Jackson5
0
Me levanto, miro la fecha, y recuerdo que hoy hace un año que inicié mi "ultima aventura". A estas horas del 9 de Abril del 2014, subía a un avión que me llevaría hasta la ciudad de Los Ángeles. La única información que sabía es que estaba invitado por el Estate de Michael Jackson, nada mas. Una vez en la ciudad, descubriría que estaba invitado a escuchar el nuevo disco de Michael Jackson (Xcape) en los estudios donde se grabó We Are The World. Una experiencia, que como muchas otras relacionadas con Michael, nunca olvidaré.
No estoy aquí para hablar de aquel viaje. Mucho se ha hablado, y si no, basta con "hemerotequear" un poco por este foro.
Echando la vista quince años atrás, yo era un fan de Michael con apenas 18 años, que solo había estado en un concierto y no tenía expectativas de mas. Entonces, y gracias a aquel invento llamado internet, conocí a tres personas que cambiarían literalmente mi vida. Hoy, si la tercera persona me permite, me voy a centrar solo en las otras dos. Xtarlight & Mpeziwe, o como los llamo yo. Toni y Laura.
Ellos, muy conscientes de lo que hacían, activaron ese interruptor que tenemos todos los fans de Michael, que consiste en impregnar nuestro cerebro de ideas locas y socialmente incorrectas. Hasta entonces, aquel concierto de Michael Jackson había sido la única experiencia hasta la fecha. No pensaba verle de nuevo hasta que Michael se decidiera realizar otro espectáculo. Ese era mi pensamiento entonces. Un pensamiento normal. Un pensamiento racional. No para Toni y Laura.
Ellos me animaron a viajar para "intentar" ver a Michael. Sin un éxito garantizado, sin una entrada de concierto que me asegurara verlo, sin las comodidades de horarios fijos y tiempos planificados. ¿Que locura era esa? Pues al final resultó ser la locura mas bonita del mundo.
Gracias a su empuje, me decidí y realicé un primer viaje (junto a ellos) a Londres, donde Micheel "estaba hospedado en un hotel". Eso era todo, "hospedado en un hotel". Por muchas ganas que tuviera de ver a mi ídolo, aquello me parecía una salvajada. Horas en la puerta de un hotel, para ver si por casualidad veía a una de las personas mas aisladas y protegidas del mundo. Muy bien, estamos todos locos.
Allí, he de decir que estreché lazos con Jaíme (Bubbles en el foro), la tercera persona en cuestión. Con él, realicé otras aventuras Michaeliananas que dan para varios libros. Las explicaré en otro momento.
Pero sin duda, aquel viaje a Londres, fue la primera piedra que iniciaría una aventura que duraría casi 10 años.
He viajado por medio mundo, he podido hablar con Michael en innumerables ocasiones, he visto su lado privado, me he podido fotografiar con él, he sentido el poder de caminar a su lado, he notado su magia y he conocido a miembros de su círculo mas cercano, y todo ello, gracias a ese primer empuje que Toni y Laura me dieron. Gracias a ese primer viaje que prácticamente tuvieron que obligarme a ello.
Recordando esos años, es bonito pensar que la mayoría de aventuras las he vivido junto a ellos. No puedo haber sido mas afortunado. Lo digo en serio.
Cuando Michael se fue, todo cambió. Mi mundo, al igual que el de todas las personas que le querían, se truncó de alguna manera. Todos perdimos algo importante. Todos perdimos a Michael de una manera distinta.
Entre otras tristes sensaciones, había una que me marcaba en especial. Nunca volvería a sentir los nervios de subirme a un avión para estar cerca de Michael. Esa sensación la tuve muchas veces durante diez años y de pronto me la privaron para siempre. Durante años aprendí a convivir con ello, reestructuré mi vida y me engañé muchas veces para hacerme creer que podía volver a ser plenamente feliz. Falacias. No podía.
Pero un día, de la nada, me llamaron ellos de nuevo. Toni y Laura, aquellos Xtarlight & Mpeziwe que conocí quince años atrás. Me llamaron para decirme que debía hacer las maletas y debía ir a Los Ángeles invitado por el Estate de Michael Jackson. Ellos habían recomendado al Estate que me invitaran para escuchar el nuevo disco. Otra vez ellos. Otra vez Toni y Laura.
Es verdad que Michael no estaba. Es verdad que no le iba a ver, pero desde su marcha, no había vuelto a sentir ese cosquilleo. Sentí a Michael en aquel estudio de grabación, y por su puesto, lo sentí al pie del lugar donde descansa. De una manera u otra, volví a viajar para estar cerca de Michael, y de nuevo, gracias a la generosidad de esas dos personas que conocí por internet.
Como una buena historia, el círculo se cierra. Xtarlight & Mpeziwe se encargaron de que yo fuera a esa última aventura, como hicieron con la primera quince años atrás. Gracias a ellos, volví a sentir ese cosquilleo, que se había marchado hacía tiempo para no volver. Nunca podré demostrar mi agradecimiento como se merece. Eternas gracias.
Me queda mucho por vivir, pero ya sé que esos fueron y serán los mejores años de mi vida.
