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me estoy aficionando a los medios de comunicacion alternativos. Leed, leed

Gracias a Bizilagun estoy encontrando cosas bastante entretenidas por Internet. :dime:


Fuente: http://www.elconfidencial.com/noticias/indice.asp?noticia=2&fecha_d=23/04/2004&dia_s=Viernes&psw=

LA NUEVA DIRECTORA GENERAL DE RTVE SITUÓ A FAMILIARES DE ALTOS CARGOS SOCIALISTAS Y AL DIRECTOR DE LA CADENA SER EN LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS

La catedrática Carmen Caffarel Serra, nueva directora general de RTVE, ha estado situando, durante sus años de mandato en el departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad madrileña Rey Juan Carlos (URJC), a familiares directos de altos cargos del PSOE y de Izquierda Unida... así como a cargos del grupo Prisa.

En su larga lista figura Rosa Lissavetzky Díez, hermana del hoy Secretario de Estado de Deportes, Jaime Lissavetzky, y alter ego del controlador de Ferraz Alfredo Pérez Rubalcaba. También situó como profesor a uno de los jefes de gabinete de Lissavetzky, Mario García de Castro, de quien se dice que será el nuevo jefe de gabinete de Caffarel en RTVE.

Entre los colocados se encuentra, igualmente, Marina Santín Durán, familiar del que fuera presidente de Telemadrid, consejero de Caja Madrid y miembro destacado de Izquierda Unida, aunque ahora vinculado al PSOE, José Antonio Moral Santín. Y así hasta completar una larga lista, en la que también aparece el dueño y propietario de GECA y de la productora Globomedia (ahora grupo Árbol), José Miguel Contreras Tejera, vinculado en su día al grupo Prisa y uno de los promotores de la controvertida película Hay motivo, que un grupo de directores y artistas de cine realizó en plena campaña electoral contra la política seguida por el ex presidente del Gobierno, José María Aznar.

En la lista de enchufados de Caffarel también figura el director general de Globomedia, Miquel Lejarza, quien fuera director de programación de la cadena Telecinco e íntimo amigo de Contreras, de quien se dice que es el verdadero mentor y asesor de Carmen Caffarell, y a quien ya algunos llaman el nuevo director general de RTVE en la sombra. Otros nombres que aparecen son los de los hermanos Escalonilla Moreno, familiares directos de destacados asesores de la Federación Madrileña Socialista.

Estas decisiones, aparentemente partidistas, dieron lugar a que las mencionadas plazas de profesores fueran impugnadas en octubre de 2002 ante el Rector de la Universidad, el constitucionalista Pedro González-Trevijano, quien sonaba para ministro de Justicia de haber llegado el PP a La Moncloa.

Entre los que quedaron fuera de las plazas públicas otorgadas por Caffarel, "por carecer de méritos suficientes", según se indicaba, figuraba el que fuera decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad SEK, de Segovia, Carlos Díaz Guell, quien ha ocupado el cargo de director en diferentes medios de comunicación nacional y hoy es director de comunicación del Banco de España.

Entre las últimas incorporaciones como profesor, sin tener el título oficial de doctor universitario, se encuentra la de Jesús Antonio García Ferreras, director de la cadena Ser, propiedad del grupo Prisa de Jesús Polanco.

El director de la cadena Ser figura como profesor asociado en la asignatura Teoría y Práctica de la Información Audiovisual: Radio y Televisión, de la carrera de Periodismo, que se da en su tercer curso. García Ferreras figura en "la relación definitiva de puntuaciones obtenidas en el concurso público de méritos convocado para la selección de funcionarios interinos y profesor docente contratado" en el curso 2003-2004 con una nota de 6,75 puntos, quedando muy por detrás de él -a un punto de diferencia- el segundo clasificado, ya sin derecho a plaza, Pablo Vicente Sapag Muñoz de la Peña.

Una vez celebradas las elecciones generales que, contra pronóstico, dieron la victoria al PSOE, Caffarel, como directora del Departamento de Comunicación Audiovisual, invitó al mencionado director de la Ser a que diera en el aula magna una conferencia titulada Toda la verdad. La manipulación informativa. El acto se celebró a los cuatro días de la victoria del PSOE y, durante el mismo, Caffarel felicitó a García Ferreras por el seguimiento y los especiales que realizó la cadena Ser los días posteriores al 11-M. La presencia del profesor García Ferreras en el Campus de Fuenlabrada, localidad madrileña donde está situada la Facultad de Comunicación de la URJC, no es nada habitual, según cuentan los alumnos: "Acaso se le ve una tarde por semana, los jueves, y no siempre".

