FeiLong
Volviendo a Neverland
Cómo decepcionamos a Michael Jackson: un artículo de opinión.
El mundo se jodió cuando se trató de Michael Joseph Jackson.
Vivimos en una época (o al menos eso nos gusta pensar) en la que adoptamos la verdadera individualidad, una época en la que se celebran nuestras diferencias y las oscuras luchas de las figuras públicas ya no se utilizan como forraje mediático. En 2022, quizás estemos más informados que nunca, debido a nuestra comprensión más profunda de la salud mental, el acoso, la autoestima y el impacto de los medios.
Donde antes los periodistas convencionales crucificaban (hablando metafóricamente) a figuras públicas por sus errores, omisiones, diferencias y luchas —usando esas cosas como desagradable puntos de venta— ahora nos encontramos como parte de una generación más comprensiva. Nos enfrentamos al acoso, nombramos y avergonzamos si vemos que las personas son atacadas injustamente y escuchamos con mente abierta cuando una persona crea conciencia sobre los problemas difíciles que está experimentando.
Todo esto es positivo, por supuesto, y no se puede argumentar lo contrario. Sin embargo, es difícil no contemplar la diferencia que nuestras actitudes actuales podrían haber supuesto para el artista Michael Jackson antes de su muerte, si se le hubiera concedido la misma comprensión y entendimiento que damos a otros hoy.
Sin exagerar, muchos de los partidarios de Jackson creen que es una de las figuras más vilipendiadas de la historia reciente. Si bien muchos pueden argumentar en contra de esto debido al asombroso éxito de su carrera musical, no se necesita mucha investigación para descubrir la forma venenosa en que los principales medios de comunicación (y una multitud de actitudes ignorantes del público) atacaron constantemente al cantante de algunas de las formas más insidiosas posibles.
Durante su vida, Michael Jackson compartió con el público que sufría de una condición de la piel llamada vitíligo, un problema médico que destruye la pigmentación de la piel y hace que se aclare y se ponga pálida en parches. Es casi inconcebible ahora recordar esa época, cuando los medios ignoraron esta información y en su lugar perpetuaron el mito erróneo de que Jackson había decidido blanquear su piel para poder "ser blanco". Los periodistas concibieron esta mentira y la llevaron a término, a pesar de que Jackson habló sobre su historial médico personal. Bien podrían haberlo llamado mentiroso.
En el mundo de hoy, los temas relacionados con la herencia, la raza y el origen étnico se tratan con extremo respeto, y con razón. Sin embargo, Jackson, en su época, fue acosado por una prensa que informó incorrectamente al mundo que no quería ser un hombre negro y que fue por su propia voluntad que su piel cambió. Fue solo después de la muerte, después de que el informe de la autopsia de Jackson confirmara que efectivamente había vivido con vitíligo, que las mentiras de los medios de comunicación finalmente se desterraron, pero pocos medios de prensa tradicionales, por no decir ninguno, parecían dispuestos a dar la cara para corregir sus informes insensibles del pasado. Es casi imposible imaginar que algo tan insensible suceda hoy en día, y afortunadamente así es.
Con el tiempo llegaron los titulares reivindicativos sobre la apariencia de Jackson, muchas medios de comunicación compartieron lo que creían que eran fotos "poco favorecedoras" de la estrella a lo largo de los años. Destacaron su cirugía facial con titulares como "Scarface" y "Freak" en la portada de los tabloides. Tal fue la burla de su apariencia por parte de la prensa que Jackson pronto comenzó a cubrirse la cara cuando estaba en público (esto también sería criticado eventualmente). Una vez más, es imposible imaginar que se le dé este tratamiento a cualquier otra celebridad o figura pública en la actualidad. De hecho, la cirugía plástica y la modificación del cuerpo se han vuelto tan comunes que parece haber pocos en Hollywood y en el mundo de la música que no hayan tenido algún tipo de alteración en su apariencia.
Michael Jackson era padre de tres hijos, y la prensa no tardó mucho en hacer comentarios salvajes sobre su papel como padre. Mientras que algunos famosos han sido criticadas por permitir que sus hijos desfilaran públicamente, con fotos compartidas entre la prensa y los medios, Jackson fue menospreciado por cubrir los rostros de sus hijos cuando estaban frente a la prensa, algo que hizo para proteger su identidad. Parecía que no podía hacer nada bien.
Parece que Jackson era muy consciente de la percepción que existía sobre él. Tal vez por eso accedió a ser entrevistado por el periodista Martin Bashir en 2003. Televisado en todo el mundo, Jackson invitó a Bashir a su hogar, vida y círculo íntimo durante 6 meses, tratando de compartir la verdad sobre sí mismo y disipar los mitos perjudiciales que habían llegado a rodearlo. Jackson, al parecer, confiaba en Bashir y le hablaba de temas íntimos relacionados con su infancia, el abuso que sufrió y su cirugía.
El especial de dos horas resultante fue un golpe para Jackson, quien se sintió amargamente traicionado por la forma en que Bashir lo retrató y la forma manipuladora en que había editado el programa. De hecho, más tarde un abogado pidió una investigación sobre Bashir y la entrevista, alegando que Jackson había sido explotado y engañado. No parece sorprender a muchos que Bashir haya sido fuertemente criticado desde entonces por la forma en que manejó su entrevista de Panorama con la princesa Diana en 1995 (supuestamente falsificó documentos para ganarse la confianza de la princesa).
Incluso en su muerte, a Jackson se le concedió poca dignidad. Las fotografías de su cadáver se aparecieron en numerosas portadas, sin pensar en el impacto que esto podría tener para sus propios hijos y su familia. Para un artista que pasó su vida siendo destrozado por los principales medios de comunicación, parecía que incluso en su muerte no se le iba a conceder intimidad. Las fotografías de su autopsia se compartieron rápidamente en Internet y la prensa, y con ello revelamos más sobre nosotros mismos como sociedad.
Michael Jackson parecía ser un blanco fácil y sin importar cuántas veces intentara expresar su dolor personal, nada cambió. Pasó mucho tiempo lamentando su infancia perdida (Jackson comenzó a cantar a la tierna edad de 5 años) y a menudo dijo que había sufrido abuso físico en sus primeros años. Sufrió graves quemaduras en la cara y el cuero cabelludo en un incendio en los años 80, lo que le provocó años de dolor intenso. Pasó un tiempo en rehabilitación en los años 90 tratando de superar sus problemas. Se le acusó públicamente de un delito que insistió en que no había cometido (en 2005 tuvo su momento en los tribunales por las acusaciones y fue declarado no culpable de todos los cargos de supuestos abusos). Estos momentos formaron parte de la vida y la carrera de Jackson.
Como artista, Jackson cambió la cara del mundo de la música. Su innegable talento dio como resultado ventas récord e innovadores vídeos musicales. Su habilidad para el baile se adelantó a su tiempo y el impacto de su influencia todavía se siente hoy. Para muchos, sin embargo, sirve como un claro recordatorio de la crueldad de la prensa dominante que daba prioridad a los rumores sobre los hechos, que presionó el bienestar de una celebridad y que se burló y menospreció el aspecto y el estilo de vida de la estrella.
Hoy en día, tratamos con más cuidado (o intentamos) la delicadeza de la vida privada de los famosos tratando de respetar al ser humano detrás de los titulares. Nos damos cuenta de la importancia de respetar nuestras diferencias y experiencias, de la fragilidad de la salud mental y del impacto que la prensa y la sociedad pueden tener sobre un individuo. En la época de Michael Jackson, no se le concedieron estos derechos básicos. Se le apartó y se le convirtió en un "juego justo" para los titulares morbosos y venenosos y, de este modo, Jackson fracasó. Si una figura pública fuera tratada de esta manera en 2022, habría una protesta. Simplemente no lo tendríamos.
Si bien nada de lo que digamos o hagamos puede borrar la verdad sobre el papel despreciable de los medios de comunicación al atacar maliciosamente a su personaje, quizás el mayor tributo que podamos hacer en la memoria de Jackson es no permitir que algo así vuelva a suceder. Que sigamos avanzando con nuestra comprensión de lo que significa ser una sociedad compasiva. Con algo más que hashtags pegadizos en las redes sociales, que vivamos esta verdad en la forma en que nos tratamos unos a otros. En nuestras propias actitudes. Esas diferencias deben empezar, sin duda, por cada uno de nosotros.
