Grencia
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Noticia fresquita, del diario Clarin de Argentina a punto de salir a la calle!
Lean a partir de la mitad...
Fue un asalto muy particular. Tres hombres se metieron en una casa de Ringuelet y tuvieron dos horas amenazados a una mujer y su hijo. Durante ese tiempo —muy relajados— comieron y tomaron todo lo que encontraron en la heladera y hasta se pusieron a bailar en medio de la cocina. Cuando quedaron satisfechos, desvalijaron la casa, cargaron todo en la camioneta de la familia y escaparon.
El asalto fue en un casa de la calle 11 entre 513 y 514. La dueña, Marta Bugani, escuchó el timbre y luego observó por la ventana a un hombre, que le preguntó: "¿Está Manolo? "Avísele que está Gustavo". La mujer pensó que buscaban a su hijo (se llama Alejandro Manuel Moreira), que estaba mirando televisión en una pieza. Entonces abrió la puerta confiada.
Los hombres —uno de ellos con la cara cubierta con una bufanda— entraron a la casa a los empujones y obligaron a la mujer a sentarse en una cama. Enseguida le pidieron el dinero que, de acuerdo a la información que manejaban, la familia había cobrado por un seguro.
El dato no era todo lo preciso que hubieran querido. El hijo de la dueña de casa —un hombre de 31 años a quien los asaltantes habían atado con un cinturón— les explicó que el cobro había sido en 1999 y que ya no tenían la plata. Los asaltantes pensaban llevarse 50.000 pesos, y se decepcionaron cuando les dijeron que en la casa solo había 120 pesos, guardados en un cajón.
Pero no se conformaron y trataron de buscar algo más de dinero en la casa. Antes, al hombre le taparon la cabeza con un buzo. "En todo momento actuaron muy tranquilos. Nos aseguraron que no nos harían daño. Inclusive cuando mi hijo les advirtió que yo era hipertensa, a cada rato me preguntaban si me sentía bien", contó la mujer a Clarín
En un momento los asaltantes hicieron un alto y le preguntaron a la dueña de casa si había preparado "algo para comer". Enseguida fueron hasta la cocina, abrieron la heladera y se sirvieron pollo y carne. También se tomaron unas cervezas que encontraron.
Los ladrones, que estaban muy distendidos, se pusieron a bailar en la cocina. El más joven agarró unos anteojos que vio sobre un estante y se puso a imitar a Michael Jackson.
Los tres asaltantes estuvieron dos horas en la casa. Cuando terminaron de comer y de bailar empezaron a llenar la camioneta Ford F 100 del hijo de la mujer. Cargaron un cuatriciclo, una filmadora, un televisor, unos teléfonos, varias piezas de loza y cristal, ropa y alhajas.
Los vecinos del barrio después le contaron a la mujer que desde hacía unos días habían visto a unos hombres merodear la casa. Bugani hizo la denuncia en la comisaría 15ª.
La causa por robo calificado quedó a cargo del fiscal Alejandro Villordo e interviene el juez de garantías César Melazo. Ayer a la madrugada la policía encontró la pickup de Moreira. La habían abandonado en el camino que une a la Plata con la localidad balnearia de Punta Lara.
La camioneta estaba tapada por los árboles, a un costado de la diagonal 74, cerca de la entrada al barrio llamado Villa del Plata. Los policías advirtieron que le faltaba el estéreo y los parlantes.
Me lo imagino haciendo el moonwalk sobre el patrullero... "They don´t really care about us!!"
:meparto: :meparto: :meparto: :meparto: :meparto: :meparto:
Lean a partir de la mitad...
Fue un asalto muy particular. Tres hombres se metieron en una casa de Ringuelet y tuvieron dos horas amenazados a una mujer y su hijo. Durante ese tiempo —muy relajados— comieron y tomaron todo lo que encontraron en la heladera y hasta se pusieron a bailar en medio de la cocina. Cuando quedaron satisfechos, desvalijaron la casa, cargaron todo en la camioneta de la familia y escaparon.
El asalto fue en un casa de la calle 11 entre 513 y 514. La dueña, Marta Bugani, escuchó el timbre y luego observó por la ventana a un hombre, que le preguntó: "¿Está Manolo? "Avísele que está Gustavo". La mujer pensó que buscaban a su hijo (se llama Alejandro Manuel Moreira), que estaba mirando televisión en una pieza. Entonces abrió la puerta confiada.
Los hombres —uno de ellos con la cara cubierta con una bufanda— entraron a la casa a los empujones y obligaron a la mujer a sentarse en una cama. Enseguida le pidieron el dinero que, de acuerdo a la información que manejaban, la familia había cobrado por un seguro.
El dato no era todo lo preciso que hubieran querido. El hijo de la dueña de casa —un hombre de 31 años a quien los asaltantes habían atado con un cinturón— les explicó que el cobro había sido en 1999 y que ya no tenían la plata. Los asaltantes pensaban llevarse 50.000 pesos, y se decepcionaron cuando les dijeron que en la casa solo había 120 pesos, guardados en un cajón.
Pero no se conformaron y trataron de buscar algo más de dinero en la casa. Antes, al hombre le taparon la cabeza con un buzo. "En todo momento actuaron muy tranquilos. Nos aseguraron que no nos harían daño. Inclusive cuando mi hijo les advirtió que yo era hipertensa, a cada rato me preguntaban si me sentía bien", contó la mujer a Clarín
En un momento los asaltantes hicieron un alto y le preguntaron a la dueña de casa si había preparado "algo para comer". Enseguida fueron hasta la cocina, abrieron la heladera y se sirvieron pollo y carne. También se tomaron unas cervezas que encontraron.
Los ladrones, que estaban muy distendidos, se pusieron a bailar en la cocina. El más joven agarró unos anteojos que vio sobre un estante y se puso a imitar a Michael Jackson.
Los tres asaltantes estuvieron dos horas en la casa. Cuando terminaron de comer y de bailar empezaron a llenar la camioneta Ford F 100 del hijo de la mujer. Cargaron un cuatriciclo, una filmadora, un televisor, unos teléfonos, varias piezas de loza y cristal, ropa y alhajas.
Los vecinos del barrio después le contaron a la mujer que desde hacía unos días habían visto a unos hombres merodear la casa. Bugani hizo la denuncia en la comisaría 15ª.
La causa por robo calificado quedó a cargo del fiscal Alejandro Villordo e interviene el juez de garantías César Melazo. Ayer a la madrugada la policía encontró la pickup de Moreira. La habían abandonado en el camino que une a la Plata con la localidad balnearia de Punta Lara.
La camioneta estaba tapada por los árboles, a un costado de la diagonal 74, cerca de la entrada al barrio llamado Villa del Plata. Los policías advirtieron que le faltaba el estéreo y los parlantes.
Me lo imagino haciendo el moonwalk sobre el patrullero... "They don´t really care about us!!"
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