Esta cita (y la fotografía) aparece en el libro de Clinton Heyling, "BOOTLEG. The Secret History of the Other Recording Industry". No hay información sobre fecha o medio donde se publicó.
A principios de los 80, Sony introdujo un nuevo medio de vídeo doméstico, el Video-8, que tenía la posibilidad de grabar en calidad digital. Esta fue la base para un nuevo medio de audio también, el DAT (Digital Audio Tape), una nueva fuente de controversias. Ante la posibilidad de eliminar el DAT para evitar la piratería, hubo algunas notables voces disidentes:
Michael Jackson: “El argumento de la compañía -que es lo mismo que entregar el master, y es algo que hay que detener-, es un argumento lógico, obviamente. Pero a mí personalmente no me importa en realidad… La idea de que la gente pida prestados mis discos a sus amigos y los graben, nunca me ha molestado. Mi preocupación es que cuanta más gente escuche mi música, mejor. De hecho, es que como lo van a hacer de todos modos, prefiero que lo hagan con calidad digital. Yo todavía voy a ganar suficiente dinero para vivir de un modo o de otro, ya sea a través de los beneficios de mis publicaciones, conciertos o lo que sea… Personalmente creo que, en ciertos aspectos, podría ser incluso bueno. Porque si los beneficios van disminuyendo, entonces quizás los abogados y los contables empiecen a desvanecerse, y el negocio de la música pueda volver a ser dirigido por gente que ame la música”.
A principios de los 80, Sony introdujo un nuevo medio de vídeo doméstico, el Video-8, que tenía la posibilidad de grabar en calidad digital. Esta fue la base para un nuevo medio de audio también, el DAT (Digital Audio Tape), una nueva fuente de controversias. Ante la posibilidad de eliminar el DAT para evitar la piratería, hubo algunas notables voces disidentes:
Michael Jackson: “El argumento de la compañía -que es lo mismo que entregar el master, y es algo que hay que detener-, es un argumento lógico, obviamente. Pero a mí personalmente no me importa en realidad… La idea de que la gente pida prestados mis discos a sus amigos y los graben, nunca me ha molestado. Mi preocupación es que cuanta más gente escuche mi música, mejor. De hecho, es que como lo van a hacer de todos modos, prefiero que lo hagan con calidad digital. Yo todavía voy a ganar suficiente dinero para vivir de un modo o de otro, ya sea a través de los beneficios de mis publicaciones, conciertos o lo que sea… Personalmente creo que, en ciertos aspectos, podría ser incluso bueno. Porque si los beneficios van disminuyendo, entonces quizás los abogados y los contables empiecen a desvanecerse, y el negocio de la música pueda volver a ser dirigido por gente que ame la música”.
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