a medida que pasa el tiempo, pero que aún está por debajo de la media mundial (53%). Sin embargo, el número de personas dispuestas a luchar por su país es el más bajo del mundo (43%) después de Japón. En cuanto a identificación en una escala izquierda-derecha, España se está desplazando hacia el centro, pero es el cuarto país del mundo a la hora de identificarse como de izquierdas, precedido sólo por Zimbabue, Montenegro e Israel. Una gran mayoría entiende que los cambios deben hacerse de forma gradual (85%).
Como sucede en todas las sociedades desarrolladas, los españoles tienen una confianza muy moderada en las instituciones: sólo el Parlamento, la Seguridad Social, el sistema educativo y la Policía les merecen más credibilidad que la media mundial. La Iglesia, la Justicia, las organizaciones internacionales y otras instituciones despiertan pocas expectativas. Con todo, la satisfacción general por el funcionamiento del sistema democrático es alta (dos de cada tres están 'muy' o 'bastante satisfechos').
España es uno de los países donde menor rechazo existe a la homosexualidad, la prostitución, la eutanasia o el sexo ocasional. En cambio, la mayor parte de la población no ve justificable el adulterio y es muy crítica con comportamientos como la conducción bajo los efectos del alcohol.
-------
¿Creeis que esto es verdad?