[Artículo original]
El mundo se jodió cuando se trató de Michael Joseph Jackson.
Vivimos en una época (o al menos eso nos gusta pensar) en la que adoptamos la verdadera individualidad, una época en la que se celebran nuestras diferencias y las oscuras luchas de las figuras públicas ya no se utilizan como forraje mediático. En 2022, quizás estemos más informados que nunca, debido a nuestra comprensión más profunda de la salud mental, el acoso, la autoestima y el impacto de los medios.
Donde antes los periodistas convencionales crucificaban (hablando metafóricamente) a figuras públicas por sus errores, omisiones, diferencias y luchas —usando esas cosas como desagradable puntos de venta— ahora nos encontramos como parte de una generación más comprensiva. Nos enfrentamos al acoso, nombramos y avergonzamos si vemos que las personas son atacadas injustamente y escuchamos con mente abierta cuando una persona crea conciencia sobre los problemas difíciles que está experimentando.
Todo esto es positivo, por supuesto, y no se puede argumentar lo contrario. Sin embargo, es difícil no contemplar la diferencia que nuestras actitudes actuales podrían haber supuesto para el artista Michael Jackson antes de su muerte, si se le hubiera concedido la misma comprensión y entendimiento que damos a otros hoy.
Sin exagerar, muchos de los partidarios de Jackson creen que es una de las figuras más vilipendiadas de la historia reciente. Si bien muchos pueden argumentar en contra de esto debido al asombroso éxito de su carrera musical, no se necesita mucha investigación para descubrir la forma venenosa en que los principales medios de comunicación (y una multitud de actitudes ignorantes del público) atacaron constantemente al cantante de algunas de las formas más insidiosas posibles.
Durante su vida, Michael Jackson compartió con el público que sufría de una condición de la piel llamada vitíligo, un problema médico que destruye la pigmentación de la piel y hace que se aclare y se ponga pálida en parches. Es casi inconcebible ahora recordar esa época, cuando los medios ignoraron esta información y en su lugar perpetuaron el mito erróneo de que Jackson había decidido blanquear su piel para poder "ser blanco". Los periodistas concibieron esta mentira y la llevaron a término, a pesar de que Jackson habló sobre su historial médico personal. Bien podrían haberlo llamado mentiroso.
En el mundo de hoy, los temas relacionados con la herencia, la raza y el origen étnico se tratan con extremo respeto, y con razón. Sin embargo, Jackson, en su época, fue acosado por una prensa que informó incorrectamente al mundo que no quería ser un hombre negro y que fue por su propia voluntad que su piel cambió. Fue solo después de la muerte, después de que el informe de la autopsia de Jackson confirmara que efectivamente había vivido con vitíligo, que las mentiras de los medios de comunicación finalmente se desterraron, pero pocos medios de prensa tradicionales, por no decir ninguno, parecían dispuestos a dar la cara para corregir sus informes insensibles del pasado. Es casi imposible imaginar que algo tan insensible suceda hoy en día, y afortunadamente así es.
Con el tiempo llegaron los titulares reivindicativos sobre la apariencia de Jackson, muchas medios de comunicación compartieron lo que creían que eran fotos "poco favorecedoras" de la estrella a lo largo de los años. Destacaron su cirugía facial con titulares como "Scarface" y "Freak" en la portada de los tabloides. Tal fue la burla de su apariencia por parte de la prensa que Jackson pronto comenzó a cubrirse la cara cuando estaba en público (esto también sería criticado eventualmente). Una vez más, es imposible imaginar que se le dé este tratamiento a cualquier otra celebridad o figura pública en la actualidad. De hecho, la cirugía plástica y la modificación del cuerpo se han vuelto tan comunes que parece haber pocos en Hollywood y en el mundo de la música que no hayan tenido algún tipo de alteración en su apariencia.
Michael Jackson era padre de tres hijos, y la prensa no tardó mucho en hacer comentarios salvajes sobre su papel como padre. Mientras que algunos famosos han sido criticadas por permitir que sus hijos desfilaran públicamente, con fotos compartidas entre la prensa y los medios, Jackson fue menospreciado por cubrir los rostros de sus hijos cuando estaban frente a la prensa, algo que hizo para proteger su identidad. Parecía que no podía hacer nada bien.