Y es que, desde los estudios de la cadena Ser, ubicados en la calle Gran Vía, hasta Fuenlabrada hay cerca de 50 kilómetros de distancia y más de dos horas de viaje de ida y vuelta (más las tres horas de clase que debe dar según contrato público). Y claro, compaginar todo esto (la información, el control y la docencia) es complicado, aunque perciba sus ingresos públicos como profesor docente.
 
Iskander, asimílalo, el PP la cagó y perdió las elecciones. Ya está, no pasa nada, el mundo no se va a acabar.
 
Bueno, bueno, me parece fatal que me niegues el derecho a comentar y criticar lo que considere criticable en la actuacion del nuevo gobierno, Moon.

Espero que no trates de cohartar mi libertad de expresión:eek:. Recuerda lo saludable que es para la democracia la crítica y la vigilancia contínua sobre los poderes fácticos.

Mira, mira, un articulo de opinion en el prestigioso International Herald Tribune (ese que le gustaba tanto a Jose Mª Carrascal;)) :


INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE

27-4-04

Artículo de opinión. John Vinocur

ZAPATERO MANTIENE SU PALABRA, PERO SON POCOS LOS QUE SE APRESURAN A AGRADECÉRSELO


La desintoxicada España de José Luis Rodríguez Zapatero, según se prometió, iba a regresar rápidamente a la calidez familiar de la UE y a traer a casa a sus tropas en Irak. Con mucho ruido, volvería a integrarse en la comunidad de los justos y pondría fin al papel, según el Gobierno socialista inapropiado para el país, de adjunto de la superpotencia estadounidense.

Fieles a las promesas, los nuevos chicos hicieron lo que habían dicho que harían en su primera semana completa en el cargo, pero recibieron por ello algo menos que una ovación de la comunidad internacional puesta en pie.

El gran saludo de Europa el jueves en Luxemburgo fue una decisión de la UE que invalidaba el voto de la autodenominada Buena España a favor de los subsidios y bloqueaba muchos millones de euros en pagos potenciales en apoyo a la producción española de algodón, tabaco y aceite de oliva.

La gran adhesión de las fuerzas del liderazgo moral mundial fue mayoritariamente silenciosa y una declaración del Consejo Pontificio del Vaticano para la Paz y la Justicia en la que se afirmaba que no comparte el pensamiento que está detrás de la decisión del nuevo Gobierno español de emprender la retirada inmediata de su tropas de Irak.

La gran manifestación de comprensión y solidaridad de John Kerry, al que, según Zapatero, iba a respaldar en EEUU en su campaña, fue un comentario señalando su desaprobación del despliegue e indicando la necesidad de que los países europeos con criterio respecto a Irak compartan los riesgos y cargas de su estabilización. Por si las diferencias entre los demócratas estadounidenses y los socialistas españoles no están claras, una buena prueba de ello es que el candidato demócrata a la presidencia manifestó que los ataques israelíes contra los líderes de Hamás están justificados.

Más allá de las fronteras españolas, pese a toda la retórica del Gobierno y sus ditirambos en la prensa izquierdista española, Zapatero no ha recibido el estado de gracia que se da a los novatos. En su lugar, su Gobierno se enteró de que no tiene el status de héroe en el toma y daca financiero de la UE, y, al menos a algunos, les pareció que tropezó en su precipitación para salir de Irak antes de que Naciones Unidas pudiese complicar su cobertura para no seguir allí.

Resulta interesante que fuese el Vaticano el primero en ocurrírsele señalar uno de los aspectos inquietantes de la retirada de Zapatero. Mientras Alemania, que claramente no la aprueba, optó por la frialdad y declinó hablar en absoluto sobre el asunto, el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo de Paz, comentó: “El nuevo Gobierno de España está tratando de cumplir su promesa electoral, pero hay tiempo para cumplirla”.

Aunque está claro que no es un secuaz de los estadounidenses, ya que les había acusado a los estadounidenses de haber dado un trato humillante a S. Husein tras su captura, el cardenal insistió en que dejar Irak supone abandonarlo a la guerra civil y posiblemente a un régimen islámico fundamentalista. Luego metió la aguja, diciendo: “No es prudente apresurar a la ONU sabiendo que no asumirá sus responsabilidades de la situación iraquí antes del 30 de junio”.

