[Extracto de un artículo publicado hoy en mujer.es sobre el Hotel Palace de Madrid]
El Hotel Palace de Madrid, enclavado en el llamado triángulo del arte, entre el Museo del Prado y el Thyssen, impresiona. Nada más cruzar el hall, el visitante se topa con una cúpula vitral que llena de luz todo el salón, donde no deja de sonar la melodía de un piano. Pero eso solo es un aperitivo de lo que queda por ver. (...)
A Michael Jackson no le importó desmantelar la biblioteca, que refleja el ambiente de un club de caballeros, con tal de ensayar una coreografía con sus bailarines antes de un concierto en Madrid. El rey del pop disfrutó de los 160 metros cuadrados, que pueden conviertirse en 225 si se le añaden dos habitaciones contiguas, en una de sus estancias en la capital.
[Mujer.es]
Hace un par de años el ABC también dió este dato en otro artículo sobre el hotel:
(...) Para excentricidades las del rey del pop. Michael Jackson estuvo alojado en el Palace con motivo de su concierto de 1988. Escogió la suite 523, inmensa y con unas vistas espectaculares a Neptuno. No contento con esa habitacón, alquiló la contigua y montó en ella una tarima de baile para ensayar su espectáculo.
El Hotel Palace de Madrid, enclavado en el llamado triángulo del arte, entre el Museo del Prado y el Thyssen, impresiona. Nada más cruzar el hall, el visitante se topa con una cúpula vitral que llena de luz todo el salón, donde no deja de sonar la melodía de un piano. Pero eso solo es un aperitivo de lo que queda por ver. (...)
A Michael Jackson no le importó desmantelar la biblioteca, que refleja el ambiente de un club de caballeros, con tal de ensayar una coreografía con sus bailarines antes de un concierto en Madrid. El rey del pop disfrutó de los 160 metros cuadrados, que pueden conviertirse en 225 si se le añaden dos habitaciones contiguas, en una de sus estancias en la capital.
[Mujer.es]
Hace un par de años el ABC también dió este dato en otro artículo sobre el hotel:
(...) Para excentricidades las del rey del pop. Michael Jackson estuvo alojado en el Palace con motivo de su concierto de 1988. Escogió la suite 523, inmensa y con unas vistas espectaculares a Neptuno. No contento con esa habitacón, alquiló la contigua y montó en ella una tarima de baile para ensayar su espectáculo.