Parece que Jackson era muy consciente de la percepción que existía sobre él. Tal vez por eso accedió a ser entrevistado por el periodista Martin Bashir en 2003. Televisado en todo el mundo, Jackson invitó a Bashir a su hogar, vida y círculo íntimo durante 6 meses, tratando de compartir la verdad sobre sí mismo y disipar los mitos perjudiciales que habían llegado a rodearlo. Jackson, al parecer, confiaba en Bashir y le hablaba de temas íntimos relacionados con su infancia, el abuso que sufrió y su cirugía.
El especial de dos horas resultante fue un golpe para Jackson, quien se sintió amargamente traicionado por la forma en que Bashir lo retrató y la forma manipuladora en que había editado el programa. De hecho, más tarde un abogado pidió una investigación sobre Bashir y la entrevista, alegando que Jackson había sido explotado y engañado. No parece sorprender a muchos que Bashir haya sido fuertemente criticado desde entonces por la forma en que manejó su entrevista de Panorama con la princesa Diana en 1995 (supuestamente falsificó documentos para ganarse la confianza de la princesa).
Incluso en su muerte, a Jackson se le concedió poca dignidad. Las fotografías de su cadáver se aparecieron en numerosas portadas, sin pensar en el impacto que esto podría tener para sus propios hijos y su familia. Para un artista que pasó su vida siendo destrozado por los principales medios de comunicación, parecía que incluso en su muerte no se le iba a conceder intimidad. Las fotografías de su autopsia se compartieron rápidamente en Internet y la prensa, y con ello revelamos más sobre nosotros mismos como sociedad.
Michael Jackson parecía ser un blanco fácil y sin importar cuántas veces intentara expresar su dolor personal, nada cambió. Pasó mucho tiempo lamentando su infancia perdida (Jackson comenzó a cantar a la tierna edad de 5 años) y a menudo dijo que había sufrido abuso físico en sus primeros años. Sufrió graves quemaduras en la cara y el cuero cabelludo en un incendio en los años 80, lo que le provocó años de dolor intenso. Pasó un tiempo en rehabilitación en los años 90 tratando de superar sus problemas. Se le acusó públicamente de un delito que insistió en que no había cometido (en 2005 tuvo su momento en los tribunales por las acusaciones y fue declarado no culpable de todos los cargos de supuestos abusos). Estos momentos formaron parte de la vida y la carrera de Jackson.
Como artista, Jackson cambió la cara del mundo de la música. Su innegable talento dio como resultado ventas récord e innovadores vídeos musicales. Su habilidad para el baile se adelantó a su tiempo y el impacto de su influencia todavía se siente hoy. Para muchos, sin embargo, sirve como un claro recordatorio de la crueldad de la prensa dominante que daba prioridad a los rumores sobre los hechos, que presionó el bienestar de una celebridad y que se burló y menospreció el aspecto y el estilo de vida de la estrella.
Hoy en día, tratamos con más cuidado (o intentamos) la delicadeza de la vida privada de los famosos tratando de respetar al ser humano detrás de los titulares. Nos damos cuenta de la importancia de respetar nuestras diferencias y experiencias, de la fragilidad de la salud mental y del impacto que la prensa y la sociedad pueden tener sobre un individuo. En la época de Michael Jackson, no se le concedieron estos derechos básicos. Se le apartó y se le convirtió en un "juego justo" para los titulares morbosos y venenosos y, de este modo, Jackson fracasó. Si una figura pública fuera tratada de esta manera en 2022, habría una protesta. Simplemente no lo tendríamos.
Si bien nada de lo que digamos o hagamos puede borrar la verdad sobre el papel despreciable de los medios de comunicación al atacar maliciosamente a su personaje, quizás el mayor tributo que podamos hacer en la memoria de Jackson es no permitir que algo así vuelva a suceder. Que sigamos avanzando con nuestra comprensión de lo que significa ser una sociedad compasiva. Con algo más que hashtags pegadizos en las redes sociales, que vivamos esta verdad en la forma en que nos tratamos unos a otros. En nuestras propias actitudes. Esas diferencias deben empezar, sin duda, por cada uno de nosotros.
[Artículo original]
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