Ese pareció ser exactamente el problema del Gobierno de Zapatero. Un diplomático que
estuvo destinado cuatro años en España dijo que parece ser que el Consejo de Seguridad de la ONU va a aprobar una resolución que le daría un papel clave en Irak y que España vio en las nuevas circunstancias una impetuosa turbación porque recuerdan a las que estableció Zapatero como condición para que sus tropas permaneciesen: el control político y de la seguridad en Irak de la ONU a partir del 30 de junio.

De hecho, el anuncio del repliegue de Zapatero se produjo el 18 de abril, domingo. Dos días antes, el enviado especial de la ONU, Lakhdar Brahimi, había revelado un plan para establecer un gobierno de transición para reemplazar el Consejo de Gobierno Iraquí.

¿Por qué, entonces, tanta prisa por irse y por qué no se consultó primero con el Parlamento, como pidieron algunos españoles?

El titubeo en las respuestas fue patente. María Teresa Fernández de la Vega, primera vicepresidente de Zapatero, afirmó que el Gobierno había sabido “con certeza” que el Consejo de Seguridad no iba a aprobar nuevas resoluciones. Eso fue una novedad para los otros miembros del Consejo. A la pregunta de por qué se soslayó al Parlamento, su respuesta fue que abandonar una guerra no es lo mismo que entrar en ella.

Además, en Madrid se dijo que todos entendían que EEUU iba a dirigir las fuerzas de seguridad. Sin embargo, eso fue refutado por Javier Solana, el español que dirige la política exterior de la UE. Insistió en que “es una cuestión abierta”. A su vez, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, explicó que era probable que el Consejo de Seguridad tuviera que aprobar una fuerza internacional, no una misión de mantenimiento de la paz, para mantener la seguridad. Eso sonaba como una buena indicación de que las fuerzas de la coalición que están ahora sobre el terreno en Irak acabarían con el sello de la aprobación de la ONU.

En algún lugar de esa espesura acechaba la posibilidad real de que el nuevo Gobierno de Zapatero podría acabar pareciendo ridículo en su país; elegido por salir de Irak, lo que se tomó como promesa, y luego teniéndose que quedar por las mismas condiciones básicas que había establecido el propio Zapatero. La solución era irse ya.

Aunque ya no hablan el mismo idioma, Kerry y Zapatero parecieron enredarse en el mismo apuro: la nueva disposición por parte de G. W. Bush a pasar grandes partes de las cargas de EEUU a la ONU.

En el caso de Kerry, le priva de gran parte de su argumento de que el mejor modo que tiene EEUU de tratar la cuestión de Irak es a través de la internacionalización. A Zapatero le obligaba a mantener una promesa electoral de un modo que suscitaba dudas sobre cuán agudo iba a ser el sentido de la responsabilidad de la Buena España como adulto internacional.

En cuanto a la Administración Bush, según otro diplomático, le dijo al ministro de Exteriores de Zapatero, Miguel Ángel Moratinos, que la decisión de retirarse era una metedura de pata. Puede que en realidad el lenguaje fuese más duro. El domingo en una información fechada en Washington, Klaus-Dieter Frankenberger, director de la sección Internacional del Frankfurter Allgemeine Zeitung, escribía que los congresistas con quienes había hablado a lo largo de la semana consideraban a Zapatero como el Neville Chamberlain de nuestros días.

En realidad, Moratinos regresó a casa desde Washington acompañado de sorprendentes informaciones de agencias que afirmaban que España había dicho que la Administración le había pedido al ministro de Exteriores de Zapatero que mediara entre Israel y los palestinos. Dejando las cosas claras más tarde en Madrid, Moratinos explicó que no había habido solicitud de “mediación”, sino más bien la idea de que podía aportar “su grano de arena” al proceso.

El ajuste de tono representaba cierta concesión a la realidad. Tras una experiencia de una semana en el cargo, sonaba como si los nuevos dirigentes españoles pueden modular la promesa de Zapatero en el debate de apertura del Parlamento de sacar a España de “esa foto de las Azores”.

En la fotografía aparecían Bush; T. Blair; el anfitrión, el primer ministro portugués, Manuel Durao Barroso; y el antecesor de Zapatero, José María Aznar en una reunión en medio del Atlántico justo antes de que comenzasen los combates en Irak el pasado año.
 
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