Nueva York, Estados Unidos (8 septiembre 2006).- Ser mexicano le costó la vida al oaxaqueño Ricardo Salinas, de 33 años de edad.
Salinas fue golpeado hasta morir por tres jóvenes en el barrio Mariners Harbors, identificados como Daniel Betancourt y Travis King, ambos de 19 años de edad y afroamericanos, y John Messiha, de 17 años y de origen árabe, informó Alex Schapiro, asistente del fiscal de Staten Island.
Los jóvenes fueron acusados de homicidio, robo premeditado y posesión criminal de propiedad.
"Travis dijo que teníamos que robarle a un mexicano. Estábamos caminando y vimos a un mexicano (Salinas)", narró fríamente Messiha en el interrogatorio.
"Ordenó que lo agarráramos, pero comenzó a correr. Danny lo siguió y lo derribó.
"Travis lo golpeó dos o tres veces, lo pateó en el estómago, la cabeza y la mandíbula cuando quedó inconsciente", detalló el adolescente.
El oaxaqueño murió en la calle por varias fracturas y hemorragias, pero la fiscalía espera la autopsia para agregar cargos por crimen de odio.
Los acusados usaron el celular de su víctima para burlarse de su esposa.
Salinas era jefe de cocina en un restaurante local. Le sobreviven su esposa, Fabiola, y dos hijos de uno y 3 años.
¿Hasta cuando se terminará este tipo de crìmenes? No es posible ésto, lo malo, es que solo es una muestra del racismo que existe en todo el Globo.
Salinas fue golpeado hasta morir por tres jóvenes en el barrio Mariners Harbors, identificados como Daniel Betancourt y Travis King, ambos de 19 años de edad y afroamericanos, y John Messiha, de 17 años y de origen árabe, informó Alex Schapiro, asistente del fiscal de Staten Island.
Los jóvenes fueron acusados de homicidio, robo premeditado y posesión criminal de propiedad.
"Travis dijo que teníamos que robarle a un mexicano. Estábamos caminando y vimos a un mexicano (Salinas)", narró fríamente Messiha en el interrogatorio.
"Ordenó que lo agarráramos, pero comenzó a correr. Danny lo siguió y lo derribó.
"Travis lo golpeó dos o tres veces, lo pateó en el estómago, la cabeza y la mandíbula cuando quedó inconsciente", detalló el adolescente.
El oaxaqueño murió en la calle por varias fracturas y hemorragias, pero la fiscalía espera la autopsia para agregar cargos por crimen de odio.
Los acusados usaron el celular de su víctima para burlarse de su esposa.
Salinas era jefe de cocina en un restaurante local. Le sobreviven su esposa, Fabiola, y dos hijos de uno y 3 años.
¿Hasta cuando se terminará este tipo de crìmenes? No es posible ésto, lo malo, es que solo es una muestra del racismo que existe en todo el Globo.