Los muertos por el ciclón Nargis siguen aumentando y se estiman en 63.000
El devastador ciclón que golpeó Myanmar el sábado, afecta a 24 millones de personas. La ayuda humanitaria tiene dificultades con la junta militar y con la logística de distribución.
Desde el hermético país de Myanmar llega información que da dimensiones catastróficas a la tragedia sufrida el sábado pasado, cuando el ciclón Nargis con vientos de hasta 240 Km. por hora y olas de más de 3.5 metros de altura, golpearon sobre todo en el sur del país. El panorama es crítico: pueblos desvastados, millones de personas sin techo, desesperadas buscan ayuda e intentan encontrar cadáveres de sus familiares y las plantaciones de arroz bajo agua. La ONU calcula que los afectados son 24 millones de Birmanos, más de la mitad de la población.
El país se encuentra en una zona proclive a sufrir daños naturales, La ciudad de Bogalay y la zona portuaria localizadas entre canales y deltas de agua son las más afectadas por la tormenta, allí sucumbieron el 95% de los edificios y la mitad de las victimas mortales, según la agencia de noticias china Xinhua.
La Ayuda Internacional
Los organismos internacionales tuvieron que esperar que la junta militar los autorice para entrar con la ayuda humanitaria, decenas de voluntarios aguardan en Tailandia un permiso para ingresar al país, según Elisabeth Byrs, portavoz de la ONU.
La Cruz Roja fue la primera organización en colaborar con los militares para repartir la ayuda, e informaron que la situación es alarmante por la falta de agua, de energía y la gravedad de las condiciones sanitarias, se está trabajando con mucha precariedad, con hachas y machetes. En medio de toda esta conmoción, los gobiernos envían ayuda masiva, Gran Bretaña puso a disposición de las víctimas 9,8 millones de dólares; Tailandia envío medicamentos por 300.000 dólares, China víveres por 1 millón de dólares, India envío barcos con medicamentos, alimentos y mantas. Estados Unidos y la Unión Europea canalizan su ayuda a través de organizaciones y las agencias internacionales
Un gobierno militar
Este país, uno de los más pobres del mundo, esta gobernado desde 1962 por una junta militar que mantiene aislada a la población, la economía cerrada y apenas permite la presencia de organismos internacionales, lo que retraso la colaboración en tareas de rescate. El gobierno está siendo blanco de duras críticas por la inacción posterior a la catástrofe y porque 48 horas antes se sabía del fenómeno y no alertaron a la población.
Los militares mantienen sometida a la sociedad desde hace 45 años, la administración, las empresas, las escuelas, los espacios de ocio, los hospitales, todo está en sus manos. El ejército controla todo. Según testimonios de exiliados del régimen en Bangkok, "la gente es obligada a trabajar en beneficio de la comunidad", "se recaudan rendadas para mantener a los soldados" y también ingresan dinero para pagar a ciudadanos que son llevados a las manifestaciones de apoyo al régimen.
A pesar del difícil momento que viven los ciudadanos de este país, la junta militar insiste en celebrar un referéndum sobre la constitución para afianzar el poder dominante de los militares, que estaba programado para el sábado próximo.
El devastador ciclón que golpeó Myanmar el sábado, afecta a 24 millones de personas. La ayuda humanitaria tiene dificultades con la junta militar y con la logística de distribución.
Desde el hermético país de Myanmar llega información que da dimensiones catastróficas a la tragedia sufrida el sábado pasado, cuando el ciclón Nargis con vientos de hasta 240 Km. por hora y olas de más de 3.5 metros de altura, golpearon sobre todo en el sur del país. El panorama es crítico: pueblos desvastados, millones de personas sin techo, desesperadas buscan ayuda e intentan encontrar cadáveres de sus familiares y las plantaciones de arroz bajo agua. La ONU calcula que los afectados son 24 millones de Birmanos, más de la mitad de la población.
El país se encuentra en una zona proclive a sufrir daños naturales, La ciudad de Bogalay y la zona portuaria localizadas entre canales y deltas de agua son las más afectadas por la tormenta, allí sucumbieron el 95% de los edificios y la mitad de las victimas mortales, según la agencia de noticias china Xinhua.
La Ayuda Internacional
Los organismos internacionales tuvieron que esperar que la junta militar los autorice para entrar con la ayuda humanitaria, decenas de voluntarios aguardan en Tailandia un permiso para ingresar al país, según Elisabeth Byrs, portavoz de la ONU.
La Cruz Roja fue la primera organización en colaborar con los militares para repartir la ayuda, e informaron que la situación es alarmante por la falta de agua, de energía y la gravedad de las condiciones sanitarias, se está trabajando con mucha precariedad, con hachas y machetes. En medio de toda esta conmoción, los gobiernos envían ayuda masiva, Gran Bretaña puso a disposición de las víctimas 9,8 millones de dólares; Tailandia envío medicamentos por 300.000 dólares, China víveres por 1 millón de dólares, India envío barcos con medicamentos, alimentos y mantas. Estados Unidos y la Unión Europea canalizan su ayuda a través de organizaciones y las agencias internacionales
Un gobierno militar
Este país, uno de los más pobres del mundo, esta gobernado desde 1962 por una junta militar que mantiene aislada a la población, la economía cerrada y apenas permite la presencia de organismos internacionales, lo que retraso la colaboración en tareas de rescate. El gobierno está siendo blanco de duras críticas por la inacción posterior a la catástrofe y porque 48 horas antes se sabía del fenómeno y no alertaron a la población.
Los militares mantienen sometida a la sociedad desde hace 45 años, la administración, las empresas, las escuelas, los espacios de ocio, los hospitales, todo está en sus manos. El ejército controla todo. Según testimonios de exiliados del régimen en Bangkok, "la gente es obligada a trabajar en beneficio de la comunidad", "se recaudan rendadas para mantener a los soldados" y también ingresan dinero para pagar a ciudadanos que son llevados a las manifestaciones de apoyo al régimen.
A pesar del difícil momento que viven los ciudadanos de este país, la junta militar insiste en celebrar un referéndum sobre la constitución para afianzar el poder dominante de los militares, que estaba programado para el sábado próximo.