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Michael Jackson En Chile Crónicas del Mercurio

Martes, 19 de Octubre de 1993

Michael Jackson ya recorrió Santiago

Anoche, pocas horas después de su llegada a Chile, el artista norteamericano visitó tres locales, donde adquirió películas, compact disc y equipos musicales. Jackson arribó a las cinco de la tarde al país, en su avión particular, y fue recibido por más de mil personas en el aeropuerto y en el hotel.

Tres horas después de su llegada a Chile, el artista norteamericano Michael Jackson abandonó el hotel donde aloja para realizar un breve recorrido por algunos locales comerciales de la capital. A partir de las ocho de la noche, Jackson y unas 20 personas entre miembros de su equipo de seguridad y productores locales visitaron tres tiendas de arriendo de videos y de venta de cassettes y equipos musicales.

El recorrido partió en la Feria del Disco ubicada en avenida Suecia con Providencia, desde donde se trasladó al local Errol's de Vitacura 5446. Allí, Jackson adquirió 21 películas, de acción la mayoría de ellas, según informó Marco Herrera, uno de los dependientes.

"Simpático'', encontró Herrera al cantante, quien permaneció por espacio de 45 minutos en el local en compañía de los tres niños que integran la comitiva oficial. Agregó que quince minutos antes de la llegada del artista les avisaron de su visita y que un minuto antes de su ingreso cerraron el local. Adquirió un filme de karatecas Bruce Lee habría sido el actor elegido y también "El guardaespaldas''. Pidió "Moonwalker'', que protagoniza el mismo Jackson, pero estaba arrendada.

Según advirtió, Herrera no supo si la compra que también incluyó chocolates y otras golosinas fue cancelada en dólares, cheques o pesos. Sí notó que la chaqueta de Jackson lucía un dibujo de Peter Pan en la espalda.

Alrededor de las nueve de la noche, el artista llegó a Desibelius, de calle Presidente Riesco, donde esperaban su visita desde las dos de la tarde. Cerrado el local para público en general, Jackson permaneció en su interior durante una hora y treinta minutos. Entró, saludó y de inmediato se dirigió a la sala de proyecciones, donde pidió ver, en video láser, un recital de su hermana Janet y un video suyo.

Le exhibieron "Thriller'' a todo volumen, tal como lo pidió.

Luego adquirió un video láser de Janet y otro de Tears for Fear. También compró un mini discman y audífonos. De regaló se llevó un compact, también de su hermana y, en agradecimiento, firmó seis poleras. El personal de la tienda encontró "muy educado'' al artista, quien se retiró del local cubierto por sus guardaespaldas, ya que en el exterior se había reunido una gran cantidad de curiosos.

El recorrido terminó a las 22.30 horas y constituyó la primera aparición pública del cantante tras su arribo a Chile, a las cinco de la tarde. A esa hora aterrizó su jet privado en Pudahuel y quince minutos después los mocasines negros de Jackson pisaron suelo chileno.

El astro del pop venía de Brasil, donde realizó un par de recitales dentro de la gira "Dangerous'', la misma que lo tiene en el país. Descendió lentamente, sujetándose con una mano los lentes oscuros y con la otra un sombrero negro. Un par de helicópteros de Carabineros revolotearon a corta distancia aumentando la expectación del momento.

Su figura delgada, sus pantalones negros y su camisa roja resaltaron en una tarde de pleno sol. A la bajada del avión, el artista fue esperado por el productor de sus dos conciertos en Chile, Ernesto Clavería, quien asistió al saludo protocolar acompañado de sus dos hijos pequeños vestidos de huaso.

También había un menor lisiado y otro del Hogar de Cristo. Un enorme guardaespalda de color se le acercó con un quitasol blanco, el que exige para evitar bronceados sobre su piel. Jackson se portó bien con el protocolo de una recepción impecable y correctamente ordenada. Sonrió y recibió cordialmente flores y presentes.

Saludó con la mano a la prensa y a los trabajadores del aeropuerto que fueron mantenidos a distancia por miembros de la Fuerza Aérea provistos de cascos y lumas. A unos cincuenta metros, integrantes del Bafochi bailaban con sus trajes de huaso en la pista, tratando de llamar la atención de Jackson. La única música que tenían de fondo era el ruido infernal de los aviones y el del viento que parecía capaz de volar cualquier cosa que se moviera.

El esquinazo que le ofrecieron hubiese sido infructuoso si un asistente del artista no se acerca a él y le hace patente la delicadeza de los anfitriones. Entonces, Jackson levantó la vista y saludó a los agitados bailarines con un leve gesto de la mano.

Luego de la bienvenida, ceremonia que duró unos cinco minutos, el artista subió en la misma losa a una caminoneta blanca, la que de inmediato abandonó el aeropuerto rumbo al hotel. A la salida del terminal lo esperaban, retenidos con barreras, unos trescientos fans criollos.

Al pasar frente a ellos y ante el perplejo de sus admiradores, Jackson hizo detener la camioneta y en medio de un fuerte contingente policial caminó hacia los acalorados muchachos para saludarlos.
Pudo avanzar varios metros ante la histeria y el acoso de la muchedumbre.

Fue un momento de desbande. Al centro de una marea verde, la figura rojiza del cantante se veía repartiendo besos y elevando la mano en medio del griterío.

Como la euforia iba en aumento, debió subirse rápidamente a su transporte para abandonar Pudahuel de una vez. Entonces, algunos que no querían que ese momento se esfumara, se avalanzaron sobre el vehículo tratando de retener al artista por unos segundos más. Fue inútil. Jackson se alejó irremediablemente ante el llanto de emoción de muchos que quizás nunca soñaron con tenerlo al alcance de la mano.

Al abandonar el términal, la camioneta se desvió de su trayecto original: Alameda y luego Providencia. La comitiva prefirió Vespucio, logrando esquivar a los curiosos que apenas lograron darse cuenta de que el astro había pasado por ahí. A una velocidad que superó los 150 kilómetros por hora, el cantante norteamericano viajó 25 minutos para ingresar al hotel Hyatt directamente por el subterráneo. Faltaban diez minutos para las seis de la tarde.

Las calles aledañas al recinto, Cerro Colorado y Alonso de Córdoba, fueron cerradas minutos antes de que Michael hiciera su veloz arribo. En ese momento, los miles de fans que lo esperaban irrumpieron en gritos y, con la ilusión de ver y, quizas, tocar a la estrella, corrieron hasta el ingreso principal del hotel.

En masa se abalanzaron hacia los ventanales, pero la gran cantidad de efectivos policiales logró mantener a distancia a los jóvenes que empezaron a gritar ``Michael, Michael'', mientras una emocionada niña aseguraba, con más gritos y algunas lagrimas, haberlo visto.

Después de unos quince minutos y ante la imposibilidad de ver al ídolo, los fans fueron abandonando el lugar. Momentos después, otras camionetas llegaron con el equipaje de Jackson, el que incluye una máquina de juguete para hacer cabritas.
Tras permanecer algunos minutos en su habitación en el piso 19, Michael se paseó sin problemas por el lobby del hotel en compañía de los tres niños que viajan con él.

Aunque las actividades del cantante aún no están confirmadas, se espera que durante su estada visite hogares de menores y de ancianos.
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Viernes, 22 de Octubre de 1993

Y ahora dejó esperando a 50 mil personas

Problemas musculares se adujeron para la postergación del recital que debía ofrecer anoche en el Estadio Nacional, al cual se esperaba una masiva asistencia. La suspensión se conoció pocas horas antes del inicio del show.

Como ha sido habitual en su actual gira, Michael Jackson suspendió ayer el primero de los dos conciertos que debe ofrecer en el país. La postergación de su debut en suelo chileno se debió, según informó su médico personal, David Forecast, a un problema muscular en la espalda que afectó al artista. Dicha lesión, de acuerdo a Forecast, se la provocó durante su último show en la ciudad de Sao Paulo.

La medida sorprendió a las cerca de tres mil personas que ya habían ingresado al Estadio Nacional, algunos de los cuales pernoctaron fuera del recinto con la intención de ser los primeros en entrar y así alcanzar una buena ubicación. Lograron hacerlo alrededor de las dos de la tarde, oportunidad en que se abrieron las puertas del coliseo deportivo.

Sin embargo, a las 16.30 horas los entusiasmados fans del músico norteamericano fueron advertidos por parlantes que el concierto había sido cancelado y que debían abandonar el lugar.

Pese al evidente malestar, no hubo reacciones violentas. Siguiendo las indicaciones de Carabineros, el público abandonó las aposentadurías y concurrió a la zona donde sus boletos fueron revalidados para el lunes, día en que se realizaría el suspendido concierto de ayer. El de mañana se mantiene inalterable, ya que el médico aseguró que para esa fecha Jackson estaría totalmente recuperado.

La noticia oficial de la suspensión del show la dieron a conocer anoche Ernesto Clavería, empresario que contrató al cantante; Forecast; y Bob Jones, vocero del grupo y alto ejecutivo de Mamma Concert, la empresa dueña de la actual gira, en una concurrida conferencia de prensa.

Clavería señaló que durante la noche de ayer se reuniría con autoridades de Digeder (dueños del estadio) y Carabineros para ver la posiblidad de cambiar el show postergado para el lunes o martes.

Al cierre de esta edición, trascendió que Carabineros se opondría a la realización del recital de Michael Jackson el próximo lunes, ya que no estarían dispuestos a distraer el contingente que esa actividad requiere, nuevamente. Ello porque eso significaría un gasto de recursos humanos y materiales que están destinados a la seguridad ciudadana.

De ser así, es prácticamente imposible la realización de un show para reemplazar al de ayer.

Práctica habitual
No es nuevo que Michael Jackson suspenda un concierto. Es más, está considerado como uno de los artistas que más seguido lo ha hecho. La mayoría de las veces, las razones esgrimidas para no cumplir con sus recitales, en la hora y día fijados, dicen relación con enfermedades del cantante. Pero suelen coincidir con otros problemas que afectan su imagen.

Ya en febrero del año pasado, canceló una parte de su tour por Africa.

Había sido objeto de airadas críticas por "despreciar'' al público africano, luego que dejara plantado al Ministro de Relaciones Exteriores de Tanzania en el aeropuerto y se precipitara dentro de un automóvil apretándose la nariz con los dedos.
El año pasado volvió a tener problemas durante la sección europea de la monumental gira ``Dangerous'', que comenzó en junio de 1992 en Munich y que se extendería en 1993 a Sudamérica.

El viernes 2 de octubre del año pasado sufrió un desmayo después de ofrecer un recital en Rumania, por lo que viajó inmediatamente a Londres, cancelando sus conciertos programados para Turquía y Grecia. La razón aducida fue que había tenido un problema en sus cuerdas vocales.

El actual tramo de su gira partió cancelando dos conciertos en Hong- Kong, "por problemas de fecha y por tener otros asuntos pendientes'', según se dijo. Por eso inició el tour, finalmente, en Bangkok, capital de Tailandia. Pero fue entonces que lo sacudió la acusación por abusos deshonestos y pospuso su recital en esa ciudad. La razón esta vez fue que Michael Jackson fue víctima de una "deshidratación'' debido al clima tropical.

Una semana después, nuevamente pospuso un concierto, pero sólo 15 minutos antes de la hora de inicio, con la consiguiente ira de los 40 mil asistentes.

Ahora, los motivos fueron un fuerte dolor de cabeza y náuseas. Luego, antes de venir a Sudamérica, dejó plantados a los australianos, cancelando su recital en ese país.

Finalmente, tras no tener mayores problemas en Argentina, llegó a Chile, donde acabó suspendiendo el concierto que estaba fijado para anoche.

Nuevamente la excusa fue su salud. Y, nuevamente también, se enfrenta a una mala publicidad: el plantón a un grupo de niños con cáncer.
 
Sabado, 23 de Octubre de 1993. Se reunio con 17 menores:
Y finalmente visitó a los niños con cáncer

Michael Jackson fue ayer al Hospital Calvo Mackenna. Personal del recinto y parientes de los pequeños lo despidieron con pifias e insultos.


La tercera fue la vencida. Pasadas las 17:00 horas de ayer, Michael Jackson llegó al hospital Luis Calvo Mackenna para visitar a 17 niños enfermos de cáncer.


El artista subió a pie los tres pisos que conducen al pabellón de oncología. A las 17:31 horas hizo su ingreso al largo pasillo que conduce a las habitaciones de los niños. Los primeros en entrar al lugar fueron dos de sus cuatro guardaespaldas personales, quienes advirtieron a dos camarógrafos y al reportero gráfico de "El Mercurio'' (únicos medios en el lugar) que las filmaciones y las fotografías estaban prohibidas.



Jackson entró en medio de una gran expectación. Vestía pantalón negro, camisa roja y una casaca oscura llena de chapas brillantes en su espalda.


Apenas una sonrisa dejaba ver su rostro pálido, cubierto por lentes de sol y un sombrero de ala ancha que le caía ladeado sobre la frente. Caminó lentamente entre pocos pero desordenados testigos.

Firmó autógrafos


Al llegar al final del pasillo de unos cuarenta metros, ingresó a la sala donde estaban dispuestas las habitaciones de los niños enfermos. El artista se hizo acompañar en esta ocasión por su médico personal, David Forecast, su camarógrafo, un fotógrafo y dos de los niños que lo acompañan en la gira.


Media hora permaneció al interior de las habitaciones. Jackson se quitó los lentes para conversar con cada uno de los 17 niños, de los cuales 5 son pacientes ambulatorios y 12 son los hospitalizados, algunos de estos últimos terminales. El artista firmó autógrafos en pósters y en el jockey de un pequeño.


Conversó y departió mientras su médico se interiorizaba del estado de los pacientes. Víctima de la emoción del momento, uno de los niños que acompañaba a Jackson sufrio un desmayo, debiendo ser sacado en brazos por uno de sus guardaespaldas.

Pifias al salir


A la salida, el desorden se acrecentó ante la llegada al lugar de numeroso personal del Calvo Mackenna. La seguridad del artista estaba cubierta por sus escoltas personales más otros 23 efectivos de la empresa Prodin y Carabineros. Cuando Jackson abandonaba el hospital fue pifiado e insultado por trabajadores del recinto y algunas madres, debiendo salir apresuradamente entre el gentío y alboroto.


De acuerdo a lo expresado por el doctor Julio Montt, Director de Oncología del Calvo Mackenna, la visita de Jackson les fue avisada con treinta minutos de anticipación. "Nos contactaron los miembros de la Fundación Oncológica de Las Condes y nos explicaron que ya en dos oportunidades este artista no había concurrido a una reunión con ellos. Jackson entró al pabellón y todo se desarrolló con normalidad al interior de éste''.


La directiva de la Fundación, Liliana Averill, recibió un llamado a las 14.30 horas de ayer en su casa. Era de la empresa Prodin encargada de la venida del astro para informarle la intención del cantante de visitar a los niños.


En ese momento se decidió que serían los del Calvo Mackenna. Una comisión de seguridad de Jackson visitó el hospital para trazar un plan de visita. Se revisaron los accesos y se determinó que los ascensores estaban en mal estado, por lo que el artista debió subir por las escaleras. Con el visto bueno volvieron al Hyatt. Entonces, sólo entonces, salió Jackson del hotel.


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Domingo, 24 de Octubre de 1993:

65 mil espectadores aclamaron al artista

El cantante norteamericano demostró un gran despliegue escénico y de expresión corporal. Sus interpretaciones fueron ovacionadas por el masivo público que se hizo presente desde tempranas horas en el Estadio Nacional.

Eran las 21 horas y las luces del Estadio Nacional se apagaron lentamente. Los sesenta y cinco mil espectadores estallaron en un aullido impresionante. Antorchas se prendieron en la oscuridad, demostrando que todo los percances que había tenido la visita de Michael Jackson a partir del lunes, habían sido superados.

El estadio ya a oscuras. En las pantallas comenzó a proyectarse un video que mostraba escenas captadas en los distintos países que ha incluido el tour, mientras se escuchaba el inicio del oratorio "Carmina Burana'', junto a los ensordecedores gritos del público.

Minutos después se encendieron las luces en el escenario y Michael Jackson emergió desde el suelo, mientras una cascada de fuegos artificiales le servía de cortina de fondo. La gente comenzó a gritar su nombre, pero él se mantuvo inmóvil. Lentamente se sacó los anteojos oscuros y comenzó el espectáculo. La primera canción fue ``Jam'', con un gran despliegue de coreografías y fuegos artificiales.

Cuando cantó "He is out of my life'', una adolescente subió al escenario, lo abrazó fuertemente y le dio un prolongado beso en la boca.

Luego, el artista dijo: "1977. Les cantaré las viejas canciones al viejo estilo'' e interpretó "ABC'' y "I'll be there'', entre un meadley de canciones de su época con los Jackson Five.

Pese a las interrupciones que el cantante hizo entre canción y canción, donde el escenario quedaba oscuro por tres o cuatro minutos, el furor del público no se extinguió nunca. Momentos álgidos se sintieron durante las más de dos horas que se prolongó el show, especialmente, en sus grandes éxitos como "Billie Jean'', "Smooth criminal'' o "Thriller'', piezas donde Jackson desarrolló verdaderos video clips sobre el escenario.

La experiencia de anoche tuvo por adjetivo la más completa emoción.
Jackson fue idolatrado como sólo se hace con un mito y él se comportó distante e inalcanzable, como se comportan también los mitos.

Horas previas
Como estaba programado, el público comenzó a ingresar al Estadio desde las 14 horas. Una total normalidad caracterizó la entrada sin que se registraran incidentes. Efectivos de carabineros del OS-7 y de fuerzas especiales controlaron los diferentes accesos al recinto. En tanto, más de 140 voluntarios de la Cruz Roja fueron responsables de la asistencia médica.

Paramédicos, enfermeros y médicos atendieron numerosos casos de dolores de cabeza, desmayos, ataques de histeria y cansancio. Sin embargo, no se registraron casos graves. Alrededor de las 19.30 horas Jackson llegó al Estadio Nacional. Una escolta de 700 carabineros lo custodió en su trayecto al recinto deportivo, donde los impacientes asistentes comenzaron a hacer olitas y a cantar temas de Los Beatles, música que amenizó la espera.

Antes de salir a escena, el artista recibió de los ejecutivos de la Sony, su sello discográfico, galardones por el triple platino de su disco "Dangerous''; doble platino por "Thriller'', y doble platino por "Bad'', que suman 140 mil copias vendidas en Chile.

Las compras
Cinco horas antes de que comenzara el espectáculo y mientras el público esperaba en el estadio, el artista decidió salir de su encierro junto a los tres pequeños amigos que lo acompañan en la gira. Vestido con una chaqueta negra y roja que en el dorso llevaba estampada la figura de Peter Pan, más una mascarilla en la boca para evitar el contacto con el smog, se dirigió hacia Isidora Goyenechea esquina Luz, lugar donde se ubica una casa de antiguedades.

Allí adquirió dos figuras de niños en bronce, una escultura de mármol también de niño y un cuadro. La tienda, con todos sus objetos, fue previamente grabada por el séquito del cantante, para que Jackson decidiera en el hotel las piezas que iba a adquirir.
 
Última edición:
Domingo, 24 de Octubre de 1993:
Michael Jackson: Calculadamente espectacular


El artista ofreció anoche uno de los mejores conciertos que se hayan presentado en nuestro país.

Estaba todo previsto. La explosión de júbilo que se apoderó de un Estadio Nacional repleto cuando, a las 21:05 horas, la música ambiente y las luces se fueron a negro. Hubo una ovación de histeria cuando en las pantallas gigantes de cuarzo líquido instaladas a ambos costados del escenario comenzó la proyección del clip de apertura del "Dangerous World Tour'', al son de "Carmina Burana''.

Después de un par de minutos, el indiscutido rey del pop, fue eyectado de la parte baja del escenario en medio de cascadas de fuegos artificiales.

Y es que Michael Jackson, que duda cabe, anoche ofreció uno de los mejores espectáculos que hayan llegado hasta nuestro país. Porque en cada detalle, en cada uno de sus desplazamientos, quedó claro un profesionalismo de primer nivel. Los efectos visuales, la coordinación coreográfica y la sincronización de luces y un audio nítido y perfecto en todo momento mantuvieron un control absoluto. El público, más de 60 mil personas, estuvo durante toda la jornada con las ganas al tope.

Todo comenzó con "Jam'', uno de los singles de su último disco "Dangerous''. Eso después que Jackson, vestido como siempre con su militar traje negro con ribetes dorados dejara su inmovilidad inicial para comenzar el espectáculo. Para abrir el delirio con sus movimientos estudiados durante años.

El repertorio siguió con "Wanna be startin' somethin''', luego de que el artista tomara un breve y silencioso descanso. Una pausa que se repitió durante todo el show y que, la verdad, en ningún momento enfrío los ánimos del público. A esas alturas todo estaba claro. Su actuación, orientada indudablemente más al pop que al rock, fue una demostración de lujo de lo que se puede conseguir con un despliegue técnico y visual de gran factura.

Porque lo que hace Michael Jackson sobre el escenario no cabe sólo dentro de los parámetros musicales. Por supuesto que no. Este es un espectáculo integral, donde la espectacular forma domina al fondo.

Por eso cuando "Smooth criminal'', otro de sus hits, fue antecedido con una espectacular demostración de baile. Por eso sus agentes de seguridad permitieron que subiera una efusiva joven al escenario y abrazara y besara en la boca al cantante con toda libertad. Por eso, el artista representaba con cierta credibilidad el papel de hombre emocionado hasta las lágrimas durante algunos pasajes de su concierto.

"Thriller'' y "Billie Jean'' fueron los momentos más altos de la noche.

Caminando para atrás, jugueteando con las luces, Michael Jackson hizo gala de sus mejores cualidades escénicas. Pero los minutos pasaban y llegó el turno de "Black and white'', que fue adornado con un potente riff rockero y con "Heal the world'', acompañado de una veintena de niños chilenos, su himno pacifista por excelencia, Jackson dejó el escenario después de repetir en un castellano agitado: "Los quiero mucho''.

Su despedida fue con "Man in the mirror'', una canción que se fue alargando y alargando mientras el cantante presentaba a cada uno de los miembros de su banda, coro y bailarines. Una vez más, la única frase que repitió al público fue: "Los quiero, los quiero''.

Lo dijimos al comienzo. Estaba todo previsto.
 
jajaj dure como media hora en leerme toda, aunque no soy de chile, me intereso muchos leer esto, que mal que lo hayan insultado!! pero ya esta echo... y lo del beso de la fan, pense que lla unica que lo habia besado en la boca era la chica de argentina, pero he visto el video con mas detenimiento y solo se lo da a mitad de boca, quisiera ver el de esta chica de chile
 
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