Nueva York, 2001
Conocer a Michael cambió mi vida, mi forma de ser, mi forma de pensar, mi forma de actuar, soy lo que soy gracias a Michael Jackson, y eso se lo debo a las personas que me rodean. Gracias por cerrar el círculo.
No estoy aquí para hablar de aquel viaje. Mucho se ha hablado, y si no, basta con "hemerotequear" un poco por este foro.
Echando la vista quince años atrás, yo era un fan de Michael con apenas 18 años, que solo había estado en un concierto y no tenía expectativas de mas. Entonces, y gracias a aquel invento llamado internet, conocí a tres personas que cambiarían literalmente mi vida. Hoy, si la tercera persona me permite, me voy a centrar solo en las otras dos. Xtarlight & Mpeziwe, o como los llamo yo. Toni y Laura.
Ellos, muy conscientes de lo que hacían, activaron ese interruptor que tenemos todos los fans de Michael, que consiste en impregnar nuestro cerebro de ideas locas y socialmente incorrectas. Hasta entonces, aquel concierto de Michael Jackson había sido la única experiencia hasta la fecha. No pensaba verle de nuevo hasta que Michael se decidiera realizar otro espectáculo. Ese era mi pensamiento entonces. Un pensamiento normal. Un pensamiento racional. No para Toni y Laura.
Ellos me animaron a viajar para "intentar" ver a Michael. Sin un éxito garantizado, sin una entrada de concierto que me asegurara verlo, sin las comodidades de horarios fijos y tiempos planificados. ¿Que locura era esa? Pues al final resultó ser la locura mas bonita del mundo.
Gracias a su empuje, me decidí y realicé un primer viaje (junto a ellos) a Londres, donde Micheel "estaba hospedado en un hotel". Eso era todo, "hospedado en un hotel". Por muchas ganas que tuviera de ver a mi ídolo, aquello me parecía una salvajada. Horas en la puerta de un hotel, para ver si por casualidad veía a una de las personas mas aisladas y protegidas del mundo. Muy bien, estamos todos locos.
Allí, he de decir que estreché lazos con Jaíme (Bubbles en el foro), la tercera persona en cuestión. Con él, realicé otras aventuras Michaeliananas que dan para varios libros. Las explicaré en otro momento.
Pero sin duda, aquel viaje a Londres, fue la primera piedra que iniciaría una aventura que duraría casi 10 años.
He viajado por medio mundo, he podido hablar con Michael en innumerables ocasiones, he visto su lado privado, me he podido fotografiar con él, he sentido el poder de caminar a su lado, he notado su magia y he conocido a miembros de su círculo mas cercano, y todo ello, gracias a ese primer empuje que Toni y Laura me dieron. Gracias a ese primer viaje que prácticamente tuvieron que obligarme a ello.
Recordando esos años, es bonito pensar que la mayoría de aventuras las he vivido junto a ellos. No puedo haber sido mas afortunado. Lo digo en serio.
Cuando Michael se fue, todo cambió. Mi mundo, al igual que el de todas las personas que le querían, se truncó de alguna manera. Todos perdimos algo importante. Todos perdimos a Michael de una manera distinta.
Entre otras tristes sensaciones, había una que me marcaba en especial. Nunca volvería a sentir los nervios de subirme a un avión para estar cerca de Michael. Esa sensación la tuve muchas veces durante diez años y de pronto me la privaron para siempre. Durante años aprendí a convivir con ello, reestructuré mi vida y me engañé muchas veces para hacerme creer que podía volver a ser plenamente feliz. Falacias. No podía.
Pero un día, de la nada, me llamaron ellos de nuevo. Toni y Laura, aquellos Xtarlight & Mpeziwe que conocí quince años atrás. Me llamaron para decirme que debía hacer las maletas y debía ir a Los Ángeles invitado por el Estate de Michael Jackson. Ellos habían recomendado al Estate que me invitaran para escuchar el nuevo disco. Otra vez ellos. Otra vez Toni y Laura.
Es verdad que Michael no estaba. Es verdad que no le iba a ver, pero desde su marcha, no había vuelto a sentir ese cosquilleo. Sentí a Michael en aquel estudio de grabación, y por su puesto, lo sentí al pie del lugar donde descansa. De una manera u otra, volví a viajar para estar cerca de Michael, y de nuevo, gracias a la generosidad de esas dos personas que conocí por internet.
Como una buena historia, el círculo se cierra. Xtarlight & Mpeziwe se encargaron de que yo fuera a esa última aventura, como hicieron con la primera quince años atrás. Gracias a ellos, volví a sentir ese cosquilleo, que se había marchado hacía tiempo para no volver. Nunca podré demostrar mi agradecimiento como se merece. Eternas gracias.
Me queda mucho por vivir, pero ya sé que esos fueron y serán los mejores años de mi vida.
Nueva York, 2001
Conocer a Michael cambió mi vida, mi forma de ser, mi forma de pensar, mi forma de actuar, soy lo que soy gracias a Michael Jackson, y eso se lo debo a las personas que me rodean. Gracias por cerrar el círculo.
Última edición: